viernes, 5 de diciembre de 2025

VENIDA EN JUICIO EN EL 70 Y SEGUNDA VENIDA

 



A continuación encontrarás una exégesis completa, ordenada y rigurosa, bajo la perspectiva preterista parcial, que muestra:

  1. Los pasajes del NT que hablan claramente de la “venida en juicio” del Hijo del Hombre contra Israel apostata (cumplida en el año 70 d.C.)

  2. La manera en que estos textos se distinguen de la Segunda Venida física, corporal y gloriosa de Cristo al final de la era.

Esta exégesis combina análisis textual, contexto histórico, paralelos proféticos y categorías bíblicas establecidas.

I. LA “VENIDA EN JUICIO” DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL AÑO 70 d.C.

1. El uso bíblico de “venidas” no físicas sino judiciales

En la Biblia, Dios “viene” en juicio muchas veces sin una aparición corporal visible:

  • Isaías 19:1: “Jehová viene sobre Egipto montado sobre nube ligera” (juicio mediante Asiria).

  • Miqueas 1:3–4: Dios “desciende” y “los montes se derriten”, lenguaje judicial.

  • Salmo 96:13: Jehová “viene a juzgar la tierra”.

Estas “venidas” son teofanías judiciales, no encarnaciones visibles. Jesús usa el mismo lenguaje profético respecto de Israel.

II. PASAJES DEL NT QUE ANUNCIAN LA VENIDA EN JUICIO CONTRA ISRAEL (70 d.C.)

1. Mateo 10:23 – El Hijo del Hombre “vendrá” en vida de los apóstoles

“No acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.”

Exégesis:

  • No puede referirse a la Segunda Venida (aún no ocurrida).

  • Debe referirse a una venida judicial dentro de la generación apostólica.

2. Mateo 16:27–28 – Venida en juicio antes que algunos discípulos murieran

“Hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.”

La mayoría de intérpretes reformados y preteristas parciales (Sproul, Gentry, Chilton, Kik) observan:

  • La frase “de los que están aquí” indica un cumplimiento inmediato.

  • No puede referirse a la Segunda Venida.

  • Se refiere a la destrucción del templo y el juicio sobre Israel, lo cual fue la señal histórica del establecimiento visible del reino mesiánico.

3. Mateo 21:40–45 – El juicio sobre los labradores malvados

Jesús dice que el dueño de la viña vendrá y destruirá a esos labradores (los líderes de Israel).

“Al oír esto los principales sacerdotes… entendieron que hablaba de ellos.”

Cumplimiento:

  • Esta es una profecía directamente cumplida en el 70 d.C. cuando Roma destruyó a la aristocracia sacerdotal.

4. Mateo 22:1–7 – El rey envía sus ejércitos y destruye su ciudad

Parábola de las bodas:

“El rey… envió sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas y quemó su ciudad.”

Exégesis:

  • El rey = Dios.

  • Sus ejércitos = Roma (llamada “ejército de Jehová” como Babilonia lo fue en Jer 25:9).

  • Su ciudad = Jerusalén.

Jesús predice explícitamente la destrucción del año 70.

5. Mateo 23:35–38 – “Vuestra casa os es dejada desolada”

Jesús declara juicio inminente sobre el Israel apóstata:

“Todo esto vendrá sobre esta generación… Vuestra casa os es dejada desolada.”

“Casa” = templo.
“Desolada” = término técnico de juicio.

Cumplimiento: 70 d.C.

6. Mateo 24:1–34 – La venida del Hijo del Hombre contra Jerusalén

Este es el corazón de la exégesis preterista parcial:

“De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.” (v. 34)

El pasaje contiene:

  • Abominación desoladora (v. 15)

  • Jerusalén rodeada por ejércitos (Lc 21:20)

  • Tribulación sin igual (v. 21)

  • Venida del Hijo del Hombre “sobre nubes” (v. 30)

  • Ángeles recogiendo a los escogidos (v. 31)

Exégesis:

  • El lenguaje de “nubes”, “ángeles” y “trompetas” es técnico del AT para juicios históricos, no necesariamente físicos (Is 19; Jer 4; Dan 7).

  • En Daniel 7, el Hijo del Hombre “viene” no hacia la tierra, sino al Padre, para recibir su reino (Dn 7:13–14).

