lunes, 28 de enero de 2019

El Fin de los Réprobos es el Infierno



¿Quiénes son los "réprobos" de los que habla el autor de Hebreos?

El pasaje de Hebreos 6.7-8 dice algo que parece indicar que "hay creyentes que pueden perder su salvación". Qué dice F.F. Bruce, aquí la cita bíblica y a continuación el comentario de Bruce:
"Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada." -Hebreos 6.7-8

Bruce comenta: 
"Tales personas (los réprobos) son comparadas con una tierra que, a pesar de todos los cuidados prodigados a su cultivo, se niega a producir una buena cosecha. La figura aquí tiene, en mucho, el mismo efecto que el canto de la viña de Isaías (Is 51.1ss). Aquella viña recibió toda la atención que una planta pueda recibir, pero cuando llegó el tiempo para que produjera uvas, no produjo sino uvas silvestres. Claramente era una tierra malvada que nunca respondería al cultivo; por lo tanto, simplemente se debía dejar que permaneciera sin atención y quedara abandonada. Así también nuestro autor compara a aquellos cristianos que perseveran en la fe a la tierra fértil que produce fruto, mientras que aquellos en cuyas vidas no aparecen los frutos de justicia son comparados con una tierra que nunca producirá mas que espinos y abrojos, cuyo fin es ser quemada, 'porque nuestro Dios es fuego consumidor'." (1)
Esta interpretación debería producir en nosotros una profunda reflexión respecto a nuestra vida como cristianos. Somos salvos, no por una "profesión de fe", no por "haber sido bautizados de niños", no por haber tenido una experiencia extática o un trance con lenguas o caídas del espíritu; somos salvos de principio a fin por la obra de Cristo, "obra que una vez iniciada, la terminará por su fidelidad". 

Pareciera que el autor de la carta advierte de apóstatas entre los cristianos. Pero ¿puede un cristiano verdadero terminar su carrera apostatando? Creemos que no. Miren el versículo 9:
"Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así."
Por encima de la advertencia, el autor de la carta da por sentado que entre sus destinatarios no hay apostatas. El autor se incluye cuando dice "estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación..." y esto marcando una diferencia entre "los réprobos" y "vosotros".

Los "réprobos" son una tierra que por más que se cultive en ella nunca dará fruto.

Los "verdaderos creyentes" siempre dan fruto. Note el verso 10, de cómo el autor mismo tiene testimonio de la "obra y el trabajo de amor" que han mostrado al Nombre de Dios, obra que abunda en "servicio a los santos":
"Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún" (v.10)
Pero, el autor de los Hebreos no deja de advertir una y otra vez: "perseverancia":
"Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas." (vs 11-12) 
¿Nota que el autor va desde la seguridad de la salvación y lo conjuga con la advertencia? ¿Por qué se hace esto? ¿Si ya son salvos, porqué las advertencias?

La misma comunidad que atestigua la vida de un creyente desde su aparición en la Iglesia hasta el fin, es la que hoy tenemos. Es decir, la Iglesia Visible, está conformada por individuos regenerados y no regenerados. En la Iglesia vemos hermanos que día tras día caminan junto a los otros. Nadie puede saber quién realmente es un salvo nacido de nuevo, salvo por su "perseverancia" manifestada en "los frutos" a lo largo de su vida como cristiano.

Es la misma advertencia que nos hacemos hoy en día. Nadie se salva por "una oración del pecador", tampoco por "recibir el bautismo". No existe tal cosa de que "si hablaste en lenguas ya eres salvo". No es como pensábamos anteriormente que "Judas era salvo porque hizo milagros", sea que usted es un hombre de oración, de ayunos y de vigilias, eso no garantiza que haya nacido de nuevo. Debemos "perseverar hasta el final", o como dice el autor de Hebreos, "cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza".
"Las obras no salvan, pero bien pueden ser la evidencia de que ya somos salvos."
Pero esas obras deben permanecer en el creyente todo el tiempo. 

Es cierto que la mayoría de evangélicos están muy convencidos que "las obras no salvan", entonces; luego de hacer una "profesión de fe" y aprenderse las lecciones básicas de su curso de discipulado, se encierra en sus cuatro paredes a esperar el Día de la Redención. 

Por lo mismo, cuando se lee comentarios de teólogos que dan énfasis a "las obras para salvación", como la hace Santiago, solemos espantarnos. Seamos honestos, cuando los evangélicos apelamos a "sola fe", automáticamente nos divorciamos de las obras. Bien, si hubiéramos vivido en la comunidad destino de la Carta a los Hebreos, hubiésemos sido fuertemente amonestados, así como Santiago amonesta a la Iglesia en general al decir "muéstrame tus obras". Pero la fe que salva produce obras, una fe muerta no produce obras, y mucho menos no salva.

La única manera de demostrar que ya somos salvos son nuestras buenas obras, el fruto de justicia y amor, el servicio y la perseverancia en la doctrina apostólica; pero ¿tenemos necesidad de demostrar que ya somos salvos? ¿ante quién? ¿ante Dios, acaso Dios no lo sabe todo? ¿ante la comunidad cristiana? ¿ante nosotros mismos?

Sí, es necesario demostrar que somos genuinos hijos de Dios, a la comunidad y a nosotros mismos. ¿Para qué? La respuesta también lo da el autor de los Hebreos:
"...para plena certeza de la esperanza."
¿La salvación se pierde según Hebreos en el contexto del capítulo 6?
De ninguna manera. "Los réprobos" son cultivados una y otra vez y nunca dan fruto. Usted puede hacer que "un réprobo" haga una oración aceptando a Cristo, lo puede bautizar, lo puede hacer que ore, que salte, que grite que es cristiano, y todos los acomodamientos del marketing evangelical moderno, pero nada de eso, así como el cultivo de una tierra estéril nunca hará que produzca uvas; así los "réprobos" nunca darán frutos de justicia pues no han nacido de nuevo.

Usted debe estar pensando que esos réprobos "fueron iluminados", y que también "gustaron el don celestial", y por si fuera poco "fueron hechos partícipes del Espíritu Santo"; y además "gustaron de la buena palabra de Dios, y los poderes del siglo venidero"; y todos estos privilegios parecen ser cosas que experimentaron y atestiguaron los creyentes verdaderos, pero vemos que es una descripción similar a la de los israelitas que anduvieron en el desierto mirando los milagros de Dios: las diez plagas sobre Egipto, el mar rojo que se abrió para que ellos pasen, una nube de día y una antorcha de fuego por la noche, maná y agua en el desierto; codornices, etc.; pero ninguno de ellos, de los que igual murmuraron contra Dios, heredó la tierra prometida. Porque eran "réprobos".

Así muchos réprobos, ingresarán al infierno habiendo sido testigos de las maravillosas manifestaciones de Dios en este presente siglo. Y muchos de ellos las habrían visto dentro de la Iglesia Visible de Dios.

¿Quienes son los réprobos?
Como dice Bruce: "aquellos frutos, consecuencias naturales de la salvación, llevaban testimonio de que la gente en quienes aparecían eran herederos genuinos de la salvación."(2) Los réprobos son aquellos miembros de la Iglesia Visible que no han nacido de nuevo, no son regenerados, y tarde o temprano apostatarán de la Fe, no tienen frutos, no hacen buenas obras... "pero nosotros estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación".

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(1)(2) F.F. Bruce, 2002, "La Epístola a los Hebreos", Libros Desafío. Pág. 126-127

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