jueves, 14 de diciembre de 2017

La Gran Ciudad del Apocalipsis



Nueve pruebas que identifican a Jerusalén como Babilonia

1. Las demandas temporales del Texto
Es imposible leer el Apocalipsis sin darse cuenta del sentido fuerte de urgencia e inminencia; en especial Apocalipsis 1:1, 3,7; 22:6, 7,10, 12,20 y también 6:11; 10:6; 12:12 y 8:10. El autor, Juan escribe con relación a la situación que existía en sus días. La Iglesia Católica Romana no existía cuando Juan escribió, y no está incluida en las profecías del Apocalipsis porque todos los eventos iban a suceder pronto a la publicación del libro (Apocalipsis 1:1-3).

El libro se impone a sí mismo ciertas limitaciones en cuanto al tiempo. Si Juan hubiera escrito de eventos todavía a 2000 años de distancia, no hubiera habido la urgencia de leer el libro por parte de los creyentes del primer siglo. Las demandas temporales del libro del Apocalipsis son satisfechas perfectamente en el evento del año 70 d.C.

2. La Certificación Histórica
Si se considera que el Apocalipsis habla del Juicio sobre la Iglesia Católica Romana, entonces hay que ver si la historia concuerda con la descripción de la Escritura Santa. Es un dato histórico que la ciudad de Roma nunca fue destruida en la misma manera como fue destruida Jerusalén. Ningún historiador sabe de plagas en la Babilonia, del Río Eufrates dentro del periodo del primer siglo, ni tampoco en otro periodo después. ¿Llamó Dios a los cristianos a salir de la Iglesia Católica Romana? Por otro lado, Josefo habla que la distancia de la destrucción de Jerusalén y sus libros, claramente son paralelos al libro del Apocalipsis de Juan.

3. La Gran Ciudad
Repetidamente Juan se refiere a Babilonia como la Gran Ciudad (Apocalipsis 14:8; 16:19; 17:5,18; 18:2, 10, 16, 18,19 y 21. En adición a estos versículos, Apocalipsis 11:8 menciona la gran ciudad donde fue crucificado nuestro Señor. ¿Es solamente una mera coincidencia que Jerusalén y Babilonia sean llamadas la gran ciudad en el Apocalipsis?

Para el AT y el NT Jerusalén es la ciudad de más importancia. Por ejemplo Mateo 5:35; 16:21; 23:37 al 24:34; Lucas 13:33; 21:20; 24:47; Hechos 1:4-5; 2:1ss; 8:1 etc. Jerusalén se menciona más de 600 veces. Son mencionadas otras ciudades pero a ninguna se le da tanta atención como a Jerusalén. Es lógico creer que la gran ciudad del Apocalipsis es la misma gran ciudad del resto de la Biblia.

4. La Nueva Jerusalén
Existe un contraste muy claro entre la ramera y la novia virgen (Apocalipsis 17:2-5; 21:2ss). Este contraste abre el camino para creer que en el Apocalipsis hay dos ciudades y solamente dos; cada una es la antítesis de la otra. Hablar de una nueva Jerusalén implica que hay una vieja Jerusalén. La Jerusalén judaica con todas sus apostasías debía haber sido quitada para la venida de la nueva Jerusalén que es el Reino de Cristo. El comentario de Juan sobre la nueva Jerusalén fluye de su discurso sobre la desaparición de la vieja Jerusalén, la Babilonia. También, no hay que olvidar que el Apocalipsis de Juan es nada menos que una ampliación del sermón escatológico de nuestro Señor en el Monte de los Olivos.

5. La Madre de las Rameras
Este título solo le queda a Jerusalén. Después de todo, ella adulteró en su relación como esposa de Jehová. No solamente mató a los profetas (Mateo 23:34-37), sino que asesinó al Hijo de Dios, el Cristo (Hchos 2:36; 7:51-52). ¿Hay otra ciudad que haya hecho peor que Jerusalén? ¿Cómo puede Roma ser la madre de las rameras y abominaciones cuando ella es solo una bebita contrastada con Jerusalén? Las infidelidades de ninguna otra ciudad se comparan con las de Israel en el punto de vista de Dios, porque él estaba casado con ella. Isaías escribió de Jerusalén: “¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas” (1:21).

6. El Fuerte Lenguaje de Pacto
Esta prueba está estrechamente relacionada con la anterior. Más y más comentaristas empiezan a ver el concepto de pacto en el lenguaje del Apocalipsis. Por ejemplo, Roma nunca sería capaz de violar el pacto de Dios, de ser infiel a su esposo divino, porque ella nunca fue la esposa de Jehová. El lenguaje del Apocalipsis está lleno de expresiones que identifican a Israel en su relación a Dios por medio de pacto. Y la ciudad de importancia en el pacto con Israel es Jerusalén.

7. La Escena de Apocalipsis 17-18
Babilonia tiene que ser Jerusalén basado en las descripciones de Apocalipsis 17-18. Por ejemplo ella se vestía con “púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas…” (17:4). Esta es una obvia referencia a Jerusalén. Vea Lucas 21:5; Mateo 23:16-17 y Éxodo 28. Hay por lo menos ocho características que apuntan no a Roma, sino a Jerusalén.

8. La Similitud Entre Apocalipsis 18:24 y Mateo 23:34
Este punto debe servir para convencer al estudiante sincero. La comparación entre estos dos pasajes es convincente. En Babilonia había la sangre de los profetas y santos y del Hijo de Dios. Este lenguaje no puede hablar de Roma o de ninguna otra ciudad más que Jerusalén. Solo Jerusalén fue culpable de toda la sangre justa derramada en la tierra. Esta misma característica fue aplicada a Jerusalén por Jesús en Mateo 23:34 y en Lucas 11:49. Jesús dijo: “…no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén”. 34″¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!” (Lucas 13:33). Esteban dijo a los ciudadanos de Jerusalén “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores”; (Hechos 7:52) “vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis”

9. Los Paralelos en el Sermón del Monte de Los Olivos
Finalmente, ¿quién puede negar los paralelos que existen en el Sermón del Monte de los Olivos en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 17 y 21 y el Apocalipsis de Juan. Por ejemplo Mateo 24:16 y Apocalipsis 18:4. Los dos pasajes amonestan a huir y salir. Juan provee en el Apocalipsis una versión ampliada del discurso de Jesús en el Monte de Los Olivos. ¿Es mencionada Roma en Mateo 24? No. Los paralelos en estos pasajes están enfocados en la caída de Jerusalén.

Conclusión
Hemos presentado una interpretación consistente de Babilonia en la Escatología de la Escritura. Tanto Pedro como Juan reconocían a Jerusalén como malísima y lista para el juicio (1Pedro 4:7,17; Apocalipsis 18:10,20). Esta idea tiene sus raíces en las parábolas habladas por Jesús (Mateo 13:24-30, 36-43; 21:33ss; 22:1ss). El Espíritu Santo fue enviado a recordar a los discípulos de estas palabras y revelar más acerca de las cosas venideras (Juan 14:26; 16:13). Así encontramos el Apocalipsis lleno de detalles que pertenecen al juicio en las parábolas y profecías de Cristo que hablan en referencia al pacto.

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martes, 12 de diciembre de 2017

¿Es la Inerrancia una Doctrina Fundamental?,



Por Daniel Caballero

Recientemente en una conversación con un amigo, escuche decir a alguien más: “Yo no creo en la Doctrina de la Inerrancia de las Escrituras, debido a que fue una Doctrina inventada por teólogos americanos como reacción al liberalismo alemán, y fue traído a nosotros por misioneros”. Al inicio pensé que estaba bromeando. Luego me di cuenta que estaba hablando en serio. El punto es que se puede decir exactamente lo mismo de casi cualquier afirmación teológica, ¡incluida ese misma! “Yo no creo en Justificación por Sola Fe, debido a que fue una Doctrina inventada por teólogos alemanes en la Reforma como reacción al Catolicismo Romano, y fue traída a nosotros por misioneros.”, etc. ¡Se puede afirmar lo mismo acerca de casi cada doctrina evangélica! Es un argumento tan ‘de paja’ y ‘ad hominen’ que me cuesta creer que lo usen, pues no resiste un escrutinio, ni histórico, ni lógico.

De hecho, es una tautológica, un oxímoron en sí mismo, pues el mismo argumento se podría usar en su contra: “Yo no creo en la Doctrina de la No-Inerrancia de las Escrituras, debido a que fue una Doctrina inventada por teólogos alemanes en reacción a la Alta-Ortodoxia Continental, y les fue enseñada por misioneros”, o dicho de una manera más clara: “Yo no creo en la Doctrina de la Errancia[1] de las Escrituras, debido a que fue una Doctrina inventada por teólogos alemanes en reacción a la Alta-Ortodoxia Continental, y te fue traída por misioneros”. Se contradice a sí mismo, es como decir “No creo en mentiras verdaderas”.

¿Se inventaron la Inerrancia hace 100 años?
Lo mismo se puede afirmar de cualquier doctrina, ¡exactamente de la misma manera! Toda doctrina tuvo una formulación histórica, la misma que en cada caso fue una reacción a algo, y la misma que en cada caso fue traída a nosotros por una influencia externa. Lo que más me llama la atención es que dicha critica en contra de la Inerrancia sea tomada de manera axiomática, sin un espíritu crítico, justamente por aquellos que se jactan de tener un espíritu crítico. Contradictorio, pero cierto.

Alguien dirá: “!Pero el termino Inerrancia fue acuñado hace 100 años, no se encuentra por ejemplo, en los Padres Apostólicos!” – Cierto. Tampoco el término ‘Trinidad’, ‘Justificación por Sola Fe’, etc.; y eso no los convierte en falsos. En adición a esto, si bien es cierto que el termino no se encuentra, el concepto sí. Este argumento es tan absurdo que es como si alguien el día de hoy acuñara, en una defensa contra el homosexualismo, el término ‘Homo-Ortodoxia’, y alguien dentro de 100 años diga que en el 2017 se ‘inventaron’ la creencia de que las Escrituras condenan la homosexualidad. Absurdo.

