viernes, 16 de diciembre de 2016

¡Consistentemente Inconsistente!



El Arminianismo es un sistema de doctrina introducido en 1610 por los seguidores de Jacobo Arminio bajo la dirección de Simón Epíscopo.  En tal sistema resumido en cinco puntos se enfoca la manera en que ellos creen que la salvación es obrada en los seres humanos. Esa  teoría fue desarrollada como una oposición a la interpretación Reformada Protestante sobre la salvación del hombre la cual sostiene que Dios en su soberanía divina y basado en su buena voluntad y amor inmerecido (gracia) hacía la humanidad y solamente sobre los méritos de Cristo, escogió salvar infaliblemente de la perdición eterna algunos de la raza humana para la gloria de su nombre.

Aunque el Arminianismo es una creencia muy propagada en el pueblo Cristiano moderno, parece ser un sistema lógico, convincente y de acuerdo con la Escritura, la verdad es que todo lo opuesto a eso es cierto.  Este sistema aparenta ser una interpretación aceptable y ortodoxa de la Biblia, pero una vez analizado detenidamente y probado a la luz de la Palabra de Dios, queda sin fundamento alguno.
Unos de los problemas del sistema Arminiano como ha de verse en éste corto análisis es que es una "inconsistencia total" desde el primer punto hasta el último.  El Arminianismo no solo "contradice" la verdad de la Biblia sino que se contradice a sí mismo; es una contradicción de términos donde se hacen declaraciones que en la mayoría de los casos la Biblia no respalda y otras donde se dicen cosas que el mismo sistema contradice.

Los Cinco Artículos Arminianos
Traducido de “The Creeds of Christendom – with a history and critical notes.”
Edited by Philip Schaff; revised by David S. Schaff
6th Ed. Grand Rapids: Baker Books, Reprint 1993; vol. 3, pp. 545-549.

Artículo 1
Dios, por un eterno e inmutable propósito en Jesucristo su Hijo, antes de la fundación del mundo, había determinado salvar, de la raza caída y pecaminosa de los hombres, en Cristo, por causa de Cristo y a través de Cristo a aquellos quienes, a través de la gracia del Espíritu Santo, creyeran en este su Hijo Jesús, y perseverasen en la fe, por medio de esta gracia, hasta el fin; y, por otra parte, dejar a los incorregibles e incrédulos en pecado y bajo ira, y condenarlos como separados de Cristo, según la palabra del Evangelio en Juan 3:36: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; y el que no cree en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”, y también según otros pasajes de la Escritura.

Artículo 2
En conformidad con esto, Jesucristo, el Salvador del mundo, murió por todos los hombres y por cada hombre, de modo que ha obtenido para todos ellos, por su muerte en la cruz, redención y el perdón de los pecados; sin embargo, nadie realmente goza de este perdón de los pecados excepto el creyente, según la palabra del Evangelio de Juan 3:16, “De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él crea no se pierda, mas tenga vida eterna.” Y en la Primera Epístola de Juan, 2:2: “y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.”

Artículo 3
El hombre no tiene por sí mismo gracia salvífica, ni por al energía de su libre voluntad, en la medida en que, en el estado de apostasía y de pecado, no puede de sí y por sí ni pensar, ni desear, ni hacer cosa alguna que sea verdaderamente buena (como lo es eminentemente una fe salvífica); sino que está necesitado de ser nacido de nuevo de Dios en Cristo, a través de su Espíritu Santo, y de ser renovado en entendimiento, inclinación o voluntad, y en todas sus facultades, para que pueda rectamente entender, pensar, desear y efectuar lo que es verdaderamente bueno, según la Palabra de Cristo, Juan 15:5, “Sin mí nada podéis hacer.”

Artículo 4.
Esta gracia de Dios es el comienzo, la continuación y la culminación de todo bien, aun hasta el punto de que el mismo hombre regenerado, sin gracia previniente, asistente, despertante, siguiente y cooperativa, ni hará lo bueno ni soportará ninguna tentación al mal; de modo que todas las buenas acciones o movimientos que puedan concebirse deben ser adjudicadas a la gracia de Dios en Cristo. Pero en lo que respecta al modo de operación de esta gracia, no es irresistible, en la medida en que está escrito acerca de muchos, que han resistido al Espíritu Santo, Hechos 7 y en muchos otros lugares.

Artículo 5
Aquellos que son incorporados a Cristo por una fe verdadera, y así se han tornado partícipes de su Espíritu vivificante, tienen por esto capacidad plena para resistir contra Satanás, el pecado, el mundo y su propia carne, y para obtener la victoria; quedando bien entendido que es siempre a través de la gracia asistente del Espíritu Santo; y que Jesucristo los asiste a través de su Espíritu en todas las tentaciones, les extiende su mano, y si sólo ellos están dispuestos para el conflicto, y desean su ayuda; y no están ociosos, les guarda de caer, de modo que ellos no pueden, por argucia o poder alguno de Satanás, ser extraviados o arrebatados de las manos de Cristo, según la Palabra de Cristo, Juan 10:28, “Ninguno las arrebatará de mi mano.” Pero si ellos pueden, pr negligencia, abandonar los primeros principios de su vida en Cristo, retornar al presente mundo malo, apartarse de la santa doctrina que se les entregó, perder una buena conciencia, [y] tornarse privados de la gracia, esto debe ser determinado a partir de la Santa Escritura, antes de que nosotros mismos podamos enseñarlo con plena persuasión de nuestras mentes. 

Análisis de los Artículos Arminianos:
Artículo 1
Dios, por un eterno e inmutable propósito en Jesucristo su Hijo, antes de la fundación del mundo, había determinado salvar , de la raza caída y pecaminosa de los hombres, en Cristo, por causa de Cristo y a través de Cristo a aquellos quienes, a través de la gracia del Espíritu Santo, creyeran en este su Hijo Jesús, y perseverasen en la fe, por medio de esta gracia, hasta el fin; y, por otra parte, dejar a los incorregibles e incrédulos en pecado y bajo ira, y condenarlos como separados de Cristo, según la palabra del Evangelio en Juan 3:36: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; y el que no cree en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él", y también según otros pasajes de la Escritura.

Análisis:
Los Arminianos dicen que Dios se ha propuesto salvar a quienes Él vio iban a creer y perseverar hasta él fin por medio de la Gracia.  En cierto sentido este artículo parece presentar una verdad Bíblica y por lo tanto su error no es fácilmente detectado.  La equivocación está en que aunque es cierto que la Biblia dice que "él que persevera hasta él fin será salvo", esto en sí no significa lo que los Arminianos proponen o implican en este primer artículo y es ahí donde vemos este tan grave error.  En realidad esta declaración Arminiana encierra la idea de que la salvación está “basada” en la fe inicial y la perseverancia (fe y obras) que hacen que el hombre pueda ser escogido por Dios PERO no es eso lo que nos indica la Palabra sino que la Biblia nos presenta la perseverancia como “distintivo” (no la base) de los que son salvados.  Es decir los que perseveran hasta el fin, lo hacen ‘a causa’ de su salvación y no viceversa como lo pone el Arminianismo.  En el esquema Arminiano de la salvación, el individuo “cree y persevera” y de esa manera gana su propia salvación al hacer buen uso de la gracia que Dios le ofrece, sin embargo la Biblia nos enseña que es Dios quien obra la salvación en el individuo por medio de la gracia que el mismo da. (Fil. 1:6,12-13) – aun las buenas obras (perseverancia) son don de gracia a los escogidos.

Aunque en este artículo los Arminianos no usan la palabra elección, tal cosa es implícitamente introducida cuando se dice que:
"Dios, por un eterno e inmutable propósito en Jesucristo su Hijo, antes de la fundación del mundo, había determinado salvar , de la raza caída y pecaminosa de los hombres, en Cristo, por causa de Cristo y a través de Cristo a aquellos quienes, a través de la gracia del Espíritu Santo, creyeran en este su Hijo Jesús, y perseverasen en la fe, por medio de esta gracia, hasta el fin". (énfasis añadido)
Un ‘inmutable propósito de Dios' es teológicamente referido como un 'decreto'. Y es aquí precisamente donde hallamos otro problema del Arminianismo. Según ellos, Dios ha decretado salvar a todos los que creen y perseveran hasta él fin por medio de la gracia. Lo que los Arminianos están diciendo que Dios ha de salvar a los seres humanos, basado en un previo conocimiento de fe y perseverancia (esto es confirmado por sus escritos sobre las opiniones en este primer artículo), y por ende, según ellos, esos son los escogidos. Esta declaración está tan vagamente construida que escaparía él error que encierra aún a los más cautos.

