Análisis de atribución:
-
No aparece en ninguno de sus libros, sermones oficiales o transcripciones publicadas por Love Worth Finding Ministries (la organización que conserva y distribuye sus enseñanzas).
-
En los archivos y bases de datos de sermones de Rogers (tanto en inglés como en español) no hay registro de una cita con esas palabras ni de una idea equivalente.
-
La frase, además, no refleja el estilo ni la teología típica de Rogers, quien era un bautista del sur fuertemente comprometido con la doctrina de la responsabilidad humana y la gracia soberana, pero no con el determinismo rígido que implicaría esa afirmación.
En síntesis:
No, Adrian Rogers nunca dijo esa frase.Es una cita falsamente atribuida que circula sin respaldo documental en sus obras o sermones oficiales.
“El error de confundir la soberanía de Dios con fatalismo”
Pocas cosas han sido tan malentendidas como la doctrina bíblica de la predestinación. A lo largo de los siglos, muchos han caricaturizado la soberanía de Dios como si fuera una especie de destino ciego, una maquinaria cósmica que arrastra al hombre sin propósito ni justicia. Pero el Dios de la Escritura no es un tirano arbitrario, sino un Dios santo, cuyas decisiones eternas son inseparables de su bondad perfecta.
Decir que “si Dios me predestinó al infierno, quiero estar allí porque es su voluntad” no es humildad, sino una profanación del carácter de Dios. En esa frase se confunde la sumisión reverente a la voluntad divina con una resignación pagana al destino. El creyente verdadero no busca estar “donde Dios lo condene”, sino donde Dios es glorificado. Y Dios nunca es glorificado en la condenación del justo, sino en la justicia de Cristo que salva al indigno.
La predestinación, correctamente entendida, no destruye la libertad humana, sino que la redime de la esclavitud del pecado. No dice que Dios arroja a hombres inocentes al infierno, sino que de una humanidad culpable, Dios elige mostrar misericordia a muchos. El asombro del evangelio no es que algunos sean condenados, sino que alguien sea salvado.
Cuando los hombres reducen la soberanía divina a fatalismo, pierden de vista el corazón del evangelio: Dios no sólo decreta fines, sino también los medios, y el medio supremo es Cristo crucificado. En Él se revela que la voluntad de Dios no es fría ni distante, sino ardiente en amor y justicia.
Por eso, el creyente no dice: “Si estoy destinado al infierno, me someto”, sino:
“Si fui destinado a conocer su gracia, me postro en adoración.”
Porque la verdadera predestinación no lleva al hombre a la desesperanza, sino a la adoración, al comprender que el Dios soberano que elige es también el Dios que ama y salva perfectamente.
Deshonestidad a la vista
Utilizar una frase distorsionada o falsamente atribuida a un pastor reconocido (como Adrian Rogers) para atacar una doctrina (en este caso, el calvinismo) implica varias falacias lógicas y retóricas combinadas:
1. Falacia del “hombre de paja”
Resultado: se vence un argumento falso, no la doctrina real.
2. Falacia de apelación a la autoridad falsa (False Attribution / Appeal to False Authority)
Ocurre cuando se atribuyen palabras o ideas a una figura de autoridad respetada (en este caso, Adrian Rogers) sin evidencia real para dar peso emocional o retórico a un argumento.
Resultado: se usa el prestigio de una figura respetada como escudo para sostener una falsedad.
3. Falacia del hombre de paja teológico + apelación emotiva
En resumen
Usar una cita falsa o distorsionada para desacreditar una doctrina como el calvinismo implica al menos tres errores lógicos:
Hombre de paja – se ataca una caricatura, no la doctrina real.
Autoridad falsa – se atribuye falsamente una frase para darle peso.
Apelación emotiva/ad hominem – se busca ridiculizar más que razonar.
Reflexión final
La verdad nunca necesita de la mentira para ser defendida, ni la gracia de la distorsión para ser comprendida. Cuando un argumento requiere falsificar al oponente, deja de ser defensa de la verdad y se convierte en defensa del orgullo.
¡Piensa en esto cristiano!
-----------------------
Adrian Rogers (1931–2005). Adrian Pierce Rogers fue un reconocido pastor, predicador y líder bautista estadounidense, nacido el 12 de septiembre de 1931 en West Palm Beach, Florida. Estudió teología en el New Orleans Baptist Theological Seminary y fue ordenado al ministerio a los 19 años. En 1972 asumió el pastorado de la Bellevue Baptist Church en Memphis, Tennessee, donde su liderazgo y predicación expositiva llevaron a la iglesia a convertirse en una de las más grandes del país. Fue elegido tres veces presidente de la Convención Bautista del Sur, desempeñando un papel clave en la Resurgencia Conservadora, movimiento que reafirmó la autoridad y la inerrancia de la Biblia dentro de la denominación. En 1987 fundó el ministerio Love Worth Finding, mediante el cual sus mensajes fueron difundidos por radio, televisión y medios digitales en todo el mundo, llegando también al público hispanohablante. Autor de más de veinte libros, su enseñanza combinó profundidad doctrinal, claridad bíblica y pasión pastoral. Rogers falleció el 15 de noviembre de 2005, dejando un legado perdurable de fidelidad a Cristo, amor por la Palabra de Dios y compromiso con la evangelización. Su vida continúa inspirando a pastores y creyentes a proclamar la verdad bíblica con convicción, integridad y gracia.
0 comentarios:
Publicar un comentario