Desde un punto académico, hay muy buenos libros en contra de la Inerrancia de las Escrituras, con argumentos buenos y complejos en contra de la Inerrancia Bíblica, por ejemplo, Peter Enns,[2] o también, aunque recientes los ya clásicos de Bart Ehrman.[3] Pero ciertamente el argumento de “no lo creo porque se lo invento un teólogo gringo hace 100 años” es sinceramente entre los más pobres.

¿Pero entonces, se la inventaron la Inerrancia o no?
Ahora bien, el hecho de que un argumento sea pobre y mal estructurado no quiere decir necesariamente que sea falso. Es como cuando mi madre me decía de niño: “Daniel baja abajo, para que los abarrotes me los subas arriba”. Es una contradicción lógica pleonástica, pero entiendo lo que quiere decir. ¿Es ese el caso con este argumento? No. ¿Es cierto que alguien hace 150 años se inventó que la Biblia era Inerrante? No. Es un hecho indisputable en académica que el concepto de Inerrancia era el mismo en Norteamérica así como en Europa durante el siglo XIX entre los Evangélicos Conservadores.[4]

No fue algo que creían uno o dos teólogos solamente en Princeton, USA. Pero no solo en el siglo XIX, sino también en la era Patrística,[5] hasta Orígenes quien fue quizá el más controversial de los padres afirmaba indudablemente la Inerrancia de las Escrituras.[6] Pero esta no solo era la vista mayoritaria de los Padres de la Iglesia, sino también en la era Medieval, [7] la Reforma y la Post-Reforma[8] específicamente en la era Puritana, los Estándares de Westminster y la Ortodoxia Reformada.[9] Esta ha sido, indiscutiblemente, la creencia sostenida por la Iglesia durante toda su existencia: Las Escrituras son libres de error y contradicción interna.

¡STOP! Dos aclaraciones sobre esto:
Primero. Lo que muchos rechazan en la actualidad en relación a la Inerrancia no es la postura clásica, sino más una visión distorsionada de la misma que se acerca más aun ‘Biblicismo Literalista’ que confunde ‘Sola Scriptura’ (La Escritura Supremamente) con ‘Nuda Scriptura’ (La Escritura Únicamente). En otras palabras, confunden Hermenéutica con Inerrancia. Por ejemplo, el debate en torno al ‘Día Literal’ o ‘Día Periodo’ en Génesis 1, pertenece al área de la Hermenéutica y no de la Inerrancia. Dos teólogos pueden estar comprometidos con la Inerrancia Bíblica, y llegar a diferentes interpretaciones sobre este punto.[10] Es decir lo que se discute aquí no es la Inerrancia del Texto en sí, sino el significado del mismo. El concepto de algunos de Inerrancia el día de hoy sería considerado errado, ¡Justamente por aquellos que defendían la Inerrancia!

Segundo. Aunque tienen mucho en común, existe variaciones entre los que afirman la Inerrancia Bíblica. Quizá la definición más conocida se la Declaración de Inerrancia de Chicago de 1978.[11] Sin embargo, aunque esta tiene mucho en común con la postura de Inerrancia (o Confiabilidad) sostenida por ejemplo por B.B. Warfield, y en general los Teólogos de la generación de Princeton, también existen pequeñas diferencias entre los mismos,[12] y entre estos con la varios teólogos a lo largo de la historia antes de dicha declaración.[13] Al mismo tiempo, aunque no concuerdo con los mismos, hay variaciones al esquema general de Inerrancia representados mayormente por las posturas de Kevin Vanhoozer[14] y Michael Bird.[15]

Sin embargo, el hecho de que haya variaciones en este respecto, no significa de ninguna manera que no haya habido un consenso general a lo largo de toda la historia de la Iglesia con el postulado más central y básico de la Inerrancia: Las Escrituras, en los manuscritos originales están libres de error y falsedad y cuando son interpretadas correctamente no se contradicen a sí mismas.[16] Una vez más lo que se debe ver aquí es el concepto, y no el uso de la palabra. Alguien dirá: “!Calvino usa la palabra Infalibilidad, y no Inerrancia, en relación a las Escrituras!” Sí. Pero él, de ninguna manera usa el término Infalibilidad como lo usan aquellos que no aceptan la Inerrancia, sino más bien de manera similar al concepto de Inerrancia.[17] El mismo B.B. Warfield, usa la palabra ‘Confiabilidad’ en sus Escritos,[18] para defender el mismo concepto que una generación más tarde sería acuñado como ‘Inerrancia’. [19]

¿Es la Inerrancia lo mismo que la Infalibilidad?
No. No es lo mismo. La Infalibilidad está más relaciona con la veracidad del propósito de las Escrituras, la Inerrancia con el contenido.[20] Afirmar la Inerrancia implica la afirmación de la Infalibilidad, más lo opuesto no es cierto: Uno puedo afirmar la Infalibilidad y creer en una Biblia con errores de todo tipo: Históricos, Cronológicos, Arqueológicos, Geográficos, etc. Me es difícil conciliar lógicamente la afirmación de Infalibilidad mientras que se niega la Inerrancia. No tiene sentido.

Ahora bien, no todo aquel que cree en la Infalibilidad pero no la Inerrancia es Liberal Teológicamente. Pero si todo Liberal/Modernista niega la Inerrancia. De la misma manera, no todo aquel que afirma la Infalibilidad afirma también la Inerrancia; pero si, todo aquel que afirma la Inerrancia afirma también la Infalibilidad. Son cosas diferentes. ¿Si alguien afirma la Infalibilidad pero no el concepto de la Inerrancia, lo convierte en Liberal? No necesariamente, pero no se le puede llamar Ortodoxo en el sentido histórico, quizá Neo-Ortodoxo o alguna variante.

¿Es la Inerrancia una ‘Doctrina Fundamental’?
Gresham Machen en su libro ‘El Cristiano y el Liberalismo’ define los cinco pilares de la Ortodoxia Cristiana, los mismos que eran negados por la Teología Liberal/Modernista:

  1. La Inerrancia de la Biblia.
  2. El nacimiento virginal de Cristo
  3. La expiación vicaria sustitutiva de Cristo para satisfacer la justicia divina.
  4. La resurrección física de Cristo.
  5. Los milagros de nuestro Señor, como “doctrinas esenciales de la Palabra de Dios”. [21]
Estas han sido históricamente las doctrinas que han separado Teólogos Ortodoxos y Liberales. Creo que sin Machen estuviera vivo el día de hoy diría: “La afirmación del matrimonio heterosexual”. El concepto de Inerrancia si es una doctrina fundamental.

Puedes llamarme Fundamentalista, mente cerrada, obtuso, ignorante supino, intolerante, etc., pero si no afirmas estos puntos, no eres ‘Ortodoxo’. No estoy diciendo aquí que no sea salvo, o incluso que no sea piadoso, pero si que no se le puede llamar ‘Ortodoxia Evangélica’. Ahora bien, si alguien niega los puntos 2,3,4 y 5, ni siquiera se le puede llamar ‘Cristianismo’. Esto deja fuera a casi todos los teólogos liberales. No es Cristianismo, es Paganismo. No soy para nada Ecuménico, pero un Teólogo Católico Romano esta mucho más cerca de la Ortodoxia que un Teólogo Liberal. Hasta un Testigo de Jehová lo está.

Conclusión.
Cuando hablamos de Inerrancia hablamos más de un concepto que de una palabra. Nuestro Seminarios e Instituciones Teológicas en Latinoamérica están plagados de Teología Liberal, al menos en Perú desde donde escribo estas líneas es el caso. Si eres un estudiante de Teología, no tengas temor de preguntar a tus profesores, ‘¿Cree usted en la Inerrancia de las Escrituras?’. Has preguntas, a tus profesores, ‘teólogos de facebook’, maestros ‘famosos’, quizá en más de un caso te lleves una sorpresa. (Una vez mas, para verificar los afirmaciones de este ensayo, ver las notas).

Daniel Caballero.

Notas Bibliográficas:
[1] Esta palabra ‘Errancia’, en esta forma no existe en el diccionario, es solo para propósitos ilustrativos como lo opuesto a Inerrancia. Con ‘Errancia’ me refiero a la creencia de que las Escrituras contienen contradicciones y errores.
[2] Un muy buen libro, reciente en contra de la Inerrancia es Peter Enns, Inspiration and Incarnation: Evangelicals and the Problem of the Old Testament, second ed. (Grand Rapids, Michigan: Baker Academic, an imprint of Baker Publishing Group, 2015).
[3] Una de los mejores ataques contra la Inerrancia es el clasico: Bart D. Ehrman, Misquoting Jesus: The Story Behind Who Changed the Bible and Why, harpercollins pbk. ed. (New York: HarperSanFrancisco, 2007).
[4] Jason B. Hunt, “Bavinck and the Princetonians on Scripture: A Difference in Doctrine or Defense?,” Journal of the Evangelical Theological Society 53, no. 2 (2010): 317-333.
[5] Charles Hill, “The Truth above all demostrations”: Scripture in the Patristic Period to Augustine, en ‘The Enduring Authority of the Christan Scriptures’, editado por D.A. Carson (Grand Rapids: Eerdmans 2016), 43-88.
[6] Michael W. Holmes, “Origen And The Inerrancy Of Scripture,”Journal of the Evangelical Theological Society 24, no. 3 (1981): 220-231.
[7] Carl F. H. Henry, ‘The Historic Church and Inerrancy’, en God, Revelation, and Authority, vol. 4 (Wheaton, IL: Crossway Books, 1999), 373-375.
[8] W. Robert Godfrey, ‘Biblical Authority in the Sixteenth and Seventeenth Centuries: A Question of Transition’ en Scripture and Truth, editado por D. A. Carson and John D. Woodbridge (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1992), 225-234.
[9] John Allen Delivuk, “Inerrancy, Infallibility, and Scripture in the Westminster Confession of Faith,” Westminster Theological Journal 54, no. 2 (1992): 349-355.
[10] Hugh Ross, A Matter of Days: Resolving a Creation Controversy (Colorado Springs, CO: NavPress, 2004), 9.
[11] Carl F. H. Henry, God, Revelation, and Authority, vol. 4 (Wheaton, IL: Crossway Books, 1999), 211.
[12] Kevin Vanhoozer, “Response to R. Albert Mohler Jr., “When the Bible Speaks, God Speaks: The Classic Doctrine of Biblical Inerrancy,” in Five Views on Biblical Inerrancy, ed. J. Merrick, Stephen M. Garrett, and Stanley N. Gundry, Zondervan Counterpoints Series (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2013), 73.
[13] Michael F. Bird, “Response to R. Albert Mohler Jr., “When the Bible Speaks, God Speaks: The Classic Doctrine of Biblical Inerrancy,” in Five Views on Biblical Inerrancy, ed. J. Merrick, Stephen M. Garrett, and Stanley N. Gundry, Zondervan Counterpoints Series (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2013), 66.
[14] Kevin J. Vanhoozer, “Augustinian Inerrancy: Literary Meaning, Literal Truth, and Literate Interpretation in the Economy of Biblical Discourse,” in Five Views on Biblical Inerrancy, ed. J. Merrick, Stephen M. Garrett, and Stanley N. Gundry, Zondervan Counterpoints Series (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2013), 199-235.
[15] Michael F. Bird, “Inerrancy Is Not Necessary for Evangelicalism Outside the USA,” in Five Views on Biblical Inerrancy, ed. J. Merrick, Stephen M. Garrett, and Stanley N. Gundry, Zondervan Counterpoints Series (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2013), 145-173.
[16] John M. Frame, Systematic Theology: An Introduction to Christian Belief (Phillipsburg, NJ: P&R Publishing, 2013), 597.
[17]Roger Nicole, “John Calvin and Inerrancy”, Journal of the Evangelical Theological Society 25, no. 4 (1982): 423-442.
[18] Benjamin B. Warfield, The Works of Benjamin B. Warfield: Revelation and Inspiration, vol. 1 (Bellingham, WA: Logos Bible Software, 2008), 396.
[19] Robert L. Reymond, A New Systematic Theology of the Christian Faith (Nashville: T. Nelson, 1998), 70-72.
[20] Carl F. H. Henry, God, Revelation, and Authority, vol. 4 (Wheaton, IL: Crossway Books, 1999), 243-253.
[21] Alan D. Strange, “INTRODUCCIÓN A CRISTIANISMO Y LIBERALISMO POR J. GRESHAM MACHEN,” in El Cristianismo Y El Liberalismo, trans. Valentín Alpuche Martínez, 1a ed. (San José, Costa Rica: CLIR, 2013), 15.

