sábado, 9 de marzo de 2019

¿Debemos Orar por la Paz de Jerusalén?


A menudo a los que no somos dispensacionalistas, ni "mesiánicos", ni "pro Israel" se nos tilda de "Anti - Israel" y de sostener y promover una Teología de Reemplazo (y hasta de antisemitas como si fuéramos aliados de Hamas o Hezbollah). Eso es una MENTIRA. Oramos por el moderno Estado de Israel, así como por Arabia Saudita, por la India, por la China, por Corea del Norte, por Venezuela, etc.

Oramos por paz ¿Qué cree, que oramos por guerra? Somos cristianos, no fomentamos la guerra, ni el odio, ni la venganza, mucho menos el resentimiento. Oramos por un mundo de Paz. Jesús nos enseñó a orar "hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo"; creemos que Dios es paz en el cielo. Jesús mismo dijo "bienaventurados los pacificadores...".

Jesús dijo que nos dejaba su paz, y que su paz no es como la paz del mundo. La paz de Dios es "reconciliación" con Él. No hay mandamiento en el Nuevo Testamento, ni de Jesús ni de las epístolas a que "oremos por la paz de Jerusalén" (ciudad en palestina). Antes, Jesús insistió en todas sus profecías que los verdaderos hijos de Dios deberían "huir de Jerusalén" porque se aproximaba juicio y destrucción sobre ella (la cual ya vino en el año 70 d.C.).

Si oramos por Jerusalén (Moderno Estado de Israel), o por cualquier otro país, para que tengan paz (ausencia de guerra), lo que verdaderamente debemos pedir es que tengan "paz con Dios" y no solo "ausencia de guerras".

Pero hay algunos que cuando leen el Salmo 122.6 parece que encuentran allí un "mandato" y una "promesa". Pero no es así.
"Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman."
Leyendo en el Contexto Histórico
Los Salmos del 120 al 134 son denominados los “cantos de ascenso”. Eran cantados por los peregrinos que "subían a Jerusalén" a una, dos o tres de las fiestas que allí se celebraban cada año según su calendario litúrgico: la Pascua, las Primicias (Pentecostés) y Tabernáculos.

Este Salmo no fue escrito por David, sino que se cantaba "en honor a David". Es un Salmo escrito muchos años después de la muerte de David. Puede ser un salmo escrito antes de la caída de Samaria o después del exilio babilónico ( (entre 720 a.C. o 516 a.C).

Vemos que el salmista tiene gozo de llegar a la "ciudad santa", a Jerusalén, que era el centro socio político y religioso de Israel. Así también el salmista tiene muy gratos recuerdos de Jerusalén. Cuando el salmista recuerda la alabanza del pueblo, piensa también en la justicia (los tronos para el juicio) y en la línea davídica que implica las promesas del pacto davídico: el Mesías.

Para los judíos, Jerusalén era el centro del mundo y en su Templo estaba la Gloria de Dios.

  • Era la "Ciudad de Paz".
  • Lugar donde Dios había puesto su nombre.
  • Escena de Alegría y Alabanza.
  • Centro del Culto y de todas las Santas Convocaciones.
  • En un sentido, el Sillón del Gobierno de Dios.
  • Posee a la vez el Trono y el Templo.
  • Morada común de la Gloria y Espada de Justicia.
  • Sede de un Gobierno Teocrático.
  • La Casa de Dios.
  • El Lugar de Regocijo de todo israelita piadoso.
  • La Santa Ciudad donde adoraba la Nación del Pacto.
Para el salmista Jerusalén era una ciudad, un lugar geográfico, un territorio físico; y ora y se goza en ese lugar como si fuera su casa. Pero vemos también que Jerusalén es llamada así como una "esposa". Representa a las personas que la habitan, a los israelitas.


La nota de pie de página de la Biblia de Estudio Mathew Henry dice:

"El verbo "prosperar" que utilizan aquí algunas de nuestras versiones, transmite una idea distinta a la del original. La palabra hebrea "shalvah" significa más bien "permaneced en paz, seguro, tranquilo en reposo", y se aplica en la Escritura mayormente a alguien que goza de una prosperidad tranquila como en Job 3.26;12.6. La idea esencial es de tranquilidad o reposo, y el significado en este versículo en concreto es que los que aman a Sión "disfrutarán" de paz, o quizás, que la tendencia de ese amor es el de producir la paz (Romanos 5.1). La oración fue por la paz (shalom): "Orad por la paz de Jerusalén"; y naturalmente, el pensamiento conexo a la misma es que los que aman a Sión "disfrutarían" de paz. De hecho, es cierto, en general, que los que aman Sión, o que aman a Dios, "prosperarán", pero esa no es la verdad enseñada aquí. La idea es que van a disfrutar de paz: paz con Dios, paz con su propia conciencia, paz ante la perspectiva de la muerte y del mundo venidero, paz en medio de las tormentas y las tempestades de la vida, paz en la muerte, en la tumba y para siempre." (Albert Barnes 1798-1870)

Pero la invitación del salmista a "pedir por la paz de Jerusalén" no es un mandato de Dios para nosotros hoy. Tampoco se promete prosperidad para quienes lo hagan.

