viernes, 30 de octubre de 2020
Confusiones de un Pelagiano
lunes, 26 de octubre de 2020
La Naturaleza Humana en sus Cuatro Estados
Pensamientos sobre la visión de Agustín sobre la voluntad
"Cuando, hundido en las más oscuras profundidades de la ignorancia, el hombre vive de acuerdo con la carne sin ser perturbado por ninguna lucha de la razón o la conciencia, este es su primer estado. Después, cuando por la ley ha llegado el conocimiento del pecado, y el Espíritu de Dios aún no ha interpuesto su ayuda, el hombre, esforzándose por vivir de acuerdo con la ley, se frustra en sus esfuerzos y cae en el pecado consciente, y así, siendo vencido del pecado, se convierte en su esclavo ("porque de quien un hombre es vencido, de él es sometido a servidumbre" (4)); y así el efecto producido por el conocimiento del mandamiento es este, que el pecado obra en el hombre toda forma de concupiscencia, y él está involucrado en la culpa adicional de transgresión intencional, y eso se cumple lo que está escrito: "La ley entró en ese la Ofensa podría abundar ". (5) Este es el segundo estado del hombre. Pero si Dios lo mira y lo inspira con fe en la ayuda de Dios, y el Espíritu de Dios comienza a obrar en él, entonces el poder más poderoso del amor lucha contra el poder de la carne; y aunque todavía hay en la propia naturaleza del hombre un poder que lucha contra él (porque su enfermedad no está completamente curada), sin embargo, él vive la vida de los justos por la fe, y vive en la justicia en la medida en que no cede al mal. la lujuria, pero la conquista por el amor a la santidad. Este es el tercer estado de un hombre de buena esperanza; y el que avanza en este camino con piedad constante, alcanzará finalmente la paz, esa paz que, después de que esta vida haya terminado, se perfeccionará en el reposo del espíritu y finalmente en la resurrección del cuerpo. De estas cuatro etapas diferentes, la primera es ante la ley, la segunda es bajo la ley, el tercero está bajo la gracia, y el cuarto está en plena y perfecta paz. Así, también, la historia del pueblo de Dios ha sido ordenada de acuerdo con Su voluntad, quien dispone todas las cosas en número, medida y peso. (6) Porque la iglesia existía al principio antes de la ley; luego bajo la ley, que fue dada por Moisés; luego bajo la gracia, que se manifestó primero en la venida del Mediador. Ciertamente, no es que esta gracia estuviera ausente anteriormente, pero, en armonía con los arreglos de la época, estaba velada y oculta. Porque ninguno, ni siquiera los justos de la antigüedad, pudo encontrar la salvación sin la fe de Cristo; ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras a pueblo ha sido ordenado según su voluntad, que dispone todas las cosas en número, medida y peso. (6) Porque la iglesia existía al principio antes de la ley; luego bajo la ley, que fue dada por Moisés; luego bajo la gracia, que se manifestó primero en la venida del Mediador. Ciertamente, no es que esta gracia estuviera ausente anteriormente, pero, en armonía con los arreglos de la época, estaba velada y oculta. Porque ninguno, ni siquiera los justos de la antigüedad, pudo encontrar la salvación sin la fe de Cristo; ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras s pueblo ha sido ordenado según su voluntad, que dispone todas las cosas en número, medida y peso. (6) Porque la iglesia existía al principio antes de la ley; luego bajo la ley, que fue dada por Moisés; luego bajo la gracia, que se manifestó primero en la venida del Mediador. Ciertamente, no es que esta gracia estuviera ausente anteriormente, pero, en armonía con los arreglos de la época, estaba velada y oculta. Porque ninguno, ni siquiera los justos de la antigüedad, pudo encontrar la salvación sin la fe de Cristo; ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras que fue dado por Moisés; luego bajo la gracia, que se manifestó primero en la venida del Mediador. Ciertamente, no es que esta gracia estuviera ausente anteriormente, pero, en armonía con los arreglos de la época, estaba velada y oculta. Porque ninguno, ni siquiera los justos de la antigüedad, pudo encontrar la salvación sin la fe de Cristo; ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras que fue dado por Moisés; luego bajo la gracia, que se manifestó primero en la venida del Mediador. Ciertamente, no es que esta gracia estuviera ausente anteriormente, pero, en armonía con los arreglos de la época, estaba velada y oculta. Porque ninguno, ni siquiera los justos de la antigüedad, pudo encontrar la salvación sin la fe de Cristo; ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras.ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras.ni a menos que lo hubieran conocido, su ministerio podría haber sido usado para transmitirnos profecías acerca de Él, algunas más claras y otras más oscuras".
