¿La Creencia de la Construcción de un Tercer Templo es Doctrina Histórica o un Invento Moderno?
La doctrina histórica de la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente, nunca sostuvo como parte de su fe o escatología oficial la construcción de un tercer templo en Jerusalén. Esa idea, tal como se formula hoy en muchos círculos evangélicos, es un invento moderno, propio del dispensacionalismo, surgido en el siglo XIX.
A continuación te explico con claridad y fuentes por qué:

Desde los Padres Apostólicos hasta la Reforma y más allá, la Iglesia entendió que el templo físico del Antiguo Testamento fue una sombra, un tipo, que se cumplió en Cristo. No hay evidencia en los credos ecuménicos ni en la teología clásica que sugiera que se esperaba una reconstrucción del templo literal en Jerusalén como parte del plan de Dios.

Orígenes (siglo III) argumentó contra la interpretación literal de las profecías del templo y defendía una lectura espiritual, viendo el cumplimiento en la Iglesia.
Agustín (siglo IV-V) entendía que las promesas hechas a Israel se cumplen en Cristo y en su cuerpo, la Iglesia (cf. La ciudad de Dios, libro 17).
Para ellos, la destrucción del segundo templo (70 d.C.) era el juicio de Dios sobre el judaísmo incrédulo, no un paréntesis en espera de reconstrucción.

Reformadores como Calvino, Lutero y los Puritanos veían al templo como un tipo de Cristo (Juan 2:19-21), y no esperaban un templo futuro.
El Catecismo de Heidelberg (1563) y la Confesión de Fe de Westminster (1647) enseñan que Cristo es el cumplimiento del sacerdocio, del sacrificio, y del templo (ver Hebreos 8–10).

La idea de un “tercer templo” como parte del cumplimiento profético futuro no surge hasta el siglo XIX con el auge del dispensacionalismo, particularmente con:

Fundador del dispensacionalismo moderno.
Enseñó una estricta separación entre Israel y la Iglesia.
Propuso una restauración literal de Israel, del templo, de los sacrificios y del culto levítico en un futuro “Reino Milenial”.

Popularizaron la idea del “tercer templo” entre evangélicos en EE.UU.
Enseñaban que Ezequiel 40–48 se cumpliría literalmente en un templo judío durante un futuro milenio.
Esta es una novedad teológica sin precedentes en la tradición de la Iglesia universal.

La Escritura enseña con claridad que Cristo es el verdadero templo:
Juan 2:19-21 – Jesús habla del “templo” de su cuerpo.
Efesios 2:19–22 – La Iglesia es el templo, edificada sobre Cristo.
1 Pedro 2:4–6 – Somos piedras vivas de un templo espiritual.
Hebreos 9–10 – El templo terrenal fue figura del verdadero.
Apocalipsis 21:22 – En la nueva Jerusalén “no hay templo, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo”.
La idea de regresar a un templo de piedra con sacrificios animales es, según Hebreos, una regresión que niega la suficiencia del sacrificio de Cristo.

No, la Iglesia histórica no ha creído en la construcción de un tercer templo. Esta idea no está en los credos, ni en los concilios, ni en la teología patrística ni reformada. Es un invento reciente del dispensacionalismo, basado en una lectura literalista y descontextualizada del Antiguo Testamento, que contradice la interpretación cristocéntrica del Nuevo Testamento.
Como enseñó Agustín:
> “Lo que en el Antiguo Testamento estaba velado en sombras, en el Nuevo ha sido revelado en Cristo”.
¡Piensa en esto cristiano!
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