viernes, 29 de noviembre de 2019

¿Fuego Metido en mis Huesos?



Hay una afición por el "fuego" entre los evangélicos, pero la manera de interpretar las Escrituras al respecto del "fuego del Espíritu Santo" los lleva a equivocarse pidiendo a Dios un fuego que para el creyente es "purificador", mientras que para los incrédulos es "juicio". En otras palabras, es un grave error orar a Dios diciendo: "Señor bautízame con el fuego de tu Espíritu Santo". Pues el "bautismo de fuego" es "juicio para los incrédulos".

Yo ya escuché a muchos predicadores hablar sobre el "fuego del Espíritu Santo" como una manifestación genuina. Por ejemplo, usted no me permitirá mentir pues no es mi intención, que la mayoría de iglesias pentecostales, neopentecostales y carismáticas tienen una afición por el "fuego" que lo vemos en sus logos institucionales, en sus mensajes y en sus nombres de instituciones o de sus iglesias. Las palabras asociadas "avivamiento" y "fuego" se han vuelto inseparables.

¿Por qué? Porque hemos interpretado el "bautismo de fuego" como un poder más no como la Biblia lo muestra: JUICIO.

NOTA DE CAUTELA: Citamos académicamente a autores de libros, artículos y/o expositores en vídeos publicados en la web. No pretendemos criticar a las personas, sino sus ideas y lo que escriben, y siempre procurando ser académicos. Vamos con el siguiente análisis.

Entendiendo Mateo 3.10-12

“Y ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles, de modo que todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Yo ciertamente os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, cuyas sandalias no soy digno de llevar. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Tiene su aventador en la mano y limpiará bien su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja con fuego inextinguible.” (BTX)

El "bautismo con Espíritu Santo" es para los creyentes:

"…recogerá su trigo en el granero"

Es la salvación de los pecadores que se arrepienten y su integración en la Iglesia.

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El "bautismo con fuego" es el juicio para los incrédulos. Es quemar a los impíos en el fuego inextinguible del infierno:

"…todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego"

"…quemará la paja con fuego inextinguible"

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Contrario a lo que se cree y enseña en muchas congregaciones, que orar por el "fuego del Espíritu Santo", o "buscar el fuego del Espíritu Santo" es una búsqueda genuina de la llenura del Espíritu Santo, o algún "poder extraordinario"; textualmente hablando, cuando Juan el Bautista dijo que Jesús "os bautizaría con fuego", se refirió al juicio final en el infierno donde estarán quemándose por la eternidad todos los que rechazan a Jesús como Mesías.

Kline comenta: 

“Para los malhechores el fuego de ese día es el fuego del horno que les consume, pero para los que temen el nombre de Dios el fuego significa los rayos sanadores del sol para refinarlos.” (Meredith G. Kline, By Oath Consigned. Pág. 58). 

El bautismo de Juan “no era una ordenanza que Israel debía observar en sus generaciones, sino una señal especial para aquella última generación que resumía aquella crisis particular en la historia del pacto, representada por la misión de Juan como mensajero del ultimátum del Señor.” (Meredith G. Kline, By Oath Consigned. Pág. 61).

“Visto desde una perspectiva más amplia, el bautismo de Juan era señal de la prueba por la cual Israel debía pasar para recibir el juicio de maldición o de bendición. . . . Por medio de su mensaje y bautismo Juan proclamaba otra vez a la simiente de Abraham el significado de la circuncisión. La circuncisión no era ninguna garantía de un privilegio inquebrantable. Era la señal de la prueba divina en la cual el hacha, puesta a la raíz de los Árboles infructuosos malditos por el Mesías, serien cortados (Mateo 3:10; Lucas 3:9). El bautismo de Juan era en efecto una recircunsicion. (Meredith G. Kline, By Oath Consigned. Pág. 62)
Kline deduce: “El bautismo, entonces, tiene que ver con el hombre en la presencia del trono del juicio de Dios.” (Meredith G. Kline, By Oath Consigned. Pág.67) El bautismo es una señal del pacto, y lleva la marca de la doble naturaleza de las sanciones del pacto: bendición y maldición. Este sistema de dobles sanciones del pacto se manifestara en el Juicio final:

“Otra vez, cuando el Señor aparece en la resurrección y Juicio final como Juez de vivos y muertos, vengándose con fuego de los que desobedecen al evangelio, traerá ante Su trono a todos los que han estado dentro de Su Iglesia en el Nuevo Pacto. Allí Su declaración de la maldición del pacto llegaría a oídos de algunos que en este mundo han estado dentro de la comunidad que oficialmente profesan el señoría de Cristo en cuanto al pacto, y todavía insisten en gritar, “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” …Hay, por lo tanto, un cumplimiento del señorío de Cristo sobre Su iglesia neo Testamentaria tanto para condensación y muerte como para justificación y vida. En el pronunciamiento de los dos veredictos, ya sea para viola o para muerte, el Nuevo Pacto será ejecutado y perfeccionado.” (Meredith G. Kline, By Oath Consigned. Pág. 77-78)


Libro "La Predicación" de Tim Keller - Notas

Keller comentando sobre 1 Corintios 1.18-2.5

"La retórica clásica permitía al orador la inventio: la elección de un tema y la división de este en sus componentes, junto con argumentos elaborados y artilugios para apoyar la tesis del orador. Para Pablo, sin embargo, siempre había un tema: Jesús." (Pág.13)

¿Qué es la retórica clásica?
El siguiente fragmento es tomado de un artículo sobre retórica y abogacía:
"El estilo de redacción, la belleza de las palabras y la calidad de la interpretación oral eran elementos fundamentales de la retórica clásica. Esta importancia se comprende si recorremos las operaciones de la elaboración de un discurso: la búsqueda de los argumentos (inventio) y la organización de los mismos en el discurso (dispositio) tienen un componente más lógico que estético. Pero ocurre a la inversa con la búsqueda de las palabras adecuadas (elocutio) y la declamación del mismo (actio)." Lo podemos encontrar en: http://blog.editorialreus.es/2018/02/la-retorica-clasica-hermoso-ideal-moral-e-intelectual-la-abogacia/

Tal parece que los griegos se había vuel expertos en la retórica, la cual la usaban para persuadir a su audiencia según sea su necesidad. Me imagino que un abogado lo habría usado para presentar una defensa. Algún filósofo lo habría usado para exponer una idea, a tal punto de que la audiencia tomara sus propios pensamientos como propios.

Elegír un tema y predicar sobre eso no creo que sea gran problema. Normalmente lo usamos con jovenes y adolescentes, o cuando tenemos charlas para matrimonios. Pero, la predicación del Evangelio sugiere otra cosa.

Pablo mismo está diciendo que su predicación no era "retórica griega".
"Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios." 1 Corintios 2.1-5 RV60
Pablo está haciendo una descripción de lo que los sofistas de la época usaban para persuadir a su audiencia, a saber:

(1) Excelencia de palabras, palabras rebuscadas, que impresionan a los oyentes.
(2) Excelencia de sabiduría, mostrarse sabio, mostrarse genio y erudito. MOSTRARSE.
(3) Conocimiento basto (mayor que "conocer" a Cristo),
(4) Fortaleza (como sentirse una persona empoderada por su egoconocimiento)
(5) (1) Palabras persuasivas de humana sabiduría, propias de oradores. Thiselton dice: "Pablo está rechazando el acoso verbal (el uso de la fuerza de la personalidad o el ingenio y el desprecio mordaz); las declaraciones para incitar el aplauso que se enfocan en los prejuicios, el orgullo y los temores de la audiencia; y las historias o técnicas manipulativas que abruman a la audiencia con demostraciones de destreza verbal, ingenio o erudición" (Pág 14)
(6) Humana sabiduría, probervios chinos, máximas, tips para lograr esto u otro.