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Sobre el autor:
Daniel Caballero nació en Lima, Perú. BSc. Universidad Nacional Agraria La Molina. BA, Seminario Teológico Bautista (Lima); Postgrado en Teología, The London Theological Seminary (Londres), ThM-Teologia Histórica., Westminster Theological Seminary (PA-USA). Esta por iniciar estudios doctorales en Inglaterra sobre Historia de la Reforma (siglo XVI) y Post-Reforma (siglo XVII). Especialización en John Owen y Puritanismo ingles. Daniel ha escrito numerosos artículos sobre puritanismo, teología bíblica y cultura. Su campo de especialización es en estudios de la Reforma y Post-Reforma (Puritanismo). Ha vivido por casi siete años en Inglaterra, donde tuvo la oportunidad de profundizar estudios Teológicos. Es misionero enviado de Inglaterra para el servicio en desarrollo de educación teológica en Perú. Actualmente vive en Lima, Peru. Tiene experiencia desde muy joven en educación teológica.


domingo, 10 de diciembre de 2017

¿Las Grandes mentiras del Calvinismo?


Usuario de Facebook que responde al nombre de Andrés Morales Pérez (https://www.facebook.com/marcosandres.moralesperez) solicitó mi amistad sólo para recomendarme el libro de su padre, Marco Morales Chávez, para que, según él, me ayude a salir del gran peligro del calvinismo, luego me bloqueó.

Solo diré que leí el librillo "Las Grandes Mentiras del Calvinismo" y conté que de las 12,675 palabras que tiene, 3,945 son copia textual del TULIP, es decir es una descripción de la doctrina calvinista (un copiar y pegar), también 1,988 palabras son copia textual del libro de Dave Hunt «Calvinismo: una falsa representación de Dios», es decir otro "copiar y pegar", y sólo 2,677 palabras vendrían a ser de autoría de Marco Morales, claro que hay que descontar los calificativos, las conjeturas y los versículos bíblicos y con todo eso el aporte del autor sería mucho menor. En términos porcentuales, sólo 1/5 del libro es autoridad intelectual de Marco Morales (el 21.12% del contenido del libro).

Si alguien escribe un libro y su aporte es 1/5 de toda la obra, y el resto son "copiar y pegar", usted podrá juzgar el aporte intelectual de dicho autor, eso es cosa cuestionable pero comprensible viniendo de un pentecostal que reclama ser de la cantera de los pentecostales clásicos, pero nada que ver. Nos remitiremos a lo que escribe y de su persona ya se ocuparán otros blogs. 

"Las grandes verdades del calvinismo"

Circula en Internet un trabajo titulado «Las grandes mentiras del Calvinismo» escrito por Marcos Morales Chávez (http://losquemiraronaelfueronalumbrados.blogspot.pe/2013/05/las-grandes-mentiras-del-calvinismo.html?m=1). Llamó mi atención por la crudeza del planteamiento principal: “el calvinismo es satánico”. Ya en el pasado he leído otras obras hostiles a la fe reformada como «Licencia para pecar» de Jorge Treviño, una figura que se vio envuelta en escándalos de corrupción y pecado sexual. De Marcos Morales no sé prácticamente nada. De manera que en este artículo voy a concentrarme en lo que dice acerca del calvinismo sin más. Yo sé que el testimonio de un hombre es tan importante como su doctrina (Mt.7.20). Pero asumo que en lo que toca a la vida del escritor en cuestión existe ya información pertinente que no citaré aquí.

Empero, sí sé que Marcos Morales tiene el hábito de referir el contenido de las redes sociales de sus opositores para descalificarlos -que si ven deportes, cómo visten, qué toman, etcétera. Y también he leído un poco del tono crispante de sus respuestas. Todo esto, sin embargo, no es tan relevante para mi como su cargo de satanismo contra el calvinismo. Así que aquí escribiré no para responder al autor sino para dirigirme a los que han leído su trabajo y que aún pueden tener el criterio para juzgar, más allá de la pasión y la histeria, si lo que les han enseñado sobre la fe reformada es verdad o no.


I. PRIMERAS CORRECCIONES

Dice Morales que los cinco puntos del calvinismo los inventó Calvino. Sin embargo, el reformador francés no hizo tal cosa. El pedigrí de los cinco puntos se remonta a la controversia remostrante y la respuesta que los calvinistas dieron a la misma en el Sínodo de Dort a inicios del siglo XVII.

Una segunda corrección inicial se debe hacer a la afirmación de Morales de que José Luis De Jesús Miranda -entre otros que menciona- era calvinista. Una mirada franca a la teología de Creciendo en Gracia colocará rápidamente un abismo insondable de diferencias ante el calvinismo. Miranda decía que era Jesús. Este punto sería suficiente para derribar el argumento. Pero en lo que toca a “Salvo Siempre Salvo” de Miranda, que Morales identifica con la doctrina de la Perseverancia de los Santos y los decretos de Dios, también hay una gran distinción.

Esta última corrección es muy importante. Porque un trabajo serio de investigación no se puede permitir una comparación tan banal y tan teológicamente pobre.


II. DE LA DEPRAVACIÓN O INCAPACIDAD TOTAL

Entrando en el tema de la depravación o incapacidad total, Morales comienza a citar a Dave Hunt y su obra «Calvinismo: una falsa representación de Dios». Se pregunta porqué Dios “desperdicia su tiempo” y el “esfuerzo” de sus profetas llamando a gente totalmente depravada que “aunque pudiera no le respondería”. El problema con estas interrogantes -que hay muchas en el escrito comentado- es el mismo que con las preguntas de Job. Están hechas desde la desesperación y del limitado recurso de la razón humana. Jesús, por ejemplo, indicó que hablaba en parábolas para no ser comprendido (Mt.13:10–17). ¿Cómo es eso? ¿por qué no hablar claro? Preguntas como estas pasan por alto que Dios tiene un plan que excede a menudo la comprensión humana.

Morales cita a Hunt y se pregunta: “¿cómo puede un hombre muerto, creer?”. Exactamente. No hay pregunta más calvinista que esta (Cfr. Job 9.2). Y Jesús la respondió claramente en Juan 3: naciendo de nuevo. Uno no se da vida a sí mismo. La vida del Espíritu Dios la otorga. Esto no es satanismo. La Biblia dice que el pecador no acepta la buena noticia de buena gana. La rechaza hasta que Dios le concede nacer de nuevo regenerándolo:

Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios…pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo (Tito 2:3–4).

Morales parece no distinguir entre el creer natural que aún a los demonios les ha sido dado (Santiago 2.19) y el creer sobrenatural que implica la operación de Dios en el corazón de las personas. No toda fe es salvífica. El pecador puede creer de este modo solo cuando es previamente regenerado. Así dice el texto bíblico citado.

El autor está molesto porque el calvinismo enseña que Dios manda hacer algo que no todos están sobrenaturalmente capacitados para realizar. El dilema de la injusticia. No se da cuenta de que aún lo que queremos hacer dentro de la voluntad de Dios no lo podemos lograr como Dios manda, porque la ley del Señor es perfecta (Salmos 19.7) y perfecta debe ser su observancia: “Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos”(Santiago 2.10). Pensando como el autor, Dios sería injusto por exigir la perfección porque nosotros somos imperfectos. Y es precisamente lo que hace y lo que lleva a Cristo a cumplir toda la ley y morir en nuestro lugar (Romanos 5.19–21). En ultima instancia, si Dios aplicara su justicia como Hunt y Morales dicen todos iríamos al infierno. Por eso la lógica humana no siempre es compatible con la lógica de Dios (Isaías 55.8–9).


