sábado, 10 de octubre de 2020

LOS TRES GRANDES DESAFÍOS DEL PENTECOSTALISMO CONTEMPORÁNEO




1.El Neopentecostalismo. 
Han surgido muchas modas en los últimos 40 años. Estamos hablando de doctrinas y prácticas erróneas como la "Teología de la Prosperidad", la "Confesión Positiva", la "Teología de la Batalla Espiritual", la "Renovación Apostólica", la "Teología del Dominio", la "Carismanía" (uso excesivo de dones), etc. Estas prácticas e ideas des-caracterizan al pentecostalismo por el exceso de subjetividad, superstición y descuido en el estudio de las Sagradas Escrituras. 

2. La Búsqueda del Poder. 
No hablo del poder de Dios, sino del poder de los hombres. Es política con una "p" minúscula. Es pura y simple política. Es la búsqueda de privilegios y espacios de confort. Estos son los profetas de la corte que siempre proclaman lo que los reyes corruptos quieren escuchar. En estos espacios, como ve, el carisma se usa sin preocuparse por el carácter. 

3. Pospentecostalismo. 
Esta es la amenaza más sutil y sofisticada. Es el pentecostalismo sin Pentecostés. Es pentecostalismo como una mera tradición. Es pentecostalismo sin deseo de dones y bautismo en el Espíritu Santo. Es el pentecostalismo que no ve su propia teología. En un viralismo pensar que el pentecostalismo no tiene nada que enseñar, sino todo que aprender. Por eso, se siente incómodo con cualquier propuesta de teología y hermenéutica pentecostal. Lo pospentecostal no se diferencia en nada de un mero continuista teórico, pero con un agravante: extingue al Espíritu no como crítico externo, sino desde adentro.



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