Jesús en una ocasión dijo: "Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados", y no se refería a las estructuras físicas sino a sus habitantes. Así mismo, cuando Jesús advierte que "la ciudad sería destruida en venganza por matar a Jesucristo", se refería a la ciudad física, pero por la maldad de sus habitantes, sobre quienes vino ese juicio: muerte, pestes, destrucción, hambre, y esclavitud.

¿Debemos orar por la paz de Jerusalén?
Si quien hace la pregunta tiene en mente el mismo contexto del salmista, y de los peregrinos que subían a adorar en una de las tres fiestas anuales; y además está pensando que es un mandato porque el moderno Estado de Israel sufre conflictos con sus vecinos, y además que hacerlo le traerá prosperidad: la respuesta es NO.

La actual Jerusalén no es más "la ciudad santa de Dios", no está más su Gloria allí. Dios mismo destruyó el Templo junto con los sacrificios.

Hoy existe una "nueva Jerusalén" y un "nuevo Templo": La Iglesia que en sentido espiritual es la continuación del Israel Espiritual en el Nuevo Pacto (confirmado en el Nuevo Pacto en Jesucristo). La aplicación de este salmo para nuestros tiempos es el de orar por la Iglesia y los cristianos en general. Los cristianos debemos orar unos por otros.

  • Los cristianos pertenecemos a una "Ciudad de Paz".
  • La Iglesia es el lugar donde Dios ha puesto su nombre.
  • La Iglesia vive en Alegría y Alabanza.
  • La Iglesia es ahora el Centro del Culto, de la Santa Convocación.
  • Jesucristo es cabeza de la Iglesia y la Gobierna.
  • La Iglesia es el Trono y el Templo de Dios.
  • Morada común de la Gloria y Espada de Justicia.
  • Desde la Iglesia proclamamos su Gobierno Teocrático.
  • La Iglesia es la Casa de Dios.
  • El Lugar de Regocijo de todo creyente piadoso.
  • Los cristianos somos los verdaderos judíos, hijos de Abraham.
  • La Iglesia, el Pueblo del Pacto en la nueva y definitiva dispensación.
CONCLUSIÓN

No está mal orar por "la paz de Jerusalén", pero no como mandamiento del Salmo 122.6 ni como esperando ser prosperados a cambio de orar. Pero también ore por el resto de países de Medio Oriente que están en guerra continuamente y necesitan paz.

El desconocimiento del contexto de este cántico de ascenso ha llevado a muchos a creer y hacer cosas que la Biblia no manda. La identificación de muchos evangélicos con el moderno Estado de Israel, y de los grupos mesiánicos, y de muchos llamados "pro-Israel" los ha llevado al casi "fanatismo" siendo así que tienen souvenirs con la bandera, la estrella de Renfan, y la menorá entre sus artículos mezclados con el cristianismo.

Aunque es cierto que el salmista escribe inspirado, Dios no manda que oremos por la paz de Jerusalén de manera exclusiva, lo que sí manda Dios es que los israelitas oren por una ciudad y no necesariamente es Jerusalén, leamos:
"Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz." - Jeremías 29:7
La paz, más que la ausencia de guerra, significa o evoca bienestar individual o social que era consecuencia de guardar el Pacto. La paz es la bendición principal del Pacto. Los judíos anteriormente han orado y buscado la paz de Jerusalén (en el Salmo 122.6-9), pero mientras estuvieron en un pueblo extranjero, en el caso de Jeremías 29.7 que están en Babilonia, es decir en el exilio, ellos debían procurar la paz allí. Es decir, el Pueblo del Pacto debe procurar la paz en un pueblo extranjero, sea cual fuere.

La Iglesia es el Pueblo del Pacto, no por una cuestión genética sino por la Fe de Abraham, que es la Fe en Jesucristo. La mejor aplicación de este salmo para nuestros días es que debemos orar por la paz de todas las ciudades de este mundo ya que el Pueblo de Dios no se circunscribe a una nación geográfica sino que es universal, sobre todo por la paz de la ciudad donde uno vive.

¡Gracia y Paz!

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