En los últimos años la liturgia
evangélica ha incluido un elemento hebreo que requiere atención: “la danza”.
Casi la mayoría cita Salmos 150.1 para dar soporte a esta práctica. Pero
¿realmente el Salmo 150.1 ordena danzar en el culto?
“¡Alabad a ’El en su Santuario! ¡Alabadlo en la magnificencia de su firmamento! …¡Alabadlo con pandero y danza!” Salmo 150.1 y 4 (BTX)
Aquí dice que debemos alabarlo
“en su Santuario” y “con pandero y danza”. Así que ¿el problema está resuelto?
Pero prestemos atención que dicho salmo está escrito en lenguaje poético. La
poesía hebrea tiene un género literario llamado “paralelismo” (sinónimo,
antitético, sintético, etc.). En la poesía hebrea encontramos este género muy
particular y aquí un ejemplo sencillo:
El Salmo 25.2 hay un paralelismo
idéntico, dice:
“¡Dios mío, en ti confío!
(A) No sea yo avergonzado,
(B) No se alegren de mí mis
enemigos.”
Note que (B) es una expresión
idéntica de (A): "avergonzado" = "burla de sus enemigos"
En el Salmo 19.2 hay un
paralelismo similar, dice:
“Día tras día
(A) vierte su mensaje,
Y noche tras noche
(B) da a conocer la sabiduría.”
Note que (B) expresa lo mismo que
(A): "mensaje" = "su sabiduría"
Así tenemos que el Salmo 150
tiene una hermosa expresión de la poesía hebrea:
“¡Alabad a ’El en su Santuario!
¡Alabadlo en la magnificencia de su firmamento!
¡Alabadlo por sus proezas!
¡Alabadlo por la inmensidad de su grandeza!
¡Alabadlo con el toque del shofar!
¡Alabadlo con salterio y arpa!
¡Alabadlo con pandero y danza!
¡Alabadlo con cuerdas y flautas!
¡Alabadlo con címbalos resonantes!
¡Alabadlo con címbalos vibrantes!
¡Todo lo que respira alabe a YH!
¡Aleluya!”
El Santuario aquí viene a ser el
firmamento, los cielos; donde mora el Señor.
“¡Alabad a ’El (A) en su Santuario!
¡Alabadlo (B) en la magnificencia de su firmamento!
Luego tenemos otra expresión
poética para resaltar, se lo alaba por sus proezas, que es lo mismo que
alabarlo por la inmensidad de su grandeza:
“¡Alabadlo (A) por sus proezas!
¡Alabadlo (B) por la inmensidad de su grandeza!”
El “toque del shofar”, el
“salterio y arpa”, el “pandero y danza”, las “cuerdas y flautas”, los “címbalos
resonantes y vibrantes” eran elementos comunes de las fiestas hebreas, no era
nada novedoso incluirlo en una poesía que exhorta a que “todo lo que respira
alabe a Dios”. Cada etnia, región y país tiene una expresión cultural que
incluye elementos similares entre danzas e instrumentos que ayudan a la
celebración festiva. Pero nunca fueron usado para la liturgia del Templo de
Salomón.
Los judíos de los tiempos del
Nuevo Testamento tampoco lo incluyeron en la liturgia de las sinagogas y mucho
menos, los primeros cristianos y los cristianos por dos mil años no lo han
usado como elementos de la liturgia, mucho menos tocar un shofar o danzar.
Conclusión:
El Salmo 150.1,4 no respalda el
uso de la danza dentro del culto o liturgia dominical. Aquí “santuario” no es
el templo, o el local destinado a la liturgia, aquí “santuario” se refiere “al
firmamento”, es decir “los cielos”, “la creación”, donde se exhorta no sólo a
los hijos de Dios a alabarle, sino que “todo lo que respira…” debe adorar a
Dios.
No veo nada sano que las iglesias
evangélicas incluyan un elemento hebreo en el culto, con el pasar de los años,
podríamos convertidos en judaizantes.
¡Piense!
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