Lo que Pablo afirma cómo debe ser un predicador del Evangelio es:

(1) Conocimiento de Cristo (crucificado)
(2) Argumentos de su poder transformador.

Mientras que un sofista elegía los temas que debía tratar para calmar la comezón de oír de su seguidores, Pablo tiene un sólo tema a tratar: JESUCRISTO.

Un predicador no debe esmerarse en predicar "temas" extraídos de las paginas de la Biblia. El tema central, superior y suficiente de las Escrituras es Jesucristo.

Yo estuve en una noche de jóvenes donde el sermón fue: "Los hombres en sus cajas y la mujeres con su espaguetti". Esa no che fue un total desperdicio. Pero es lo que muchos predicadores aprendimos y lo hemos hecho por muchos años.

La tarea del predicador es presentar a Cristo en su predicación, y conectar a este con la vida de los oyentes. Al final, el problema del hombre es su relación con Jesucristo, si esa relación es debil o está rota indudablemente esa persona estará siempre en problemas. Si esa relación con Jesucristo se reanuda y fortalece, la vida del individuo mejorará. Entonces, los hombres no necesitan un sermón sobre "Cinco pasos para un matrimonio feliz", lo que ellos necesitan es ver en las Escrituras "Cómo Cristo amó a su novía, se entregó por ella, y se la presenta así mismo sin mancha ni arruga".

Ahora entiendo el asunto, lo que necesitamos es a "Cristo, y a este crucificado". El Cristo crucificado es "el Cristo que actúa a mi favor". Si las personas conocieran a su salvador, nos ahorraríamos la elabopración de temas que no son otra cosa sino "acomodamientos emocionales", pero que no es "El Evangelio de Cristo".

Los "sofistas" buscaban temas para hablar a su seguidores, y con ello cautivarlos. Pablo ve un solo tema en las Escrituras: Jesucristo, quien puede salvarlos.





domingo, 17 de noviembre de 2019

En la Biblia ¡Pronto! Significa ¡Pronto!



"14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad." - 1 Timoteo 3:14-15 RV60 (τάχιον)


"26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. 27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto." - Juan 13.26-27 RV60 (τάχιον)

"6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" - Lucas 18.6-8 RV60 (ἐν τάχει)

"7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos." - Hechos 12.7 RV60  (ἐν τάχει)


"18 Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí." - Hechos 22:18 RV60 (ἐν τάχει


"La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan." - Apocalipsis 1.1 RV60 (ἐν τάχει)

"Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto." - Apocalipsis 22.6 RV60 (ἐν τάχει)

Pronto: ἐν τάχει, τάχιον (S5034)
Es un Adbervio de tiempo: "en taquei", literalmente "en" o "con", velocidad ("ἐν", en, y el caso dativo "τάχει") o "tacos", velocidad). Se traduce como "pronto", "prontamente", "en breve", etc. (1)

¿Qué es un adverbio?
Usted puede tomar cualquier libro de gramática y encontrará el mismo concepto dicho de diferentes formas. Un adverbio es un vocablo que viene del latín “adverbium”, el mismo que se encuentra compuesto de dos palabras claramente delimitadas: el prefijo “ad-“, que es equivalente a “hacia”, y el sustantivo “verbum”, que puede traducirse como “palabra”. Los adverbios son la clase de palabra invariable que modifica adjetivos, verbos u otros adverbios, actuando como núcleo del sintagma adverbial o como complemento circunstancial del verbo.

Los adverbios añaden información circunstancial a una oración o palabra. Los adverbios de tiempo son aquellos que agregan información temporal. Estos adverbios aportan, por lo tanto, datos que permiten responder una pregunta sobre cuándo se desarrolló, se desarrolla o se desarrollará una acción. “Ahora”, “antes”, “después”, “hoy”, “mientras”, “pronto”, “tarde”, “temprano” y “todavía” son algunos ejemplos de adverbios de tiempo. Los adverbios de tiempo responden a la pregunta ¿Cuándo?


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Bibliografía
(1) VINE, W. 1999, Diccionario Expositivo de Palabras de Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo, Nashville-TN: Editorial Caribe. Pág. 710

domingo, 10 de noviembre de 2019

Pentecostalismo Del Nombre de Jesús



El Pentecostalismo Unicitario: Un Análisis 
Por Fred Sanders(1) 

Traducido por Kathleen Jimeno y Jonathan Boyd 


No es el anti-trinitarismo de antaño 

Es un hecho alarmante el que la forma más potente de anti-trinitarismo actualmente circulante se encuentra en la esfera del movimiento evangélico conservador. En el siglo XIX, la variedad dominante de anti-trinitarismo era el unitarismo del Viejo Mundo, el cual encontró suelo fértil en América. (Véase Earl Morse Wilbur, A History of Unitarianism: Socinianism and its Antecedents [Historia del unitarismo: socinianismo y sus antecedentes], [Cambridge: Harvard University Press, 1945]; para la corriente de teología norteamericana que aquí llamo liberal, véase Gary Dorrien, The Making of American Liberal Theology: Imagining Progressive Religion 1805-1900 [La creación de la teología liberal americana: imaginando la religión progresiva 1805-1900], [Louisville: Westminster/John Knox, 2001] y The Making of American Liberal Theology: Idealism, Realism, and Modernity 1900-1950 [La creación de la teología liberal americana: idealismo, realismo y modernidad 1900-1950], [Westminster/John Knox, 2003]). Para los cristianos evangélicos de carácter conservador, el unitarismo como movimiento teológico fue tan fácil de ignorar como cualquier versión de la teología liberal. Este ofrecía una generalizada interpretación no sobrenatural del cristianismo, y de este modo se volvió irrelevante para las iglesias que estaban comprometidas con un rango de doctrinas tradicionales, tales como la Encarnación, la Expiación, los Milagros, la Revelación, la Inspiración de la Escritura así como el Cielo y el Infierno. Hoy, sin embargo, se está adelantando un tipo de enseñanza anti-trinitaria completamente diferente, la cual no guarda relación con el antiguo unitarismo liberal, y requiere una respuesta completamente diferente tanto del unitarismo como del movimiento más obviamente no cristiano de los Testigos de Jehová. En este breve análisis, me gustaría describir el movimiento conocido como el pentecostalismo unicitario, identificar su núcleo teológico y explicar qué está de por medio en las discusiones sobre la doctrina unicitaria.
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(1) Fred Sanders es teólogo sistemático con un énfasis en la doctrina de la Trinidad y profesor de Biola University. Él y su esposa Susan tienen dos hijos, Freddy y Phoebe, y son miembros de Grace Evangelical Free Church de La Mirada, California. Fred escribió este artículo en 2005 y luego se publicó en la revista Countercult Apologetics Journal en 2006. Se hizo la traducción con base en la versión publicada en Scriptorium Daily el 3 de mayo de 2014 en http://scriptoriumdaily.com/oneness-pentecostalism-an-analysis/ Ha sido traducido con el permiso del autor. 


No citaré autores unicitarios extensamente ni interactuaré directamente con sus argumentos. Antes bien, hablando como un evangélico trinitario a otros evangélicos trinitarios, me gustaría recomendar la orientación estratégica que deberían seguir los grupos evangélicos con relación a los grupos unicitarios. 