- El hombre fue creado bueno (Gén 1.31), ya que el pecado no formaba parte de él; no había ninguna “semilla” de desobediencia en su conciencia. No era inocente en el sentido de inmadurez, sino en el sentido de impecabilidad. Su mente no contenía ningún mal pensamiento; el mal no había penetrado en su conciencia.
- Fue creado a imagen y semejanza de Dios, no en el aspecto físico, ya que la divinidad no tiene cuerpo, sino en el aspecto espiritual, moral e intelectual (Gén 1.26-27). Como similar al Creador, él era responsable y libre para ser y seguir siendo bueno, de lo contrario no sería apto para ser virrey de Dios.
- Dios creó y destinó al hombre para ser su siervo, en perfecta armonía con Él como servidor privilegiado en el Paraíso del Creador. La caída lo descalificó, haciéndolo siervo de sí mismo, despreciando su diseño original: glorificar a Dios y gozar de Él por siempre (Ef 4.24; Col 3.10; 2 Co 3.18).
- Como ser responsable, y en perfecta sintonía con Dios, no podía desobedecerle, aunque, como ser libre, sí podía hacerlo, sabiendo que, al hacerlo, rompería relaciones con su Señor y, en consecuencia, dejaría de ser su siervo. Con libertad de pecar, aunque podía dejar de hacerlo, Adán pecó comprometiendo a todo el género humano, vinculado a él por el Pacto de Obras, firmada con Dios (Gén 3; Rom 5.12,18-19).
- Como resultado de la caída, toda la humanidad cayó en su antepasado representativo y corporativo. La descendencia de Adán y Eva nació alejada de Dios y desastrosamente separada de Él (Sal 51.5; Gén 5.3).
- Estamos totalmente impedidos, sin la gracia regeneradora de Cristo, de hacer el bien según los propósitos finales de Dios, especialmente los bienes relacionados con la comunión de la criatura con el Creador (Gén 8.21; Gén 6.5; Job 14.4; Job 15.14-16,35; Juan 3.6; Is 53.60).
- La misericordia de Dios, efectuada en la muerte vicaria de Cristo, que hizo posible nuestra regeneración, nos permite reconciliarnos con Dios (Juan 3.3,5; 1 Co 12.3; 2 Co 3.50). Fuera de Cristo y sin él, el acceso a Dios es imposible.
CRISTO ES LA CABEZA PACTUAL DE LA NUEVA CREACIÓN
"Adán, el primer hombre, fue designado por Dios como representante de toda la humanidad (con la excepción de Cristo), y con su pecado perdió la justicia para todos aquellos a quienes representaba ("todos los hombres" Ro 5.12,18; "los muchos", Ro 5.15,19). De la misma manera, Dios hizo a Cristo la cabeza representativa de una nueva humanidad, para que su obediencia hasta la muerte pudiera obtener la justificación de ellos. Inherente a esta enseñanza es la idea de que la restauración provista en la salvación debe seguir el patrón de la constitución original de la humanidad delante de Dios, pero de una manera en la que Cristo triunfa donde Adán fracasó (Ver 1 Co 15.45-49; Heb 2.14-18)
Piensa cristiano!!
miércoles, 21 de octubre de 2020
1948 NO ES EL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECIA DE EZEQUIEL
“Por tanto, así dice Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre.” (Ezequiel 39.25).
“Y levantaré sobre ellas a un pastor, y Él las apacentará; a mi siervo David; Él las apacentará, y Él será su pastor.”
“Y cuando Jesús salió del templo y se iba, vinieron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Y Jesús les dijo: ¿No veis todo esto? De cierto os digo: No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.” (Mateo 24:1-2)
“Así como Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de la fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, predicó antes el evangelio a Abraham, diciendo: En ti serán bendecidas todas las naciones. Así también los de la fe, son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” ( Gálatas 3:6-11)
"Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡En ninguna manera! Porque también yo soy israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no ha desechado a su pueblo, al cual antes conoció. ¿O no sabéis qué dice la Escritura de Elías, cómo hablando con Dios contra Israel dice: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han destruido, y sólo yo he quedado, y traman contra mi vida? Pero, ¿Qué le dice la respuesta divina? Me he reservado siete mil varones, que no han doblado la rodilla ante Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido según la elección de gracia." (Romanos 11:1-5)
“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, entonces simiente de Abraham sois, y herederos conforme a la promesa.” (Gálatas 3:28-29)
“Además de esto, el holocausto continuo, las nuevas lunas, todas las fiestas solemnes de Jehová, todo sacrificio espontáneo y toda ofrenda voluntaria a Jehová, Cuando los albañiles del templo de Jehová echaron los cimientos, se pusieron en pie los sacerdotes, vestidos de sus ropas y con trompetas, y los levitas hijos de Asaf con címbalos, para alabar a Jehová, según la ordenanza de David, rey de Israel. Cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y decían: «Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel.» Todo el pueblo aclamaba con gran júbilo y alababa a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.” (Esdras 3:5, 10-11)
“Los hijos de la cautividad, los que habían regresado del cautiverio, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel: doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, y doce machos cabríos por expiación, todo en holocausto a Jehová.” (Esdras 8:35)
“Porque Esdras había preparado su corazón para estudiar la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.” (Esdras 7:10)
"Ahora, pues, dad gloria a Jehová, Dios de vuestros padres, haced su voluntad y apartaos de los pueblos de las tierras y de las mujeres extranjeras. 12 Toda la asamblea respondió en alta voz:—Hágase conforme a lo que has dicho.." (Esdras 10:11-12)
“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, hice duelo por algunos días, ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y le dije: «Te ruego, Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guardas el pacto y tienes misericordia de los que te aman y observan tus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti, día y noche, por los hijos de Israel, tus siervos. Confieso los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés, tu siervo. Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés, tu siervo, diciendo: “Si vosotros pecáis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volvéis a mí y guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra, aunque vuestra dispersión sea hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre”. »Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder y con tu mano poderosa. Te ruego, Jehová, que esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo y dale gracia delante de aquel hombre.” (Nehemias 4:4-11).
