Si la Gran Tribulación será mundial ¿Por qué le dijo a SUS DISCÍPULOS “huyan a los montes de Judea”?
Tal parece que la gran tribulación Mateo 24 es local, es decir circunscrita a una área geográfica de Judea ya que una forma de salvarse sería “huyendo a los montes”.
“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.” -Mateo 24.15-18
En mi país hay un pueblo que ha sido azotado por los fenómenos de la naturaleza más de una vez. Estoy refiriéndome a Yungai, un pueblo en Ancash que fue sepultado por un alud un 31 de mayo de 1970, un domingo a las 3:25 h de la tarde. Los sobrevivientes no son sino personas que estaban “en las montañas” aledañas y algunos que pudieron correr hacia ellas que pudieron salvarse; por ejemplo, el científico Mateo Casaverde acompañado del geofísico francés G. Patzelt y su esposa se encontraban en Yungay en ese mismo instante del sismo; la descripción de la catástrofe es conmovedor:
“Nos dirigíamos de Yungay a Caraz, cuando a la altura del cementerio de Yungay se inicio el terremoto. ...Se podía advertir con mucha claridad la componente vertical de las ondas sísmicas, produciendo ligeramente grietas sobre el asfalto de la carretera. ... Abandonamos nuestro vehículo prácticamente cuando el terremoto estaba terminado. Escuchamos un ruido de baja frecuencia, algo distinto, aunque no muy diferente, del ruido producido por un terremoto. El ruido procedía de la dirección del Huascarán y observamos entre Yungay y el nevado, una nube gigante de polvo, casi color arcilla. Se había producido el aluvión; parte del Huascarán Norte se venía abajo. Eran aproximadamente las 15:24 horas. En la vecindad donde nos encontrábamos, el último lugar que nos ofrecía una relativa seguridad contra la avalancha era el cementerio, construido sobre una colina artificial, una huaca pre-incaica. Corrimos unos 100 mts de carretera antes de ingresar al cementerio, que también había sufrido los efectos del terremoto. Ya en éste, atiné a voltear la vista a Yungay. En ese momento; se podía observar claramente una onda gigantesca de lodo gris claro, de unos 60 metros de alto, que empezaba a romperse en cresta y con ligera inclinación e iba a golpear el costado izquierdo de la ciudad. Esta ola no tenía polvo. En nuestra carrera sobre las escalinatas, logramos alcanzar la tercera terraza y encontramos la vía a la tercera terraza, más obstruida, y con un hombre, una mujer y tres niños tratando de alcanzarla. Nos desviamos a la derecha, sobre la tercera terraza, cuando un golpe seco de látigo, una porción de la avalancha alcanzo el cementerio en su parte frontal, prácticamente a nivel de la tercera terraza. El lodo pasó a unos cinco metros de nuestros pies. Se oscureció el cielo por la gran cantidad de polvo, posiblemente originado de las casas destruidas de Yungay. Volteamos la mirada: Yungay con sus varios miles de habitantes había desaparecido”.
Como narra esta historia, y como muchos otros testigos oculares me lo han contado, “correr al cementerio” fue una de las pocas formas de salvarse. ¿Por qué? Porque estaba situado en una zona alta, donde el alud no pudo alcanzar.
“Correr hacia los montes” vendría a ser “correr hacia la zona segura”. Pero en nuestro pasaje de Mateo 24.15-18 las advertencias de Jesús es que cuando llegue el momento de dicha tribulación tendrían que “escapar hacia las montañas de Judea” para “salvarse”. Luego a conservar sus vidas y pasada la gran tribulación, continuar así. Lucas lo cuenta de esta manera:
“Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.” -Lucas 21.20-22
Hay una clara advertencia de Jesús a sus discípulos de que cuando se diera la gran tribulación deben “salir de Jerusalén” para salvar su vida.
Si esto es así ¿Cuándo se dieron estas cosas?
Creemos que se dieron en el asedio de Jerusalén en el año 70 d.C. Si es algo futuro ¿será solo en Jerusalén (otra vez)? Y en el resto del mundo ¿no habrá tribulación? Los que sostienen que será un evento de magnitudes colosales, es decir en los cinco continentes ¿Cómo hacen encajar las palabras de Jesús con sus interpretaciones?
Sin embargo, hay suficiente evidencia que esto ya se cumplió. Una de ellas es la que registra Eusebio de Cesarea en donde nos dice claramente que llegado el cumplimiento de las palabras de Jesús, todos los cristianos “escaparon de la gran tribulación”:
"...El pueblo de la Iglesia de Jerusalén recibió el mandato de cambiar de ciudad antes de la guerra y de vivir en otra ciudad de Perea (la que llaman Pella), por un oráculo transmitido por revelación a los notables de aquel lugar. Así pues, habiendo emigrado a ella desde Jerusalén los que creían en Cristo, como si los hombres santos hubieran dejado enteramente la metropoli real de los judíos (Jerusalén) y toda Judea, la justicia de Dios vino sobre los judíos por el ultraje al que sometieron a Cristo y a sus apóstoles, e hizo desaparecer totalmente de entre los hombres aquella generación impía." (1)
Pues era obvio que los cristianos fueron advertidos de que habría guerra, luego los ejércitos romanos someterían a las personas, escasearía los alimentos, y más calamidades. Escapar de la tribulación era lo más lógico en un sentido básico de instinto de supervivencia. Estas y otras evidencias nos hacen creer que este es un evento que se cumplió en el primer siglo.
Piensa en esto!
(1) Eusebio de Cesarea, "Historia Eclesiástica", Pág. 94 Libro III.5.3, CLIE 2008
https://textosfueradecontexto.blogspot.com/2021/01/si-la-gran-tribulacion-es-mundial-de.html
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