Marcas distintivas de las iglesias pentecostales unicitarias 
“Pentecostalismo unicitario” es un apelativo descriptivo para el movimiento religioso antitrinitario que se desarrolló en el transcurso del siglo XX en los márgenes del movimiento evangélico. Como movimiento, ha existido en varias formas y organizaciones denominacionales, y su más amplia manifestación actual es la Iglesia Pentecostal Unida Internacional. En la mayoría de sus formas principales se ha distinguido por: 
  • Un compromiso con el bautismo en el nombre de Jesús en vez de en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo (incluyendo el rebautismo para aquellos bautizados de forma incorrecta la primera vez); 
  • Un rechazo acompañante hacia la doctrina trinitaria tradicional sostenida por las iglesias cristianas históricas; 
  • Un rechazo consecuente de la preexistencia del Hijo de Dios. 
Algunas veces (pero no siempre) estas iglesias también se caracterizan por: 
  • Un legalismo que se manifiesta en hacer que la salvación dependa del bautismo en agua con la fórmula sólo “en el nombre de Jesús”, un bautismo en el Espíritu Santo con señales acompañantes de hablar en lenguas y mantener estándares específicos de conducta. 
  • Dividir a Cristo Jesús en una persona humana y una persona divina separada, de manera que el uno puede orar al otro como “el Padre” (Esta es una forma de la herejía nestoriana). 
A causa de la diversidad entre las congregaciones autónomas dentro del movimiento es importante separar estos últimos elementos (el legalismo y el nestorianismo) del análisis central de su teología característica. Algunos maestros y grupos estarán definitivamente marcados por el legalismo y el nestorianismo, los cuales son errores doctrinales mayores que los distinguen de los cristianos normales. Sin embargo, otras iglesias unicitarias han eliminado estos rasgos y permanecen teológicamente reprobables con base en lista anterior solamente.

¿Quiénes son los pentecostales unicitarios? 
Varios ministerios cristianos han publicado análisis útiles de la teología unicitaria (Véase por ejemplo: Robert M. Bowman Jr, “Oneness Pentecostalism and the Trinity: A Biblical Critique” [Pentecostalismo unicitario y la Trinidad: una crítica bíblica], más adelante [otoño 1985]; y numerosos artículos en la Christian Research Journal [Revista de Investigación Cristiana]). Gregory A. Boyd, quien aceptó a Cristo a la edad de 16 años en una iglesia unicitaria pero más tarde adoptó la teología cristiana ortodoxa, es el único que ha tratado extensamente en un libro la teología unicitaria en un texto que está ampliamente disponible (Gregory A. Boyd, Oneness Pentecostals and the Trinity [Pentecostales unicitarios y la Trinidad] [Grand Rapids: Baker, 1992])(2). Me he beneficiado de la investigación previamente publicada sobre el pentecostalismo unicitario, pero me parece que mucha de la investigación está varios años detrás del estado actual de este movimiento de rápido desarrollo.

La denominación unicitaria más grande, la Iglesia Pentecostal Unida Internacional, afirma tener más de 4000 iglesias en Norteamérica y “una circunscripción mundial total de más de 4 036 945” (tomado de la página web denominacional, http://www.upci.org, recuperado en 2005). Esta denominación ha instalado una facultad teológica en su Escuela Universitaria de Teología Urshan en St. Louis (Urshan Graduate School of Theology) y está intentando proveer una vanguardia intelectual ascendente para el movimiento más amplio (además del material de enseñanza disponible en su sitio web [http://www.ugst.org/] vea los recursos en el sitio web afiliado http://www.apostolic.net/biblicalstudies). Probablemente su trabajo dejará las críticas anteriores desactualizadas, a menos que se mantenga el enfoque en los asuntos doctrinales centrales.

Los grupos pentecostales unicitarios pronto podrán tomar medidas para alejarse de algunos de sus peores abusos (el legalismo y el nestorianismo), y aún continuarán siendo pentecostales unicitarios en vez de cristianos trinitarios. Por esta razón, es crucial que los elementos definitivos centrales del movimiento, aquellas convicciones sin las cuales la enseñanza unicitaria no sería la misma, sean el foco de nuestra atención.

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(2) Nota del traductor: para la fecha en que fue escrito este artículo (2005) era cierta la afirmación del autor de que sólo el trabajo del señor Boyd era el único disponible sobre teología unicitaria, mas para la fecha en que tradujimos y reprodujimos este artículo existen ya otros libros que tratan ampliamente el tema. 




La negación ultraconservadora de la Trinidad 

Hay dos formas de negar la doctrina de la Trinidad. Una de ellas es rechazar la divinidad de Cristo, al colocarlo en la categoría de ser creado. Este es el error del subordinacionismo. Los subordinacionistas vienen en muchas variedades, desde aquellos que dicen que Cristo es simplemente un ser humano (los ebionitas, los socinianos, la teología moderna liberal) hasta aquellos que dicen que Cristo es la criatura suprema, la primera cosa creada por Dios, mucho más superior que la creación humana o incluso angelical (los arrianos, los Testigos de Jehová). Podemos llamar a este tipo de anti-trinitarismo la negación liberal de la Trinidad, pues el rechazo de la divinidad de Cristo es típico de la teología moderna liberal y requiere que sus partidarios se deshagan de un elemento importante de la fe cristiana.

Pero hay otra forma de negar la ortodoxia trinitaria, y es considerar a Jesús tan absoluta y exhaustivamente divino que Él es todo lo que hay de Dios. En este caso, la divinidad de Jesucristo es reconocida, pero su relación con el Padre y su dependencia del Espíritu no se reconocen como nada más que su relación con su propia divinidad. Tan confiados están estos maestros de que Jesús es Dios, que empiezan a pensar acerca de Él como el único Dios unipersonal que ha asumido forma humana. Esta postura inmediatamente plantea la pregunta de a quién está hablando Jesucristo el Hijo de Dios cuando ora a su Padre. En vista de que Jesús es todo lo que hay de Dios, de algún modo Él debe estar hablando consigo mismo en oración, y debe ser Él mismo en algún otro modo de ser. Al igual que el subordinacionismo, esta herejía viene en muchas variedades, pero el término que abarca todas sus variedades es el modalismo.



El pentecostalismo unicitario, como una forma de modalismo, es una negación ultraconservadora de la Trinidad. Los evangélicos instantáneamente reconocen el error liberal, el subordinacionismo, como herético, y lo consideran una idea sub-cristiana de Dios, la cual no puede ser suficiente para la salvación. Diríamos que ya que los subordinacionistas (los arrianos, los socinianos o los Testigos de Jehová, por ejemplo) no adoran al Dios correcto, no son salvos. Pero encontramos aún más difícil decir esto acerca de los modalistas, especialmente aquellos como los pentecostales unicitarios quienes oran, cantan y se comportan de forma tan parecida a los evangélicos. Una razón para nuestra dificultad puede ser que estemos tan comprometidos con la deidad de Cristo (¡con toda razón!) que mientras podemos ver fácilmente cómo esta doctrina puede ser subestimada, es difícil para nosotros imaginar cómo sería posible enfatizarla demasiado. No obstante sobreestimar o malentender la deidad de Cristo es exactamente lo que los pentecostales unicitarios han hecho.




¿En cuántas formas está errado?

Otra razón para nuestra dificultad viene de pensar erróneamente en el unitarismo como una desviación de la doctrina cristiana que tiende a la misma dirección que el 5 subordinacionismo, pero simplemente no llega tan lejos. Si los cristianos creemos en Jesucristo como (1) el completamente divino Hijo de Dios quien (2) eternamente existió con el Padre antes de revestirse de naturaleza humana en la encarnación, entonces la teología unicitaria sólo niega su existencia eterna (2), mientras que el subordinacionismo niega ambas, su preexistencia (2) y su completa divinidad (1).



Hay una pizca de verdad en esta forma de pensar acerca de las dos herejías, y en algunas formas los subordinacionistas (los Testigos de Jehová o los teólogos liberales) de hecho están dos veces peor que los modalistas (los pentecostales unicitarios).

