jueves, 28 de octubre de 2021

LIBERTAD CON LIMITACIONES



¿Por qué Dios liberó a Israel de la mano de un rey opresor que los tenía de esclavos, y ahora ellos son vasallos de un nuevo Rey más poderoso que no les da algunas libertades como "creer en el dios que deseen"? ¿Israel era una nación sin "libertad de religión"?

¿Qué es la "libertad de culto" o "libertad de religión"?
La "libertad de culto" o "libertad religiosa" es un derecho fundamental que se refiere a la opción de cada ser humano de elegir libremente su religión, de no elegir ninguna (irreligión), o de no creer o validar la existencia de un Dios (ateísmo y agnosticismo) y ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima de opresión, discriminación o intento de cambiarla a la fuerza.

¿Se ha preguntado por qué las "Leyes de Moisés" llamaban idolatría a la adoración a un dios o ídolo por parte de los israelitas (vasallos de Dios) y era castigado con la pena capital?

¿Por qué Dios OBLIGA a través de sus leyes que Jehová sea creído y adorado por Israel como el "único" Dios, y nadie más?

"Estado laico" dirían muchos hoy en día, incluyendo cierto sector de "cristianos" (liberales y progresistas de hecho). Pero quizá estemos pensando teológicamente (y no está mal) y diríamos: "Jehová Dios es el único Dios verdadero, y sólo Él es digo de alabanza y adoración", y este pensamiento está correcto, pero las leyes expuestas en el Decálogo y dadas a una nación no eran meras imposiciones religiosas o dogmas teológicos. Dios ahora es el Rey de los Israelitas.

Entendemos esto si entendemos la historia de las naciones antiguas e imperios. En Egipto por ejemplo faraón era un dios, o al menos pretendía ser reconocido como un dios. este patrón se repite en casi todas las naciones antiguas. El rey de los caldeos por ejemplo, hasta se erigió una estatua a la cual exigía pleitesía. Y los cesares o emperadores romanos exigían adoración cual dios. Así que la nación israelita fue comprada por Dios para que sea su nación, por lo tanto, ellos tenían que adorarlo a Él solamente. El asunto aquí es que , Él sí era Dios verdadero, los demás eran simples creaciones humanas inspiradas por demonios.

Dios los ha salvado, rescatado, liberado, pero ahora son suyos. Antes eran del faraón egipcio, ahora son de Jehová. Antes le debían lealtad a faraón, ahora le deben lealtad a Jehová. Antes tenían que cumplir las leyes de faraón sino acarreaban serias consecuencias. Ahora tienen un conjunto de leyes dadas por Dios, de lo contrario también acarrearían serias consecuencias. ¿Cuál es la diferencia entonces entre que antes eran vasallos de faraón y ahora lo son de Dios?

Claramente la diferencia está en las ofertas de bendición y el plan que Dios tenía para esta "nación de Dios" que había nacido. Por eso Dios mismo les dice:

"Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí." - Éxodo 19.4

Dios libera a Israel, ahora convertido en "una nación", y ¿acaso no es Dios un Rey más poderoso que Faraón? A peleado contra Egipto, ha vencido a catorce dioses egipcios, el semidios faraón no ha podido defender a su pueblo, ni a su propio primogénito. Dios es un Rey más fuerte que la joven nación de Israel, a la que ha liberado en una cruenta batalla y ella es "su botín de guerra".

Israel ahora se debe a Dios. Le debe la vida. Eran esclavos, y ahora son libres. Pronto serían introducidos a una tierra. No solo serían una nación, sino que llegarían a ser un "reino de sacerdotes". ¿Notas la diferencia?

Esta historia se resumen en este Credo Israelita:

"...Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel." - Deuteronomio 26.5-9

Bajo un antiguo tratado de vasallaje, los israelitas no podían sino adecuarse a las leyes de su nuevo Señor y Rey, después de todo es quien los ha comprado (liberado).

Podemos decir entonces que los israelitas creen y adoran a Jehová no solo porque Dios es el único y verdadero Dios, creador y soberano de todas las cosas; sino que lo hacen porque es su amo, su Rey; quien los ha comprado para sí.

Al entrar Israel en Pacto con Dios, ellos han firmado un tratado de vasallaje en donde juran no adorar a otro Dios, porque nadie más los ha liberado de Egipto como lo hizo Jehová. Y, las bendiciones por cumplir este pacto son abrumadoras, pero el incumplimiento también es colosal.

Esto ayuda a entender las leyes de Moisés, que no eran dogmas para imponer y dejar "sin libertad de culto" a los israelitas. No era un humano estableciendo leyes "de su religión" en una nación. Dios ahora es su Rey, su Amo y Señor, quien ha establecido las condiciones del Pacto en las cuales habrían de vivir.

Yendo un poco más allá en este asunto, me atrevo a exponer mi razón por la que estoy seguro que el Moderno Estado de Israel no es "el pueblo escogido de Dios", simplemente porque es una nación "que no está en Pacto con Dios". De estarlo, las leyes de Moisés estarían vigentes, y sus ciudadanos estarían "obligados por ley" a creer y adorar SOLO A JEHOVÁ. Pero la realidad no es así.

Los primeros cristianos entendieron que no debían adorar al Cesar, y como dice Boer "la iglesia no permitía a sus miembros la adoración al emperador". La iglesia primitiva entendió que ella estaba en Pacto con Dios, y que nadie más sino Jesucristo era su Kurios, su Señor. Y nadie más, por ello los primeros cristianos fueron brutalmente perseguidos.

Los israelitas no tenían libertad religiosa, habían sido comprados para adorar a Jehová, lo cual implica que el no hacerlo era idolatría, y la idolatría en Israel era un delito que se pagaba con la pena capital.
La Iglesia tiene un Rey, y un día todas las naciones lo reconocerán como tal.

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