III. DE LA ELECCIÓN INCONDICIONAL

El autor dice que la doctrina de la elección incondicional “hace a Dios un líder dictador, exclusivista, discriminatorio y embustero”. Realiza un referencia del griego “prognosis” “proorizo” y “proginozco” para sostener (parece ser) la doctrina arminiana de la presciencia de Dios. Las citas bíblicas que usa (1 Juan 5.11; Efesios 1.4; Romanos 8.29–30, etc) dice que “prueban” que Dios no predestinó a nadie a la condenación “sino que si ellos se pierden son (sic) porque rechazan la gracia de Dios, ya que él llama a todos los hombres al arrepentimiento”. Aquí hay una confusión fácil de zanjar- porque los textos que coloca no prueban su punto. Es verdad que “Dios quiere que todos se salven y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2.4) y también es verdad que a Cristo vienen solo los que el Padre le da (Juan 6.37; 17.6,24). La voluntad de Dios es afectiva y decretiva de acuerdo a estos pasajes. Él quiere que todos se salven, claro, y específicamente los que él mismo ha predestinado para salvación y que ha dado de antemano a Cristo. De otro modo, si Dios Padre le da a Cristo a los suyos ¿porque no le entrega a toda la humanidad? ¿Porque no puede? Imposible. Porque es el beneplácito de su voluntad (Efesios 1.5). Los verbos griegos referidos no se explican mejor sino atendiendo al significado del verbo “conocer” que para el hebreo no era mero conocimiento de las cosas sino uno de intimidad y profunda conexión. La idea es un amor electivo. Romanos 8.29–30 no significa simplemente: “sabía que me escogerías”. El Padre da a Cristo a los suyos sobre la base de las riquezas de su gracia (Efesios 1.7), y no sobre la base de una decisión personal no regenerada.

La conclusión preliminar de Morales es la misma que la del calvinista: Dios llama a todos al arrepentimiento y se condenan los que rechazan la gracia de Dios. Lo que no comparte es la base de dicha aceptación o rechazo. Porque sólo hay dos opciones: o la base es su libre decisión “influenciada por la gracia” o el decreto de Dios según el cual regenera de antemano al pecador para darle vida espiritual. Lo segundo es lo que enseña la Escritura y el calvinismo.

El autor también ignora que en el infierno no habrá nadie que clame: “Quise estar con Dios pero no me escogieron”. El decreto de Dios para salvación es activo pero para condenación es pasivo. El hombre que va al infierno tiene un odio natural por Dios. Escucha el mensaje del Evangelio y lo repudia. Se puede incluso burlar de el. Morales dice: ¿Para que el juicio? Para la gloria de Dios. Para eso. Para mostrar su perfecta justicia sobre el pecado y su infinita gracia y misericordia hacia sus escogidos (Efesios 1.4). ¿Y por qué evangelizar? Porque Dios lo mandó (Mateo 28.16–20). Es el medio ordinario para llamar a los suyos a su Reino (Romanos 10.14–17).

Morales dice que la elección pasiva hace a Dios “un dictador”. No piensa, sin embargo, que haya sido lo mismo cuando el Señor eligió a Israel entre todas las naciones y pasó por alto a todas las demás. Máxime cuando dicha elección fue hecha a pesar de la pecaminosidad de Israel (Deuteronomio 7.6–8;9:4–7). Pablo tuvo que responder a la misma objeción de “injusticia” en Romanos 9–11. Dios es soberano y nadie puede jactarse delante de él. Morales hubiera tenido un poco más de oportunidad si hubiera respondido al calvinismo revisando la cantidad importante de citas bíblicas y razones que se asientan en los Cánones de Dort, y no limitarse solo a referirlos.

Michael Horton (2011,cap, 3, Kindle Ed.) concluye así:
"Nadie es salvado por coerción divina y nadie es rechazado aparte de su propia voluntad."
Lo más destacable para Morales es que Dios no hace acepción de personas (Romanos 2.11; Santiago 2.1) y por tanto no puede elegir a unos para salvación y dejar a otros en sus delitos y pecados. Empero, “no hacer acepción de personas” o “mostrar favoritismos” (NVI, NTV), en el primer caso se refiere a distinciones étnicas: judíos y gentiles ahora son iguales y el juicio será parejo; y en el segundo caso se trata de distinciones de clases sociales y gloria personal como lo constatan los versículos 2 y siguientes. Este favoritismo ausente en Dios no tiene que ver con su elección soberana individual para salvación. El contexto, por eso, es muy importante.

El enredo del autor es evidente cuando dice que “solo los que vienen a Cristo y permanecen en él, están predestinados para vida eterna, la escritura señala que los predestinados están predestinados “en Cristo”.”, lo cual es también enseñanza calvinista. Venir a Cristo tiene su génesis en la elección anticipada de Dios “desde antes de la fundación del mundo” (Efesios 1.4). Lastimosamente, Morales no atina a explicar siquiera la doctrina de la presciencia de Dios en su forma clásica, y entiende “estar en Cristo” no en sus méritos y su elección, sino en términos de santificación práctica. Reconozco, empero, que es muy difícil identificar en su lectura una sola unidad de pensamiento, por lo que me veo forzado a hacer algunas declaraciones a partir de la deducción.

El autor insiste en que es absurdo un juicio final contra un pecador sin alternativa por no haber sido escogido. Pero lo absurdo no es eso, sino que haya alguien, algún pecador, que sea elevado a la gloria eterna a pesar de sus delitos y pecados (1 Juan 1.5). Parece ser que Morales asume que Dios nos debe “algo” por ser cristianos.

El calvinismo no enseña- como dice el autor- que el hombre es incapaz de tomar decisiones. Las toma pero sobre la base de su naturaleza. Por eso Dios no es injusto al enviar a un pecador al infierno por la causa de su propio pecado. El llamado de Dios al arrepentimiento es para todos los hombres. Sólo sus escogidos responderán. Así dice la Escritura (Juan 15.16; Hechos 13.48).

Hay en el trabajo una extraña declaración de Hunt que al parecer Morales no corroboró y citó a la ligera: “No se puede escapar del hecho de que en todos los Institutos de la Religión Cristiana de Calvino no hay ninguna mención del amor de Dios por los perdidos!”. Esta es una grave imprecisión. Si una cita textual busca Morales la puede hallar, por ejemplo, en el libro III, capítulo XIV.5 de las Instituciones:
"La Escritura dice a cada paso bien claramente que Dios no halla en el hombre cosa alguna que le mueva a hacerle bien, sino que Él por su pura y gratuita bondad [amor] le sale al encuentro."
Otra cita está en el libro II, capítulo VI,1:
"…Dios nos insinúa aún de muchas maneras el paternal amor que nos profesa…"
Estas son dos de muchísimas citas acerca del amor de Dios por los perdidos que se pueden hallar en las Instituciones de Calvino. Allí, “amor” es referido también como “bondad”, “misericordia”, “gracia” y “benignidad”, entre otros. Hay que entender que el amor es una doctrina bíblica que está enraizada en la expiación:
"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados." (1 Juan 4.10).
Calvino trata extensamente este amor en los libros II y III de las Instituciones. Su teología es teocéntrica y cristocéntrica. De modo que Morales tiene una razón más para revisar de nuevo la fiabilidad de sus fuentes.

“Escoger” la salvación -dice el autor- no es lo mismo que “ganar” la salvación. Pero es imposible “escoger” a Dios aparte de su obra regeneradora sin asumir -contra las Escrituras- que hay algo bueno en nosotros, alguna virtud ética que nos permita darnos vida espiritual y abrir nuestro propio corazón. Esto es antropocentrismo común a las religiones mundiales. No cristianismo bíblico.


IV. DE LA EXPIACIÓN LIMITADA

Dice el autor que la doctrina de la expiación limitada es la más “diabólica e infernal” del calvinismo. Quizá sin darse cuenta sostiene la posición de la expiación potencial: que Cristo hizo posible la salvación para todos pero no murió eficazmente por nadie. La salvación no es asegurada por Dios sino que depende del hombre gozar de sus beneficios. Morales, para ser pentecostal, tiene una soteriología de hondo calado romanista. Su posición encaja de maravilla con la explicación romana de la relación entre gracia y mérito. La suya no es una teología de la cruz, y tampoco de “La salvación es del SEÑOR” (Jonás 2.9; cfr. Salmos 37.9;3.9).

También hay un error garrafal al sostener que la expiación limitada enseña que los salvos son “forzados” a creer. No existe tal cosa ni en la Biblia ni en la teología calvinista. Es mentira además que la doctrina haya sido “ambivalente” en la pluma del reformador. Calvino enseñó que la expiación es limitada en su extensión pero ilimitada en su naturaleza y eficacia. Morales tendría que explicar cómo es que la extensión ilimitada de la expiación es eficaz limitadamente dependiendo del hombre, y al mismo tiempo seguir sosteniendo que la salvación es obra “solo” de Dios.

En su accidentada teología Morales puede estar también en el área del amyraldianismo o universalismo hipotético: La muerte de Cristo no salva ni actual ni potencialmente sino que “hace a los hombres salvables”. Este lío solo puede resolverlo su autor.

La expiación limitada enseña que Cristo salva eficazmente (Romanos 5.10). También expone las relaciones entre la Trinidad: el pacto de la redención (Juan 17:1–21). Y enfoca toda la atención y la gloria en Cristo y no en nosotros. La redención no se busca dentro de uno mismo, en una “decisión” por Dios y al margen de Dios, sino fuera de nosotros, en el Señor Jesús.


V.DE LA GRACIA IRRESISTIBLE

El autor realiza los clásicos cargos de fatalismo, de los hombres-máquina y robots al hablar de la gracia irresistible. Es verdad que el hombre puede resistir la gracia de Dios cuando dicha gracia no es redentiva (Hchos 7.51). Pero ninguno de sus escogidos puede resistirla porque no quiere resistirla. En el nuevo nacimiento los afectos son cambiados (2 Corintios 5.17) y nace un amor por la santidad y un odio por el pecado. El que viene a Cristo da evidencias de la regeneración en su ser:
"Y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó." (Romanos 8.30).
Horton comenta que “Si alguno de los eslabones de esta cadena depende de nosotros, toda la cadena se cae” (2011,cap.V, Kindle Ed.), lo que es precisamente lo que pretende Morales al hacer depender la eficacia de la salvación en una elección y gestión personales.