Si meditamos un poco sobre lo expuesto, nos daremos cuenta que ellos afirman que Dios escogió para salvación a quienes él vio de antemano que se iban a salvar. Siendo esto así, surge la inevitable pregunta ¿para qué escogerlos? Esta declaración Arminiana "destruye" completamente la doctrina bíblica de la elección, pues pervierte él orden establecido por Dios en la Escritura.  Otra vez, ¿Si él hombre puede llegar a salvarse sin ser elegido para salvación, porque elegirlo para que se salve (para salvación)?

En oposición a la Biblia, los Arminianos dicen que Dios se propuso salvar a quienes El previó que se iban a salvar. Dios escogió para creer a quienes El previó que iban a creer. Dios escogió para perseverar a quienes El previó que iban a perseverar. Eso es como decir "yo voy al que gane".
La Biblia enseña que Dios ha "escogido para salvación" (2 Tes. 2:13 ) a ciertos individuos de la raza humana caída en Adán. Dios dice que los ha escogido para que obedezcan al Evangelio (fe) y para que sean santificados por medio del Espíritu Santo (1 Pedro 1:2). Él decreto divino de la manera en que se presenta en la Escritura no es dependiente (resultado previsto) de que él hombre crea y persevere hasta el fin sino que todo lo contrario es cierto. Él decreto de Dios es "para" que él hombre crea y persevere hasta el fin. La Biblia nos presenta el siguiente escenario: "La salvación del hombre depende del decreto, no él decreto de la salvación del hombre" (Efesios 1:4-13).

Pero hay algo mas que debemos notar de los escritos de los Arminianos y sus lideres como lo son Arminio y Juan Wesley.  Wesley dijo lo siguiente en cuanto a las bases para le elección en un sermón sobre Romanos 8:29-30:
"Dios mirando a todas las edades desde la creación hasta la consumación como un momento y viendo de una vez todo aquello que esta en los corazones de los hijos de los hombres conoce cada uno que cree o no cre en cada edad o nación. Sin embargo, lo que el sabe, ya sea fe o incredulidad, de ninguna manera es causado por su conocimiento. Los hombres son tan libres en su creer o no creer, como si el no lo supiera del todo" [énfasis y subrayados añadidos]
El GRAVE problema con esta interpretación es que en ella se 'implica' que Dios no sabía lo que había de ocurrir en el futuro y tuvo que hacer una investigación en el tiempo (aunque fuera de un segundo) para 'enterarse' de las acciones futuras de sus criaturas.  Si supo quien había de creer por medio de "previsión" como declaran los Arminianos, esto afectaría la persona y carácter de Dios en Su ‘omnisciencia’ (porque aprendió algo que no sabía), en Su ‘inmutabilidad’ (porque cambió) y en Su ‘perfección’ (porque mejoró). - Y eso es lo mismo que propone el Teísmo Abierto, que Dios simplemente no conoce el futuro.

Ahora, si se trata de evitar esta conclusión contestando que en realidad Dios siempre supo desde la eternidad quien creería y quien no creería, entonces eso significa que Dios creó seres quienes él sabía de antemano, desde la eternidad, que nunca creerían y que por lo tal se iban a perder en el infierno eterno. De ser así, la única conclusión que nos queda es decir que fueron creados para perdición (como lo cree el Alto Calvinismo/ Hiper Calvinismo).  El Arminianismo simplemente no puede escapar esta conclusión. Dios pudo haber decidido no crearlos pero sabiendo eternamente que nunca creerían, aun así los creó – en esencia creándolos para condenación eterna.  Si la respuesta es esta, esto nos indica que el Arminianismo se le puede acusar de afirmar lo mismo que esta refutando.

Artículo 2
En conformidad con esto, Jesucristo, el Salvador del mundo, murió por todos los hombres y por cada hombre, de modo que ha obtenido para todos ellos, por su muerte en la cruz, redención y el perdón de los pecados; sin embargo, nadie realmente goza de este perdón de los pecados excepto el creyente, según la palabra del Evangelio de Juan 3:16, "De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él crea no se pierda, mas tenga vida eterna." Y en la Primera Epístola de Juan, 2:2: "y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero."

Análisis:
En este artículo los Arminianos dicen que Cristo murió por todos los hombres y por cada hombre y ha obtenido para todos ellos redención y perdón; sin embargo nadie es perdonado excepto el que cree. Si es así, entonces la redención no ha sido obtenida (como ellos lo declaran) sino que es una redención 'en potencia' no una redención real. La redención no ha sido obtenida sino que se obtendrá cuando el hombre crea, el perdón no ha sido obtenido sino que se obtendrá cuando el hombre crea. La Biblia enseña que la muerte de Cristo fue una muerte vicaria (substituta), es decir, "en lugar de" los pecadores. Si lo que los Arminianos dicen es cierto, entonces ellos dicen que Cristo derramó su sangre y  murió en lugar de personas que nunca han de ser salvadas. Dios murió por los pecadores y "PAGÓ" él precio por los pecados que estos tenían que pagar pero ellos dicen que "nadie es perdonado excepto él que cree". Interesantemente según los Arminianos, el que no cree ha de terminar en él infierno para pagar por los pecados que ya Cristo también pagó.

Sin duda, no existe salvación subjetiva sin la fe del individuo.  La fe reformada, haciendo eco a la Biblia, enseña que la muerte de Cristo fue una muerte sola y únicamente a favor de todos los que habían de creer (Juan 17:9), los escogidos. Y se enseña que las 'ovejas por las que Cristo dio su vida' (Juan 10:15) 'todas' han de escuchar la voz del pastor y le han de seguir (obedecer / creer) y ninguno de aquellos por quienes Cristo murió, pagando en forma vicaria él castigo requerido por sus pecados, terminará en él infierno.

El Arminiano objeta la redención limitada de los Calvinistas pero ellos la limitan aún más, pues cabe la posibilidad de que TODOS los seres humanos hubiese 'decido' creer o peor aun que NINGUNO hubiese creído al evangelio lo cual haría la muerte de Cristo totalmente en vano. Es cierto, el Calvinista limita 'el alcance' de la redención a los 'escogidos.  Pero los Arminianos limitan 'el poder' de la Redención a un simple intento o una simple 'posibilidad' de redención.

Artículo 3
El hombre no tiene por sí mismo gracia salvadora, ni por al energía de su libre voluntad, en la medida en que, en el estado de apostasía y de pecado, no puede de sí y por sí ni pensar, ni desear, ni hacer cosa alguna que sea verdaderamente buena (como lo es eminentemente una fe salvadora); sino que está necesitado de ser nacido de nuevo de Dios en Cristo, a través de su Espíritu Santo, y de ser renovado en entendimiento, inclinación o voluntad, y en todas sus facultades, para que pueda rectamente entender, pensar, desear y efectuar lo que es verdaderamente bueno, según la Palabra de Cristo, Juan 15:5, "Sin mí nada podéis hacer."

Análisis
En este artículo, los Arminianos dicen que el hombre no puede ejercer fe salvadora, por eso "está necesitado de ser nacido de nuevo de Dios en Cristo, a través de su Espíritu Santo, y de ser renovado en entendimiento" para que pueda creer. Éste artículo no tiene nada malo y de hecho está muy de acuerdo con el Calvinismo y por supuesto con la Biblia. Lo malo está en el Arminianismo. Éste artículo (junto con el que sigue) es el que mantiene al Arminianismo como una teología “aceptable” dentro del Cristianismo Evangélico y hace que el ese sistema sea considerado una doctrina 'evangélica' ortodoxa. No haber dicho esto dejaría a los Arminianos abiertamente en el campo herético de los Pelagianos.

PERO el problema está en que con esta afirmación, la cual siendo el punto número tres, y está en el mismo centro de su sistema, los Arminianos "destruyen TODO su sistema". Al decir esto afirman que el Calvinismo está en lo correcto, pues si la salvación depende de la fe verdadera (salvadora) y la fe verdadera depende de la regeneración y la regeneración depende de Dios y Dios regenera sin intervención humana (Juan 1:12-13), entonces los Ariminianos tienen solamente tres opciones ante este problema:

1.      Admitir que la Biblia está equivocada (lo cual sería una herejía)
2.      Admitir que todos y cada uno de los seres humanos son Nacidos de Nuevo (lo cual es anti-bíblico)
3.      Admitir que la razón está del lado Calvinista o Reformado (lo cual es cierto) ó al menos reconocer que el sistema Arminiano simplemente no es bíblico.

Pues es obvio en la Escritura (y este punto correctamente lo afirma) que Dios se propone por su gracia a los que crean y los hombres no pueden creer antes de ser regenerados por la misericordia (gracia) de Dios y nada pueden hacer para ser regenerados; entonces no es posible que este sistema permanezca en pie.

