miércoles, 4 de marzo de 2020

Oísteis Que Fue Dicho... La Tradición de los Ancianos



Los fariseos le dijeron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos quebrantan la -tradición de los ancianos-? Porque no se lavan las manos cuando comen pan”. Pero, hay una diferencia e n o r m e entre la Ley de Moisés y la "Tradición de los Ancianos". Una cosa es la Ley de Dios dada a través de Moisés y otra muy diferente (y humana) era la “Tradición Oral” (1).

Por ejemplo, el Shabbat, el día de reposo, de acuerdo a los mandamientos del Señor se debía recordar y guardar el día de reposo (Exodo 20:8-11; Deuteronomio 5:12-15); pero “los ancianos” en la "Tradición de los Ancianos"  le agregaron 39 prohibiciones de cosas que no se pueden hacer en el día de reposo por ser considerado trabajo, como: cocinar, lavar, construir, reparar, escribir, pescar, etc.

Los escribas y fariseos eran una especie de “guardianes de la ley”, ellos habían heredado esta “tradición oral”, esta “otra ley”, una “ley oral”. Esta tradición era la “ley oral” que se basaba en la “ley dada a Moisés”, pero contenía instrucciones detalladas que -no se encontraban en el Antiguo Testamento-, como ya lo dijimos. Los escribas y fariseos consideraban que estas tradiciones tenían la misma autoridad que la Ley, contenida en el Antiguo Testamento.

Cuando Jesús desarrolló su ministerio terrenal, tuvo que lidiar con la desvirtuación de la Ley enseñada por escribas y fariseos. A menudo esta "mala comprensión" de la Ley sitúa a casi la mayoría de cristianos a desestimar la Ley de Dios, a desplazarla, y muchas veces referirse a ella como algo del pasado, ignorando que el mismo Jesús dijo que "Él no vino a abrogar la Ley".

No es raro leer comentarios de cristianos que dicen que "ya no viven en la época de la ley", entonces eso los sitúa casi como cristianos "sin ley", lo cual es tan raro. No puede haber un cristiano sin ley, si no entonces ¿cómo vive?

Jesús mismo tuvo que aclarar que la Ley está vigente, y cumplirla nos convierte en ciudadanos del reino:

1) Sobre el Asesinato. Jesús dijo en Mateo 5.21-22:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que mate, quedará expuesto al juicio. Pero Yo os digo que cualquiera que se enfurezca contra su hermano quedará expuesto al juicio, y cualquiera que diga a su hermano: ¡Raca!, quedará expuesto ante el Sanedrín, y cualquiera que diga: ¡Moré!, quedará expuesto al fuego del infierno." (Biblia Textual  IV)
En primer lugar Jesús está validando la ley expresa en Levítico 24.17 que dice "Asimismo el hombre que hiere de muerte a cualquiera persona, que sufra la muerte". ¿Pero, qué más está diciendo Jesús? 

Claro está que, los "ancianos" habían inventado algo nuevo, como no puedes asesinar a nadie pues la ley dice "no cometerás asesinato" ellos habían inventado que podías molestarte y odiar todo lo que quieras, e inclusive insultar a quien era objeto de tu ira, pero sin matarlo. Por ello Jesús utiliza sus mismos términos.

El término "raca" es de origen siríaco y se entiende claramente cuando en nuestro idioma lo usamos para referirnos a alguien de "imbécil". Los "ancianos" creían que podían llamar de "imbéciles" a sus hermanos y no recibir ninguna condena. Jesús dijo que ellos, los que llamen "raca" a sus hermanos, deberían ser juzgados ante el Sanedrín (Consejo de Ancianos de Israel). Cualquiera que le diga "imbécil" a su hermano también viene a juicio, y no puede presentar una ofrenda a Dios. Pero Jesús afirma que los fariseos utilizaban también el término "moré". Y esto, según dice Vine, es "un reproche más serio que Raca". (2)

Así que las muy religiosas palabras de los "ancianos" sobre "No matarás; y cualquiera que mate, quedará expuesto al juicio" escondía un "no matarás... pero sí insultarás". Y Jesús lo condenó. Es decir, los fariseos afirmaban que sí se podía insultar a alguien. Pero Jesús sanciona esta acción pecaminosa, diciendo que insultar a un hermano también te expone al juicio.