Para comprender al calvinismo hay que comprender la estructura pactual de la Biblia. Sobre la base del pacto en Sinaí (Éxodo 24) Israel no tenía esperanza. Este pacto exigía cumplir todas las estipulaciones de la ley para permanecer en Canaán. Pero subyacía una promesa mejor con la semilla mesiánica a través de Adán, Abraham y David. En Cristo se cumple el Nuevo Pacto:
"Porque la promesa a Abraham o a su descendencia de que él sería heredero del mundo, no fue hecha por medio de la ley, sino por medio de la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa; porque la ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión." (Romanos 4:13 – 15).
Jeremías apuntaba de Cristo y su Pacto:
"Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor – . Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande —declara el Señor – pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado." (Jeremías 31.33 –34).
El pasaje de Ezequiel 37:1–14 es un paralelo más de esta nueva alianza. Y este trabajo divino a través de los pactos es el trasfondo de la gracia irresistible. dar vida a los muertos, a los huesos secos, asegurándoles la salvación, sólo por Cristo y solo para su gloria. Sospechoso es el estorbar esta verdad deliberadamente.


VI. DE LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

Al concluir su trabajo que Morales autodenomina “bíblica y contundente refutación” se ocupa- a su particular estilo, como se ha visto- de la doctrina de la perseverancia de los santos. El cargo es el tradicional clamor de que el calvinismo es una licencia para pecar. 

Sirve empero a la claridad inmediata anotar que nadie que conozca la obra de Juan Calvino puede, en la decencia intelectual, sostener que el calvinismo es un camino hacia la indulgencia pecaminosa. Es todo lo contrario. Incluso si se estudia la Ginebra calvinista-donde Calvino intervino en la vida pública- se observará una cuenta estricta de la moral personal y social que mucha gente encontró asfixiante.

Las advertencias bíblicas contra el pecado son parte integral del calvinismo. No es necesario “demostrarle” a un calvinista que tiene que cuidar su salvación porque para el hombre regenerado no hay tesoro más precioso que su relación con Cristo:
"Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12.14; Filipenses 2.12).
El cargo de relajamiento moral es insulso a la luz del planteamiento contrario: que saber que podemos perder la salvación hará que el cristiano se guarde santo. No es posible, sin embargo, saber hasta qué punto nuestro pecado nos ha apartado de Dios. La seguridad reposará en un sentido personal afectivo y no en el decreto de Dios. Además, “ganarse” la salvación produciría el efecto del asalariado, lo que es contrario al Evangelio:
"Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda; mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia." (Romanos 4.4–5).
Uno puede estar “seguro” de su salvación sobre la base del desempeño personal pero eso es engañoso:
"Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá? Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras." (Jeremías 17:9–10).
¿Cuántos pecados hay que cometer para “perder” la salvación? ¿Cómo se recupera? ¿Con obras de arrepentimiento? ¿Qué acaso la salvación no era por fe y no por obras? Así los entramados del antropocentrismo del autor.

Hay una sola cosa que hay que concederle a Morales: la falta de humildad que hay en algunos calvinistas. Es cierto que hay mucha arrogancia. Pero este pecado no desvirtúa la doctrina. Una doctrina que nació con la piadosa y erudita sistematización de la Biblia. Orgullo lo hay en todas las iglesias. También los pentecostales han erguido sus frentes por tener “el verdadero movimiento del Espíritu”. Es además una arrogancia decir que el “90%” de los calvinistas son unos ignorantes y soberbios.


Sirva este pequeño esfuerzo para estimar con equilibrio una obra tan pasional como la de Morales, y quiera Dios que podamos un día liberarnos de tantos rencores y odios que solo evidencian nuestra inmadurez.

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Jesucristo murió para quitar nuestro pecado, no nuestra ignorancia.

viernes, 1 de diciembre de 2017

El Emperador Constantino el Grande – ¿un villano o un héroe o qué?

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Por el hermano Gary Shogren
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Para muchos, el Emperador Constantino era un santo: en la iglesia ortodoxa él es uno de los “Isoapóstoles” (Igual-a-los-Apóstoles), un título dado a las personas (tales como Patricio, Cirilo el evangelista de Rusia y otros) quienes eran especialmente efectivos en el establecimiento del evangelio.