Romanos 9:16
“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”

Artículo 4
Esta gracia de Dios es el comienzo, la continuación y la culminación de todo bien, aun hasta el punto de que el mismo hombre regenerado, sin gracia previniente, asistente, despertante, siguiente y cooperativa, ni hará lo bueno ni soportará ninguna tentación al mal; de modo que todas las buenas acciones o movimientos que puedan concebirse deben ser adjudicadas a la gracia de Dios en Cristo. Pero en lo que respecta al modo de operación de esta gracia, no es irresistible, en la medida en que está escrito acerca de muchos, que han resistido al Espíritu Santo, Hechos 7 y en muchos otros lugares. Esta gracia de Dios es el comienzo, la continuación y la culminación de todo bien, aun hasta el punto de que el mismo hombre regenerado, sin gracia previniente, asistente, despertante, siguiente y cooperativa, ni hará lo bueno ni soportará ninguna tentación al mal; de modo que todas las buenas acciones o movimientos que puedan concebirse deben ser adjudicadas a la gracia de Dios en Cristo. Pero en lo que respecta al modo de operación de esta gracia, no es irresistible, en la medida en que está escrito acerca de muchos, que han resistido al Espíritu Santo, Hechos 7 y en muchos otros lugares.

Análisis:
En este artículo, los Arminianos comienzan muy bien. De hecho la primera parte está muy aceptable y es precisamente lo que enseñan los Calvinistas haciendo eco a la Palabra de Dios.
"Esta gracia de Dios es el comienzo, la continuación y la culminación de todo bien, aun hasta el punto de que el mismo hombre regenerado, sin gracia previniente, asistente, despertante, siguiente y cooperativa, ni hará lo bueno ni soportará ninguna tentación al mal; de modo que todas las buenas acciones o movimientos que puedan concebirse deben ser adjudicadas a la gracia de Dios en Cristo."
Pero, en lo que sigue, los Arminianos demuestran una vez más él desconocimiento bíblico cuando contradicen la Biblia y son inconsistentes a su anterior declaración. Los Arminianos dicen que el hombre es regenerado para que crea, pero no garantiza que ha de creer sino que es posible que resista la Gracia salvadora después de haber sido regenerado y no crea el evangelio y se pierda. Otra contradicción a la Biblia en este sistema.

¿Inconsistencia? ¡Por supuesto! Lo que el Armininismo no entiende es que la Fe Reformada y la Biblia claramente dicen que TODOS los hombres sin regenerar resisten a Dios y su a la obediencia (Hechos 7:51; 1 Corintios 2:14; Romanos 3:10-11; Romanos 8:7-9) y por eso repitiendo las palabras de Cristo dicen que el hombre "si no nace de nuevo no puede ni ver ni entrar al reino" (Juan 3:3-7).  Si no nace de nuevo, el hombre seguirá resistiendo a Dios y al Espíritu Santo. El mismo pasaje citado (Hechos 7:51) nos deja claro que aquellos de quienes Esteban dice "vosotros resistís siempre el Espíritu Santo" también nos dice el porque lo hacen, a saber son "incircuncisos de corazón, como vuestros padres".  En la Biblia, "circuncidar el corazón" es sinónimo de "nuevo nacimiento", de "regeneración", de "vida nueva", etc. Y es claro que todo hombre con corazón incircunciso "siempre resiste" al Espíritu Santo, pero una vez "DIOS" circuncida el corazón, la resistencia a Dios cesa.  Por eso una vez 'renacido', el hombre No resiste al Espíritu Santo y la Gracia salvadora y aunque en momentos pueda flaquear su fe y pueda echar atrás y pecar, él verdadero Creyente terminará siempre volviéndose a Dios arrepentido, escuchando la voz del maestro y siguiéndole a la eternidad.

Artículo 5
Aquellos que son incorporados a Cristo por una fe verdadera, y así se han tornado partícipes de su Espíritu vivificante, tienen por esto capacidad plena para resistir contra Satanás, el pecado, el mundo y su propia carne, y para obtener la victoria; quedando bien entendido que es siempre a través de la gracia asistente del Espíritu Santo; y que Jesucristo los asiste a través de su Espíritu en todas las tentaciones, les extiende su mano, y si sólo ellos están dispuestos para el conflicto, y desean su ayuda; y no están ociosos, les guarda de caer, de modo que ellos no pueden, por argucia o poder alguno de Satanás, ser extraviados o arrebatados de las manos de Cristo, según la Palabra de Cristo, Juan 10:28, "Ninguno las arrebatará de mi mano." Pero si ellos pueden, por negligencia, abandonar los primeros principios de su vida en Cristo, retornar al presente mundo malo, apartarse de la santa doctrina que se les entregó, perder una buena conciencia, [y] tornarse privados de la gracia, esto debe ser determinado a partir de la Santa Escritura, antes de que nosotros mismos podamos enseñarlo con plena persuasión de nuestras mentes. 

Análisis:
Los Arminianos dicen comenzaron diciendo en su 'primer' punto que Dios escogió para salvación desde antes de la fundación del mundo a los que el vió que tuvieron fe verdadera y perseveraron hasta el fin, PERO no están seguros si van a perseverar hasta el fin.

¿Contradicción? Absolutamente. En él primer Artículo los Arminianos dijeron que Dios se propuso salvar a quienes creyeran y perseveraran hasta él fin, es decir una elección basada en una perseverancia prevista PERO concluyen que no es seguro si los creyentes escogidos han de perseverar hasta el fin o si no lo harán.

Él haber citado este texto "Ninguno las arrebatará de mi mano." (Juan 10:28) hace él artículo de los Arminianos aún más contradictorio e inconsistente no sólo con la Biblia sino con su propio sistema. Pues dicen que ninguno los arrebatará las ovejas de la mano de Cristo y del Padre pero "debe ser determinado a partir de la Santa Escritura" si es posible que él mismo escogido se puede arrebatar a sí mismo de la mano de Cristo y del Padre.

Debieron haber sido consistentes al menos en este punto final y afirmar su primer artículo admitiendo que los elegidos nunca se perderían, pero para empeorar está situación los Arminianos terminaron diciendo más tarde que los escogidos pueden llegar a perderse y terminar en él infierno, de esa manera destruyendo su propia interpretación de una elección basada en la perseverancia prevista. 

En el año 1619, después de seis meses de investigación y debates, el Sínodo de Dort en los países bajos, las iglesias de la Reforma Protestante con representantes de varios países de Europa concluyeron que las creencias Arminianas estaban diametralmente a las Sagradas Escrituras y en contra de la verdad evangélica y fueron catalogadas como herejías asociandolas con las mismas creencias de los semi-pelagianos.  El Sínodo publicó su respuesta al Arminianismo a cada uno de sus cinco puntos en el documento conocido como ‘Los Canones de Dort’.  De ahí se desarrolló lo que hoy se conoce como ‘Los cinco puntos del Calvinismo” donde el Protestantismo de entonces resume la creencia evangélica reformada en cuanto a la salvación del hombre.


(FUENTE DE ORIGEN: http://www.vidaeterna.org/esp/pdg/estudios/arminiano_inconsitente.htm)

Toda Jerusalem atestiguó el nacimiento de Jesús el “Rey de los judíos”



“Después que Jesús nació en Bet-léhem de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos del oriente llegaron a Jerusalem, diciendo: ¿Dónde está el que ha nacido Rey de los judíos? Porque vimos su estrella en el oriente y vinimos a adorarlo. Pero al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalem con él.”
-Mateo 2.1-3 BTX
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Herodes fue investido "rey de los judíos" por el Senado romano. Es decir, Herodes no perteneció a la línea israelita de reyes descendientes de David. Herodes no era judío sino idumeo. Él era un usurpador. Resalta el hecho de que los “magos de oriente” lo “perturbaron y toda Jerusalem con él”.

¿Por qué se turbaron?
Porque había llegado el momento del cumplimiento de la profecía sobre Jesús. Imaginemos por un momento a Herodes recibir la noticia de que “ha nacido el Rey de los judíos”. Un momento ¿acaso Herodes no es el rey?

¡El tiempo había llegado! Lo esperado por cientos y miles de años se había cumplido. Herodes, y todos e Jerusalén, se turbaron. En Jerusalén había cerca de 80,000 personas entre judíos, fariseos, sacerdotes, y otras etnias. Pero también podemos decir que en los cielos también había un ajetreo santo: “…una multitud del ejército celestial alabando a Dios, y diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz entre los hombres de su elección!” (Lucas 2.13-14)

La noticia del nacimiento del “Rey de los judíos” se extendió de boca en boca. La gente recordaría lo dicho por el profeta Miqueas:
“Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.” (5.2)
De verdad hubo “consternación” entre los judíos que habitaban toda Judea. Los sacerdotes en el templo, y los asistentes en el templo deben haber visto la escena cuando los padres de Jesús lo dedicaron y circuncidaron al octavo día de nacido. Sobre todo cuando ese día estaba Simeón, un devoto y fiel israelita, a quien Dios le había prometido que “no vería la muerte antes que viera al Ungido del Señor” (Lucas 2.26). Esos sacerdotes, los que circuncidaron a Jesús, fueron testigos de este episodio. Simeón dio una declaración y dice así:
“Ahora, Soberano, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque mis ojos vieron tu salvación, La cual preparaste en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.” (Lucas 2.29-31)
Los amigos y la familia del viejo Simeón habrían dado las “nuevas” a otros del cumplimiento de la profecía. Y, todos los que esperaban al Mesías quedarían “maravillados”.

