domingo, 3 de junio de 2018

“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”




“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” - Mateo 24.13 

¿Este texto afirma que se puede perder la salvación eterna si “no” se persevera? ¿Está hablando este texto acerca de la vida diaria del creyente, en la que sufre pruebas y tentaciones, y debe “perseverar” para poder ser salvo finalmente? ¿De qué habla este pasaje?

Para empezar, este pasaje se encuentra en el Sermón Escatológico de Jesucristo, en el que responde a sus discípulos sobre “cuándo sería la destrucción del Templo y de Jerusalén y el fin del siglo de Moisés, o el Fin de la Era del Templo”. Jesús les responde describiendo una serie de acontecimientos previos a la destrucción del Templo y de la ciudad de Jerusalén, que vendría a ser las “señales del fin” del Siglo de Moisés.

Les advierte de “falsos cristos” que buscarán engañar a los creyentes. También les dice que la “Pax Romana” sería alterada por “guerras y rumores de guerras”. Anuncia “pestes, y hambres, y terremotos”. Y les advierte que todo ello será como cuando le vienen los “dolores de parto” a un mujer encinta (es decir antes del alumbramiento). Ahora se refiere a los discípulos y les anuncia que sufrirán por causa del Evangelio. Serán “entregados a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos…”. Quizá nadie habría querido escuchar esto pero Jesús indica que durante esa tribulación “muchos (judíos no creyentes) tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán”. Aparecerán “falsos profetas que engañarán” por todos lados a la gente que no sabría interpretar estas señales. La maldad se “multiplicaría y se enfriaría el amor”, pero el que “soporte” hasta el final “guardará su vida” de la muerte.

Jesús está anunciando un tiempo de tribulación, de persecución y muerte, de guerras, de pestes, de hambrunas, y de un inminente riesgo de morir por todos y cada uno de estos eventos. Entonces, si alguien quería guardar su vida, tenía que “aguantar”. Mateo utiliza aquí el término “πομείνας que Santiago 5.11 lo utiliza para referirse a Job:
“He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren (que perseveraron). Habéis oído de la paciencia (perseverancia) de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.”
Esta “perseverancia” es el mantenerse firme ante el peso de la adversidad, bajo condiciones penosas. También puede significar “sufrir con valentía y confianza”. Pero Jesús dijo que tal perseverancia y aguante ante tanta persecución y sufrimiento, traería como resultado la “salvación” de su vida. El término que usa Mateo es “σωθήσεται” que es el mismo que lo utiliza en otra ocasión de manera similar, de “salvar la vida”:
“Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!” - Mateo 8:25
Juan lo va usar también de “salvar de la muerte” cuando Jesús dijo: “¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.” (Juan 12.27). Note que en el contexto este término no significa “salvación eterna” o “la vida eterna”. De manera que Mateo 24.13 no está hablando de “salvación eterna”. Jesús claramente les está diciendo que correrían el riesgo de morir, pero que si aguantaran la tribulación, y si escapaban de Jerusalén, entonces “salvarían su vida”.

Este texto tiene un paralelo en el mismo libro de Mateo, en el 10.21-23 y no se refiere a la “salvación eterna” sino que está hablando de “salvar la vida física”:
“El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere (aguante, soporte) hasta el fin (de aquella tribulación), éste será salvo (conservará su vida). Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.”

De manera que en el contexto, este verso no hace alusión a la “salvación eterna” sino a “guardar la vida física” de la muerte en una época de persecución.

Muchos creen que aquí hay una condicional para la salvación de alma: la perseverancia. Pero la exégesis de este pasaje nos lleva a entender que no esa hablando de “salvación del alma” sino de “salvarse de la muerte”. El versículo de Mateo 24:13 ha sido interpretado históricamente de maneras diversas, en particular respecto a si “ser salvo” alude a la salvación eterna o a la preservación en medio de la tribulación. Desde una perspectiva escatológica preterista parcial y optimista, este pasaje debe leerse en el marco de la advertencia de Cristo sobre la inminente destrucción del Templo de Jerusalén (70 d.C.) y las calamidades que acompañarían dicho juicio.

Jesús declara: “El que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Dos términos clave iluminan el texto:

  • Hypomeínō (perseverar): implica soportar, permanecer firme bajo presión. No describe simplemente una actitud pasiva, sino la resistencia activa frente a pruebas intensas (cf. Sant. 5:11).