Sin embargo, ya que las verdades negadas son verdades tan diferentes (la divinidad y la preexistencia eterna), no es finalmente acertado clasificarlas de esta manera. Calvino se quejaba de los herejes diciendo “los cuales, no atreviéndose claramente a quitarle su divinidad, le despojan en secreto de su eternidad”. (Institución, I:13, sección 8. Note sin embargo que sus oponentes enseñan una palabra sobre el comienzo de su existencia en la creación; así que esta cita no es de un contexto en el cual él se dirigía a modalistas del tipo unicitario). Recomiendo ver la doctrina cristiana de la Trinidad como la forma correcta de entender la persona de Jesucristo, con el subordinacionismo como el error liberal y el modalismo como el error ultraconservador. Ambos son igualmente malos, pero yerran en lados opuestos de cada uno.

Sin embargo, ya es el momento de complementar este análisis de la posición sostenida por la enseñanza unicitaria con algo de reflexión sobre el contenido de la enseñanza en sí misma.


Una mala idea que siguió empeorando
El pentecostalismo unicitario comenzó en 1913 en una reunión en un campamento pentecostal en Arroyo Seco en el sur de California. Un evangelista llamado R. E. McAlister predicó acerca de la discrepancia entre el mandato en Mateo 28:19 de “bautizar en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, y la práctica relatada de los Apóstoles de bautizar en el nombre del Señor, o de Jesús (Hechos 2:38 entre otros). El sermón provocó al menos dos respuestas. Primero, un hombre llamado John Scheppe pasó la noche meditando 6 en el asunto, y a primera hora de la mañana corrió por el campamento vociferando que le había sido dada una revelación: el bautismo en el nombre del Señor Jesucristo era el verdadero bautismo.

La segunda respuesta fue más moderada, pero discurrió a lo largo de líneas similares. Frank J. Ewart comenzó a meditar en el sermón de McAlister y descubrió una forma de armonizar los dos bautismos: el nombre “Jesús” debe ser el nombre real del Padre, Hijo y Espíritu Santo, el único nombre en el cual debemos ser bautizados. Más tarde lo resumiría en las palabras, “Creo que los Apóstoles sabían cómo interpretar Mateo 28:19”, añadiendo que “si sólo un ejemplo del bautismo cristiano pudiera encontrarse en la Biblia para satisfacer la interpretación trinitaria de la Gran Comisión, habría una razón para que la gente inteligente la adoptara”. (J. Ewart, The revelation of Jesus Christ [La revelación de Jesucristo], [St. Louis, Missouri: Pentecostal Publishing House, s.f.], p 16. Reimpreso en editorial Donald Dayton, Seven ‘Jesus Only’ Tracts [Siete tratados ‘solo Jesús’], [Nueva York: Garland Publishing, 1985]).

En las manos de Ewart, la doctrina unicitaria empezó a tomar forma. El descubrimiento del nombre correcto en el cual uno debe ser bautizado fue revolucionario. Si “Jesús” es el nombre del Padre, Hijo y Espíritu, entonces Jesús es Él mismo la exhaustiva totalidad de lo que ha sido erróneamente llamada la Trinidad. La antigua doctrina cristiana de Dios tendría que ser modificada drásticamente para encajar con el nuevo entendimiento “apostólico” del bautismo.

La enseñanza unicitaria se ha desarrollado desde el tiempo de Ewart, pero en su pensamiento están presentes los elementos básicos: el descubrimiento de una nueva fórmula para el bautismo y una revisión de la doctrina cristiana de la Trinidad para poner más énfasis en Jesús, cuyo nombre abarca todo acerca de Dios. La combinación volátil de una nueva práctica (el rebautismo para alcanzar la teología correcta) y una nueva doctrina (el modalismo anti-trinitario centrado en Jesús) vino a ser conocido como “el Nuevo Asunto” (“the new issue”), una aseveración radical que demandaba una decisión, y se diseminó entre el pentecostalismo temprano como un fuego descontrolado.

El movimiento recién organizado de las Asambleas de Dios se vio obligado a llevar a cabo un número de reuniones del consejo general para emitir una opinión sobre “el Nuevo Asunto” y en octubre de 1916, los maestros de la Unicidad fueron expulsados. (Una historia breve y confiable del movimiento puede encontrarse en el artículo “Oneness Pentecostalism” [Pentecostalismo unicitario] por D. A. Reed, Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements [Diccionario de los movimientos pentecostal y carismático], editorial Stanley Burgess y Gary McGee [Grand Rapids: Zondervan, 1988]). Vale la pena observar que los primeros pentecostales estaban pasando por enormes tensiones en sus propias iglesias principales, y estaban fuertemente inclinados a permitir que una diversidad de opiniones existiera en cualquier área donde pareciera que el Espíritu pudiera estar moviéndose. Pero la negación unicitaria de la eterna preexistencia del Hijo cruzó una clara línea doctrinal y ello demandaba su expulsión aun de las Asambleas de Dios.


¿De dónde vino, a dónde fue, a dónde va?
Existe una equivocación lógica llamada la falacia genética, que va más o menos así: “Ya que x vino de algo malo, x es malo”. Esta táctica es una falacia porque en lugar de evaluar x por sus propios méritos, intenta prejuzgar x con relación a sus orígenes, sin tomar en cuenta posibles cambios sustanciales desde su origen. Un ejemplo tonto sería, “¿Por qué debería escucharte, ya que todo el mundo sabe que cuando comenzaste tu carrera en la tierra eras un bebé babeante que no tenía control muscular?”

Sin embargo, señalar el origen del pentecostalismo unicitario no es lo mismo que cometer la falacia genética. Es justo criticar al pentecostalismo unicitario al apuntar a su origen, porque su historia subsecuente está marcada por racionalizaciones y justificaciones ad hoc(3) para la idea original. Una tradición puede bien empezar con una mala idea y gradualmente purificarse (como algunas formas del dispensacionalismo clásico que enseñaban doctrinas insostenibles, pero más tarde los dispensacionalistas las modificaron libremente a la luz del estudio posterior y al examinarlas con las Escrituras).

El pentecostalismo unicitario, por otra parte, se ha aferrado a su mala idea original más firmemente a medida que pasaron los años, y ha dejado que su compromiso lo lleve a hacer una revisión extensiva de las doctrinas cristianas de Dios y Cristo. El origen del pentecostalismo unicitario es relevante porque muestra que una nueva idea divisora se valió de un destello de revelación en 1914, y que esa idea (el bautismo sólo en el nombre de Jesús) se desarrolló al punto de convertirse en una revisión a gran escala de la doctrina cristiana de Dios. Este tipo de radicalismo es siempre una señal de una falta de equilibrio y perspectiva.

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(3) Nota: Ad hoc. Locución latina que significa literalmente 'para esto'. Se emplea como locución adjetiva con el sentido de 'adecuado, apropiado, dispuesto especialmente para un fin' (Diccionario panhispánico de dudas, 2005. Real Academia Española). En el contexto dado, podría decirse que una “justificación ad hoc” es una excusa o argumento creado para mantener la suposición doctrinal que se defiende y que ésta no pueda ser refutada.

Lo que sucedió en la primera Navidad 
La mejor forma de captar la desviación doctrinal central del pentecostalismo unicitario es enfocar la atención en lo que ocurrió en la encarnación. Debemos admitir que la primera Navidad fue una gran sorpresa para todos menos para Dios: a lo largo de toda Su historia con Su pueblo elegido, Dios se había revelado a Sí mismo íntimamente, y aún nunca había revelado en forma clara que tenía un Hijo. La eterna existencia del divino Hijo de Dios fue un secreto que Dios guardó aun de sus mejores amigos a quienes se reveló más claramente (Abraham, Moisés, David). Cuando el Hijo vino al mundo en forma humana, esta fue una nueva revelación de algo que había sido eternamente verdadero: Dios tiene un hijo. Como dice Hebreos 1:1, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (RVR1960).