También estaba en la escena de la circuición del niño Jesús en el templo, Ana, una devota que también oraba por la “liberación de Israel”. La Biblia dice que ella, luego de la confirmación del cumplimiento de la profecía, del nacimiento del Mesías Rey de los judíos; “hablaba acerca de Él a todos los que esperaban la liberación de Jerusalem.” (Lucas 2.38)

Herodes, los sacerdotes y escribas, toda Jerusalén, Simeón y Ana en el templo y junto con ellos los devotos visitantes del templo y los sacerdotes y levitas servidores del templo. También los pastores que fueron a visitar de noche a Jesús cuando nació en Belem, éstos avisados por los ángeles, fueron a ver a Jesús, al Cristo. Y tan pronto como atestiguaron el nacimiento del “Rey de los judíos”, y después de verlo “manifestaron lo que les fue dicho acerca del niño. Y todos los que lo oyeron, se maravillaron de las cosas dichas por los pastores.” (Lucas 2.17-18)

Toda la región donde nació Jesús fue impactada. Desde entonces, el mundo ya no es igual. Jesús vino a cambiar el rumbo de la historia. Jesús marcó aun nuestro calendario, nadie puede contar los años sin mencionar un “antes y después de Cristo”. Jesús marcó la historia de su pueblo, y la del imperio que gobernaba en aquel entonces. Su nacimiento nos recuerda que “él vino a salvar a su pueblo de sus pecados”. Treinta y tres años más tarde se cumpliría otra profecía. Aquel niño de Belem, que no fue asesinado por Herodes, entregó su vida por los suyos.

Hoy no es diferente. Dios se encargó de que una fecha en el año. El mundo entero recuerdo el nacimiento del Salvador. Es innegable. Políticos y religiosos, seglares y ateos, campesinos y metropolitanos, urbes y asentamientos humanos. La Navidad es relevante. Desde Occidente hasta Oriente. Desde donde se la utiliza como una fecha comercial, hasta donde se la prohíbe. Hoy seguimos diciendo que “…al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.”

Que no se turbe tu corazón como el de Herodes y la clase religiosa. Alégrate como el viejo Simeón, ten esperanza como la viuda Ana, y maravíllate como los humildes pastores.  

Tú también da la noticia a otros, diles que “No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.”

¡Feliz Navidad!
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#PrimeroLaBiblia



miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿Cómo se originó el Credo de los Apóstoles?


-El Credo Apostólico-

Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra;
Y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro;
Que fue concebido del Espíritu Santo, nació de María virgen,
Padeció bajo el poder de Poncio Pilatos; fue crucificado, muerto y sepultado;
Descendió al hades; al tercer día resucitó de entre los muertos;
Subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;
Y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Universal, 
La comunión de los santos, el perdón de los pecados, 
La resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

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“Estas palabras que ustedes han escuchado están en las Escrituras Divinas dispersas por arriba y por abajo: por eso han sido reunidas y reducidas en una, para que la memoria de las personas lentas no se desespere; para que toda persona pueda ser capaz de decir y mantener lo que cree.”
- Agustín de Hipona, (Sermón para los catecúmenos sobre El Credo)

Ahora, analiza los siguientes versos con sus afirmaciones:

Hechos 8:37
“…Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.”

Hechos 16:31
“…Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo…”

Romanos 10:9
“…si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”

1 Corintios 15:3-4
“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”

Filipenses 2:10-11
“…para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

1 Timoteo 3:16
“…Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.”

2 Timoteo 2:8
“Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos…”

1 Juan 5:1
“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…”

1 Corintios 8:6
“… para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”

1 Timoteo 2:5-6
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos...”

1 Timoteo 6:13-14
“Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo.”

Mateo 28:19
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

2 Corintios 13:14
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros…”

Efesios 4:4-6
“…un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”

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Es justo decir que hay varias ideas esenciales que deben estar presentes en cualquier sistema teológico-doctrinal de una iglesia antes de que merezca ser llamada CRISTIANA. Y desde los primeros siglos de la iglesia, el Credo de los Apóstoles ha proporcionado un útil resumen de estas creencias básicas.

"Las doctrinas en el Credo de los Apóstoles cristalizan la esencia de la verdad cristiana. El Credo de los Apóstoles realmente proviene del siglo segundo, tomó diferentes formas en el siglo segundo, hasta que finalmente toma la forma en la cual lo conocemos. Allí encontramos la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. También aparece la doctrina de la encarnación y expiación, también la resurrección triunfante y la próxima segunda venida de Jesucristo. En el credo se encuentra el perdón de los pecados. Aparece la realidad de la Iglesia como la comunión de aquellos que han nacido de nuevo en Cristo. Y pienso que no puede haber otra cosa más saludable en cualquier iglesia que estudiar y meditar sobre las palabras del credo de los Apóstoles y resaltar sus doctrinas." 

martes, 13 de diciembre de 2016

Preguntas al Dispensacionalismo



Argumentos contra el Rapto Pretribulacional: su hermenéutica
  1. Su ausencia explícita en las Escrituras. No hay ninguna secuencia que mencione dos tipos de descensos de Cristo en el mismo pasaje aunque sí se encuentran pasajes donde la secuencia de los acontecimientos indican una sola venida pública y coincidente con el arrebatamiento (2 Tesalonisenses 1.6-10; 2.1-8).
  2. Su método inverso de dar preferencia a lo implícito para reinterpretar lo explícito. Ejemplo, el punto 1 y el 3.
  3. Su método inverso de dar preferencia a las diferencias antes que a las semejanzas. La teología cristiana se caracteriza por diversos tipos de lenguajes de la Biblia así como a la personalidad, destino y propósito de los escritores y las cartas los cuales dan como resultado variado tipos de explicación de un mismo evento o doctrina. De ahí que tenemos 4 evangelios que narran hechos muchas veces de distintas formas, por ejemplo los 4 tienen una inscripción semejante pero distinta del letrero que se puso en la cruz de Cristo. La hermenéutica común lo que hace es basarse en la semejanza para argumentar que se trata del mismo evento en vez de buscar las diferencias para afirmar que son diversos eventos diferentes. El rapto hace exactamente lo contrario, busca las diferencias entre pasajes, las cosas que mencionan uno que otro no mencionan y las afirmaciones aparentemente contrarias entre diversos pasajes (lo pasajes en que Cristo viene "con" su pueblo y los que viene "por" su pueblo) en vez de buscar las semejanzas entre ellos, incluso a pesar de que múltiples pasajes hablan del evento del arrebatamiento con características dadas solo a la segunda venida (ver siguiente punto).
  4. La Biblia menciona diversos pasajes en los cuales el arrebatamiento tiene características atribuidas a la segunda venida. Ejemplo, Según Hebreos 9.28 la aparición visible y física de Cristo (segunda venida) es para salvar a los que le esperan (arrebatamiento). Según Tito 2.13 se nos dice que debemos ESPERAR la bendita esperanza (arrebatamiento)  y la manifestación (pública y) gloriosa del Señor Jesús (Segunda Venida). En 1 Tesaloninsenses 3.13 menciona que debemos tener nuestros corazones afirmados para la VENIDA del Señor "CON TODOS SUS SANTOS", en otras palabras según el Dispensacionalismo el Rapto es una venida "por" sus santos y la Segunda Venida es la venida "con" sus santos después de 7 años, pero el pasaje dice que la reunión de Cristo con nosotros (arrebatamiento) es precisamente en la venida CON SUS SANTOS (Segunda Venida).
  5. La palabra "parousía" usada para "venida" significa "presencia" y se usa tanto para referirse al arrebatamiento como a la Segunda Venida. En 2 Tesalonisenses 2 hablando de la "VENIDA del Señor y nuestra reunión con él..." (arrebatamiento) entonces más adelante se dice que el hombre de pecado será destruido con el "resplandor de su VENIDA".
  6. El Rapto usa argumentos de silencio (tiene relación con el punto 1). Por ejemplo, dice que la Iglesia no es mencionada desde Apocalipsis 3.22 en adelante hasta Apocalipsis 21 y la razón dada es que ha sido arrebatada, así que los "santos" se refiere al Israel étnico, incluso aquellos santos del milenio. Lo irónico del argumento es que se puede usar a la inversa: El arrebatamiento no aparece desde el capítulo 3.22 al 19 ni nada que sugiera un venida previa a la Segunda Venida, por lo tanto no está. Hay un error en afirmar que la "Iglesia" aparece antes del capítulo 4 y luego desaparece, pues en realidad no es LA Iglesia de la que habla antes de esto sino de LAS iglesias de Asia Menor. La palabra "iglesia" no aparece en 2 Timoteo, 2 Pedro, 1 y 2 Juan y Judas, pero eso no significa que la iglesia no esté presente. Además de esto, la palabra "santos" aparece 12 veces y "siervos" 11 veces después de Apocalipsis 3.22 como una referencia a la Iglesia.
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Argumentos de la Tierra Santa por Herencia Étnica
El Dispensacionalismo sostiene que como a Abraham se le prometió la tierra de los cananeos, entonces los israelitas de ahora, tres mil quinientos años después, merecen habitarla nuevamente. El argumento usado se basa en la proposición de que es "una promesa que falta cumplir", afirman que son promesas incondicionales incumplidas:
"Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes." -Génesis 26.3-5 
Versículos usados por el Dispensacionalismo que "apoyan" su NO CUMPLIMIENTO son:

Hechos 7.5
"Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo." 
Hebreos 9.8-9
"...dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto,"
Hebreos 11.13-40
"Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra." (V.13)
"Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros." (V.39-40)

(Nota: estas citas, Hechos 7.5; Hebreos 9.8-9; 11.13-40, son tomadas de J. Dwight Pentecost, "Eventos del Porvenir" Pág. 71 quien a su vez está citando a Peters)


¿Pero la Biblia deja ver que es una promesa incumplida hacia el Israel étnico? 
No.
La Biblia dice claramente que la tierra que Dios le ofreció y prometió a Abraham, a Isaac y a Jacob, (Génesis 28.13-14; 32.28; 35.10) se las dio, por lo tanto es una promesa cumplida:

Josué 21.43 - 45 lo confirman:
"De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió." (RV60)
Josué antes de su muerte afirmó:
"Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas." -Josué 23.14 (RV60)
El Rey Salomón, el constructor del glorioso Templo, el de la época dorada de Israel, lo tenía muy claro, mil años antes de Cristo el heredero al trono de David confesó:
"Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado." - 1 Reyes 8.56 (RV60)
El cumplimiento de las promesas de Dios a Abraham, Isaac y Jacob, de poseer la tierra se cumplió y el registro de este cumplimiento lo podemos leer en 1 Reyes 4.20-21:
"Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose. Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el Eufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió." (RV60)
Después del exilio de Israel a Babilonia, Nehemías emprendió la reconstrucción de la ciudad. La teología de Nehemías en ningún momento sucumbe, él está seguro que Dios cumplió con todas y cada una de las promesas dadas a Abraham, Isaac y Jacob. Él podría haber orado a Dios y pedido "el cumplimiento de las promesas de heredar la tierra", pero en lugar de eso; Nehemías reconoce que hubo una gloria en la nación antes de apostatar y ser expatriados por desobedientes:
"...y hallaste fiel (a Abraham) su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo." -Nehemías 9.8 (RV60)
También dijo Nehemías:
"Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán. Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla." -Nehemías 9.22-23 (RV60)
Es irónico que el Dispensacionalismo vea un retorno de los judíos a una tierra física antes que a Jesús. La promesa de heredar una tierra es una promesa cumplida y estuvo condicionada a la obediencia de los que surgieron del desierto bajo el liderazgo de Josué.

¿Abraham esperaba "sólo" una tierra física como herencia?
No. Las Escrituras revelan que Abraham entendió el propósito de heredar el mundo entero, y que de sus lomos vendría un "Rey Eterno"

Hebreos 11.8-10 (RV60)
"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios."
Pablo lo confirma en Romanos 4.14 (RV60) 
"Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe."

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¿Quién hará cesar el sacrificio, Jesucristo o el anticristo?

Daniel 9.27 RV60

“…Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”
El dispensacionalismo enseña que quien "hará cesar el sacrificio" es el anticristo en el periodo de la gran tribulación, y son sacrificios restablecidos por el falso mesías, en un tercer templo que se reconstruirá en tiempo futuro. Una lectura natural de la Biblia, de sus profecías, y de los eventos ya cumplidos nos llevan a concluir que:

La afirmación "confirmar el pacto con muchos" encuentra eco de su cumplimiento en Mateo 26.28 cuando Jesús instituyó la eucaristía, la cual es una representación de su sangre derramada para la expiación de los pecados, dijo así: "Esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." Y en Hebreos 9.14-15 leemos “¿Cuánto más la sangre de Cristo ... limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios Vivo? Jesús de esta forma confirmó el Pacto con muchos.

A Jesús se le llama el "mediador de un mejor pacto" en Hebreos 8.6, el "Ángel del Pacto" en Malaquías 3.1; y su sangre derramada se le llama "...la sangre rociada del pacto nuevo" en Hebreos 12.24. Jesucristo es el que confirmó el Pacto por medio de su sacrificio redentor en el Calvario. 

La afirmación en cuestión "hará cesar el sacrificio y la ofrenda" también se cumplió con la muerte de Jesús. En el Antiguo Testamento cada uno de los sacrificios ofrecidos fue un simple tipo de sacrificio que esperaba el momento del Sacrificio Perfecto, cuando el Cordero de Dios fuera ofrecido. Una vez cumplido en el Calvario, Dios ya no demanda más sacrificios, ni lo demandará.

Y, la afirmación “Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación…” es sin duda la destrucción de Jerusalén y del segundo Templo. Jesús en Mateo 24.15 hace mención a Daniel 9.27 cuando afirma “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda).” Y ¿Cuándo sucederá eso? Tanto Mateo como Lucas fueron escritos antes del 70’ d.C., es decir antes de la destrucción de Jerusalén y del Templo por los romanos dirigidos por el general Tito. Lucas interpreta tanto a Mateo como a Daniel, y él nos dice que “…cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado” (21.20), Lucas entiende que la “abominación desoladora” o “profanación del lugar santo” es Jerusalén sitiada lista para ser destruida por sus enemigos. 

Esta parte de la profecía no tenía fecha dentro de la estructura de las setenta semanas, como lo tenía el tiempo de la manifestación del Mesías a Israel, el tiempo de su muerte, etc. No obstante, nosotros que vivimos en la época posterior al cumplimiento, sabemos que la destrucción pronosticada halló su cumplimiento en el año 70 d.C.


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Dos pueblos o uno sólo: Israel y la Iglesia

En palabras de Antonio A. Hoekema, sobre la propuesta dispensacionalista de que Dios tiene dos pueblos, dos programas distintos, y dos formas de salvarse distintos. El Nuevo Testamento nos enseña que la pared intermedia de separación o de hostilidad que anteriormente dividía a judíos y gentiles ha sido permanentemente abolida por Cristo:
"Porque Él (Jesucristo) es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz." - Efesios 2.14-15 RV60
Tomando como base la enseñanza de este pasaje y de otros similares, le preguntamos al dispensacionalismo:
"¿Por qué todavía proponen ustedes un tipo de separación entre los judíos y los gentiles en el milenio, visto que según ustedes los judíos tendrán una posición favorecida en aquel entonces y serán exaltados sobre los gentiles?"

Hoekema presume que la respuesta del dispensacionalismo sería:
"La pared intermedia de separación entre los judíos y los gentiles es abolida durante la presente era de la iglesia en la que Dios está reuniendo su iglesia tanto de entre los judíos como de entre los gentiles. Pero el milenio será una dispensación diferente, una en que las promesas hechas a Israel durante una dispensación anterior serán cumplidas". 
El problema con esta respuesta dispensacionalista, sin embargo, está en que uno entonces se ve obligado, en base a las demandas del esquema dispensacionalista, a pasar por alto lo que el Nuevo Testamento dice respecto a la abolición de la pared intermedia de separación entre los judíos y los gentiles. El principio de la discontinuidad entre una y otra dispensación ha llegado a invalidar y virtualmente anular el principio de la revelación progresiva.