  • Jesús aplica esto a su entronización, manifestada históricamente en el juicio del año 70.

7. Lucas 21:20–22 – Jesús identifica el cumplimiento

“Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos… entonces sabed que su desolación ha llegado… porque estos son días de venganza para que se cumpla TODO lo escrito.”

Este texto no admite futurismo:
Jesús identifica una señal visible: el asedio de Jerusalén en el 70.

8. Apocalipsis 1:7 – Juicio contra los que traspasaron a Cristo

“He aquí viene con las nubes… y los que le traspasaron le verán.”

Los únicos que podían ver ese juicio eran los judíos del siglo I.

9. Apocalipsis 11:1–2 – El templo aún en pie

El templo es medido:

“porque ha sido entregado a los gentiles… y ellos pisotearán la ciudad santa cuarenta y dos meses.”

Esto exige fecha anterior al 70 d.C.

III. ¿CÓMO DISTINGUE EL NT LA “VENIDA EN JUICIO” DEL 70 d.C. DE LA SEGUNDA VENIDA FINAL?

Carácter de la venida del año 70 (preterista parcial)

CaracterísticaVenida en juicio (70 d.C.)
Contra quién            Jerusalén y el Israel apóstata
Naturaleza            Judicial, teofánica, simbólica
Manifestación            A través del ejército romano
Tiempo               “Esta generación” (Mt 24:34)
Señales            Guerras, falsos mesías, sitio militar
Resultado            Fin del templo y del orden mosaico

Carácter de la Segunda Venida final

CaracterísticaSegunda Venida final
Contra quién                      Toda la humanidad (juicio universal)
Naturaleza                      Física, visible, corporal
Manifestación                      Cristo apareciendo en gloria
Tiempo                      Desconocido (Mt 24:36)
Señales                      Resurrección general, fin del mundo
Resultado                      Nuevo cielo y nueva tierra

IV. TEXTOS QUE SE REFIEREN A LA SEGUNDA VENIDA FINAL

1. Hechos 1:9–11

“Este mismo Jesús… vendrá de la misma manera que le habéis visto ir.”

Es corporal y visible.

2. 1 Tesalonicenses 4:16–17

La resurrección de todos los creyentes no ocurrió en el 70 d.C.

3. 2 Tesalonicenses 1:7–10

Jesús vendrá “con llama de fuego” a “dar retribución” a todos los impíos.

4. Mateo 24:36–51 (después del v. 35)

En contraste con los versículos previos:

  • “No pasará esta generación” (v. 34)

  • “Pero del día y la hora nadie sabe” (v. 36)

Aquí comienza la enseñanza de la Segunda Venida futura e imprevisible.

CONCLUSIÓN

El Nuevo Testamento presenta dos venidas distintas:

(1) Una venida redentora-judicial del Hijo del Hombre contra Israel (70 d.C.)

  • Fue profética, histórica y simbólica.

  • Cumplió la destrucción del templo, el fin del judaísmo mosaico y la transición al reino mesiánico universal.

  • Ocurrió dentro de la generación apostólica, tal como Jesús afirmó.

(2) Una Segunda Venida literal, corporal y universal al final de los tiempos

  • Es futura, gloriosa e imprevisible.

  • Implica la resurrección final, el juicio de vivos y muertos, y la renovación cósmica.

La confusión surge cuando ambas venidas se mezclan. La claridad llega cuando seguimos la progresión del texto, el contexto histórico y el lenguaje profético heredado del AT.


¡Piensa en esto cristiano!

viernes, 14 de noviembre de 2025

Estoy desnudo en la oscuridad: J. R. R. Tolkien

 


La Literatura de J. R. R. Tolkien: Vivencia, Mito y Trascendencia

Introducción

¿Qué experiencias vitales pueden llevar a un escritor a dar voz, a través de un personaje ficticio, a una confesión tan desgarradora como la de Frodo cuando declara: “Estoy desnudo en la oscuridad, Sam, y no hay velo alguno entre la rueda de fuego y yo”? En la obra de J. R. R. Tolkien, estas palabras no surgen solo de la imaginación, sino de un caudal de vivencias personales: pérdidas tempranas, heridas de guerra, crisis espirituales y la profunda fe cristiana que marcó su visión del mundo. Explorar cómo Tolkien transformó su historia —de dolor, esperanza y perseverancia— en mito literario permite comprender la riqueza de su creación y reconocer que su ficción no solo entretiene, sino que invita a reflexionar sobre la condición humana, la lucha interior del ser, la trascendencia y el propósito que Dios otorga a quienes cargan misiones aparentemente desproporcionadas, como la que llevó sobre sus hombros el pequeño portador del Anillo.