La primera Navidad fue una nueva revelación y una sorpresa definitiva en la historia de la salvación, la cual requirió que el pueblo de Dios corrigiera su teología del mero monoteísmo al monoteísmo trinitario. Los cristianos reconocen que admitir la divinidad de Cristo requiere que confesemos el hecho de que Él existía antes de su venida al mundo como hombre en la encarnación. En otras palabras, si Jesús es Dios, entonces el único Dios siempre ha incluido en su divina naturaleza al menos estas dos personas: Dios el Padre y Dios el Hijo. Decir esto es haber aceptado ya los elementos básicos de la doctrina de la Trinidad y haber ampliado el monoteísmo del Antiguo Testamento para dar lugar a lo que Dios ha revelado acerca de Sí mismo en el Nuevo Testamento.


Credos, confesiones y declaraciones doctrinales útiles 
Dejando a un lado por un momento los antiguos credos de la iglesia cristiana, podemos notar al observar documentos más recientes, que los evangélicos han entendido la doctrina de Dios de esta forma. La declaración de fe de la Asociación Nacional de Evangélicos (National Association of Evangelicals, en Estados Unidos) claramente refleja esta creencia cuando dice “Creemos que hay un Dios, eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo”. En otras palabras, Dios eternamente existió no solamente como Padre sino también como Hijo. Él no comenzó a ser hijo o tener un hijo en la primera Navidad, sino que siempre tuvo al Hijo con Él, “eternamente existente”.

Los pentecostales unicitarios se rehúsan a hacer este ajuste a su versión del monoteísmo del Antiguo Testamento. Enfrentados con la encarnación del Hijo de Dios en la primera Navidad, se rehúsan a extraer la conclusión de que el único Dios siempre ha tenido un Hijo. Con el objeto de evitar esta conclusión, postulan en su lugar que Dios ha entrado en una nueva forma de existencia en la encarnación. El Dios único, unipersonal continuó siendo Él mismo fuera del hombre Jesucristo, pero en ese punto en el tiempo Él comenzó una existencia nueva y simultánea en la forma de humanidad. Cuando Pablo dice que “cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo” (RVR1960), los trinitarios deducen que Dios debía tener un Hijo para enviar cuando vino el tiempo. Los pentecostales unicitarios tiene que interpretar este lenguaje bíblico para dar a entender que cuando el tiempo vino, Dios puso en acción su plan de iniciar una nueva forma de existencia entre los 9 hombres, la cual Él llamaría “el Hijo”. David K. Bernard lo llama “el principio del Hijo”, diciendo:
"El papel del Hijo empezó con el niño que fue concebido en el vientre de María. Las Escrituras aclaran esto perfectamente. Gálatas 4:4 dice, “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.” El Hijo vino en el cumplimiento del tiempo—no en la eternidad pasada. El Hijo fue nacido de una mujer—no engendrado eternamente." (David K. Bernard, "La unicidad de Dios", traducido por Robert L. Nix, Keith Nix y Kelly Nix, Hazelwood, MO: World Aflame Press, p. 105). 
“El Hijo de Dios” para el pentecostalismo unicitario, es la nueva forma de existencia en la en la que entró el único Dios en la encarnación. Esto trae a colación la pregunta más obvia que los trinitarios quieren hacerles a los pentecostales unicitarios:

¿A quién estaba orando Jesús? 
La respuesta corta, para el pentecostalismo unicitario, seguramente debe ser “a Él mismo”. De hecho, muchos maestros unicitarios han dicho algo parecido, especificando que la naturaleza humana de Cristo estaba orando a su naturaleza divina. Eso ha sido ampliamente reconocido como una respuesta inaceptable, ya que convierte a Jesús en dos personas distintas, una humana y otra divina. Esta es la herejía del nestorianismo, y mientras varios maestros unicitarios incurren en ella, maestros más cuidadosos no lo hacen. En su lugar, describen la encarnación como aquello que causa una distinción personal real entre el Padre y el Hijo, una especie de separación entre la existencia de Dios en la forma de su ser eterno, y la existencia de Dios en la nueva forma de su naturaleza encarnada.

A fin de tener un buen entendimiento de la Trinidad, una de las mejores cosas que usted puede hacer es leer el evangelio según san Juan de corrido. Léalo tan rápido como le sea posible y todo de una vez, y de seguro se dará cuenta de que Jesucristo estaba prácticamente obsesionado con un tema: su santo Padre. Él ora al Padre, enseña acerca del Padre, explica el amor que Él y el Padre se tienen el uno al otro, afirma ser enviado por su Padre, anhela regresar al Padre, pide al Padre que le glorifique con la gloria que compartían antes de la fundación del mundo, etc. Es muy claro que Jesús está personalmente ante otra persona divina, el Padre.

Los pentecostales unicitarios tienen que explicar esto, y dadas sus creencias, tienen sólo dos opciones: pueden ignorar toda la distinción personal, y parafrasear los textos como metáforas poéticas útiles para enseñarnos cómo actuar hacia Dios, o pueden admitir que una comunicación interpersonal real está sucediendo aquí entre el Padre y el Hijo, pero afirmar que esta distinción personal vino a existir cuando Cristo nació entre nosotros. Esta última opción, la de tomar seriamente la interacción personal aun cuando están comprometidos con un Dios unipersonal, los deja en la posición de tener que decir que el Dios uni-personal se convirtió en bi-personal en la encarnación. En otras palabras, o pueden ignorar el diálogo interpersonal de Jesús con el Padre, o pueden decir que Dios se dividió a Sí mismo en dos personas por un período de tiempo, pero regresará a la unidad consigo mismo cuando el plan esté completo.

Exégesis torturada vs. la presuposición de preexistencia 
Una doctrina como “la eterna preexistencia del Hijo” puede parecer como un trabalenguas, o un avanzado tema teológico abstracto. De por sí, puede parecer una cosa muy débil y especulativa para servir como excusa para rehusarle la comunión cristiana a un grupo. Pero de hecho la idea contenida en “la eterna preexistencia del Hijo” es bastante sencilla, y es seguramente la presuposición implícita que los cristianos creyentes en la Biblia siempre han tenido en mente al leer la Escritura.

Cuando un cristiano sin entrenamiento teológico lee la apertura del Evangelio de Juan, “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Éste estaba en el principio con Dios y todas las cosas por medio de él fueron hechas […] Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros […]” (RVR1995), ¿qué es lo que probablemente piense salvo que alguien llamado el Verbo siempre era Dios y estaba con Dios y después se encarnó? Él estaría en lo correcto en pensar así, porque estaría instintivamente haciéndole a su monoteísmo el mismo ajuste que los apóstoles y los padres de la Iglesia hicieron a la luz de la revelación de Cristo como Dios. Los creyentes unicitarios, al haber rechazado la obvia deducción de la eternidad del Hijo, deben trabajar más arduamente con este versículo, interpretándolo para que signifique algo como “Dios siempre tuvo un plan para encarnarse, desde el principio cuando creó, y finalmente Él llevó a cabo ese plan”.

Pero note lo que sucede cuando el Hijo eterno (el Verbo que era Dios) es sustraído: el plan de Dios para hacerse carne (su “Verbo” o Logos) ahora debe ser aquella cosa que Juan llama “aquel que estaba con Dios y era Dios”. ¿Realmente querríamos afirmar que el plan de Dios de hacerse carne es Dios en Sí mismo? En la enseñanza de Juan, debe haber algo o alguien que “estaba con Dios, y era Dios” en el principio. Para los cristianos trinitarios, ese algo o alguien es Jesús el Verbo eterno, sobre cuyo ministerio encarnado narra el resto del evangelio según Juan.

