martes, 11 de mayo de 2021

¿LA IGLESIA HA REEMPLAZADO A ISRAEL?






Un postulado contrario a la teología bíblica sugiere que la Iglesia es un paréntesis en el plan de Dios, mientras que un mal entendimiento de la teología ortodoxa en el uso de sus términos nos puede llevar a otros errores sin que se tenga la intención de tenerlos.


Pablo abarca en muchas citas de sus cartas afirmaciones que no permiten ni afirmar que la iglesia es una improvisación de Dios, ni que su plan haya fallado y por ende sea necesario reemplazar a Israel por la Iglesia. Lo que la Biblia enseña es que la Iglesia es el verdadero Israel de Dios, la cual es una comunidad de judíos y gentiles creyentes en Cristo.


Pablo en su carta a los hermanos Gálatas (3.7): “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham”. ¿Saber qué? ¿Qué el pueblo de Dios está conformado por descendientes étnicos de Abraham? ¿Que Dios se ha desentendido de los israelitas y los ha reemplazado por gentiles? No, Pablo les dice una verdad: que “los hijos de Abraham son en realidad los de la fe”.


Ya que Abraham fue hecho justo por la fe y no por obras, por lo tanto, Abraham es el padre de todo el que cree en Dios y es considerado justo. Por un lado, vemos pues que, esto alerta de no judaizar, ya que hay judíos cristianos que exigen judaizarse, pero no por ser descendiente étnico ni por practicar el judaísmo que uno se hace hijo de Dios.


Pablo dice que el eslabón más importante de Abraham no es el vínculo de la genética, ni el vínculo de las obras, sino el vínculo de la fe.


Ahora esto, aunque se torna en un consuelo para los cristianos gentiles, de no entender la revelación se puede caer en el otro extremo: la teología del reemplazo, la idea de que Dios ha terminado con el pueblo de Israel como una nación o de un grupo étnico distinto, y que la Iglesia gentil hereda espiritualmente todas las promesas hechas a Israel, pero no dando respuesta de ¿Y qué de los judíos que creen en Jesucristo? Pero Pablo dice: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29).


Ser “hijos de Dios” en Cristo Jesús implica su inclusión entre los herederos de las bendiciones prometidas a Abraham, específicamente la presencia vivificadora del Espíritu Santo.


Aquí, los que creen y se identifican con Cristo son “descendientes de Abraham”, es decir, el Verdadero Israel, porque Cristo es la “descendencia de Abraham”. Entonces no hay un reemplazo, ni un paréntesis. Las promesas siguen vigentes, se cumplirán en los verdaderos descendientes de Abraham: los “hijos de la fe”.

¡Piensa en esto cristiano!

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