“18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18.15-20 (RV1960)
Este pasaje contiene un solo tema y varios
principios que se pueden aplicar a la vida cristiana y vida de iglesia. Sin embargo,
la falta de atención a lo que dicen las Escrituras nos han llevado a sacar
enseñanzas de donde no hay. A partir de este pasaje se ha sacado tres
enseñanzas que ‘los cristianos de a pie’ lo utilizan como regla. Me refiero a
los siguientes:
· Atar al diablo en la tierra y en
el cielo (v.18)
· Podemos pedir a Dios cualquier
cosa (v.19)
· Se necesita dos o tres
cristianos para que Jesús esté presente en la iglesia (v.20)
Atar al diablo en la tierra y en el cielo.
Se desconoce el motivo por el cual muchos
hermanos ven en este versículo una base para atar al diablo o a cualquier
demonio. En un anterior artículo expliqué esto un poco más detallado (http://textosfueradecontexto.blogspot.pe/2014/12/tienen-los-cristianos-un-poder-especial.html).
Lo que diremos aquí ahora es que los versos del 18-20 proveen la base teológica
para el proceso de disciplina de la iglesia. Jesús está haciendo eco de lo que
ya les dijo en Mateo 16.19
“Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que prohíbas en la tierra habrá sido prohibido en los cielos, y todo lo que permitas en la tierra habrá sido permitido en los cielos.” (BTX)
En las Escrituras, las llaves muchas veces
simboliza “acceso a un conocimiento” o ciertos “privilegios”. Isaías 22.22 dice
sobre esto: “Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro: Cuando abra
no habrá quien cierre, Y cuando cierre, no existirá quien abra.” O también en
Mateo 23.13-14 que dice “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! que cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, porque
no entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que tratan de entrar.” Y en Apocalipsis
3.7 dice “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el
Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cerrará, y que
cierra y ninguno abre”. Esta ilustración es usada por Jesús y los discípulos lo
entendían claramente pues, en aquella época; el dueño confiaba las llaves de su
hacienda a personas de confianza. Pedro y los apóstoles tendrían la autoridad
de abrir la puerta del Evangelio, y por tanto del reino, y se cumplió primero
en Pentecostés en Hechos 2 y luego en la casa de Cornelio en Hechos 10 y 11; la
primera fue al pueblo judío y la segunda a los gentiles. “Atar y desatar” no es
otra cosa que –la autoridad- de “prohibir y permitir”. No se refiere a “atar
demonios”. “Atar y desatar” eran términos comunes que indicaban autoridad
judicial y legislativa de los rabinos, en Mateo 18.18 esta autoridad es
conferida a todos los apóstoles y a la iglesia (también lo pueden ver en Juan
20.23).
La frase “será atado en el cielo… será desatado en el cielo” gramaticalmente
hablando indica que el inicio de la voluntad de Dios es previo a las decisiones
humanas; es decir, las decisiones que se tomen en la iglesia estarán de acuerdo
con lo que Dios ya ha determinado. Y para el caso de la disciplina, Jesús
determinó que primero se confronte al ofensor personalmente reprendiéndolo con
amor; luego con dos testigos así el testimonio de varias personas evitaría distorsionar
la versión que se daría a toda la iglesia del asunto en mención. Y finalmente,
si no hace caso, decirlo a la iglesia, para que la iglesia lo excluya de la
comunión para que al fin pueda producir un arrepentimiento, de donde si el
ofensor no se arrepiente es porque no es un cristiano genuino que ha sido regenerado.
“Gentil y publicano” es usado para decirle que es un “pagano y transgresor de
la ley”. Esto está determinado que así se proceda para establecer la
disciplina, por lo tanto la iglesia tiene esa autoridad dada “del cielo”.
Podemos pedir a Dios cualquier cosa.
Aquí resaltar que, el ponerse de acuerdo es “tener
un mismo sentir” los hermanos que impondrán la disciplina a un pecador o
retirarán la disciplina a un hermano ya restaurado. No hay una base aquí para
pedir “lo que se quiera”. No, lo que establece el verso es que se tiene
autoridad para pedir “cualquier cosa referente al tema disciplinario” de la
iglesia. Sacar de contexto este pasaje de Mateo 18.19 puede ser muy peligroso.
La palabra clave aquí es “acuerdo”. Eso significa
que los que ponen o quitan la disciplina están “acordes” con la decisión. Este término
griego es “sunphonesosin” de donde viene la palabra “sinfonía”. No hay
concierto de una sinfónica sin sinfonía, de haberlo sería una bulla para los oídos.
De ninguna manera “ponerse de acuerdo” tiene la mínima idea a “pactar por algo”,
no; tenga mucho cuidado. El término griego “sunphonesosin” no lo he encontrado
otra vez en la Biblia, lo que sí se sabe es que este significado lo encontramos
en algunos versículos donde se nos manda “poner en sinfonía a nuestros
corazones”. Por ejemplo:
"Y el Dios de la paciencia y de la consolación os conceda sentir lo mismo unos para con otros, según Jesús el Mesías, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de Jesús el Mesías, Señor nuestro."(Romanos 15.5-6, BTX)
"Por lo demás, hermanos, regocijaos, procurad vuestra perfección, consolaos, tened un mismo sentir, vivid en paz, y el Dios de amor y de paz estará con vosotros." (2 Corintios 13.11, BTX)
"Completad mi gozo, para que seáis de un mismo sentir, teniendo un mismo amor, unánimes, teniendo los mismos sentimientos." (Filipenses 2.2, BTX)
Si en lugar de “sunphonesosin” se usara otro
termino griego como “pacto” (de donde los comerciantes de la fe han creado el
termino “pactar”) se utilizaría “diatheke”, pero no se usa, porque nadie pueder
pactar para conseguir cosas ni materiales ni espirituales. En el Nuevo Testamento
“diatheke” se usa para –promesa o compromiso- ya sea –humano o divino- (ver
Gálatas 3.15); también se usa para –promesa o compromiso de parte de Dios- (ver
Hechos 3.25) entre otras. Nunca se usa para “pactar con Dios” a favor de bienes
materiales.
De manera que “ponerse de acuerdo” en Mateo
18.19 no es “pactar” a favor de pedir “cualquier cosa” material. Significa que
los hermanos se ponen de acuerdo para establecer o retirar una disciplina.
Se necesita dos o tres cristianos para que
Jesús esté presente en la iglesia.
Finalmente, he escuchado a muchos hermanos
que, de manera muy sana e ingenua, cuando están reunidos para algún motivo que
tenga que ver con la iglesia, justifican que Dios está con ellos porque son “dos
o más reunidos en su nombre”. Al respecto diremos que Dios es omnipresente,
Jesús está presente cuando un cristiano ora a solas o en grupo, a través de su Espíritu
Santo. Dios no se limita al número de personas que se reúnan en el nombre de
Jesús. Cuando el verso 20 dice: “Porque donde están dos o tres congregados en
mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”; Jesús, simplemente está dando
respaldo a todas las indicaciones previas que les ha dado respecto a establecer
la disciplina en la Iglesia. Él está diciendo que estará presente con la
iglesia respaldando las decisiones que se tomen referentes a la disciplina. Ya sea
que un hermano ofendido reprenda con amor a solas al hermano ofensor, o con dos
testigos, o con toda la iglesia.
Sacar textos fuera de contexto es peligro. Estudiar
las Escrituras demanda tiempo y dedicación, pero traerá como resultado púlpitos
sanos y doctrinalmente preparados contra las herejías que rondan nuestras
iglesias.
Que Dios los guíe a tener mejores estudios
bíblicos.
Jesús Paredes
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