La preexistencia es también la mejor forma de darle sentido a ese famoso pasaje en Filipenses 2, en el cual Pablo exhorta sus lectores a que “haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo […]” (RVR 1960). Sin duda parece que antes de la encarnación, alguien que ya existía decidió tomar la forma de un siervo. De manera similar, en Gálatas Pablo dice que “cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (RVR1960). Aparentemente Dios tenía un Hijo para enviar. Para los pentecostales unicitarios este versículo tiene que significar, “Cuando había venido el cumplimiento del tiempo, Dios se volvió humano, y entonces como Dios hecho humano él mantuvo una relación interpersonal con Él mismo, la cual no había existido previamente”.

¿A quién o qué reveló Dios? 
El pentecostalismo unicitario es una moderna forma evangélica de herejía modalista. Existen mejores o peores formas del modalismo, y la enseñanza unicitaria, a fin de cuentas, tiende hacia el lado más favorable. Las peores versiones del modalismo describen a Dios el Padre convirtiéndose en Dios el Hijo y luego en el Espíritu Santo, uno tras otro pero nunca al mismo tiempo. El pentecostalismo unicitario al menos en las manos de sus maestros más responsables, describe a Dios el Padre abordando la encarnación de tal manera que desea comenzar a existir simultáneamente en una nueva forma temporal de corporeización llamada “el Hijo”. Esto al menos tiene la virtud de guardar la apariencia de una relación interpersonal real entre el Padre y el Hijo. Sin embargo, como una forma de modalismo, la enseñanza unicitaria cae presa del problema fundamental de su herejía.

El problema fundamental de todas las formas del modalismo es este: si Dios, para revelarse a Sí mismo, se convierte en otra cosa aparte de lo que Él es, entonces no se ha revelado a Sí mismo sino que ha revelado algo diferente. En este caso, si Dios emerge de un estado de ser un ente sin diferentes modos y sin relaciones interpersonales a ser un ente con diferentes modos y con relaciones interpersonales en la historia de Jesús, entonces, no ha revelado Su verdadera identidad sin diferentes modos y sin relaciones interpersonales. En su lugar, Él ha revelado a un Dios Padre, quien tiene comunión interpersonal consigo mismo en en el modo personal del Dios encarnado, Jesucristo.

Pero de acuerdo con la teología unicitaria, esa comunión interpersonal de Padre e Hijo es precisamente lo que Él no es. Así que el Dios unipersonal intenta revelarse a Sí mismo, pero en su lugar revela un ser divino interpersonal. Los primeros cristianos reconocieron este dilema y lo resolvieron confesando que si Dios se revela a Sí mismo a nosotros al mostrarnos que tiene un Hijo, entonces Él siempre debía haber tenido un Hijo para mostrarnos en el cumplimiento del tiempo. Los modalistas, entre ellos los pentecostales unicitarios, deben encontrar la desagradable implicación de que su postura hace a Dios revelarse a Sí mismo como aquello que Él no es. Tal revelación, por su naturaleza, no puede ser cierta.

La cuestión sociológica: evangélicos, pero no cristianos. 
Uno de los aspectos más difíciles de reconciliar con el pentecostalismo unicitario es que estas iglesias son cultural y sociológicamente evangélicas. Tienen un alto concepto de la autoridad de las Escrituras, un corazón para la adoración, una pasión por evangelizar, y un compromiso con vivir vidas marcadas por la santidad. Aunque luchan con el legalismo, a menudo están marcadas por la gracia, y desde luego, dicen las cosas correctas acerca de la salvación por la acción unilateral de Dios de misericordia inmerecida. Enseñan, predican, cantan, dan y viven como el grupo sociológico que reconocemos como “cristianos evangélicos”.

No obstante, dada su seria desviación doctrinal, me inclino a decir que están en la extraña posición de ser evangélicos pero no cristianos. ¿Qué quiero decir al llamarlos no cristianos? Me refiero a que es posible examinar el mundo entero y revisar dos mil años de historia cristiana y reconocer, a pesar de todas las diferencias de opinión y práctica, algo semejante a “lo cristiano”. Lo que C. S. Lewis llamó “mero cristianismo” es algo real y reconocible.

Pero “lo cristiano” es distintivamente trinitario. Desde la fórmula bautismal en la Gran Comisión misma, al Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno, a lo largo de los siglos a través de los Reformadores y pasando por los fundamentalistas, a través de las grandes cismas que delimitaron a los católicos romanos y los creyentes ortodoxos orientales, las iglesias cristianas han sostenido que la correcta interpretación de la Biblia es la interpretación trinitaria. Al escoger una postura hacia el pentecostalismo unicitario como un movimiento, los cristianos evangélicos se encuentran a sí mismos puestos honestamente junto a los católicos romanos y los ortodoxos orientales, diciendo (en las palabras de la declaración de fe de la Asociación Nacional de Evangélicos) lo mismo que lo planteado por los teólogos nicenos: “Creemos que hay un Dios, eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Decir “eternamente existente” traza una aguda línea contra el pentecostalismo unicitario, una línea que comenzó su movimiento al dibujarse. El “Nuevo Asunto” del bautismo sólo en el nombre de Jesús y la doctrina unicitaria causaron que este grupo saliera de las Asambleas de Dios y se declarara separado. Tan convencidos estaban los primeros maestros unicitarios de sus distintivos y su misión, que cuando las iglesias de las Asambleas de Dios los readmitían en la comunidad, ellos inmediatamente comenzaban a hacer proselitismo y a promover el “Nuevo Asunto” en la iglesia.

Normalizando relaciones con una teología anormal Si el pentecostalismo unicitario, y especialmente la Iglesia Pentecostal Unida Internacional, está entrando en una fase más amable y apacible en la cual minimiza sus diferencias con la teología ortodoxa, esto es tanto una señal de peligro como de posibilidades. Es peligrosa porque los maestros unicitarios cautivantes y elocuentes pueden hacer proselitismo en iglesias trinitarias, promoviendo sus opiniones en cada oportunidad. A medida que aprendan la retórica del mutuo acuerdo, y del diálogo no condenatorio, estos maestros unicitarios paulatinamente se volverán atractivos para los evangélicos del común. Cada vez que persuaden a un grupo evangélico del común de aceptarlos, esta aceptación se añade a su creciente lista de “evangélicos que nos dieron el sello de aprobación”:
Las Emisoras Religiosas Nacionales (National Religious Broadcasters), una rama de la Asociación Nacional de Evangélicos, han aceptado a individuos y grupos unicitarios como miembros. La Sociedad para Estudios Pentecostales (Society for Pentecostal Studies), una organización interdenominacional de eruditos pentecostales y carismáticos, también acepta como miembros a creyentes unicitarios, y uno de ellos recientemente sirvió como su presidente. La mayoría de las editoriales evangélicas y carismáticas publican y comercializan libros y música de pentecostales unicitarios. Emisoras de radio evangélicas en todo el mundo transmiten programas de pentecostales unicitarios, incluso "Tiempo de Cosecha" (Harvestime), la emisión oficial de la IPUI (UPCI en inglés). (David K. Bernard, “Respondiendo a la acusación de sectarismo. Desde octubre-diciembre de 1993 en adelante, un programa trimestral para los ministros de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional.) 

De este modo, cualquier acuerdo o colaboración con grupos unicitarios probablemente será visto como aprobación. Aceptar miembros, clientes, empleados o estudiantes sin definiciones muy claras de dónde se deben poner los límites, sería añadir el nombre institucional de uno a una campaña publicitaria posterior por líderes unicitarios que argumentan que su perspectiva es aceptable para otros cristianos.

