Recientemente leí en la siguiente frase en facebook:
“Señor ayúdame a vivir de tal manera que si Cristo llegara hoy, estaría seguro que me iría con Él”
Esta frase, sin lugar a dudas, encierra la desconcertante idea de que la salvación la puedes perder. Cuán importante es que un creyente esté seguro de su salvación, seguro de su nuevo nacimiento y sobretodo seguro de que Dios es quien le ha otorgado esa salvación, se la ha regalado por gracia y al no haberla ganado tampoco la puede perder.
¿Dónde surge la idea de perder la salvación según esta frase? Surge del concepto de que “sin santidad nadie verá a Dios” por lo tanto, para -no perder la salvación- hay que estar en santidad, es decir sin pecado; pues ya sea que nos sorprenda la muerte o que Jesús venga por segunda vez, entonces -estaremos preparados- de lo contrario el pecado impedirá que me salve y me iré a una eternidad sin Cristo. Esto encierra una serie de falsos conceptos doctrinales sobre la salvación, el pecado, la preservación de los santos, salvación por gracia y sentido común.
Vamos a explicar uno de los muchos pasajes de la Biblia que son malinterpretados y su lectura ligera pareciera decir que en verdad podemos -perder la salvación- por no -ocuparme de ella-. Estamos refiriéndonos a Filipenses 2.12, que dice:
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.” (RV1960)
Una lectura ligera, acompañada de una eiségesis, nos puede llevar a la falsa conclusión de que la “salvación se pierde si no te ocupas de cuidarla”. ¿Qué es ieségesis? Eiségesis es introducir un concepto o idea en un texto y/o contexto de la Biblia, donde no lo hay. Por ejemplo, en este pasaje de Filipenses 2.12 en ningún momento se habla de la ‘posibilidad de perder la salvación’, pero si vas con esa idea preconcebida, es probable que una lectura ligera te lleve a concluir esa falacia, sobre todo si lo usas fuera de contexto
Veamos otras versiones de la Biblia. Considere la recomendación de que cuando un texto es traducido de diferentes maneras en varias versiones es porque merece atención analizarlo en su idioma original, en cambio si la mayoría de versiones traduce lo mismo, es muy probable que la traducción sea lo más cercano a lo que se quiso decir en el original y no requiera demasiado análisis gramático-literal.
Reina – Valera 2015
“De modo que, amados míos, así como han obedecido siempre —no solo cuando yo estaba presente sino mucho más ahora en mi ausencia—, ocúpense[a] en su salvación con temor y temblor”
Trae una nota que indica que la palabra ‘ocúpense’ puede ser sustituida por “esfuércense.”
Nueva Versión Internacional
“Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor,”
Nueva Traducción Viviente
“Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor.”
Biblia Textual
“Por tanto, amados míos, como siempre obedecisteis, no sólo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, alistad vuestra propia salvación con temor y temblor.”
No se trata de errores de traducción por parte de los eruditos traductores, lo que pasa es que estos textos, y la Biblia en general necesitan ser interpretados en su contexto para no concluir en afirmaciones que ella no enseña.
Hay tres términos que le preocupan a todo lector de la Biblia que teme perder su salvación. El primero es “ocupaos”. Esta palabra lleva la idea de que un cristiano puede -dejar de ocuparse- en su salvación, -desatenderla-, -descuidarla-, etc. los otros términos están acompañados, “temor y temblor”; y no es difícil de concluir que si no tienes -temor de cuidarla- la puedes perder, a tu salvación.
¿Por qué se tradujo -ocupaos-?
Ocupaos es el termino griego “katergazomai”. Este término viene a su vez de “ergazomai”, que significa “trabajar”, “producir”, “llevar a cabo”; y que al estar compuesto con “kata”, que significa “abajo”, enfatiza intensivamente su significado. “Temor y temblor” son sinónimos, el primero proviene de la misma palabra que se traduce en castellano por “fobia” y según su contexto puede significar “miedo” o “reverencia”; temblor significa eso: “temblar”. Ambas palabras nos llevan a tener un sentimiento de consideración y reverencia.
Ocuparse de la salvación personal en este texto no significa cuidarla de no perderla, significa llevar una vida en la que se manifieste un vivo testimonio de haber sido salvado, no con el interés de demostrarlo sino de regocijarnos en vivir una vida digna de un creyente nacido de nuevo. Ocuparse de nuestra salvación es el llamado a trascender como luz y sal en nuestra generación.
¿Qué dice el contexto de Filipenses 2.12?
No es un texto de soteriología. Tampoco es un texto bíblico que podríamos o debiéramos usar para explicar la salvación eterna. Puesto que aquí se habla de la salvación en términos de la vida diaria que se espera que tengan los cristianos. Se refiere especialmente a quedar libres de contiendas y vanagloria.