("La Biblia y el Futuro", Antonio A. Hoekema, Libros Desafío 2008, Pág. 223)

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Scofield y el Templo en el Milenio

¿Ezequiel habla de un Templo para el Milenio?
“Me introdujo luego en el templo, y midió los postes, siendo el ancho seis codos de un lado, y seis codos de otro, que era el ancho del tabernáculo.” – Ezequiel 41.1
Algunos pensaban que estábamos bromeando, o lanzando argumentos sin base. Bueno les digo que no era así, el dispensacionalismo propone que sí se construirá un Tercer Templo y estará en funcionamiento en el reino de diez siglos, en el milenio. Aquí la nota de pie de página de la Biblia Anotada de Scofield sobre el “Templo del Milenio” la cual la hace en el capítulo 40.5 de Ezequiel:
“La interpretación que goza de preferencia es que Ezequiel ofrece una descripción del Templo del milenio. A juzgar por el amplio contexto de la profecía (la época siguiente al recogimiento y conversión de Israel) y el testimonio de otros pasajes de la Escritura (Isaias 66; Ezequiel 6, 14) esta interpretación está de acuerdo con el programa profético de Dios para el milenio. Lo que está aquí en consideración no es la Iglesia pues se trata de una profecía para la consumación de la historia terrenal de Israel.” (1)
¿Habrá sacrificios de animales en el Templo del Milenio?
Ezequiel menciona la restauración de las órdenes de sacerdotes y levitas y describe instrucciones para los sacrificios:
“A los sacerdotes levitas que son del linaje de Sadoc, que se acerquen a mí, dice Jehová el Señor, para ministrar ante mí, darás un becerro de la vacada para expiación.” Ezequiel 43.19
Lo que dice Scofield sobre los sacrificios que serán ofrecidos en ese tercer Templo del milenio es también interesante tener en cuenta. Es la nota de pie de página de Ezequiel 43.19 :
“Tales sacrificios, si en realidad se han de ofrecer, serán de carácter recordatorio. De acuerdo a esta posición, los sacrificios contemplarán de forma restrospectivamente la obra de nuestro Señor en la cruz, así como las ofrendas del Viejo Pacto contemplaban el futuro del sacrificio de Cristo. Por su puesto, los sacrificios no tendrían valor expiatorio. La referencia a los sacrificios no debe tomarse literalmente en vista de que esas ofrendas son dejadas de lado, pero debe considerarse como una presentación de la adoración que hace la Israel redimida, en su propia tierra y en el Templo del milenio, usando términos que resultaban familiares para los judíos en la época de Ezequiel.” (2)
Esta opinión de que se erigirá un Templo en el milenio también la sostienen teólogos como Francisco Lacueva. Lacueva como traductor del Comentario Biblico de Matthew Henry de Editorial CLIE introduce su propio comentario (…) en el de Mattew Henry, es decir el comentario bíblico de Matthew Henry de CLIE es también el comentario de Lacueva, y no solo de Lacueva sino de Ryrie al ser citado por Lacueva. Pero dejando los asuntos deshonestos, paso a citar a Ryrie sobre Ezequiel 40-48:
“Estos capítulos son completamente de muchas predicciones de juicio anunciados por Ezequiel. Ahora prevé la reedificación del Templo, el establecimiento de una correcta relación entre el SEÑOR (Jehová) e Israel, y la reorganización de su vida nacional. Son registradas detalladas instrucciones para la edificación de este futuro templo y para el servicio a él asignado... Si se entiende lisa y llanamente, el Templo y el culto aquí indicados deben referirse a Israel cuando haya sido restablecido en su tierra durante el reino milenario de Cristo.” (3)

  1.  Biblia Anotada de Scofield, 2001 Broadman & Holman Publishers, Pág. 750
  2. Ibie Pág. 754
  3. Comentario Matthew Henry. Pág. 940


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POR EDITAR:
Te "sacaré de la Tribulación": Apocalipsis 3.10
Cristo regresa y arrebata "sólo" a su iglesia: 1 Tesalonisenses 4.16
En el Rapto "sólo" resucitan los muertos en Cristo: 1 Tesalonisenses 4.16; 1 Corintios 15.52
En el Rapto la Iglesia será reunida con Cristo y con los amados que han muerto: 1 Tesalonisenses 4.17
En la Segunda Venida Jesucristo viene para juzgar y reinar: Zacarías 14.1-11; Apocalipsis 19.11-16


martes, 6 de septiembre de 2016

martes, 30 de agosto de 2016

¿POR QUÉ SOY CRISTIANO?




Veinticuatro Argumentos de POR QUÉ SOY CRISTIANO

1.    ¿Por qué soy cristiano?
Es cierto que muchos dirán que nací y crecí en un hogar donde cada domingo nuestro padre se esforzó para que participemos de una reunión con la iglesia, desde entonces no he dado marcha atrás. Pero esas son sólo las circunstancias de mi nacimiento, de mi familia y crianza. Han ayudado en mucho para guiar mis principios y valores, pero es sólo una parte del porqué soy cristiano. 

Soy cristiano porqué Dios mismo me buscó sin descanso, a pesar de que yo tenía otro camino trazado a seguir como lo tienen los hombres y mujeres de este mundo. Él se encargó de que yo lo encontrara en el camino y lo cambió a su manera; y de no ser por aquella búsqueda sin descanso de parte de Dios, llena de gracia por parte de quién entregó su vida en una cruz, hoy estaría en el basurero de la desesperanza con una vida malgastada y echada a perder. Por eso soy cristiano.

2.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano, no porque haya decidido por Cristo, sino porque Cristo se decidió por mí. Es gracias a la incesante búsqueda que Él hizo para encontrarme. Él hablaba constantemente a mi mente, llenándome de dudas sobre si Jesús era realmente el Mesías prometido, o simplemente un impostor.

Su Espíritu hablaba incesantemente a mi memoria, recordándome los mártires de la historia, de los primeros años del cristianismo, de cómo fueron capaces de morir haciendo del dolor su mayor hazaña y sintiéndose dignos de morir por Cristo. Dios azuzaba mi conciencia, la cual me acusa de malos deseos; aquellos que suelen tener los hombres y mujeres de este mundo.

Y Dios aguijoneaba mi espíritu, amplio y vacío, que desea llenarse de buenas obras para sentirse aprobado; pero consciente de la trascendencia de Dios, aunque lejos y separado de Él. Por eso soy cristiano, no porque yo le hubiese amado primero a Él, sino porque Cristo me amó primero a mí, y lo demostró muriendo en la cruz en mi lugar. Por eso soy cristiano.

3.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque cada día compruebo que los seres humanos están separados de Dios, es una sensación clara y concisa de separación y fracaso, no necesariamente por declararse ateos, curiosamente la mayoría de personas o dicen creer en Dios o al menos dicen que algo o alguien en alguna parte del universo, está detrás de todo lo existente, de todo fenómeno de la naturaleza, etc.

Pero la distancia entre ese máximo ser y yo era muy grande. Y esa separación abismal me ha llevado a la conclusión de que el ser humano necesita de alguien que lo acerque a Dios. Me he hecho la pregunta una y otra vez ¿Cómo puede el hombre, siendo pecador y mortal, acercarse a un Dios santo y justo? ¿Hay algún puente entre Dios y el hombre? …Por eso soy cristiano, porque entendí que Cristo había muerto para cambiar mi distanciamiento en reconciliación, y que fue resucitado de los muertos para cambiar mi derrota en victoria.

La correspondencia entre mi necesidad subjetiva y la oferta objetiva de Cristo parecía demasiado cercana para tratarse de una coincidencia. La llamada de Cristo se hacía cada vez más fuerte e insistente. ¿Abrí yo la puerta, o fue Él? Realmente fui yo; pero únicamente gracias a su llamada insistente que lo hizo posible, por no decir inevitable. Por eso soy cristiano.

4.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque estoy convencido de que el Cristianismo es la verdad, o mejor dicho que las reivindicaciones de Jesucristo son verdad. Más de una vez me han hecho el típico comentario condescendiente: “que bien que seas cristiano, de seguro que serlo te ayuda bastante, pues uno necesita el consuelo de la religión en estos tiempos difíciles y amenazadores”.

Pero esa no es la razón por la que yo soy cristiano, no niego ni por un momento, que Jesucristo sea de enorme ayuda y consuelo para mi vida. El hecho es que Jesucristo plantea un desafío radical, así que la razón por la que soy cristiano no es porque “es bonito”, sino “porque es verdad”. No tengo el mínimo deseo en particular de defender el “Cristianismo” como sistema o la “iglesia” como institución. La historia de la iglesia ha sido bastante agridulce, combinando hechos heroicos con actos vergonzosos.

Pero no me avergüenzo de Cristo, que es el corazón y centro del cristianismo. Soy cristiano porque Jesucristo fue un fiero crítico de las instituciones, defendió la causa de los pobres y necesitados, hizo amigos entre los marginados de la sociedad. Tenía compasión de las mismas personas que otros despreciaban y rechazaban. Y aunque Jesucristo fue cruel e injustamente atacado, nunca respondía. A sus discípulos les dijo que debían amar a sus enemigos, y practicar lo que Él enseñaba. Encuentro en Cristo un modelo que no sólo es digno de admirar, sino de imitar. Por eso soy cristiano.

5.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque el Cristianismo está centrado en la persona de Cristo. Él siempre estaba hablando de sí mismo. Es el único hombre en la historia cuya vida es un modelo irreprensible. Si lo queremos comparar con el “fundador” de cualquier movimiento humano, o líder de alguna religión; Jesucristo es el único que partió de sí mismo, porque Él es Dios.

Soy cristiano porque Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida” que la humanidad necesita para estar saciada. Él dijo “Yo soy la luz del mundo” que necesitamos para no andar en tinieblas. Jesucristo dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida” que los hombres y mujeres necesitan para no extraviarse. Él es el centro de todo, Él dijo “Yo soy la resurrección y la vida”, capaz de dar vida a cuanto ser humano -muerto en vida- haya en este mundo.