Por otro lado, junto con el peligro hay algunas posibilidades en el perfil amable y apacible. Será difícil para los maestros pentecostales hablar abiertamente sobre sus opiniones en una forma atractiva sin admitir muchos problemas en su legado histórico. Algo del trabajo avanzado que está ocurriendo en la Escuela de Postgrados en Teología Urshan (Urshan Graduate School of Theology) de la IPUI ya muestra señales de estar aproximándose al cambio real en dirección de la ortodoxia. Algunos eruditos allí están explícitamente abrazando la antigua doctrina calcedonia de las dos naturalezas de Cristo, lo cual es un gran logro para los unicitarios. Si sus opiniones son consideradas aceptables por la IPUI y sus iglesias, entonces el pentecostalismo unicitario habrá dado un paso considerable para aclarar su posición doctrinal. Hasta ahora, el único beneficio que he visto de esta aclaración es que nos permite enfocarnos más firmemente en los uno o dos puntos reales de división que quedan: la preexistencia de Cristo y la eterna existencia de la Trinidad en tres personas.

A medida que los representantes pentecostales unicitarios luchen por la aceptación de parte de los evangélicos, algunas veces serán motivados a restarle importancia a las diferencias. Vale la pena preguntar cómo manejarán las serias distorsiones doctrinales entre los de sus filas. Los años recientes ciertamente han presenciado el estallido de una controversia teológica importante en las filas de la unicidad: un puñado de pastores ha empezado a enseñar que Cristo no recibió un cuerpo de María, sino que Él lo trajo consigo del cielo. Esta Cristología de “carne divina” está llevando a los de la sede principal de la IPUI hacia la distracción, especialmente porque está centrada en el ministerio de unos pocos pastores en Etiopía, una iglesia a la que la IPUI le gustaría poder señalar como un símbolo de todo lo que es bueno, vital, y dinámico en su movimiento. Después de que hemos luchado sobre si los creyentes unicitarios son salvos, es gratificante poder observarlos luchar con una decisión similar con respecto a algunas ovejas descarriadas en su propio redil.

En la providencia y cuidado de Dios por sus ovejas envueltas en este profundamente erróneo movimiento, vale la pena orar para que sus estudiosos comiencen a percibir los puntos de concordancia real como una señal de que el cristianismo normal es una buena tradición a la que deberían considerar volver a unirse. De igual manera, podemos orar que las exitosas celebridades unicitarias como T. D. Jakes y Tommy Tenney se den cuenta de que venden más libros y seminarios cuando predican y enseñan más como los cristianos normales. Si los compromisos doctrinales unicitarios sólo cierran puertas, y cada paso en dirección del cristianismo bíblico histórico abre puertas, quizás los líderes del movimiento serán impulsados a reconsiderar aún las diferencias fundamentales.



¿Un asunto de salvación? “Todo el que quiera salvarse…” 

Inevitablemente, el asunto unicitario será planteado entre los evangélicos en términos de la salvación. “¿Es este un asunto de salvación?” es a menudo el argumento de apelación definitivo para los evangélicos. En primer lugar, déjeme señalar que aun si no fuera un asunto de salvación, todavía podría ser importante. Sólo en una cultura evangélica en la que la doctrina y la verdad no son consideradas relevantes a la vida cristiana, la pregunta “¿Es este un asunto de salvación?” podría funcionar como una revisión diagnóstica para cada conversación doctrinal, ya que la presuposición implícita es que debemos pensar muy poco acerca de cualquier cosa que no tenga que ver con el asunto de si usted va al cielo al morir. Algunas cosas pueden no ser asuntos de salvación, pero aún pueden estar fundamentalmente equivocadas y por lo tanto pueden evitarse. Un cristiano puede ser salvo e ir al cielo con un gran número de ideas equivocadas en la cabeza. Muchos creyentes han tenido experiencias impactantes en las cuales descubrimos alguna verdad teológica asombrosa e importante que de alguna forma se nos ha escapado a lo largo de años de vida cristiana. Muchos cristianos evangélicos creen, por ejemplo, que Jesús se despojó de su cuerpo humano cuando ascendió al Padre, deshizo la encarnación, y ya no es un ser humano. Esa es una creencia falsa, y leer Hebreos la corregiría rápidamente. ¿Es un asunto de salvación? No, pero si toda una iglesia comenzara beligerantemente a predicar la nohumanidad del Cristo ascendido, sería motivo para advertirles severamente que se estaban desviando.

En segundo lugar, si la pregunta es si los pentecostales unicitarios son cristianos evangélicos, entonces la respuesta es obviamente no, sin importar si este es o no un asunto de salvación. No es práctico hacer una distinción real entre “ser salvo” y “ser cristiano”, pero considere la brecha que puede existir entre el encuentro de una persona con Jesucristo y su habilidad de articular una adecuada definición de su experiencia cristiana. Conozco a un hombre que aceptó a Cristo hace veinte años en una iglesia unicitaria, y luego después de una década en esa iglesia, vino a darse cuenta que la Biblia enseña que Dios es eternamente trino en vez de lo que su iglesia le había enseñado acerca del Dios unipersonal que entra temporalmente en una forma de corporeización. Mi amigo cambió su teología antibíblica por un entendimiento bíblico, y cambió de iglesia. ¿Ese hombre ha sido cristiano durante diez años o veinte? Después de mucha reflexión personal, él describe su travesía espiritual en estos cuidadosos términos: “Hace veinte años, entré en una relación salvadora con Jesucristo, y hace diez años fui liberado de las enseñanzas sub-cristianas, antibíblicas acerca de quién es Él, y acepté en su lugar la verdadera doctrina cristiana”. Yo dudo en generalizar con base en este difícil y temeroso testimonio, pero estoy inclinado a decir que hay personas en iglesias unicitarias que son salvas al confiar en Jesucristo, pero están trabajando bajo enseñanzas estrictamente antibíblicas acerca de quien es Él. Adicionalmente, las iglesias en las que están no son iglesias cristianas.

En tercer lugar, la iglesia antigua de hecho habló fuertemente acerca de este asunto, y decidió que de hecho los esbozos generales sobre el cristianismo trinitario son necesarios para la salvación. El Credo Atanasiano del siglo V lo dice memorablemente:
Todo el que quiera salvarse,
Debe ante todo mantener la Fe Universal.
El que no guardare ésta Fe íntegra y pura,
Sin duda perecerá eternamente.
Y la fe universal es ésta:Que adoramos a un solo Dios en Trinidad,
Y Trinidad en Unidad;
Sin confundir las Personas, ni dividir la Sustancia.
Porque es una la Persona del Padre,
Otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.

Estas infames “cláusulas condenatorias” son difíciles de mantener frente a personas sinceras, y sinceramente equivocadas, quienes acuden a Cristo para salvación. ¿Qué habrá guiado a la Iglesia antigua a decir esto? Yo creo que tiene que ver con la cuestión de identificar a Dios. Si la pregunta es, “¿Quién es Dios y cómo puedo reconocerlo?”, entonces la respuesta cristiana es: “Dios es el Padre, Hijo y Espíritu Santo, un Dios para siempre”. Confesar a Jesucristo como Dios necesariamente implica que el verdadero Dios se debe ver reflejado en Jesucristo, y que incluye en su propio ser al Hijo eterno. 