“En el primer año de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, en el primer año de su reinado, yo, Daniel, miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, en los que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años Volví mi rostro a Dios, el Señor, buscándolo en oración y ruego, en ayuno, ropas ásperas y ceniza. Oré a Jehová, mi Dios, e hice confesión diciendo: “Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos, hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos actuado impíamente, hemos sido rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.” (Daniel 9:1-11)
“Entonces Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo oyeron la voz de Jehová, su Dios, y las palabras del profeta Hageo, tal como le había encargado Jehová, su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. Entonces Hageo, el enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: «Yo estoy con vosotros, dice Jehová.” (Hageo 1:12-13).
"En un instante hablaré contra naciones y contra reinos, para arrancar, derribar y destruir. Pero si esas naciones se convierten de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de esas naciones y de esos reinos, para edificar y para plantar. Pero si hacen lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerles. (Jeremías 18:7-11)
domingo, 18 de octubre de 2020
¿Quién hará cesar el sacrificio, Jesucristo o el anticristo?

“…Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”
"Esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados."
viernes, 16 de octubre de 2020
POR QUÉ NO ESPERAMOS UN TERCER TEMPLO EN JERUSALÉN

'Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí'. - Mateo 12:6
“A los sacerdotes levitas que son del linaje de Sadoc, que se acerquen a mí, dice Jehová el Señor, para ministrar ante mí, darás un becerro de la vacada para expiación.” - Ezequiel 43.19
“Tales sacrificios, si en realidad se han de ofrecer, serán de carácter recordatorio. De acuerdo a esta posición, los sacrificios contemplarán de forma restrospectivamente la obra de nuestro Señor en la cruz, así como las ofrendas del Viejo Pacto contemplaban el futuro del sacrificio de Cristo. Por su puesto, los sacrificios no tendrían valor expiatorio. La referencia a los sacrificios NO DEBE TOMARSE LITERALMENTE en vista de que esas ofrendas son dejadas de lado, pero debe considerarse como una presentación de la adoración que hace la Israel redimida, en su propia tierra y en el Templo del milenio, usando términos que resultaban familiares para los judíos en la época de Ezequiel.” (1)
"¿Habrá alguna necesidad de seguir ofreciendo sangrientos sacrificios de animales después de haber hecho Cristo su sacrificio final, al cual apuntaban todos los sacrificios del Antiguo Testamento? La respuesta habitual de los dispensacionalistas a esta objeción es que durante el milenio estos serán sacrificios MEMORIALES, sin valor expiatorio, ¿Pero cuál sería el valor de volver a los sacrificios de animales como memorial de la muerte de Cristo después de que el Señor mismo nos diera la Santa Cena como memorial de su muerte?" (2)
"Si los sacrificios no deben ser entendidos literalmente, ¿por qué hemos de tomar literalmente el templo? ¡Parecería que el principio dispensacionalista de la interpretación literal de la profecía del Antiguo Testamento es aquí abandonado, y que una piedra fundamental, crucial para todo el sistema dispensacionalista, ha sido dejada de lado!" (3)
"Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y a otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones".
domingo, 11 de octubre de 2020
-Si la Doctrina no es Relevante, Cualquier Doctrina Puede Prevalecer-
sábado, 10 de octubre de 2020
LOS TRES GRANDES DESAFÍOS DEL PENTECOSTALISMO CONTEMPORÁNEO

LOS TRES GRANDES DESAFÍOS DEL PENTECOSTALISMO CONTEMPORÁNEO
Pentecostal Anónimo
Como miembro de la tradición pentecostal, escribo este artículo con profunda gratitud por el legado que hemos recibido, pero también con pesar y preocupación por las desviaciones que amenazan con diluir o incluso destruir la vitalidad espiritual y doctrinal de nuestro movimiento. Identifico tres grandes desafíos que considero urgentes y que requieren discernimiento pastoral, reflexión teológica y un retorno a la centralidad de las Escrituras y del Espíritu Santo.
