lunes, 13 de octubre de 2025

Adrian Rogers nunca dijo esa frase



Esta frase suele circular bastante en redes sociales atribuida a Adrian Rogers, pero en realidad no existe evidencia confiable de que él la haya dicho o escrito. (Si alguien me muestra la cita textual, elimino este post). 

Análisis de atribución:

  • No aparece en ninguno de sus libros, sermones oficiales o transcripciones publicadas por Love Worth Finding Ministries (la organización que conserva y distribuye sus enseñanzas).

  • En los archivos y bases de datos de sermones de Rogers (tanto en inglés como en español) no hay registro de una cita con esas palabras ni de una idea equivalente.

  • La frase, además, no refleja el estilo ni la teología típica de Rogers, quien era un bautista del sur fuertemente comprometido con la doctrina de la responsabilidad humana y la gracia soberana, pero no con el determinismo rígido que implicaría esa afirmación.

Probable origen:
La frase parece una paráfrasis o distorsión de un argumento teológico usado por algunos para criticar la predestinación extrema (hipercalvinismo), poniéndolo en forma retórica o provocadora. En algunos foros evangélicos, se cita erróneamente como si fuera de Rogers o incluso de Spurgeon, pero ninguna fuente verificable lo confirma.

En síntesis:

No, Adrian Rogers nunca dijo esa frase.
Es una cita falsamente atribuida que circula sin respaldo documental en sus obras o sermones oficiales.

“El error de confundir la soberanía de Dios con fatalismo”

Pocas cosas han sido tan malentendidas como la doctrina bíblica de la predestinación. A lo largo de los siglos, muchos han caricaturizado la soberanía de Dios como si fuera una especie de destino ciego, una maquinaria cósmica que arrastra al hombre sin propósito ni justicia. Pero el Dios de la Escritura no es un tirano arbitrario, sino un Dios santo, cuyas decisiones eternas son inseparables de su bondad perfecta.

Decir que “si Dios me predestinó al infierno, quiero estar allí porque es su voluntad” no es humildad, sino una profanación del carácter de Dios. En esa frase se confunde la sumisión reverente a la voluntad divina con una resignación pagana al destino. El creyente verdadero no busca estar “donde Dios lo condene”, sino donde Dios es glorificado. Y Dios nunca es glorificado en la condenación del justo, sino en la justicia de Cristo que salva al indigno.

La predestinación, correctamente entendida, no destruye la libertad humana, sino que la redime de la esclavitud del pecado. No dice que Dios arroja a hombres inocentes al infierno, sino que de una humanidad culpable, Dios elige mostrar misericordia a muchos. El asombro del evangelio no es que algunos sean condenados, sino que alguien sea salvado.

Cuando los hombres reducen la soberanía divina a fatalismo, pierden de vista el corazón del evangelio: Dios no sólo decreta fines, sino también los medios, y el medio supremo es Cristo crucificado. En Él se revela que la voluntad de Dios no es fría ni distante, sino ardiente en amor y justicia.

Por eso, el creyente no dice: “Si estoy destinado al infierno, me someto”, sino:

“Si fui destinado a conocer su gracia, me postro en adoración.”

Porque la verdadera predestinación no lleva al hombre a la desesperanza, sino a la adoración, al comprender que el Dios soberano que elige es también el Dios que ama y salva perfectamente.


Deshonestidad a la vista

Utilizar una frase distorsionada o falsamente atribuida a un pastor reconocido (como Adrian Rogers) para atacar una doctrina (en este caso, el calvinismo) implica varias falacias lógicas y retóricas combinadas:

1. Falacia del “hombre de paja”

Es la principal falacia en este caso. Consiste en distorsionar o caricaturizar la posición real de alguien o de una doctrina, y luego refutar esa versión falsa en lugar de la verdadera.

En este caso:
El detractor presenta una versión deformada del calvinismo, como si enseñara que “Dios predestina caprichosamente al infierno” o que “deberíamos aceptar el infierno con resignación porque es la voluntad de Dios”. Luego critica esa versión inventada, pero no el calvinismo bíblico y confesional real.

Resultado: se vence un argumento falso, no la doctrina real.

2. Falacia de apelación a la autoridad falsa (False Attribution / Appeal to False Authority)

Ocurre cuando se atribuyen palabras o ideas a una figura de autoridad respetada (en este caso, Adrian Rogers) sin evidencia real para dar peso emocional o retórico a un argumento.

Es decir: “Si lo dijo Adrian Rogers, entonces debe ser cierto”, cuando en realidad nunca lo dijo, lo cual invalida el argumento desde la raíz.

Resultado: se usa el prestigio de una figura respetada como escudo para sostener una falsedad.

3. Falacia del hombre de paja teológico + apelación emotiva

Estas falacias suelen combinarse con un tono emocional o sarcástico, que busca ridiculizar al adversario (el calvinista) más que dialogar honestamente. Eso entra en el terreno de la falacia ad hominem indirecta, donde se ataca la coherencia moral o espiritual del otro grupo, en lugar de evaluar sus argumentos bíblicos o teológicos.

En resumen

Usar una cita falsa o distorsionada para desacreditar una doctrina como el calvinismo implica al menos tres errores lógicos:

  1. Hombre de paja – se ataca una caricatura, no la doctrina real.

  2. Autoridad falsa – se atribuye falsamente una frase para darle peso.

  3. Apelación emotiva/ad hominem – se busca ridiculizar más que razonar.

Reflexión final 

La verdad nunca necesita de la mentira para ser defendida, ni la gracia de la distorsión para ser comprendida. Cuando un argumento requiere falsificar al oponente, deja de ser defensa de la verdad y se convierte en defensa del orgullo.


¡Piensa en esto cristiano!

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Adrian Rogers (1931–2005). Adrian Pierce Rogers fue un reconocido pastor, predicador y líder bautista estadounidense, nacido el 12 de septiembre de 1931 en West Palm Beach, Florida. Estudió teología en el New Orleans Baptist Theological Seminary y fue ordenado al ministerio a los 19 años. En 1972 asumió el pastorado de la Bellevue Baptist Church en Memphis, Tennessee, donde su liderazgo y predicación expositiva llevaron a la iglesia a convertirse en una de las más grandes del país. Fue elegido tres veces presidente de la Convención Bautista del Sur, desempeñando un papel clave en la Resurgencia Conservadora, movimiento que reafirmó la autoridad y la inerrancia de la Biblia dentro de la denominación. En 1987 fundó el ministerio Love Worth Finding, mediante el cual sus mensajes fueron difundidos por radio, televisión y medios digitales en todo el mundo, llegando también al público hispanohablante. Autor de más de veinte libros, su enseñanza combinó profundidad doctrinal, claridad bíblica y pasión pastoralRogers falleció el 15 de noviembre de 2005, dejando un legado perdurable de fidelidad a Cristo, amor por la Palabra de Dios y compromiso con la evangelización. Su vida continúa inspirando a pastores y creyentes a proclamar la verdad bíblica con convicción, integridad y gracia.

 


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