Dios liberó a Israel de la mano de su esclavizador
el faraón egipcio, y ahora ellos son vasallos de un nuevo Rey más poderoso;
pero aunque son libres no tienen "libertad de religión", es decir no
pueden adorar a nadie más sino solo a Jehová. Si entendemos que "libertad
de culto" o "libertad de religión" es un derecho fundamental con
el que un ciudadano elige libremente su religión, vemos que Israel como nación no
gozó de este derecho, al contrario, la Ley Mosaica muestra que la idolatría era
un delito que se pagaba con la pena capital.
Pensar teológicamente nos lleva a
concluir que la razón de esta ley era porque "Jehová Dios es el único Dios
verdadero, y sólo Él es digo de alabanza y adoración", y este pensamiento
es correcto, pero las leyes dadas a Israel no eran meras imposiciones
religiosas o dogmas teológicos. Dios ahora es el Rey de los Israelitas. ¿Cómo
entendemos esto? La nación israelita fue comprada por Dios para que sea su
nación, por lo tanto, ellos tenían que adorarlo a Él solamente. Dios los ha liberado
para sí, son su propiedad. Antes eran del faraón egipcio, ahora son de Jehová.
Antes le debían lealtad a faraón, ahora le deben lealtad a Jehová. ¿Cuál es la
diferencia entonces entre que antes eran vasallos de faraón y ahora lo son de
Dios? Claramente la diferencia está en la benevolencia de Dios al liberarlos de
la esclavitud y darles una tierra y constituirlos como una nación: "Vosotros
visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os
he traído a mí", (Éxodo 19.4). Dios es ese Rey o Soberano mayor, que ha
ganado la batalla y ahora tiene a los israelitas como súbditos y los invita a
entrar en un Pacto con Él. Dios ofrece sus bendiciones y promete cumplir con
fidelidad, al mismo tiempo que les da severas leyes a sus nuevos vasallos para
que vivan de acuerdo con su nuevo Rey.
Al entrar Israel en Pacto con Dios,
ellos han firmado un tratado de vasallaje en donde juran no adorar a otro Dios,
porque nadie más los ha liberado de Egipto como lo hizo Jehová. Y, las
bendiciones por cumplir este pacto son abrumadoras, pero el incumplimiento
también es de considerar. Esto nos ayuda a entender las leyes de Moisés, que no
eran dogmas para imponer y dejar "sin libertad de culto" a los
israelitas; quienes de hecho, no tenían libertad religiosa, pues habían sido
comprados para adorar a Jehová. Con esto podemos concluir que el monoteísmo en Israel
no era una ley religiosa, sino civil.
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