Una evaluación exegética de la propuesta dispensacionalista
Introducción
Dentro del marco dispensacionalista moderno, es común afirmar que la parábola de la higuera (Mateo 24:32) constituye una profecía directa sobre la restauración nacional de Israel en 1948. Según esta lectura, el “brotar de la higuera” simbolizaría el renacimiento del Estado judío y marcaría el inicio de la generación final antes de la Segunda Venida de Cristo.
El preterismo parcial, en cambio, considera que esta interpretación no surge del texto bíblico, sino de un sistema teológico posterior impuesto sobre él. El objetivo de este artículo es examinar exegéticamente Mateo 24:32 en su contexto literario, histórico y canónico, y responder críticamente a la identificación dispensacionalista de la higuera con Israel nacional.
1. El contexto inmediato de Mateo 24
Mateo 24 forma parte del Discurso del Monte de los Olivos, donde Jesús responde a una pregunta concreta de sus discípulos:
“¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” (Mt 24:3)
El referente inmediato del discurso es la destrucción del templo anunciada en Mateo 24:2. Como señala Kenneth L. Gentry, todo el pasaje debe interpretarse a la luz de ese anuncio inicial, pues “el discurso está unificado por la pregunta sobre el destino del templo y Jerusalén, no por eventos geopolíticos distantes” (Before Jerusalem Fell, p. 141).
La parábola de la higuera aparece hacia el final del discurso (Mt 24:32–34) y funciona como conclusión pedagógica, no como una nueva profecía simbólica independiente.
2. La higuera como ilustración, no como símbolo nacional
El texto dice:
“De la higuera aprended la parábola: cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca” (Mt 24:32).
Nada en el pasaje identifica explícitamente a la higuera con Israel. Más aún, el paralelo lucano es decisivo:
“Mirad la higuera y todos los árboles” (Lucas 21:29).
Como observa R. C. Sproul, este añadido de Lucas “elimina cualquier intento legítimo de absolutizar la higuera como un símbolo exclusivo de Israel; el punto de la parábola es la observación de señales, no la identidad botánica del árbol” (The Last Days According to Jesus, p. 54).
El ejemplo agrícola funciona analógicamente: así como las hojas anuncian el verano, las señales anunciadas por Jesús indicarían la cercanía del evento profetizado.
3. El anclaje cronológico: “esta generación”
La interpretación dispensacional enfrenta una dificultad insalvable en Mateo 24:34:
“De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.”
La palabra griega γενεά (geneá), en los Evangelios, designa consistentemente a la generación contemporánea de Jesús, no a una raza étnica ni a un período indefinido. Así lo demuestra el uso del término en Mateo 11:16; 12:41–42; 23:36.
Herman Ridderbos afirma que “no existe base lingüística sólida para extender ‘esta generación’ más allá del horizonte histórico del ministerio de Jesús” (The Coming of the Kingdom, p. 495).
Por tanto, trasladar el cumplimiento de la parábola a 1948 rompe el marco temporal explícito impuesto por el propio Cristo.
4. El problema histórico-teológico del año 1948
Un aspecto frecuentemente ignorado es que ningún intérprete antiguo —ni patrístico, ni medieval, ni reformado— entendió Mateo 24:32 como una profecía sobre un futuro Estado judío.
Como señala Geerhardus Vos, la escatología bíblica debe leerse en términos de historia redentora, no como una sucesión de predicciones políticas (Biblical Theology, p. 370). La lectura de 1948 surge únicamente dentro del dispensacionalismo del siglo XIX, especialmente tras John Nelson Darby, y no de la exégesis histórica de la Iglesia.
5. La lectura preterista parcial
Desde la perspectiva preterista parcial, la parábola de la higuera enseña que cuando los discípulos vieran las señales descritas (persecuciones, guerras locales, la abominación desoladora, el sitio (cerco) de Jerusalén), debían reconocer que el juicio estaba “a las puertas” (Mt 24:33).
Gentry concluye:
“La parábola no pretende identificar a Israel, sino advertir sobre la inminencia del juicio que recaería sobre Jerusalén dentro de aquella generación” (He Shall Have Dominion, p. 347).
Este juicio se consumó históricamente en el año 70 d.C., sin negar por ello una Segunda Venida futura, corporal y gloriosa, claramente enseñada en otros pasajes del Nuevo Testamento (Hechos 1:11; 1 Cor 15; 1 Tes 4).
Conclusión
La identificación dispensacionalista de la higuera con el Israel moderno carece de fundamento exegético, contextual e histórico. La parábola de Mateo 24:32 no apunta a 1948, sino que cumple una función didáctica dentro del discurso de Jesús: enseñar a discernir la cercanía del juicio anunciado.
El preterismo parcial sostiene que este pasaje se cumplió coherentemente en el siglo I, respetando el lenguaje de Jesús, el marco temporal de “esta generación” y la unidad del Discurso del Monte de los Olivos.
En consecuencia, leer el Estado moderno de Israel en la parábola de la higuera no es exégesis, sino eiségesis, una importación de presupuestos modernos sobre un texto antiguo que ya tenía un significado claro para su audiencia original.
¡Piensa en esto cristiano!
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