Pablo viene describiendo la vida cristiana que él espera de los filipenses, y que es la vida que Dios mismo espera que llevemos. Por ejemplo, en el capítulo 1.27-30 les dice:
“Solamente que os comportéis de una manera digna del evangelio del Mesías, para que, ya sea que vaya y os vea, ya sea que estando ausente, oiga acerca de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes, combatiendo juntos por la fe del evangelio; en nada intimidados por los que se oponen, lo cual es para ellos evidente señal de perdición, mas para vosotros, de salvación, y eso de parte de Dios. Porque a vosotros os ha sido concedido a causa del Mesías, no sólo que creáis en Él, sino que también padezcáis por Él, teniendo vosotros el mismo conflicto que visteis en mí, y ahora oís que está en mí.” (BTX)
Note el énfasis en “comportarse de una manera digna del evangelio del Mesías…”. Y también Pablo les hace recordar que Dios “les ha concedido creer y sufrir por el Mesías”. Es de los cristianos el llevar una vida digna y piadosa. Ahora vemos en los versos más adelante que el apóstol les lleva a un nivel mayor de humildad, que se espera tener, y pone como ejemplo a Cristo.
“Nada hagáis por rivalidad ni por vanagloria, sino con humildad, considerándoos los unos a los otros como superiores a vosotros mismos. No mirando cada cual por su propio interés, sino también por el de los demás. Considerad entre vosotros lo que hubo también en Jesús el Mesías.” Filipenses 2.3-5 (BTX)
Pablo señala que la muerte de Cristo en la cruz es el supremo ejemplo de humildad que el creyente debe seguir.
En el contexto de Filipenses 2.12, (incluyendo el capítulo 1) debemos prestar especial atención todos los versos, especialmente el verso 2.15 que Dice: “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación perversa y depravada, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo”. Este versículo encierra el objetivo central de este contexto, y es ser completamente diferentes a cómo vive la gente de nuestra generación, y por consiguiente ser “luminares en el mundo”. El pasaje de ninguna manera habla de la posibilidad de perder la salvación o -cuidarla- para -no perderla-.
El versículo comienza con un “por tanto”, un “así que” o un “de tal modo que”; y esto conecta el verso 12 con todo lo anterior dicho en lo cual se nos puso como máximo y sublime ejemplo de humildad a nuestro Señor mismo, a Jesús el Mesías. Por lo tanto, lo que se diga después, en el verso 12 y subsecuentes; es una demanda que hace el apóstol, y que espera que ellos, como siempre lo han hecho, lo sigan haciendo sea que él esté presente o ausente: vivir dignamente en obediencia. Pablo les pide que lo hagan “con temor y temblor” como él mismo se conducía; cuando les escribió a los corintios les dijo que llegó a ellos “…con debilidad, y con temor y con mucho temblor” (1 Co 2.3 BTX), les pide lo mismo, les pide que tenga esa misma actitud.
¿Qué es lo que les está pidiendo?
Que “se ocupen en su salvación”. Sí, para que sean “luminares en el mundo” tenían que esforzarse mucho para vivir dignamente y marcar la diferencia. Es lo que se nos pide hoy en día, comportarse con sentido de respeto y de responsabilidad. No es otra cosa que la demanda para todo creyente: santidad. Es un pasaje donde se demanda de nuestra “responsabilidad humana” en el camino de nuestra peregrinación por este mundo.
Pablo se refiere aquí a la salvación, no como la obra justificadora, ni como la obra de haber sido librados de la condenación eterna; sino como esa salvación progresiva respecto al pecado, el cual nos acompaña todos los días de nuestro peregrinaje. Dios nos salva todos los días en nuestra lucha contra el pecado, nos preserva. Pablo se refiere a la etapa progresiva de santificación personal, en la que sí hay participación del creyente. El creyente no participa en su salvación eterna, pues es por gracia y no por obras, eso lo vemos en Efesios 2.8-10; pero el creyente sí participa en su santificación personal y progresiva todos los días de su vida. Pablo dijo que él mismo “trabajó” por medio de la gracia, en su propia vida para agradar a Dios:
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia hacia mí no ha sido en vano; al contrario, trabajé más que todos ellos, pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” (1Corintios 15.10 BTX)
Esto significa que la santificación personal, constante y creciente del creyente se debe tomar en cuenta con mucha responsabilidad. Si hay que llevarla a cabo “con temor y temblor” es porque debemos ser conscientes de nuestra propia debilidad, ya mencioné que Pablo mismo reconocía su debilidad; ahora nosotros también debemos tener presente que podemos caer, Pablo les dijo a los corintios “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10.12 BTX). No significa perder la salvación, significa que debemos vivir como “salvados”, como “regenerados”.
