jueves, 7 de agosto de 2025

La Roca Verdadera: Una Defensa Reformada y Patrística de la Interpretación de Mateo 16:18



Este artículo explora críticamente la interpretación de Mateo 16:18 a la luz de la tradición patrística y desde una perspectiva reformada, refutando el dogma católico romano de que Pedro —y por extensión el papado— constituye la "roca" sobre la cual Cristo edificó su Iglesia. Basándonos en investigaciones realizadas por destacados estudiosos católico-romanos, como el arzobispo Kenrich y Jean de Launoy, y reforzando estos hallazgos con el pensamiento reformado, sostenemos que la verdadera roca es la confesión de fe en Cristo, no el apóstol Pedro ni mucho menos sus supuestos sucesores.

Introducción

La afirmación de Jesús en Mateo 16:18 —"tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia"— ha sido uno de los textos más debatidos en la historia del cristianismo. La Iglesia de Roma lo ha interpretado como la institución del papado, fundamento para su doctrina de la supremacía y sucesión petrina. Sin embargo, tanto la tradición patrística como el testimonio de la Reforma sugieren otra lectura. Este artículo busca examinar el testimonio histórico de los Padres de la Iglesia y presentar una defensa bíblica y teológica reformada contra la interpretación romana del texto.

I. Hallazgos patrísticos: el testimonio de los propios católicos

1. El estudio del arzobispo Kenrich

El arzobispo Kenrich, de San Luis, Estados Unidos, en un esfuerzo por defender la doctrina papal, examinó minuciosamente la vasta obra patrística contenida en la monumental recopilación de Jacques Paul Migne, Patrologiae Cursus Completus, que incluye 217 volúmenes de los Padres Latinos y 162 de los Padres Griegos (un total de 379 volúmenes en folio). Su investigación fue citada por H. W. Dearden en Modern Romanism Examined (4.ª ed., pág. 14).

El resultado fue desconcertante para la tesis papal: de todos los Padres que comentaron Mateo 16:18, sólo 77 lo hicieron explícitamente. De ellos:

  • 44 afirmaron que la roca era la fe de Pedro, es decir, su confesión de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

  • 16 sostuvieron que Cristo mismo era la roca.

  • 17 afirmaron que Pedro era la roca.

Por lo tanto, 60 de los 77 Padres (el 78%) no sostuvieron la interpretación romana. Esto representa una clara mayoría patrística en contra de la lectura del Vaticano.

2. Confirmación por Jean de Launoy

El mismo resultado fue hallado por Jean de Launoy, teólogo católico y doctor en teología por la Universidad de la Sorbona, quien publicó sus investigaciones en Epist. VII (Ginebra, 1731, vol. V, pt. 2, p. 99). Launoy, al igual que Kenrich, llegó exactamente a las mismas cifras. Su contribución es significativa, no solo por su rigor académico, sino por su integridad como teólogo católico que no se plegó a las doctrinas romanas cuando la evidencia histórica las contradecía.

Ambos estudios dejan claro que los Padres que afirmaron que Pedro era la roca nunca asociaron esta identificación con una sucesión apostólica centrada en Roma, ni mucho menos con la infalibilidad del obispo romano.

II. Debates contemporáneos en el Vaticano I

Durante el Primer Concilio Vaticano (1870), en el contexto de la definición del dogma de la infalibilidad papal, el teólogo Langen publicó su obra El Dogma del Vaticano, donde observó que ninguno de los “santos Padres” interpretó “esta roca” como un oficio transmisible a través de una línea sucesoria en Roma. Su argumento fue respaldado por Ketteler, obispo católico alemán, en su obra Quaestio, quien también sostuvo que Pedro no recibió un poder exclusivo que pudiera ser transferido.

III. Testimonio reformado: Pedro, la fe y Cristo

Desde la Reforma protestante, los teólogos reformados han insistido en que la "roca" sobre la que Cristo edifica su Iglesia no es Pedro, sino la confesión de fe en Cristo como el Hijo de Dios. Como afirma Juan Calvino en su Comentario sobre Mateo:

“Cristo no promete edificar la Iglesia sobre el hombre, sino sobre la fe de Pedro. No es la persona de Pedro la que es la piedra, sino lo que ha confesado.”

Asimismo, B. B. Warfield, el gran teólogo de Princeton, escribió:

“El error del romanismo es suplantar a Cristo como la única cabeza y fundamento de la Iglesia. Mateo 16:18 no otorga a Pedro ninguna autoridad transmisible, sino que exalta a Cristo como la Roca sobre la que se sostiene todo el edificio espiritual” (The Plan of Salvation, 1915).

R.C. Sproul, en su serie Foundations, fue aún más enfático:

“Si decimos que Pedro es la roca, debemos añadir que lo es sólo en la medida en que confiesa a Cristo. La roca no es una oficina, sino una verdad: que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”

IV. Consideraciones exegéticas y teológicas

Una lectura coherente del contexto bíblico muestra que:

  1. Cristo es la única piedra angular (Efesios 2:20; 1 Pedro 2:6).

  2. Todos los apóstoles, no solo Pedro, forman parte del fundamento (Apocalipsis 21:14).

  3. Pedro mismo se refiere a Jesús como “la piedra viva” (1 Pedro 2:4-8), sin referirse a sí mismo como tal.

Conclusión

El dogma de la supremacía papal carece de un respaldo patrístico significativo, tal como lo demuestran las investigaciones del arzobispo Kenrich y Jean de Launoy, ambos católicos. Esta interpretación tampoco se sostiene bíblicamente, como ha sido demostrado por siglos de exégesis reformada. La Iglesia de Cristo está edificada sobre la confesión de fe en Él, no sobre un hombre falible ni sobre una institución eclesiástica.

La verdad bíblica y la historia patrística convergen para proclamar que la única Roca de la Iglesia es Cristo. Por tanto, como confesaron los reformadores, solus Christus permanece como el único fundamento seguro.

Bibliografía

  • Calvino, Juan. Comentario al Evangelio según San Mateo.

  • Warfield, B. B. The Plan of Salvation, 1915.

  • Sproul, R. C. Foundations: An Overview of Systematic Theology.

  • Dearden, H.W. Modern Romanism Examined, 4.ª ed., p. 14.

  • Launoy, Jean de. Epist. VII, Ginebra, 1731.

  • Langen, J.J.I. El Dogma del Vaticano.

  • Ketteler, Wilhelm Emmanuel. Quaestio.

  • Migne, Jacques Paul. Patrologiae Cursus Completus.

  • Pereira dos Reis, Aníbal. Pedro nunca fue Papa: ni el Papa es el Vicario de Cristo. São Paulo: Caminos de Damasco, 1975.


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