Soy cristiano, porque Cristo es el único que pudo decir de sí mismo “venid a Mi todos los que están cansados y sobrecargados de trabajo, que Yo les daré descanso”. Jesucristo es el único que dijo “Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba”. Soy cristiano porque no hay líder religioso en el mundo, ni lo ha habido jamás, que haya podido centrar la fe de sus seguidores en sí mismo, ni que haya dado su propia vida para salvarlos. Y Jesús no es un religioso.

Los líderes de este mundo siempre han querido pasar inadvertidos, señalando en otra dirección fuera de sí mismos, hacía la “verdad” que ellos enseñaban; pero Jesucristo toma ventaja en esto, porque es Dios; ofreciéndose a sus discípulos como su objeto de fe, amor y obediencia. Por eso soy cristiano.   

6.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque Jesucristo cumplió todas y cada una de las profecías anunciadas en el Antiguo Testamento, la Biblia Hebrea o Tanaj. Jesús en una oportunidad, sentado en una sinagoga judía leyó una porción del profeta Isaías que decía: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos” y les dijo a sus oyentes judíos: que en ese mismísimo momento (de la lectura) se acababa de cumplir esa profecía en Él, en Jesús.

Soy cristiano porque Cristo es el cumplimiento de las Escrituras. Jesús en otra ocasión aseguró que el Tanaj daba testimonio de Él cuando le dijo a su audiencia judía: “las Escrituras son las que dan testimonio de mí”. También se refirió al padre Abraham de quien “se alegró mucho al pensar que vería el día del Mesías”.

Soy cristiano porque Jesucristo, luego de haber resucitado; dijo de sí mismo “que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de Él en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos”. Soy cristiano porque Jesús es “el siervo sufriente” de Isaías, que fue “despreciado y desechado por los hombres” y “cargó con el pecado de muchos”. Soy cristiano, y no creo en Jesús como “el profeta”, sino como “el cumplimiento de lo que anunciaron los profetas”. Por eso soy cristiano.

7.    ¿Por qué soy cristiano?
No soy cristiano sólo porque el cristianismo explica quién fue Jesús, y lo que consiguió en la cruz, sino porque también explica quién soy yo. Y al preguntarme quién soy yo, encuentro un eco de la misma pregunta que se hizo una vez un hombre en la Biblia cuando dijo “¿Qué es el hombre?”, es decir al preguntarme ¿Quién soy yo? A la misma vez estoy ejerciendo un poco de filosofía sencilla y común porque deseo saber, como todos; ¿Qué significa ser humano?

Hay una antigua formula griega que dice “gnothi seauton” que significa “conócete a ti mismo”, y esto es la búsqueda moderna de nuestra propia identidad. Soy cristiano porque en la cruz de Cristo se explica quién es el hombre. No existe un campo de estudio e investigación más importante que éste: ¿Qué es el hombre?

Soy cristiano porque en Cristo sé quién soy, sí; así como lees; aunque el filósofo alemán Arthur Schopenhauer dijo “¡Ojalá lo supiera!” cuando le preguntaron “¿Quién es usted?”. En Cristo sé quien soy por eso soy cristiano. No soy “ni el optimismo fácil de los humanistas, ni el oscuro pesimismo de los cínicos, sino el realismo radical de la Biblia”, porque la Biblia preserva la paradoja, a saber, la gloria y la vergüenza de nuestra humanidad, nuestra dignidad y nuestra depravación.

Por eso soy cristiano, porque encuentro en el cristianismo mi verdadera identidad, fui hecho a “imagen de Dios”; pero por el pecado heredamos un subconsciente de donde “salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad.

Cristo nos mostró en la cruz que somos egocéntricos de por sí, y esto es la esencia del mal, el origen del mal es el corazón humano, y Cristo lo mostró, Él describe la maldad como algo que sale de nuestro corazón y que nos corrompe. Por ello resulta claro que ser cristiano me muestra que tengo una doble necesidad: por un lado necesito limpiarme de la corrupción y, por otro lado, me hace falta un nuevo corazón con nuevas aspiraciones y deseos.

Por eso soy cristiano, porque encuentro ambas cosas en el evangelio, porque Cristo murió para limpiarme y hacerme nuevo. Esto es la aplicación lógica del evangelio en respuesta a la paradoja de mi humanidad, y es la razón por la que soy cristiano.

8.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque he encontrado que Jesús el Mesías, es la llave a la verdadera libertad. Una vez le preguntaron al célebre novelista inglés Jhon Fowles si existía algún tema especial en sus libros, dijo que sí, LIBERTAD; “...desearía conseguir libertad, eso me obsesiona, todos mis libros hablan de eso”.

Es muy cierto, desde la antigüedad, las diferentes civilizaciones han buscado algún tipo de libertad; unos buscan libertad nacional, otros buscan libertad de la emancipación de un yugo colonial o neo-colonial, y últimamente se habla de libertad para ejercer “derechos civiles”. Para muchos lo principal es libertad financiera, otros liberarse de la pobreza, el hambre y el desempleo. En cualquier caso se trata de una libertad personal. Y puedo afirmar que muchos aunque luchan vigorosamente por algún tipo de libertad, en el fondo saben que ellos mismos no son libres. Pero yo ya soy cristiano porque Cristo me hizo libre.

En una ocasión, Jesús dirigiéndose a su audiencia judía, dijo que Él había venido “a proclamar libertad a los cautivos”, y en otra ocasión dijo “si el Hijo los libera, seréis verdaderamente libres”. Puedo decir como San Pablo, “Cristo me libertó para que viva en libertad”. Por eso soy cristiano, porque he sido salvado del pecado y de la condenación eterna por Jesús el Mesías.

Puede parecer un lenguaje religioso, evangélico y aburrido, pero es el mensaje cristiano. Ahora si lo deseamos decir en un lenguaje para que todos lo entiendan, entonces soy cristiano porque “he sido libre” por Jesús. Por eso soy cristiano, por el hecho de que he sido liberado de la culpa y del juicio de Dios; estoy siendo liberado constantemente de la atadura de mi propio egocentrismo, y seré librado de todo temor que venga en el futuro. Por eso soy cristiano.

9.    ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque en Cristo se cumplen todas y cada una de mis aspiraciones como ser humano. Todos los seres humanos tienen un número de aspiraciones y deseos básicos, y yo estoy convencido que sólo Jesús el Mesías las puede llevar a cabo, y lo pueden corroborar millones de cristianos en el mundo. Hay un hambre en el corazón del hombre que nadie, excepto Cristo, puede satisfacer. Hay una sed que nadie, sólo Él puede saciar. Existe un vacío interior que sólo Cristo lo puede llenar.

Soy cristiano porque, aunque muchos califican a Jesús el Mesías como una muleta para los cojos que necesitan que les echen una mano, mientras que para las personas que están en buenas condiciones y mentalmente fuertes no lo necesitan; yo puedo decir que estoy de acuerdo con ellos.

Jesús el Mesías es sin duda una muleta para los cojos, que nos ayuda a caminar derechos, del mismo modo que Él es medicina para los enfermos espirituales, pan para los hambrientos y agua para los sedientos. No niego esto en absoluto. Como tampoco niego que, todos los seres humanos están cojos, enfermos, hambrientos y sedientos. La única diferencia es que los cristianos hemos reconocido nuestra necesidad, mientras el resto no lo hacen, ya sea por ignorancia o por orgullo.

Soy cristiano, no porque Cristo sea producto de mi imaginación, sino porque es real. Nadie imagina la comida, sólo porque tiene sensación fisiológica de hambre. Nadie imagina ese sentimiento sublime llamado amor, sólo porque ha experimentado que puede sentirse amado. No podemos negar a Cristo, como el que suple todas nuestras aspiraciones, sobre todo cuando Dios lo ha establecido como una realidad.

Por eso soy cristiano, porque el vacío que tenía mi corazón ha sido llenado por Cristo, mi nostalgia de por vida, el anhelo de reunirme con alguien en el universo; nuestro deseo de estar del lado de adentro de una puerta que siempre hemos visto desde afuera, y que no son ilusiones neuróticas, sino el más claro indicio de nuestra verdadera situación. Cristo es capaz de remediar esta situación. Por eso soy cristiano.

10. ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque en Cristo encuentro la plenitud de la vida como ser humano. Ser cristiano significa ser verdadera y plenamente humano. Todo lo esencialmente divino lo encontramos en Cristo, y todo lo esencialmente humano estará en nosotros si nosotros estamos en Cristo. Por tanto ser cristiano no es ser un bicho raro, condenado a la excentricidad perpetua; más bien se trata de ser verdadera y plenamente humano, por eso soy cristiano. 