constantine
Para otros, Constantino el Grande era una herramienta del mal, un corruptor de la iglesia.
Los ataques contra Constantino vienen principalmente de varios cuadrantes. Algunos creyentes mesiánicos imaginan que él convirtió la iglesia en un movimiento gentil. Otros lo acusan de introducir prácticas paganas en la iglesia. Los Adventistas del Séptimo Día le atribuyen a él (o a algún Papa) el cambiar el Sabbat de Sábado a Domingo.[1] Los Testigos de Jehová piensan que él convirtió a Jesús en Dios, hizo a la cruz un símbolo del cristianismo, y estableció la Pascua y la Navidad. Todos estos grupos tienden a aliarse y a usar los mismos materiales como la base para sus ataques – por ejemplo, muchos grupos anti-Constantino citan de Babilonia Misterio Religioso – Antiguo y Moderno, por Ralph Woodrow (1966). Y ellos y Woodrow tomaron mucha de su “información” de Las Dos Babilonias (1858) de Alexander Hislop, otro intento sospechoso de conectar el Catolicismo Romano con la religión babilónica.[2] Más sobre esto se tratará más adelante.
hislop
¿Quién era Constantino? Para hacer una larga historia corta, él llegó a ser emperador a través de confusas series de disputas de herencia y batallas militares. Hoy en día nosotros pensamos en un hijo que sucede a su padre como rey, pero esa no era la ley romana. Cuando su padre murió, Constantino fue reconocido por algunos para ser el nuevo emperador de la mitad oeste del Imperio Romano. Su rival en ese reclamo era Majencio, y en 312 d. C. Constantino marchó en Roma para derrocarlo. En el camino él supuestamente tuvo una visión de una cruz y de las palabras griegas “En este signo conquista” y más adelante un sueño de Cristo. Él hacía que sus tropas marcaran sus escudos con el símbolo cristiano Chi-Rho, lo que simbolizaba tanto la cruz como las primeras dos letras de “Christos”.
Él peleó con Majencio en el Puente Milvio, el cual llevaba a la capital. Las fuerzas de Majencio fueron forzadas hacia atrás, dentro del Río Tíber, y él mismo se ahogó mientras escapaba. Constantino llegó a ser emperador del Oeste. En 324 él venció al emperador del este Licinio y tomó control de todo el imperio. Él vino a apoyar la iglesia y vio su reinado como una victoria para Cristo; sin embargo, su propia experiencia de fe no es clara.
El Puente Milvio
El Puente Milvio
Rumores acerca de Constantino: ¿VERDADERO o FALSO?
  1. Constantino fue el primer emperador cristiano romano
 Verdadero…pero posiblemente Falso
Nuestra fuente principal para su historia es Vida de Constantino,[3] escrita por su ferviente admirador Eusebio, mejor conocido por su Historia de la Iglesia.[4] Vida presenta la guerra entre Constantino y Licinio en términos religiosos, cristianismo versus paganismo. Fue escrito con el propósito de colocar a Constantino en la mejor luz posible y por lo tanto pasa por alto muchas cosas negativas que él pudo haber informado.
Eusebio y la tradición de la iglesia, nos dicen que la conversión de Constantino fue inmediata, profunda, y no fluctuante. Esta narración deja fuera los muchos pecados de Constantino, incluyendo la ejecución de su sobrino y su propio hijo. En lugar de esto, su conversión parece haber avanzado por etapas.[5] Como sucede a menudo, monedas del periodo cuentan su propia historia: los temas cristianos solo empezaron a aparecer en las monedas de Constantino después de otra década completa.[6] Aquí hay una moneda que conmemora a Constantino en el anverso y el así-llamado Soli Invicto Comiti (el símbolo pagano del “aliado Sol invencible”) en el reverso.
sol-invictus-on-back-313-through-323
Otro golpe contra Constantino fue que él esperó a ser bautizado en su lecho de muerte, en el año 337. Esto podría indicar la renuencia a convertirse totalmente, aunque podría también significar que como muchos otros de ese tiempo, él quisiera estar “limpio” de sus pecados en el último momento posible antes de ver a Dios.
Por otro lado, su madre Helena se había convertido a Cristo en 310, y él conocía el evangelio. Él apoyaba la iglesia plenamente y con entusiasmo, construyó edificios y ayudó – o se entrometió – en las disputas de la iglesia. Él extendió muchos decretos que mostraban una clara reverencia a Dios y Cristo.
Mi posición es que Constantino difícilmente fue un cristiano falso, pero tampoco fue su conversión algo ejemplar. Quizás él es como el político moderno, que tiene una fe sincera en Cristo, que enfatiza esa fe con el propósito de ganarse el favor de los votantes, pero que está lejos de ser el modelo de pensamiento y acción cristiano consistente.
  1. Constantino se volvió cristiano con el propósito de estar de acuerdo con la creencia de la mayoría de sus súbditos
Falso
Un mito común es que Constantino vio la escritura en la pared, y se dio cuenta de que podía mantener el poder solo si él favorecía a los cristianos, quienes eran ahora la mayoría. El gran historiador de la iglesia Philip Schaff escribió, “Él se distinguía por esa genuina sabiduría política, la cual, poniéndose a la cabeza de la época, claramente vio que la idolatría había sobrepasado su tiempo de vida en el Imperio Romano, y que solo el cristianismo podía infundir nuevo vigor en él y aportar su apoyo moral.”[7]
Nosotros admitimos que Constantino podría haber tenido alguna intención oculta para convertirse; no obstante no era para agradar a la mayoría. Una pequeña minoría del imperio era cristiana – algunos dicen 5%, y era probablemente menor al 10%. Y estas personas eran perseguidas y marginalizadas, así que difícilmente eran un bloque de poder político. Cualesquiera que hayan sido sus motivaciones para convertirse al cristianismo, es poco probable que ser un oportunista haya sido su motivación.
  1. Constantino hizo al cristianismo la religión oficial del Imperio Romano
Falso
En 313 él co-patrocinó el Edicto de Tolerancia (alias el Edicto de Milán), pero nosotros debemos entender su significado en términos de la ley romana, no de los derechos constitucionales modernos. En la constitución de los EEUU, por ejemplo, la Primera Enmienda afirma que “El Congreso no hará ninguna ley con respecto a un establecimiento de religión, o que prohíba el libre ejercicio de esta.” Esto significa por un lado que no hay religión del estado, y que todos son libres de practicar su fe. Pero este es un concepto moderno, con raíces tan tempranas como el siglo 17. En la antigüedad el estado decidía cuáles religiones eran aceptables. En Roma, a una religión legalmente-permitida (religio licita) se le permitía seguir adelante relativamente sin impedimento. El judaísmo se volvió una religio licita bajo Julio César, como es relatado por Josefo en Antigüedades de los Judíos.[8] Cualquier otra fe era automáticamente religio illicita, una religión fuera de la ley – ese era el estatus del cristianismo, pero solo a partir de los 60s, una vez que se aclaró que el cristianismo no era lo mismo que el judaísmo. El gobierno podría perseguir activamente a la iglesia o no, pero la iglesia siempre estaba fuera de la legalidad.
El Edicto de Tolerancia del 313 no hizo del cristianismo la religión oficial de Roma; solo la hizo legal, religio licita, al igual que otras religiones:
Cuando usted ve que esto ha sido concedido a [los cristianos] por nosotros, su Adoración sabrá que nosotros también hemos concedido a otras religiones el derecho de observancia abierta y libre de su culto por el bien de la paz de nuestro tiempo, que cada uno pueda tener la libre oportunidad de adorar como a él le plazca; esta regulación es hecha para que nosotros no parezcamos restarle dignidad a ninguna religión.[9]
Toda la propiedad confiscada fue devuelta a los cristianos, y el emperador apoyó a la iglesia en diversas formas. Constantino y sus sucesores se hicieron más antagónicos al paganismo y más generosos – e intervencionistas – hacia la iglesia. Eventualmente, el paganismo se volvió una religio illicita: en 324 Constantino les prohibió ofrecer sacrificios a los dioses antiguos; en los 340s su sucesor prohibió todas las prácticas paganas.
Sin embargo, los lectores podrán recordar que Agustín de Hipona nació de una madre cristiana y un padre pagano, y que Agustín estaba ya en sus 30s cuando él se convirtió al cristianismo en 387. La ley no le prohibió continuar como él deseaba, ni lo forzó a convertirse en cristiano.
Fue solo en el año 380 d. C. que el emperador Teodosio hizo al cristianismo la religión oficial de todo el imperio. De ahí en adelante, solo el cristianismo era legal, la única religio licita, y paso a paso el poder de la iglesia y el estado se entremezcló. Fue solo en los siglos 17 y 18 que surgió el concepto de un estado secular, donde todas las religiones eran consideradas iguales ante la ley.
  1. Constantino interfirió en asuntos religiosos
Verdadero
Una vez más, nosotros debemos entenderlo como un hombre de su tiempo, no del nuestro. Constantino no creía en la separación de la religión y el estado; como emperador cristiano él vio como su deber apoyar la verdad y, hasta cierto punto, suprimir la falsedad.
Él prohibió los sacrificios paganos (324 d. C.); la clarividencia o adivinación; convocó el primer concilio ecuménico (“mundial”) de la iglesia, en Nicea (325) y animó a las iglesias a seguir sus decisiones. Yendo más lejos, él prohibió los grupos herejes (332). Él y sus sucesores eran, a nuestra manera de pensar, inconscientemente intervencionistas – bendiciendo a algunos, exiliando, multando, castigando a otros, y sobre todo instando a la unidad. ¿Sus motivos? Un claro objetivo era traer paz al Imperio Romano al eliminar las agudas disputas religiosas sobre doctrina. Pero él también parece haber favorecido personalmente y genuinamente la doctrina que él afirmaba.
  1. Constantino forzó a las personas a convertirse al cristianismo
Principalmente falsa
Él eventualmente prohibió el movimiento llamado el donatismo y los forzó a convertirse a la corriente principal del cristianismo. Pero estas personas ya se veían a ellos mismos como cristianos.
No existe ninguna evidencia que Constantino haya forzado a los no-cristianos, ya fueran judíos o paganos, a convertirse al cristianismo. Tras derrotar a Licinio en 324, él proclamó:
Yo deseo que tu pueblo viva en paz y perviva en concordia para común beneficio de todos los hombres de la población. Los enredados en el error gocen alegres, al igual que los que creen, de la paz y de la quietud. Pues esa dulzura que dimana de la comunión social valdrá para corregir a aquellos y conducirlos por el recto camino. Que nadie moleste a otro; aprópiese cada cual lo que su ánimo quiera, y úselo. Es preciso que los que albergan buenas intenciones lleguen al convencimiento de que solamente vivirán en santidad y pureza aquellos a los que tú mismo llamas a reposar sobre tus santas leyes. Los que se retraen, tengan, si lo quieren, los templos de la mentira. Nosotros poseemos la esplendidísima mansión de tu verdad, que has dado conforme a la naturaleza. También rogamos por aquellos para que también ellos se ganen la más íntima alegría en virtud de la concordia que patentemente reina.[10]
  1. Constantino condujo una cruzada contra los judíos
Falso
A pesar de los mitos que circulan, no hay evidencia de que él prohibiera el judaísmo; o cerrara o quemara las sinagogas; que él prohibiera el aprendizaje de la Torá; que él destruyera los sitios sagrados judíos en Palestina; o que condujo una “matanza” contra los judíos palestinos.[11] Aún años después de Constantino, las sinagogas judías eran edificios religiosos protegidos y los emperadores ofrecieron decreto tras decreto para reconocer su legitimidad.[12]
Él claramente favoreció al cristianismo sobre el judaísmo: los judíos podían convertirse al cristianismo, pero el prohibió a los judíos tratar de convertir cristianos, y él les dijo a ellos que no molestaran a los judíos que se convertían al cristianismo (329 d. C.).[13] A los judíos no se les permitía tener esclavos cristianos.
