martes, 2 de mayo de 2017

¿La Biblia no Fue Creada Para Entenderla?



¿La Biblia no Fue Creada para Ser Entendida?

El estudio de la Palabra de Dios es fundamental para la vida cristiana. Sin embargo, en ciertos movimientos carismáticos y neopentecostales, circula una afirmación preocupante: “La Biblia no fue creada para entenderla, sino para obedecerla. Hazlo y verás los resultados”.

Esta declaración, aunque parece piadosa, es en realidad una distorsión peligrosa. Niega la importancia del entendimiento de la Escritura y, en consecuencia, impide un crecimiento espiritual fundamentado en la verdad. A lo largo de la historia de la Iglesia, el conocimiento teológico ha sido un pilar esencial para la fe cristiana.

La Biblia enseña que debemos entenderla

Contrario a la afirmación mencionada, la Biblia enfatiza repetidamente la importancia del entendimiento en la vida del creyente. El salmista expresa su deseo de comprender la Palabra de Dios:

"Hazme entender, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón." (Salmo 119:34, RVR1960)

El pedido del salmista no solo refleja su deseo de obedecer, sino que reconoce que la obediencia nace del entendimiento. Sin comprensión, la obediencia se convierte en un mero ritual sin convicción. Otras traducciones refuerzan esta idea:

"Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón." (Salmo 119:34, NBLA)

La Biblia no es un conjunto de mandatos ciegos; es una revelación que debe ser comprendida para ser vivida en su plenitud.

Dios nos llama a usar la mente

Jesús mismo reafirma la importancia de amar a Dios con todo nuestro ser, incluyendo nuestra mente:

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente." (Mateo 22:37, RVR1960)

El intelecto no está en oposición a la fe; al contrario, es parte esencial de ella. En Lucas 24:45, Jesús abre el entendimiento de sus discípulos para que comprendan las Escrituras. Pablo también exhorta a Timoteo a reflexionar sobre lo que aprende, confiando en que Dios le dará discernimiento:

"Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo." (2 Timoteo 2:7, RVR1960)

Dios no nos llama a una fe ciega, sino a una fe informada, donde el estudio diligente de Su Palabra nos permite conocerle mejor y vivir conforme a Su voluntad.

El peligro del anti-intelectualismo

La idea de que la Biblia no necesita ser entendida sino solo obedecida refleja una actitud anti-intelectual que ha permeado ciertos sectores del cristianismo contemporáneo. Este enfoque tiene consecuencias graves:

  1. Promueve la manipulación: Si los creyentes no son animados a estudiar la Escritura, son más susceptibles a ser engañados por falsos maestros.

  2. Impide el crecimiento espiritual: La madurez cristiana requiere conocimiento. Pablo exhorta a los creyentes a no conformarse a este siglo, sino a ser transformados mediante la renovación de su entendimiento (Romanos 12:2).

  3. Desvaloriza la apologética: La Biblia nos llama a estar preparados para defender nuestra fe (1 Pedro 3:15). Esto requiere conocimiento y comprensión.

El entendimiento conduce a la obediencia

El libro de Proverbios recalca la importancia de la sabiduría y el conocimiento:

"Hijo mío, si recibes mis palabras y atesoras mis mandamientos dentro de ti, prestando atención a la sabiduría e inclinando tu corazón al entendimiento, [...] entonces entenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios." (Proverbios 2:1-5, NBLA)

El temor de Dios y el conocimiento van de la mano. La Escritura no solo debe ser leída superficialmente, sino investigada, meditada y comprendida.

Objeciones comunes y respuestas

Algunos podrían argumentar que el conocimiento intelectual lleva al orgullo. Sin embargo, la Escritura no condena el conocimiento, sino el orgullo que puede derivar de él cuando no está sometido a Dios. Pablo advierte que "el conocimiento envanece, pero el amor edifica" (1 Corintios 8:1). El conocimiento debe ser adquirido con humildad y usado para edificar a otros.

Otros podrían decir que la fe no depende del intelecto, sino del Espíritu Santo. Es cierto que el Espíritu es quien ilumina la verdad, pero esto no exime al creyente de su responsabilidad de estudiar. Pablo elogió a los bereanos porque examinaban las Escrituras diariamente para verificar la verdad de lo que se les enseñaba (Hechos 17:11).

Aplicación para la vida cristiana

El cristiano está llamado a amar a Dios con su mente, lo que implica:

  • Estudio serio de la Escritura: Leer la Biblia en su contexto, con herramientas adecuadas, y buscando guía en el Espíritu Santo.

  • Discernimiento teológico: Evaluar las enseñanzas a la luz de la Biblia para evitar ser llevados "por todo viento de doctrina" (Efesios 4:14).

  • Uso del conocimiento para glorificar a Dios: No para debate estéril, sino para edificar a otros y fortalecer la fe.

Conclusión

Negar la importancia del entendimiento de la Escritura es contrario a la enseñanza bíblica. La Palabra de Dios no solo debe ser obedecida, sino también comprendida. Como bien dice Augustus Nicodemus Lopes: "Jesucristo murió para quitar tu pecado, no tu inteligencia". La fe cristiana no es enemiga del conocimiento; al contrario, lo exige para un crecimiento sólido y maduro.

Para profundizar en este tema, se recomienda la lectura de los siguientes libros:

  • Piense, de John Piper.

  • El escándalo de la mente evangélica, de Mark Noll.

  • Amarás a Dios con toda tu mente, de Os Guinness.

  • Ama a Dios con toda tu mente, de J.P. Moreland.

  • Hábitos de la mente, de James Sire.

Que Dios nos conceda corazones y mentes que le busquen con diligencia, sabiendo que el verdadero conocimiento nos lleva a una obediencia gozosa y fundamentada en la verdad.

¡Piensa en esto, cristiano!

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