1. Tolkien: vida, dolor y creación

La obra de Tolkien está profundamente entrelazada con su biografía. La muerte de su madre cuando él tenía apenas doce años, la extrema pobreza de su hogar, la sensación de orfandad espiritual y material, y su fe cristiana vivida en minoría dentro de Inglaterra moldearon en él una sensibilidad marcada por la pérdida y el anhelo de una esperanza más allá de las circunstancias.

Su juventud fue interrumpida por la Primera Guerra Mundial. En 1916 participó en la Batalla del Somme, una de las más sangrientas de la historia moderna. Allí experimentó la muerte de casi todos sus amigos, el horror de las trincheras, la desolación moral y el trauma físico de la “fiebre de las trincheras”. Estas vivencias quedaron grabadas en su alma y, sin verbalizarse directamente, reaparecen en sus relatos: marchas interminables, paisajes devastados, una carga imposible de sostener, y el desgaste espiritual que amenaza con consumir al héroe.

Frodo, en muchos sentidos, es la condensación simbólica de esa experiencia.

2. Frodo como espejo del sufrimiento humano

La frase pronunciada por Frodo en El Retorno del Rey revela un momento de quiebre psicológico y espiritual: “Estoy desnudo en la oscuridad… no hay velo alguno entre la rueda de fuego y yo.”

Estas palabras reflejan: 

  • la vulnerabilidad extrema,

  • la sensación de despojo interior,

  • el agotamiento físico y moral,

  • la proximidad al mal entendido como fuego que corrompe,

  • y la pérdida momentánea de la identidad bajo la presión de una misión superior a sus fuerzas.

Tolkien convierte el dolor humano en lenguaje mítico. El Anillo es una metáfora del pecado, del poder que seduce y consume, y de las cargas invisibles que cada persona lleva. Frodo es el personaje que encarna la dimensión espiritual del sufrimiento: del deber que pesa, del sacrificio que transforma, y del límite humano donde solo queda apoyarse en la gracia, representada a través de Sam.

3. El arte de transformar vivencias en mito

Tolkien no escribió alegorías directas, pero sí creó lo que llamaba “subcreación”, un acto por el cual la imaginación humana participa en la obra creadora de Dios. Para él, la función del mito era revelar verdades profundas mediante historias que resuenan con la experiencia humana.

Así, en sus obras:

  • el dolor se convierte en aventura,

  • el trauma en pruebas heroicas,

  • la pérdida en nostalgia sagrada,

  • la esperanza en eucatástrofe —un giro repentino hacia la salvación—.

Lo que vivió personalmente —orfandad, guerra, enfermedad, la búsqueda de sentido— se transforma en el camino de Frodo, en la caída de Númenor, en las luchas internas de Gollum, en la fidelidad de Sam y en la redención inesperada al final del relato.

Este arte literario no solo construye mundos, sino que ilumina el alma humana.

4. Trascendencia y propósito: la dimensión espiritual del viaje

La misión de Frodo puede interpretarse, desde una perspectiva teológica, como una “vocación” que no se elige, sino que se recibe. Como ocurre en la Biblia con Moisés, Jeremías, Esther o María, el elegido no es el más fuerte, sino el más dispuesto a obedecer, aunque tiemble.

Tolkien, profundamente cristiano, entendía que:

  • el sufrimiento tiene un lugar dentro de la Providencia,

  • la victoria espiritual rara vez ocurre sin heridas,

  • la ayuda divina suele venir a través de otros (Sam, Faramir, Gandalf),

  • y la gracia actúa incluso cuando el ser humano se quiebra (la caída de Frodo en el Monte del Destino y la intervención final de Gollum).

Frodo no es Jesús, pero sí es un tipo literario de Mesías herido, un portador de cargas ajenas que salva al mundo no por su fortaleza, sino por su disposición a seguir adelante aun cuando está completamente roto.