Es posible identificar al Dios correcto y aún así sostener algunas ideas equivocadas y antibíblicas acerca de Él. ¿Dónde está la línea entre adorar al Dios incorrecto, y adorar al Dios correcto de la forma incorrecta? En algún punto en nuestras comprensiones de Dios (que son nuestras respuestas humanas a su revelación), nos aproximamos a una línea más allá de la cual no estamos meramente teniendo algunas ideas erróneas acerca de Dios, sino que realmente estamos malinterpretando su propia identidad. Un cristiano debe ser capaz de entrar en una sala llena de supuestos dioses y seleccionar al Verdadero. El Verdadero es ese Ser divino quien en el Antiguo Testamento hizo claro que Él es uno y en el Nuevo Testamento hizo claro que como el único Dios, Él “existe eternamente como Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Puedes acceder al artículo en inglés aquí.

sábado, 2 de noviembre de 2019

95 TESIS CONTRA LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD



1. Dios no es su empleado.
2. La conversión de Zaqueo no fue nada lucrativa para él.
3. Los cristianos también se enferman, también se ponen tristes y también se sienten solos de vez en cuando.
4. Los impíos también prosperan emocional, física y financieramente.
5. Tener fe no es necesario para una buena vida material.
6. No necesitamos "parar de sufrir" para ser felices.
7. No necesitamos predicar imitando la voz de otra persona.
8. No necesitamos la "cobertura espiritual" de ninguno de los apóstoles de la televisión.
9. Sólo necesitamos a Jesucristo.
10.  No todo cristiano nació para ser líder, pero todos necesitan servir unos a otros.
11. Es erróneo dar más privilegios a la gente rica en la iglesia, sólo porque son ricos.
12. Es pecado distorsionar la Palabra para aumentar los ingresos de la iglesia.
13. Es imposible servir a Dios y a Mamón. Las iglesias de la prosperidad nos lo hacen recordar claramente.
14. Quien busca el dinero antes que a Cristo, en verdad, nunca buscó a Cristo.
15. Nuestra salvación no ha costado la sangre de nuestros adversarios, sino la sangre de nuestro mejor Amigo.
16. La Biblia no dice que Dios está en la obligación de bendecirnos.
17. Doctrinalmente hablando, Dios no está obligado a nada.
18. No es necesario un "culto de sanidad" para que Dios sane.
19. No es necesario un "culto de liberación" para que Dios libere.
20. No es necesario un "culto de oración" para que Dios oiga.
21. Quien ora no está "pagando un precio". Quien ora está alabando, pidiendo y agradeciendo a Dios.
22. De nada sirven los dones espirituales si no tenemos carácter para usarlos.
23. Es Dios el dueño del oro y de la plata. Tú no, ni tu pastor tampoco.
24. Judas vendió a Cristo y muchos "pastores" hacen lo mismo.
25. Usted no es especial. Usted es un gran pecador y Cristo es un gran Salvador.
26. No sirve de nada hablar sólo cosas positivas. No se materializará mágicamente en su vida.
27. El agua del río Jordán es tan "sagrada" como cualquier agua.
28. No hay ningún orden bíblico para que cada cristiano tenga 12 discípulos así como Jesús los tuvo.
29. Hoy, no hay más "apóstoles" en el sentido de tener autoridad doctrinal sobre la Iglesia y ser establecidos por Cristo.
30. La salvación no es un intercambio de favores.
31. No hay como comprar el perdón de Dios.
32. No hay como comprar lo que no tiene precio.
33. Nuestra relación con Dios no funciona por medio de negociaciones, sino por la gracia mediante la fe.
34. El mundo es caído. No siempre es "vencer o vencer".
35. No existe una unción de la prosperidad de Salomón, o de José (De Egipto).
36. Toda oferta financiera es voluntaria y NUNCA obligatoria.
37. Aprovecharse de eso para no ofrecer es cosa de gente que ama más el dinero que a Dios.
38. Es incorrecto predicar que las evidencias de una verdadera fe están en las condiciones financieras del creyente.
39. Es incorrecto predicar que, una vez que Job fue próspero al final de la vida, todos los que sean fieles también serán.
40. Es incorrecto (y ridículo) usar técnicas de hipnosis o musicoterapia para conseguir más dinero de los fieles.
41. Pastores verdaderos deben ser honrados, pero no a punto de que la iglesia los considere infalibles e intocables.
42. La iglesia debe juzgar falsas enseñanzas, según la Palabra de Dios nos orienta, y expulsar a los falsos maestros de los púlpitos.
43. La iglesia debe buscar el Reino de Dios y su justicia en primer lugar.
44. La iglesia debe llorar con los que lloran y alegrarse con los que se alegran.
45. Es muy extraño dar oportunidades a los políticos para hacer propaganda electoral dentro de iglesias.
46. Es blasfemo cobrar cualquier cantidad para predicar la Palabra. Un predicador no debe ser un peso para nadie.
47. Un predicador de la Palabra debe vivir de ofrendas voluntarias, y no de "ofertas combinadas". Si se combina, entonces ya no es oferta.
48. No escuche a Cash Luna, Guillermo Maldonado o Ana Méndez. Son herejes.
49. Comprar bolsitas de sal gruesa no te dejará más santo. Venderlas con ese propósito es pecaminoso.
50. La predicación cristocéntrica de la Palabra es el principal medio por el cual la Iglesia es fortalecida en el Señor.
51. Dios no nos trata como niños mimados.
52. Dios no está ni impresionado con nuestra "adoración extravagante".
53. No existe "jabón del lavador" o "jabón del descargo".
54. No existe el "triezmo". No invente.
55. No hay "rosas ungidas".
56. No existe agua purificada. Ni el “agua de la mañana” (de Joshua TB).
57. Tocar un shoffar no produce nada más que ruido.
58. No hay poder en “estirar la mano al TV" mientras ora el tele-evangelista.
59. No existe "rama ungida del Monte de los Olivos".
60. No hay "pañuelo ungido".
61. No existe "hoja del árbol de la vida".
62. No existe poder en la "cinta roja".
63. No existe el "manto sagrado de la tumba de Jesús".
64. No existe poder en el "aceite del amor".
65. No existen las "piedras ungidas de la tumba de Jesús".
66. No existe unción del "arca".
67. No existe "la vara de Aarón".
68. No hay patriarcas, ni son éstos los líderes espirituales de los apóstoles.
69. No existen "actos proféticos".
70. No existe la "faja milagrosa de los sueños"
71. No hay "pluma ungida".
72. No existe "media ungida".
73. No hay "martillo" que pueda hacer milagros.
74. No existe ningún objeto que, consagrado o ungido por un líder espiritual, pueda garantizar bendiciones materiales para la vida del creyente.
75. No hay vestiduras más santas que otras.
76. No hay lugares más santos que otros.
77. No hay objetos más santos que otros.
78. No existe la "unción de la risa".
79. No existe "transferencia de generación".
80. Expulsar demonios es más prioridad en lugar de querer entrevistarlos.
81. Es erróneo hacer una doctrina de un texto aislado.
82. "Doble Porción" no tiene nada que ver con el dinero.
83. El Espíritu Santo no provoca escalofríos. El nombre de esto es emoción. El Espíritu Santo causa cambios de vida.
84. El Espíritu Santo más preocupado por la ética que con la estética de alguien.
85. De la experiencia emocional de alguien, no puede establecerse una teología bíblica.
86. Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres.
87. No hay ningún texto tan santo y tan puro como la Palabra de Dios.
88. Los elementos judíos son eso: elementos judíos.
89. Dios no hará todas nuestras voluntades.
90. O enfrentamos la vida crucificada, o adoramos a Mamón.
91. Un verdadero discípulo es justo porque vive por la fe.
92. Un verdadero discípulo sabe que Dios es nuestra necesidad en Cristo Jesús.
93. Un verdadero discípulo sabe que debe renunciar todo aquello que le impide seguir a Jesús plenamente.
94. Un verdadero discípulo debe ser capaz de gastarse en favor de los demás.
95. Un verdadero discípulo sabe que una enseñanza puede hacer llover milagros, pero debe ser rechazado, si no está en las Sagradas Escrituras.

Por Lucas Martins

#504AñosDeLaReforma

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