  • Sōzō (ser salvo): su uso en los Evangelios no se restringe a la salvación eterna, sino también a la liberación de peligro físico (Mt 8:25; Jn 12:27).

En el contexto inmediato, la advertencia de Jesús se refiere a las persecuciones y sufrimientos previos a la caída de Jerusalén. Kenneth L. Gentry señala que “Cristo está instruyendo a sus discípulos acerca de los horrores que vendrán sobre esa generación; su llamado a perseverar apunta a la preservación durante la conflagración judía del siglo I” (Gentry, Before Jerusalem Fell, p. 212).

En ese sentido, Mateo 24:13 no enseña que la salvación eterna dependa de resistir persecuciones, sino que, quienes permanecieran fieles y atentos a las palabras de Cristo, hallarían preservación frente al juicio histórico inminente.

Ahora bien, aunque el pasaje apunta al ámbito histórico, no debe divorciarse del principio teológico más amplio de la perseverancia de los santos. La tradición reformada ha enfatizado que la perseverancia no es la causa de la salvación, sino su evidencia necesaria. Juan Calvino escribe: “No es la perseverancia la que produce la salvación, sino que aquellos a quienes Dios ha elegido perseveran porque Él los sostiene” (Institución, III.24.6).

De modo similar, R. C. Sproul, al defender una lectura preterista parcial de Mateo 24, advierte que “la perseverancia aquí es, en primer lugar, histórica; sin embargo, su principio es universal: los verdaderos hijos de Dios no abandonan la fe, aun en medio de la peor tribulación” (The Last Days According to Jesus, p. 132).

Para la iglesia contemporánea, este texto nos recuerda que la fidelidad a Cristo en medio de la adversidad es tanto un medio de preservación como una marca de autenticidad. En el año 70 d.C., los cristianos que atendieron la advertencia de Jesús y huyeron de Jerusalén antes del asedio romano experimentaron de manera tangible esta promesa. Para nosotros, aunque no enfrentemos aquel juicio histórico, seguimos llamados a “perseverar hasta el fin” como expresión de confianza en la gracia sustentadora de Dios.

La advertencia es también consolación: la perseverancia no depende de nuestra fortaleza, sino del Dios que nos preserva. Como escribió Calvino en su comentario a los Evangelios sinópticos: “No somos nosotros quienes, con nuestro esfuerzo, nos mantenemos en pie, sino que somos sostenidos desde lo alto por la mano invisible de Dios”.

Conclusión

Mateo 24:13, leído en su contexto histórico, apunta principalmente a la preservación de los discípulos durante el juicio de Jerusalén en el siglo I. Sin embargo, en consonancia con la doctrina reformada de la perseverancia, este pasaje también proclama una verdad perenne: la gracia que sostuvo a los creyentes de la primera generación es la misma que sostiene a la iglesia hoy. Perseverar no es mérito humano, sino fruto de la fidelidad divina.

Como recuerda Sproul, “la promesa de Cristo no se agota en el siglo I, sino que sigue viva para cada generación: aquellos que son de Él, perseverarán” (Sproul, The Last Days According to Jesus, p. 140).


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Nota de Cautela:
Si usted cree que Mateo 24.13 aún no se ha cumplido, es decir que se cumplirá en el futuro cuando venga la Gran Tribulación antes de la Segunda Venida; y no cree que ya se cumplió en la generación de Jesús antes del año 70 d.C. como lo creemos nosotros. Si usted tiene la escuela futurista de estos pasajes, como lo creen la mayoría de los evangélicos en Latinoamérica, entonces usted está sospechando del autor de este artículo, que anda buscando “excusas” para una vida licenciosa. Pero no es así.

Si desea leer sobre la interpretación de Mateo 24.14 puede hacerlo aquí: http://textosfueradecontexto.blogspot.com/2018/02/y-entonces-vendra-el-fin.html



1 comentario:

  1. Pero entonces cuando alguien predica acerca los falsos maestros se puede usar el texto donde Jesús nos advierte que vendrán muchos falsos cristianos que quedan engañar a los creyentes o no se puede usar? Y para predicar acerca la persecución (por que algunos cristianos son perseguidos ) se puede usar el texto que el que preserva hasta el fin será salvo si o no?

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