5. La actualidad de Tolkien: por qué su literatura sigue transformando lectores

En un mundo saturado de ruido, superficialidad y prisa, Tolkien ofrece una visión contracultural: la posibilidad de que el sufrimiento tenga sentido, que la misión personal sea real, que la esperanza no sea ingenuidad, y que el mal, aunque poderoso, no tiene la última palabra.

Su obra invita al lector a:

  • reconocer sus propias cargas,

  • comprender la necesidad de apoyo y comunidad,

  • aceptar la fragilidad humana,

  • y buscar la luz que brilla aun en los lugares más oscuros.

Esta es la fuerza transformadora de su literatura: no es solo fantasía, sino una reflexión profunda sobre lo que significa ser humano, vivir con propósito y caminar hacia la trascendencia.

Conclusión

La literatura de Tolkien revela que las grandes historias nacen de grandes heridas, pero también de una gran esperanza. Sus vivencias personales —dolor, guerra, fe, pérdida, amor y perseverancia— se convierten en mitos que iluminan las realidades más profundas del espíritu humano. Frodo, al declarar que está “desnudo en la oscuridad”, nos recuerda que la vulnerabilidad no es el final, sino el punto desde el cual la gracia puede obrar.

Tolkien nos enseña que los héroes más grandes no son los más fuertes, sino los que, aun en la oscuridad absoluta, dan un paso más hacia el bien.


¡Piensa en esto cristiano!

domingo, 2 de noviembre de 2025

Por qué no soy católico romano!





1. Solo la Escritura es la autoridad suprema.
No negamos la utilidad de la tradición, pero rechazamos que tenga igual o mayor autoridad que la Palabra inspirada. Los concilios pueden errar; la Escritura, jamás.

2. La justificación es solo por gracia, solo por medio de la fe, solo en Cristo.
No por méritos, no por penitencias, no por misas. La justicia de Cristo es imputada, no infundida. Cualquier sistema que mezcla gracia con obras no es el evangelio de Pablo, sino el que él maldice en Gálatas.

3. Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres.
No María, no los santos, no sacerdotes. Un mediador perfecto no necesita ayudantes celestiales ni suplentes terrenales.

4. La misa no es un sacrificio renovado de Cristo.
El Calvario fue suficiente, completo y perfecto: “Consumado es.” No se repite ni se representa en un altar. Cristo no baja al pan; nosotros somos elevados a Cristo por la fe.

5. La Iglesia no es una institución infalible gobernada por un hombre.
Respetamos la historia, pero el papa no es sucesor de Pedro en autoridad universal, ni es cabeza de la Iglesia. Cristo no comparte Su trono con ningún obispo de Roma.

6. No veneramos imágenes, reliquias ni seres humanos glorificados.
Nos arrodillamos solo ante Dios. María es bienaventurada, sí; adorada, jamás. Los santos son ejemplos, no intercesores celestiales omnipresentes.

7. No aceptamos doctrinas sin fundamento bíblico.
Purgatorio, indulgencias, limbo, rosarios, inmaculada concepción, asunción de María… Estas enseñanzas no proceden de los apóstoles ni de Cristo, sino de siglos de acumulación humana.

8. Rechazamos la salvación por sacramentos administrados por la Iglesia.
El agua del bautismo no regenera, la eucaristía no justifica, la absolución sacerdotal no limpia pecados. Es Cristo quien salva, no la institución.

9. La verdadera Iglesia no se define por sucesión apostólica visible, sino por fidelidad al evangelio.
La Iglesia es el pueblo redimido, en todo tiempo, todo lugar, bajo un mismo Señor. Muchos dentro de Roma fueron verdaderos creyentes a pesar de su sistema, no por causa de él.

10. Porque amamos a Roma… decimos que está equivocada.
Si calláramos, no seríamos fieles ni al evangelio ni a nuestras conciencias. No hablamos desde odio, sino desde el deseo de ver la verdad exaltada y a Cristo proclamado sin mezcla ni añadidura.

¬No somos protestantes porque nos guste protestar, sino porque aún hay razones para protestar. Seguiremos diciendo solus Christus, sola Scriptura, sola fide, sola gratia, soli Deo gloria, hasta que la gloria de Dios cubra la tierra como las aguas cubren el mar.¬

¡Piensa en esto cristiano!