La base para la vida de los hermanos está en Salmo 133.1 "Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
habitar los hermanos juntos en armonía".


2) Sobre el Adulterio. Jesús dijo en Mateo 5.27-28:
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón."
Y está bien, pues Jesús está validando la ley que dice "no adulterarás" expresada en Éxodo 20.17. Pero los fariseos, como supuestamente nadie podía conocer sus pensamientos íntimos, creían que podían tener toda clase de pensamientos lujuriosos con cuanta mujer quieran, con tal que eso no era un adulterio de hecho, es decir no podían ser acusados de adulterio porque no iba más allá de sus "pensamientos". Esto ignorando ciertamente que un versículo más adelante dice "no codiciarás". 

La mentalidad religiosa y legalista de los fariseos les hacía creer que podían codiciar sin pecar. Jesús conocía su corazón, por eso les dice que "cuando codician a una mujer" son culpables del mismo pecado de adulterio. Así de sencillo.


3) Sobre el Divorcio. Jesús dijo en Mateo 5.31-32:
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio."
Era cierto, había una ley que Moisés dio a los israelitas en la que podrían dar "carta de divorcio" a sus mujeres por "algo indecente" encontradas en ellas (Deuteronomio 24.1-2). Y Jesús agregó que esa ley fue dada por causa de "...la dureza de vuestro corazón... pero no ha sido así desde el principio" (Mateo 19.8). Es decir, en el Plan de Dios, el divorcio por cualquier cosa nuca fue valido, ni lo es ahora.

Los fariseos creían que los matrimonios se pueden romper por cualquier escusa, y Jesús está corrigiendo eso, afirmando que sólo es en caso de adulterio. Además, la Biblia dice que Dios aborrece el repudio, así leemos: "Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio"  Malaquias 2.16. Así que Jesús está afirmando la Ley y encaminando el matrimonio como Dios lo espera que sea: para toda la vida.


4) Sobre los Juramentos. Jesús dijo en Mateo 5.33-37
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede."

Pareciera que los fariseos estaban en lo correcto, porque la ley dice "No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano" (Éxodo 20.7). Pero lo que Jesús les está diciendo es que ellos son unos hipócritas, no juran por el nombre de Dios, pero sí juran "por el cielo", "por la tierra", "por Jerusalén", "por su propia cabeza". Qué tontos engañándose a sí mismos. Los fariseos afirmaban que sí podían jurar por un sinnúmero de cosas, y Jesús les va a decir que no, que cada cosa es de Dios y jurar por ellas, también es hacer vano su nombre. Por ello, cuando se es de palabra, sólo basta un sí o un no. Pero los fariseos no eran de palabra, por eso les era necesario hacer juramentos.

Proverbios 6.16-17 dice claramente que "Dios aborrece la lengua mentirosa". Entonces, la Tradición de los Ancianos los hacía objeto de la abominación de Dios por mentirosos, al valerse de juramentos para que sean aceptadas sus mentiras. 

5) Sobre la Venganza. Jesús dijo en Mateo 5.38-39:
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra"
Ciertamente esta ley fue dada, la leemos en Éxodo 21.23-25: 
"Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe." 
Pero el contexto nos lleva a un "Consejo de Ancianos" que establecía que la equidad de la justicia era "pagar con la misma pérdida". Suena absurdo, pero es lo más salomónico que encontramos en la Biblia. Si a alguien le roban un carro ¿acaso lo justo no es que le devuelvan un carro igual?. Esta era la manera en que las leyes mosaicas buscaban la equidad entre los ciudadanos. Pero iban a juicio. Nunca nadie hacía justicia por sus propias manos. 

Pero Jesús cuando dice "No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra", está apelando al consejo de Dios en la Ley: "No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová." Levítico 19.18

Los fariseos habían olvidado completamente sus leyes, sus procedimientos, y el consejo de Dios en la Ley. Creían que bastaba con aplicar su propia justicia y se creían capaces de condenar a los demás y lo que es peor, vengarse por sus propias manos. Jesús pone un alto y observa el Consejo de Dios en la Ley: "no te vengarás". Así que el Evangelio de amor al prójimo ya estaba predicado cientos de años antes, allí en la Ley misma.
 