En el lado positivo, Constantino dio a los líderes religiosos el mismo privilegio que él dio a los cristianos – se les eximió del servicio público obligatorio (330-383 d. C.).
  1. Constantino inventó las doctrinas de la Deidad de Cristo o la Trinidad
Falso
Dan Brown, en su Código Da Vinci, escribió una historia revisionista, en la que Constantino era la persona que concibió la idea que Jesús era Dios, y la forzó sobre la iglesia en el Concilio Niceno de 325 d. C. –
– Mucho – dijo Teabing -. Durante esa fusión de religiones, a Constantino le hacía falta fortalecer la nueva tradición cristiana, y ordenó la celebración del famoso concilio ecuménico de Nicea.
Sophie sólo había oído hablar de él como lugar de nacimiento del credo niceno.
– Durante ese encuentro – prosiguió Teabing -, se debatió y se votó sobre muchos aspectos del cristianismo, la fecha de la Pascua, el papel de los obispos, la administración de los sacramentos y, por supuesto, la divinidad de Jesús.
– No lo entiendo. ¿Su divinidad?
– Querida – declaró sir Leigh -, hasta ese momento de la historia, Jesús era, para sus seguidores, un profeta mortal… un hombre grande y poderoso, pero un hombre, un ser mortal.
– ¿No el Hijo de Dios?
– Exacto. El hecho de que Jesús pasara a considerarse «el Hijo de Dios» se propuso y se votó en el Concilio de Nicea.
– Un momento. ¿Me está diciendo que la divinidad de Jesús fue el resultado de una votación?
– Y de una votación muy ajustada, por cierto – añadió Teabing -.
Dan Brown es famoso por su desconocimiento de historia básica, y él se equivoca en casi todos los aspectos. Él supuestamente entiende el gnosticismo, y dice que, de acuerdo con los gnósticos, Jesús era solo un hombre. Él no podía estar más equivocado. Los gnósticos todos creían que Jesús era un dios o un ser divino, pero eran unánimes en decir que él no era un hombre. En Nicea, cada uno de los obispos que asistieron creían que Jesús era Dios – su disputa descansaba en si él era Dios Eterno como el Padre es Dios, o un ser menor quien es todavía Dios. Ellos votaron para afirmar lo que la mayoría ya creía, que Jesús era el Hijo de Dios, no creado sino Eterno. Y esto fue enseñado por los padres de la iglesia hasta Nicea también.[14] También, ni fue “una votación muy ajustada” – ¡no a menos que usted pueda llamar 298 a 2 a favor de la Deidad eterna de Cristo una votación ajustada!
Lo mismo puede decirse de la Trinidad. Los Testigos de Jehová afirman que él cambió la doctrina de la iglesia “al imponer la Trinidad en el Concilio de Nicea en 325 d. C. Ellos también dicen que él fusionó el apóstata cristianismo con el culto romano pagano e hizo de esta ‘universal’ o ‘católica’ forma de culto la religión del Estado.”[15] Esto es fácilmente refutado, dado que el término trinitas (Trinidad, que significa “tres-en-uno”) se había utilizado un siglo y medio antes de Nicea y la doctrina había sido generalmente aceptada por la iglesia.[16] Aquí hay un ejemplo de la Trinidad en una oración del padre de la iglesia Policarpo, pronunciado alrededor de 155 d. C. –
“Por esta causa, sí, y por todas las cosas, te alabo, y bendigo, y glorifico, por medio del Sumo Sacerdote eterno y celestial, Jesucristo, tu Hijo amado, por medio del cual, con Él y el Espíritu Santo, sea gloria ahora y [siempre] y por todos los siglos. Amén.”[17]
  1. Constantino cambió el día cristiano de adoración del Sábado al Domingo
Falso, en su mayoría
De acuerdo a un estudio sabatista:
Vea usted, en ese tiempo el culto del mitraísmo o culto al sol – era la religión oficial del Imperio Romano. Se alzaba como el mayor competidor a la nueva religión cristiana. Tenía su propia organización, templos, sacerdocio, batas – todo. También tenía un día oficial de culto en el cual se brindaba especial homenaje al sol. Ese día se llamaba “El Venerable Día del Sol.” Era el primer día de la semana, y de él nosotros obtenemos el nombre en inglés del Domingo “Sunday,” que significa Día del Sol. Cuando Constantino presionó a sus hordas paganas a la iglesia ellos estaban observando el día del sol para su adoración del dios sol. Era su día sagrado especial. Con el fin de hacerlo más conveniente para ellos de hacer el cambio a la nueva religión, Constantino aceptó su día de adoración, Domingo, en lugar del Sabbat cristiano el cual había sido observado por Jesús y sus discípulos.[18]
¿Por dónde empezar con esa afirmación? Primero, es falso que Constantino obligara a los paganos a convertirse al cristianismo, como hemos mostrado anteriormente. Pero segundo, esta afirmación fundamentalmente induce al error con respecto al domingo. Vea usted, los romanos no observaban una semana de 7-días; esto lo trajeron al imperio los judíos y más adelante los cristianos. Llame aparte a cualquier romano y pregúntele, “¿Qué día de la semana es?” y él se quedaría en blanco. “Bueno – es el segundo día de junio, si eso es de alguna ayuda.” Algunos griegos usaban semanas de 7-días pero solo para propósitos astrológicos – El día Sábado, que es Saturday en inglés, es derivado de Día de Saturno, y el Domingo, del Sol, el lunes, Monday, de la luna, Moon, en inglés etc. En general, solo un judío o un cristiano hablaría del primer día o el séptimo día, o incluso del concepto de una semana de siete días. Los paganos no “iban a la iglesia el Domingo.”
Pero lo que es peor para este argumento sabatista es la tonelada de datos que muestran que los cristianos habían adorado en el primer día de la semana, esto es, el día siguiente al Shabbat judío, desde los tiempos apostólicos. Los Sabatistas del Séptimo Día hacen su mejor esfuerzo para “probar” que las referencias al primer día son una aberración, pero la evidencia en su contra es abrumadora.[19] La iglesia primitiva se congregaba dos veces el domingo, en la mañana y luego más tarde al caer el sol. Veamos:
Ignacio, A los magnesianos 1 (107 d. C.) – Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor [domingo], en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte…
Epístola de Bernabé 15.9 – (a inicios del 2o siglo) – Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo [domingo] con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos.
Justino Mártir, Primera Apología 67.7 (c. 155 d. C.) – En el día que se llama del sol, se reúnen en un mismo lugar los que habitan tanto las ciudades como los campos…en cuanto dejamos a orar se traen el pan, el vino, y el agua, y el que preside hace con todas sus fuerzas las preces y las acciones de gracias, y el pueblo aclama amén…y en el día del sol todos nos juntamos, parte porque es el primer día en que Dios, haciendo volver la luz y la materia, creó el mundo, y también porque en ese día Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos. Lo crucificaron, en efecto, el día anterior al de Saturno, y al día siguiente, o sea, el del sol, apareciéndose a los apóstoles y los discípulos, enseñó aquellas cosas que por nuestra parte hemos entregado a vuestra consideración.
El culto en los domingos era la práctica común de la iglesia primitiva, con la excepción de algunos judíos cristianos.
Si Constantino no estableció el Domingo como el día de culto, ¿Qué fue lo que él sí hizo? Él lo estableció como un día de descanso. Esto es, él convirtió el día cristiano en un tipo de día de Sabbat – pero no llamándolo Sabbat – prohibiendo el trabajo en los domingos tan pronto como el 321 d. C. Esto fue probablemente establecido con el propósito de nivelar la cancha de los cristianos – quienes querían adorar en los domingos – y los paganos, quienes trabajaban sin un día de descanso. En los siguientes siglos, el domingo llegó a ser conocido como el Sabbat cristiano, pero esto fue una innovación medieval, más tardía.
Por consiguiente, Constantino afirmó que los cristianos pueden y deben adorar en los Domingos, pero en ninguna manera “cambiaron el Sabbat” a Domingo.
  1. Constantino hizo el 25 de Diciembre la fecha de Navidad
Falso, principalmente
Cada temporada de navidad, algún canal de televisión por cable transmite un documental “probando” que Jesús no nació el 25 de diciembre y que su nacimiento fue ajustado a una fiesta pagana del sol, “Las Saturnales” (Saturnalia). Dicen ellos: ¡Jesús debe haber nacido en la primavera, o verano, u otoño! Después de todo, ¿por qué estarían los pastores afuera en diciembre?
Primero, porque diciembre en Belén no es diciembre en el norte congelado. ¡Los pastores hubieran necesitado un suéter, y eso es todo! Un sitio web para turistas que quieren visitar Belén para Navidad aconseja “el clima de invierno de Belén es todavía cálido comparado a los inviernos europeos…[pero] usted necesitará por lo menos un abrigo liviano y una sombrilla por si acaso.”[20]
Segundo, porque los cristianos estaban ajustando el nacimiento de Cristo al 25 de diciembre mucho antes de que llegara Constantino. El padre de la iglesia Hipólito (180-220 d. C.) calculó la fecha basado en sus nociones acerca de la fecha que Dios creó los cielos y la tierra, y decidió que Jesús tuvo que haber nacido el 25 de diciembre. Muchos discreparon. A finales del siglo 3o muchos de la iglesia estaban optando por diciembre.
Hay algunas costumbres paganas – tales como el intercambio de regalos – que pueden haberse vuelto parte de las celebraciones cristianas, pero la idea que la Navidad fue “inventada” por Constantino y creada en el 25 de diciembre es un mito.
  1. Constantino hizo a la iglesia aceptar el Domingo de Pascua
Falso, en su mayoría
Fue aparentemente el consenso oral de Nicea[21] que la iglesia debía reafirmar la fecha de la Semana Santa. Más que un canon, Constantino escribió a los obispos ausentes para decirles que ella caería en un Domingo de ahí en adelante –
Ya entonces, cuando se llevó a cabo una investigación en torno al día santísimo de la Pascua, fue común decisión la conveniencia de que todos por doquier guardaran la misma fecha. Pues, que cosa podría resultar para nosotros más bella, que más venerable en comparación con el guardar esa fiesta, de la que hemos recibido la esperanza de la inmortalidad, de conformidad con un único ordenamiento y un claro sentido, sin flaquear?… [así es] la observancia de este ordenamiento, según una prescripción más veraz que hemos conservado intacta desde el primer día de la pasión hasta el presente…[22]
Él continúa diciendo que la iglesia lo celebrara en Domingo, no de acuerdo al calendario judío; él además ofrece unos insultos gratuitos hacia la costumbre judía.
Algunos toman esto como queriendo decir que Constantino obligó a la iglesia a abandonar la datación tradicional judía de la Pascua y en su lugar unió la Pasión a una celebración pagana. Desafortunadamente esto ignora un montón de historia. De hecho, ¡la iglesia había estado discutiendo sobre la fecha de la Semana Santa durante siglos![23] Un lado argumentaba que la iglesia debía observar la tradición judía y colocar la Pascua en el 14vo día de Nisán – ¡por lo tanto ellos tenían el nombre “Cuartodecimanos”! Sus oponentes decían que era más importante celebrar la muerte de Jesús el viernes y su resurrección un domingo, por lo tanto, la Pascua es el primer Domingo después de la luna llena de Pascua. Esta posición se volvió dominante.
Constantino presionó a la iglesia a aceptar lo que se había vuelto la opinión de la mayoría, y evitar la disensión que viene de fiestas opuestas. De hecho, algunas iglesias orientales todavía observan un cálculo diferente. Pero Constantino no inventó el nuevo sistema de datación.
  1. Constantino seleccionó cuáles libros irían en la Biblia
Falso, completamente falso
Según Dan Brown, “La Biblia, tal como la conocemos en nuestros días, fue supervisada por el emperador romano Constantino el Grande, que era pagano.” ¿La evidencia? Bueno, no hay ninguna. Los evangelios ya se sabía que eran cuatro en número, no más y no menos, en la mitad del 2o siglo – casi dos siglos antes de Nicea. Algunos libros eran dudosos para algunos cristianos, pero las listas de los libros del Nuevo Testamento en la segunda mitad de ese siglo más o menos calza con lo que nosotros tenemos en la Biblia hoy.
