
La mañana de Texas ya era cálida y cada vez más cálida. Un amigo se había detenido para saludar y le pregunté cómo pensaba gastar lo que prometía ser una cálida mañana. Él respondió: “Iré a la ferretería y compraré un helado”.Mirándolo con curiosidad, le dije: “No sabía que pudieras comprar helado...