6) Sobre el Amor a los Enemigos. Jesús  dijo en Mateo 5.43-44:
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen."
Los fariseos se habían atrevido a justificar su odio expresado en la orden o mandato de "amar al prójimo". Ellos entendían que si hay una orden de amar al prójimo, eso debe significar "odiar al enemigo", puesto que no es tu prójimo, ni nada. No hay tal cosa en la Biblia sobre "aborrecer a tu enemigo". Al contrario, Jesús muestra que el Consejo de la Ley manda a servir a tu enemigo, a amarlo, a ayudarlo:
"Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo." Éxodo 23.4-5

 

"Bueno, la gente se ha preguntado si cuando Jesús dijo, "Oísteis que fue dicho, pero yo os digo" en el Sermón del Monte, contradijo lo dicho en el Antiguo Testamento, yo creo que la manera más obvia de leer esto es que Jesús estaba contradiciendo algunas de las maneras en las que la ley del Antiguo Testamento, que Dios sí había dicho, habían sido interpretadas por varios escribas y maestros ha través de los años. Y lo que Jesús esta haciendo aquí es presentándose como él que está capacitado para interpretar la ley de Dios y tomar lo escrito en ella y aplicarlo a sus oyentes de aquellos días." -Dr. Simon Vibert

"Cuando Jesús habla en el Sermón del Monte usando la frase "Oísteis que fue dicho, pero yo os digo," él no estaba diciendo que la ley del Antiguo Testamento estaba siendo anulada. De hecho él dice lo opuesto muy explícitamente, que he venido a "cumplir la ley." Pero lo que Jesús hizo es que usó una técnica rabínica muy conocida que los maestros de la ley usaban para hablar de su propia autoridad para enseñar. Diciendo: "Han escuchado a diferentes personas en la tradición decir estas cosas acerca de las enseñanzas de la ley, pero yo les digo." Y esto viene con una autoridad presente, con una autoridad agregada. Así que Jesús establece su autoridad para enseñar con esa técnica muy conocida. No para desacreditar la ley del Antiguo Testamento, sino para decir algo muy importante teológica y cristológicamente: "Que es importante interpretar la ley del Antiguo Testamento en relación a él y a su enseñanza de la ley." -Dr. Greg Perry


"No, Jesús no estaba contradiciendo el Antiguo Testamento. Uno de los temas que vemos en el evangelio de Mateo, es que Jesús es el nuevo Moisés y que es superior a él. De este modo tenemos la revelación dada a través de Moisés en el Antiguo Testamento, la cual es: "La autoritaria Palabra de Dios", pero Jesús se presenta como el soberano intérprete de la ley. Mucho de lo que vemos en el Sermón del Monte representa una interpretación acertada de lo que Moisés quiso decir. Por lo que Jesús no abolió el mandamiento, "No matarás." Él simplemente nos explica que el asesinato comienza en el corazón con enojo. Recordemos como comienza esa sección. Jesús dice, "No he venido a abolir la ley sino a cumplirla," lo que creo que significa interpretar correctamente la ley. Sin embargo pienso que lo que Jesús argumenta, es, que él cumple la verdadera intención de la ley. La ley debe ser interpretada a la luz de la venida de Jesucristo, de su muerte y su resurrección y de su ministerio. Pero cuando lo entendemos de esa forma, Jesús no anula la ley del Antiguo Testamento, sino que la cumple. -Dr. Thomas Schreiner


De manera que los fariseos se han encargado de cobrar una distancia muy larga entre nosotros y el Antiguo Testamento. Pero no es tan distante si lo estudiamos y analizamos a la luz de las palabras que Jesús aclaró sobre el mal uso y abuso de la Ley.

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Bibliografía:

(1) El Talmud: lo que dos siglos después de Cristo se conoce como "el Talmud", obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas.

(2) VINE, W. 1999, Diccionario Expositivo de Palabras de Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo, Nashville-TN: Editorial Caribe. Pág. 458

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