domingo, 15 de agosto de 2021

JESÚS HIJO DE ADÁN, HIJO DE DIOS




Lucas provee tres diferentes confirmaciones de Jesús como el Hijo de Dios, comencemos con una confirmación divina en Lucas 3:21 y 22. Escuchemos la descripción del bautismo de Jesús en Lucas 3:22:
"Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia". (Lucas 3:22)
En el bautismo de Jesús, Dios mismo confirmó públicamente que Jesús era su hijo a través de la aparición visible del Espíritu y su voz desde el cielo. A continuación, Lucas provee una confirmación genealógica de que Jesús era el Hijo de Dios en Lucas 3:23 al 38.

Al igual que Mateo, Lucas trazó la genealogía de Jesús a través de la línea directa de David y Abraham. Pero a diferencia de Mateo, Lucas extendió su registro para incluir la línea directa de la humanidad hasta llegar a Adán. Para entender el significado de esta genealogía, escuchemos la forma en que termina Lucas 3:38:
"Hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios". (Lucas 3:38)
Lucas llamó a Adán "hijo de Dios" – el mismo título dado a Jesús en estos capítulos. De esta manera, Lucas señala algo que otras partes del Nuevo Testamento enseñan plenamente. Como el Hijo de Dios, Jesús estaba destinado a cumplir el propósito del primer hijo de Dios, Adán. O como el apóstol Pablo señaló en 1 Corintios 15:45, Jesús era el postrer Adán. Adán fue el rey siervo de Dios en la tierra quien se suponía haría la voluntad de Dios, pero fracasó rotundamente. Jesús es el gran Hijo de Dios quien tuvo éxito cuando Adán había fracasado, extendiendo así la salvación a cada nación en la tierra.

La última confirmación de Jesús como el Hijo de Dios fue una confirmación personal de Jesús mismo en Lucas 4:1 al 13. Este es el relato de la tentación de Jesús en el desierto. Cómo Lucas señaló en Lucas 4:1, el Espíritu Santo llenó a Jesús y lo guió al desierto, donde él fue tentado por Satanás. El demonio tentó a Jesús para cambiar las piedras en pan, para recibir autoridad sobre las naciones del diablo, y para arrojarse de la parte superior del templo. El diablo comenzó dos de esas tentaciones con las burlonas palabras "Sí eres Hijo de Dios." En respuesta, Jesús rechazó firmemente las tres tentaciones de Satanás, e incluso citó pasajes del Antiguo Testamento que describían lo que un fiel hijo de Dios debe hacer. Como dice el Dr. Greg Perry

"Jesús cita la Biblia cuando él se encontró con el diablo en el desierto por varias razones. Primero, parte de lo que los escritores de los evangelios hacen es retratar a Jesús como el verdadero Hijo de Dios. Una de las razones por la que lo vemos citando las Escrituras, es a causa de su relación de pacto con Dios. Él va a las Escrituras y cita esa expresión de la relación de pacto para mantener las cosas en orden, para mantener la visión correcta de su propia autoridad en relación con Dios el Padre, y también a la autoridad limitada del diablo. Jesús dice: El hombre no vivirá sólo de pan sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, sólo para recordarse a sí mismo de la prioridad de la relación de pacto, lo que le ayuda a resistir las tentaciones del diablo. Lo vemos citando una parte particular de las Escrituras, Deuteronomio 6 al 8. Aquí Moisés se encuentra hablando de la experiencia del pueblo de Dios en el desierto, y cómo esa experiencia en el Éxodo probó lo que la comunidad tenía en sus corazones. Tenemos que ocurre algo muy similar, la prueba de filiación en el encuentro de la tentación de Jesús, donde Israel no pasó la prueba, Jesús pasa la prueba. Y así vemos este tipo de comparaciones en el uso del Antiguo Testamento por los escritores de los evangelios y por Jesús en la narración de la tentación." 

Debido a que esto sigue a la genealogía de Jesús que termina con Adán como el hijo de Dios, el relato de Lucas de la tentación de Jesús debe ser vista en contraste con el relato de la tentación de Adán en Génesis 3. En esa historia, el demonio tentó a Adán en el Jardín del Edén. Cuando Adán pecó, Dios maldijo a la creación y echó a toda la humanidad al desierto. En contraste, Jesús resistió la tentación en el desierto, y esto confirmó que él realmente era el fiel Hijo de Dios quien traería al pueblo fiel de Dios de regreso al paraíso.

- Los Evangelios, Tercer Milenio

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