Si concluyéramos a partir de este versículo que hay que “cuidar la salvación para no perderla” estaríamos aceptando varías afirmaciones y creencias de los que enseñan una salvación por obras. Es como la idea de que, si bien es cierto Dios te otorga la salvación, pero tú la debes conservar ¿Cómo la conservamos? En santidad. Le pregunté a un creyente al respecto y me dijo que si él moría en pecado, o que si Jesús viniera y él estaría en pecado no se salvaría. Este pensamiento encierra la idea de que Jesús no ha pagado por “todos nuestros pecados”.
Pero la verdad es otra, cuando Jesús murió, todos nuestros pecados eran futuros, de manera que todos nuestros pecados están pagados. No cabe la idea de que “si muero en pecado pierdo la salvación”. Si fuera así -nadie podría salvarse-. Esa verdad Dios la sabe, siempre la supo. Nadie puede salvarse de esa manera, por ello fue necesario el sacrificio expiatorio de Jesús por nosotros. De manera que guardarse en santidad es una demanda para el creyente, para vivir una vida digna en este mundo.
Cuando la Biblia dice que “sin santidad nadie verá al Señor”, está diciendo que “si alguien no es declarado justo por Jesús, no puede ver a Dios”. La demanda de santidad para ver al Señor está cumplida en Jesús, los que hemos nacido de nuevo podemos ver a Dios no por nuestra propia santidad o justicia, sino por haber sido declarados santos y justos en Jesús el Mesías. Es como si Dios nos viera a través de su Hijo. Por ello dice Jesús es nuestro Mesías.
El verso 13 de Filipenses 2 pone de manifiesto que Dios está detrás de todo esto:
“Porque Dios es el que activa en vosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (BTX)
Estimado lector, note la gran importancia de tomar los textos en su contexto. Vea usted que es Dios quien garantiza que el “ocuparse de nuestra salvación con temor y temblor” lo haremos conforme a sus designios y propósitos. Es Dios quien obra en nosotros, por nosotros y a favor de nosotros. Este verso podría traducirse de la siguiente manera:
“Porque es Dios quien obra en vosotros el desear y hacer lo que a Él le place”
El Comentario Bíblico de Mathew Henry dice del verso 13:
“Este versículo incluye una doble razón del “respeto y sentido de la responsabilidad” que hemos de ejercitar en la práctica de nuestra santificación: (A) El saber que estamos cooperando con Dios en una obra en la que Él lleva la iniciativa. (B) El saber, para consuelo nuestro, que, detrás de nuestro querer y hacer y sosteniendo nuestra debilidad, está Dios con su influjo eficaz (previo, simultaneo y consiguiente), pero de tal naturaleza que no fuerza nuestro albedrío ni nos exime de la responsabilidad personal.”(1)
Por lo tanto, si leemos el verso 12 y 13 juntos, entendemos mejor el sentido del mensaje que Pablo, el autor de la carta a los Filipenses, quiso trasmitir a ellos y por ende, qué es lo que Dios quiere decirnos a través de este pasaje a nosotros hoy en día:
“Por tanto, amados míos, como siempre obedecisteis, no sólo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, alistad vuestra propia salvación con temor y temblor. Porque Dios es el que activa en vosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (BTX)
Los siguientes versos, a partir del 14 en adelante; Pablo exhorta a vivir una vida santa, de forma que brillen como verdadera luz, por ello nos dice que debemos ser “luminares en el mundo”. Luz en medio de una generación que odia la Luz.
Hay muchos cristianos preocupados por el tema de perder la salvación, pero yo me preocuparía más en examinar mi vida y ver si soy cristiano realmente, si he nacido de nuevo.
La salvación es de Dios, Él la otorga y Él la cuida, por así decir, en el contexto de Filipenses lo podemos ver, así como en otros pasajes de las Escrituras:
“Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros, siempre, en toda oración mía, haciendo súplicas con gozo por todos vosotros, a causa de vuestra participación en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; 6estando plenamente convencido de esto mismo, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesús el Mesías.” Filipenses 1.3-6 BTX
“Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen, y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que me ha dado mi Padre es mayor que todas las cosas, y nadie puede arrebatarlo de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.” Juan 10.27-30 BTX
“Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también declaró justos; y a los que declaró justos, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a estas cosas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con Él todas las cosas? ¿Quién encausará a los escogidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién es el que condenará? ¿el Mesías, el que murió? Más aun, Él es quien fue resucitado, el cual también está a la diestra de Dios, el cual también intercede por nosotros.” Romanos 8.29-34 BTX
Hay muchos falsos cristianos preocupados en perder una salvación que no tienen.
¡Dios los bendiga!
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Cita Bibliográfica:
(1)Comentario Bíblico de Mathew Henry, 1999, Editorial CLIE - Barcelona