El canon del Nuevo Testamento no estaba siquiera en la agenda en Nicea. Ni hay alguna referencia histórica de Constantino quemando los libros “excluidos” después.
  1. Constantino cambió el texto del Nuevo Testamento y por ende cambió su enseñanza
Falso, completamente falso
Separemos los hechos de la ficción. El hecho es que Constantino ordenó a Eusebio que preparara 50 Biblias en el año 331 d. C. –
Pues nos ha parecido conveniente manifestar a tu sapiencia el deseo de que ordenes transcribir por expertos calígrafos, escrupulosamente versados en ese arte, cincuenta ejemplares en pergaminos bien elaborados, claramente legibles y de fácil manejo para el uso, de las Sagradas Escrituras, claro está, cuya útil provisión tu sabes lo necesaria que es para la instrucción de las iglesias.[24]
Es posible que los manuscritos magníficamente-producidos del 4o-siglo Sinaítico y Vaticano sean dos de estas 50 Biblias, pero esto no es de ninguna manera seguro.
El resto es pura teoría de conspiración, por lo general propuesto por devotos del Textus Receptus o por los que tienen la posición “Sólo Reina Valera.” Aquí hay un ejemplo de sus afirmaciones poco probables:[25]
En 331 d. C., el Emperador Constantino ordenó que una “Biblia ecuménica” fuera escrita. Constantino quería una Biblia que fuera aceptable a los paganos así como a los cristianos, y Eusebio (el obispo de Cesarea y un seguidor de Orígenes) fue asignado para dirigir esta tarea. Eusebio rechazaba la deidad de Cristo y afirmaba que Cristo era un ser creado. Este error, llamado la herejía arriana, es enseñada por la Iglesia Católica Romana. (¿Quieren prueba? El Papa ha declarado la Vulgata como la “Biblia infalible” y la Vulgata es arriana, puesto que elimina la deidad de Cristo.) En cualquier caso, Eusebio, siendo un estudiante devoto del trabajo de Orígenes, gustosamente complació la solicitud del Emperador Constantino, y le envió manuscritos plagados con corrupción alejandrina.
¿Por dónde empezar?
  • “ecuménica” se añade como una palabra en boga para poner sobre aviso a los seguidores de Solo Reina Valera que Constantino era un liberal. Él no lo era.
  • Eusebio argumentó a favor, no en contra, de la deidad de Cristo
  • Él no era un arriano
  • Él no afirmó que Cristo era un ser creado
  • ¡La iglesia romana no enseña arrianismo!
  • Roma no cree que la Vulgata es la versión infalible
  • La Vulgata sí enseña la deidad de Cristo. Un ejemplo: “In principio erat Verbum et Verbum erat apud Deum et Deus erat Verbum.” = “Y el Verbo era Dios,” Juan 1:1.
  • Nosotros no tenemos idea de cuáles copias de la Biblia envió Eusebio a Constantino
  • Considere estos versículos, todos contenidos en el Códice Vaticano, si eso incluso es relevante: “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (Éxod 20:3), o “No os volveréis a los ídolos,ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios.” (Lev 19:4) o “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) – ¿en qué universo serían, estos y miles de otros versículos de la Biblia, aceptables a los paganos o a cualquier otro sino a cristianos?
  • Los “errores alejandrinos” son mitológicos, basados en otra teoría de conspiración, conocida a los lectores de las publicaciones de Jack Chick, que las personas reescribieron la Biblia. De hecho, todos los manuscritos anteriores – incluyendo el más reciente descubrimiento de un fragmento del 1er siglo de Marcos 5 – apoyan el texto Alejandrino. El texto que enseña la Trinidad, la deidad de Cristo, la salvación por gracia mediante la fe, y así sucesivamente. ¡Es mejor confiar en los mismos manuscritos que en las pesadillas de Jack Chick!
  1. Constantino hizo del Testamento griego la versión aceptada
Falso
Según algunos, el Nuevo Testamento fue escrito en hebreo, y más adelante traducido al griego en el cual muchos errores fueron introducidos. Luego alguien (¡Constantino, probablemente!) quemó todas las copias hebreas del Nuevo Testamento.
Si es así, entonces ¿por qué nosotros no tenemos ninguna copia hebrea antigua del Nuevo Testamento, y casi 6000 copias del griego?
Bueno, por supuesto que no hay Nuevos Testamentos hebreos, es la réplica. Y eso solo demuestra ¡que debieron haber sido quemados! Este es un excelente ejemplo de una teoría de conspiración, donde la completa falta de evidencia es tomada como evidencia.
Ninguna evidencia, ninguna prueba, pero sí mucha teorización.
  1. Constantino hizo de la cruz un nuevo símbolo para el cristianismo
En realidad, no
Terminemos con un pedacito más de información, esta noción de que Constantino “inventó” la cruz como el símbolo del cristianismo o lo trajo del paganismo.[26] Los Testigos de Jehová, entre otros, van por esta ruta. Algunos afirman que la cruz es un símbolo pagano antiguo (por supuesto que lo es – cuanquier patrón geométrico en el que usted pueda pensar, el cuadrado, el círculo, el triángulo, una X, ¡incluso la esvástica, ha sido un símbolo en la antigüedad!).
Mientras que es verdad que él usó ese símbolo, no significa que él lo inventara. Este es uno de esos casos donde mayor investigación histórica ha anulado un mito. Hay ahora evidencia que los cristianos usaron la cruz, junto con el ancla, el pez, la paloma como un símbolo. La cruz no era el símbolo dominante, pero era uno conocido e importante. Aquí hay un ejemplo de las catacumbas de Roma, esculpidas antes de la conversión de Constantino.
chi-rho-simple
Conclusión
¿Quién era Constantino y cuál era su fe? La controversia continuará, pero una evaluación justa es que él creía ser un cristiano, aunque durante algunos años él también continuó con ciertas prácticas paganas. Su experiencia en el Puente Milvio fue genuina, aunque más adelante probablemente mitologizada y también convertida en un momento de conversión instantáneo. Él usó el conocido símbolo cristiano Chi-Rho, pero no lo inventó. Sus acciones como el “Primer Emperador Cristiano” fueron una mezcla de abuso de poder y el creciente uso de su poder para ayudar a la iglesia. Él declaró al cristianismo y otras religiones como legales, invitó a muchos cristianos a su gobierno, e hizo la vida más difícil para los paganos. Él dio a los líderes cristianos y judíos privilegios similares. Él intervino en algunas disputas teológicas, principalmente para empujar a los líderes de la iglesia a actuar en armonía. Especialmente, él presidió sobre el Concilio Niceno en 325 d. C., y presionó por la unidad, pero no inventó las doctrinas de la deidad de Cristo o la Trinidad. Ni él ni Nicea consideraron alguna vez el tema del canon de la Biblia. Constantino no tuvo nada que ver con cualquier supuesta revisión del Nuevo Testamento griego. Él no forzó la fe cristiana sobre todos, pero él ciertamente hizo más fácil que las personas se convirtieran. Él vinculó la costumbre sostenida por mucho tiempo del culto cristiano en Domingo con el concepto de descanso del trabajo, y ayudó a afirmar las fechas de Navidad y Pascua de acuerdo con la práctica ya de largo tiempo en la iglesia.
Este es Constantino en la medida en que la historia lo permite. Él puso en movimiento la cristianización del imperio y siglos de la versión oficialmente reconocida de la fe. Pero la fe cristiana, ya sea Católica, Ortodoxa, o Protestante, no puede ser considerada como su creación.
NOTAS:
[2] http://www.friendsofsabbath.org/Further_Research/Paganism%20&%20RCC/Babylon%20Mystery%20Religion%20-RalphWoodrow.pdf Es desafortunado que este libro se sigue pasando de mano en mano en decenas de miles de ejemplares en muchos idiomas, y hoy en la internet – es un volumen que debía haberse puesto de lado hace años como un texto largo y pobremente investigado contra Roma procedente de alguien que cree que el catolicismo es secretamente el antiguo paganismo babilónico bajo una nueva administración.
[4] Eusebio, Historia de la Iglesia, disponible aquí – http://www.portavoz.com/libros/pdfs/9780825412158.pdf
[5] Un escritor ortodoxo lo pone de esta manera: “La conversión de Constantino sigue más de cerca la comprensión ortodoxa de la salvación que la comprensión protestante. Donde los protestantes, especialmente evangélicos, tienden a ver la salvación en términos de una única experiencia de conversión, la ortodoxia ve la salvación como un misterio y como un proceso que se despliega conforme avanza el tiempo.” Véase: http://www.antiochian.org/Constantino-great-roman-emperor-christian-saint-historys-turning-point
[6] Véase el útil sitio web “Christian Themes in Byzantine Coinage.” – http://www.forumancientcoins.com/numiswiki/view.asp?key=christian%20themes%20in%20byzantine%20coinage
[7] Philip Schaff, History of the Christian Church, volumen III.
[8] Josefo, Antigüedades 14.8-12. Por ejemplo, 8. “Julio Cayo, Pretor, Cónsul de los romanos, saluda a las autoridades, Consejo y pueblo de Pario. Me visitaron los judíos residentes en Delos y algunos de los judíos vecinos de ellos, en presencia de vuestros propios embajadores y manifestaron que vosotros les impedís por decreto practicar las costumbres y los ritos sagrados heredados de sus padres.”
[9] Lactancio, De mortibus persecutorum 48. Hay un buen resumen de la legislación romana con respecto al cristianismo en este sitio – http://www.fourthcentury.com/imperial-laws-and-letters-involving-religion-ad-311-364/
[10] De Eusebio, Vida de Constantino, énfasis añadido. Texto disponible aquí – https://comentariodetextos.files.wordpress.com/2014/05/eusebio-de-cesarea-vida-de-constantino.pdf
[11] http://www.ccjr.us/dialogika-resources/primary-texts-from-the-history-of-the-relationship/249-roman-laws. Yo no quiero citar del sitio web “The Roman Empire Adopts Christianity” en Free Crash Course in Jewish History. En un ensayo de 1-2 páginas está plagado de errores básicos, incluso obteniendo fechas básicas incorrectas.
[12] “Tu excelente autoridad ordenará a los gobernadores que se unan, con el propósito de que ellos aprendan y conozcan, que es necesario repeler los asaltos de aquellos que atacan a los judíos, y que sus sinagogas deben permanecer en su acostumbrada paz.” (397 d. C.)
[13] “Nosotros queremos que los judíos, sus principales, y sus patriarcas estén informados, que si alguien – una vez que esta ley sea dada – se atreva a atacar por lapidación o por otro tipo de furia a alguien escapando de su grupo mortal y levantando sus ojos al culto de Dios [cristianismo], lo cual como hemos sabido se está haciendo ahora, él será enviado inmediatamente a las llamas y quemado con sus asociados. Pero si uno de las personas [un cristiano] se acerca a su nefasta secta y se une a sus conventículos[sinagogas], él sufrirá con ellos los castigos merecidos.” [http://www.ccjr.us/dialogika-resources/primary-texts-from-the-history-of-the-relationship/249-roman-laws]
[15] Watchtower 1983 Set 15 pp.7-8
[16] https://www.probe.org/the-council-of-nicea-2/
[17] Martirio de Policarpo 14.3. Véase también http://www.bible.ca/H-trinity.htm.
[18] http://www.sabbathtruth.com/sabbath-history/how-the-sabbath-was-changed
[19] Al lector que le gustaría explorar este tema más a fondo debería leer From Sabbath to Lord’s Day: A Biblical and Theological Investigation, ed. Por D. A. Carson, y en particular el capítulo 9, “Sabbath and Sunday in the Post-Apostolic Church,” por R. J. Bauckham.
[20] http://bethlehem-israel.info/weather-forecast/
[21] Aquí hay una lista completa de los 20 “canones” o decisiones de Nicea – http://mb-soft.com/believe/tsc/nicaea.htm
[22] Eusebio, Vida de Constantino 3.18-20.
[23] Véase “Quartodecimanism,” en Oxford Dictionary of the Christian Church.
[24] Eusebio, Vida de Constantino 4.36.
[25] http://www.1611kingjamesbible.com/Constantine.html/
[26] Alexander Hislop, Las Dos Babilonias, 5.6 “La Señal de la Cruz”, p. 305.

Publicado inicialmente en: https://razondelaesperanza.com/2015/12/19/el-emperador-constantino-el-grande-un-villano-o-un-heroe-o-que/