1. El Neopentecostalismo: una mutación doctrinal
En las últimas décadas, hemos sido testigos de un preocupante fenómeno: el surgimiento del neopentecostalismo. No se trata simplemente de una evolución del pentecostalismo clásico, sino de una mutación que lo ha desfigurado. Las doctrinas de la "teología de la prosperidad", la "confesión positiva", la "batalla espiritual territorial", la "renovación apostólica" y la "teología del dominio" han tomado protagonismo en muchas iglesias, a menudo bajo un disfraz carismático.
Este nuevo enfoque tiende a desviar la atención del Cristo crucificado y resucitado hacia el éxito personal, el bienestar material y experiencias sensacionalistas. El Espíritu Santo ha sido reemplazado por un emocionalismo subjetivo que reduce la experiencia de lo sagrado a un espectáculo. Como bien advirtió Donald Gee, uno de nuestros padres teológicos: “El Pentecostés que no produce fruto espiritual ni santidad es un Pentecostés sin fuego verdadero”.
No es solo una desviación doctrinal, sino una alteración de la esencia misma de nuestra fe: la obediencia humilde al Dios soberano y el poder santificador del Espíritu. La Palabra de Dios se interpreta muchas veces de forma arbitraria, sin contexto ni reverencia, para justificar prácticas cuestionables. En palabras de Pablo: “Vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2 Timoteo 4:3).
2. La búsqueda del poder humano: el carisma sin carácter
Uno de los peligros más sutiles que enfrentamos es la politización del liderazgo eclesial. No hablo del poder de Dios, sino del deseo de poder humano. Hay quienes han hecho del púlpito una plataforma para el ascenso personal, para el ejercicio de influencia y control sobre otros. El liderazgo carismático ha sustituido al liderazgo piadoso. Se exalta el talento, pero se descuida el carácter.
Lamentablemente, estamos viendo surgir “profetas de la corte” que solo proclaman lo que los “reyes” —es decir, los líderes influyentes o los mecenas de turno— desean escuchar. Esta dinámica es totalmente ajena al modelo de liderazgo cristiano enseñado por Jesús, quien dijo: “El que quiera ser grande entre vosotros será vuestro servidor” (Mateo 20:26).
Como decía el pastor pentecostal Frank Bartleman, testigo del Avivamiento de la Calle Azusa: “El secreto del poder espiritual está en el quebrantamiento, no en la popularidad”. Cuando el liderazgo eclesial se convierte en un medio para la autoexaltación, hemos perdido el rumbo. El Espíritu de Dios no unge para el espectáculo, sino para el servicio.
3. El pospentecostalismo: tradición sin fuego
El tercer desafío, quizás el más silencioso pero igualmente devastador, es lo que llamo el pospentecostalismo. Se manifiesta en iglesias y creyentes que aún se identifican como “pentecostales”, pero han perdido la pasión por la llenura del Espíritu, por los dones, por la oración ferviente y por una vida santa. Conservan la forma, pero han perdido el fuego. Son, en el lenguaje de Pablo, quienes "tienen apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella" (2 Timoteo 3:5).
Muchos de nuestros jóvenes han crecido en iglesias pentecostales, pero jamás han experimentado un genuino mover del Espíritu Santo. Otros se han vuelto indiferentes, influenciados por un escepticismo académico que menosprecia nuestra herencia espiritual como emocionalismo anticuado. Esta es una ironía dolorosa: despreciar la llama mientras aún nos llamamos “pentecostales”.
El teólogo Gordon D. Fee, él mismo un pentecostal erudito, escribió: “No es posible entender al Dios del Nuevo Testamento sin tomar en cuenta el poder del Espíritu en la vida de la Iglesia. Si quitamos eso, traicionamos al texto”. No necesitamos un pentecostalismo superficial, sino uno renovado en profundidad espiritual, conocimiento bíblico y humildad doctrinal.
Conclusión
El pentecostalismo nació en oración, hambre de Dios y pasión por la santidad. Fue un movimiento de renovación espiritual, no una estrategia de mercado. Si queremos mantenernos fieles al legado que el Espíritu nos confió, necesitamos reconocer estos desafíos con humildad, arrepentirnos de nuestras desviaciones y volver al primer amor. No basta con conservar las formas; debemos clamar, como Elías en el Carmelo: “Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios” (1 Reyes 18:37).
Que el Señor avive su obra en medio de los tiempos (Habacuc 3:2), y que el pentecostalismo del siglo XXI no se convierta en una sombra del pasado, sino en un fuego auténtico, humilde, lleno de verdad y poder.