Rechazar a Cristo es convertirse en infrahumano, ya que al hacerlo estaremos perdiendo experiencias indispensables para disfrutar de auténtica humanidad. En la Biblia encuentro una frase sencilla pero devastadora de toda clase de pensamiento científico-humanista: “no sólo de pan vivirá el hombre”. Esto es tan cierto porque somos más que cuerpos materiales que necesitan comida, somos seres espirituales que necesitamos a Dios, que necesitamos trascendencia.

Esto me hace recordar a Theodore Roszak, cuyas afirmaciones son sorprendentes, sobre todo porque él no es cristiano. En su libro “Donde Acaba la Tierra Baldía”, que tiene un subtítulo peculiar: “Política y Trascendencia de una Sociedad Post-Industrial” Roszak se lamenta por lo que él llama la “coca-colonización del mundo”. Según él, hoy en día estamos sufriendo “una claustrofobia psíquica dentro de la visión científica del mundo”, en el cual el espíritu humano no puede respirar. Habla de la arrogancia del hombre al referirse que tiene “un espíritu desacreditador” por su pretensión a “deshacer misterios”. Sí, la pretensión autosuficiente del ser humano lo aleja de Dios, pero es en Dios en quien encontramos trascendencia.

Por eso soy cristiano. La mayoría de pensadores de la historia como Theodoro Roszak, son conscientes de una necesidad mayor al ejercicio de una ciencia humana para hallar trascendencia; cada una de las aspiraciones del hombre hacen un eco en las palabras que Jesús dijo en sus días por este mundo: “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”…Dios me da trascendencia, por eso soy cristiano.

11. ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque Cristo es mi salvador. ¿Salvador de qué? Cristo me ha salvado de la culpa por el pecado y del juicio de Dios. El hombre no lo puede negar, no solo somos pecadores, sino pecadores culpables y nuestra conciencia así lo dice. Nunca ha sido como lo enseñó Freud (aunque él hizo un buen trabajo creando el método del psicoanálisis). No se trata de que “los sentimientos de culpa son patológicos y síntomas de enfermedad mental”. Excluyendo a los que sufren de verdaderas enfermedades depresivas, la culpa no es una “falsa culpa”.

Un buen número de psicólogos y psiquiatras están diciendo ahora, y estos no son cristianos necesariamente; que tenemos que tomarnos nuestras responsabilidades en serio, y si no lo hacemos; nuestra culpa y nuestra necesidad de perdón permanecerán en nosotros, molestándonos. Cristo nos salva de esta culpa por el pecado, por eso soy cristiano.

Margarita Laski, una de las novelistas ateas más importantes de Inglaterra, poco antes de morir en 1998; dejó escapar: “Lo que más os envidio a los cristianos es vuestro perdón; yo no tengo a nadie para perdonarme”. Pero esa necesidad de perdón la suplimos en Cristo, por ello en la Biblia leemos una afirmación sencilla, pero verdadera: “Pero en ti hay perdón”.

Soy cristiano porque cuando Cristo se hizo hombre y murió en la cruz en mi lugar, con amor absolutamente sacrificial pagó el precio por mi pecado y fui perdonado. Tendría que tener un corazón duro como piedra para no sentirme conmovido por un amor tan sorprendente como éste. Soy cristiano no sólo por esta libertad que me ofrece Cristo, sino porque puedo dejar de ser la envidia de otros que aun no son perdonados, pero que tienen la oferta de Cristo para serlo. Por eso soy cristiano.

12.  ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque Cristo me da libertad de todos los miedos que me agobian. La gente antigua vivía paralizada por “sus temores”. Ellos creían que “ciertos” poderes dominaban sus vidas y sus destinos. Y hoy no es la excepción, mucha gente se siente invadida por el temor. La raza humana siempre ha vivido atormentada por temores como la enfermedad, el dolor, la incapacidad y la discapacidad, el desempleo, el poco éxito en los negocios y la muerte.

Existen temores irracionales y supersticiosos. Gente culta en Europa todavía cruza los dedos o toca madera. En África Occidental, llevan “amuletos”. En Norteamérica la gente se niega a dormir en el decimotercer piso de un hotel. Y en Gran Bretaña, los que leen su horóscopo semanalmente son el doble e personas que leen su Biblia. El miedo a la muerte es el principal terror de la gente hoy en día.
Woddy Allen tipifica ese terror, y se ha convertido en una obsesión para él, y aun bromea con ello cuando dice: “No se trata de que me dé miedo morir – dice con una ocurrencia que se ha hecho famosa- es sólo que no quiero estar presente cuando suceda”. Lo cierto en todo esto es que “nadie que tiene miedo es libre”, pero Cristo cargó todos nuestros miedos consigo en la cruz del Calvario, por eso soy cristiano.

He aprendido que los temores son como los hongos, donde crecen más deprisa es en la oscuridad. Por tanto, necesitamos sacarlos a la luz ¿Cuál luz? Cristo dijo una vez: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Por eso soy cristiano, porque Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

13. ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque Cristo me permite ser yo mismo. Fui creado por Dios, Él estableció un diseño único y perfecto para que el hombre viviera “realizado”. Fuimos creados a “imagen y semejanza de Dios”. La verdadera libertad del hombre es aquella que te permite ser tú mismo.

Si fuimos hechos a “imagen y semejanza” del Creador; veamos primero cómo goza Él de esta libertad ¿Dios es libre de hacer lo que quiera? Sí; pero su libertad es perfecta, es decir el nunca hará nada que contradiga sus atributos, por ejemplo Dios no puede mentir, no puede pecar, no puede tentar ni ser tentado. La libertad de Dios, aunque no es absoluta sí es perfecta. Dios no cambia, siempre ha sido Dios. Él es libre para ser Dios.

Por eso soy cristiano, porque Dios me ha dado libertad perfecta, aunque no absoluta; y eso me conviene. Por ejemplo un pez fue creado para nadar y desarrollarse en el agua, es libre de hacer lo que desee en el agua. Sus agallas están diseñadas para absorber oxigeno del agua, su cuerpo con aletas laterales, dorsales y caudales le permiten desplazarse en el agua con plena libertad. Los peces encuentran libertad y realización sólo en el elemento para el que fueron creados.

Se imagina a una carpa dorada frustrarse de estar en su acuario; ¿Qué pasaría si un día decide ser “libre” y salta fuera del acuario y cae en un estanque más grande? Eso sería ampliar su libertad, eso sería tener más agua para expresar su realización de para qué fue creada. Pero otra sería la historia si buscando libertad cayera en tierra. ¿Y para qué fue creado el hombre?

Mientras que los peces fueron hechos para el agua, los hombres fuimos hechos para “el amor, para amar a Dios y para amar al prójimo”. El amor es ese elemento en el que los humanos encontramos esa humanidad que nos distingue. Por eso soy cristiano. Lo dijo el poeta católico del siglo XVI, Robert Southwell, “no cuando respiro, sino cuando amo, es que vivo”.

La verdadera libertad es la libertad para ser verdaderamente yo, tal como Dios me hizo y quiso que fuera. “Si no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” El amor es mi libertad. Por eso soy cristiano.

14. ¿Por qué soy cristiano?
Una ojeada por google, por las publicaciones de facebook, por las páginas de NatGeo y History, o por el canal de señal pagada de H & H me basta para corroborar que tanto la posibilidad de viajar con rapidez y los medios de comunicación electrónicos nos han hecho conscientes, más que nunca, de la multiplicación de religiones en el mundo; de movimientos activistas que defienden su causa, basados en sus creencias y prácticas, unos más moralistas que otros, unos más ideológicos que otros.

Así que ¿cómo voy a decidir entre todo esto? Hay una nueva Torre de Babel llena de voces compitiendo por ganar mi atención ¿A cuál voy a escuchar? Tenemos ante nosotros un verdadero buffet religioso. Entonces ¿qué plato voy a elegir? Además, en cualquier caso, ¿No llevan todas las religiones a Dios? ¿Acaso Dios no es amor, que aceptará a todos para perdonarlos y salvarlos?

En medio de este trasfondo pluralista moderno también me pregunto ¿Por qué soy cristiano? Todas las religiones ofrecen paz, pero sólo Jesús dijo “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

Todas las religiones han establecidos un conjunto de preceptos, mandamientos, sistemas de vida basados en abstenciones y obligaciones con duro trato al cuerpo, todo para alcanzar un nivel superior en su record espiritual; pero sólo Jesús dijo “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”. Por eso soy cristiano.

15. ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano porque si de la eternidad se trata, Jesús lo hizo todo para que yo vaya con Él. Jesús dejó en claro que su principal interés no era instruir a sus discípulos en una religión prescrita, su propósito principal era invitar a sus discípulos a una relación personal con Él.

El hinduismo prescribe una serie de rituales para diferentes dioses (tienen más de cuatro mil ídolos), y los hindúes creen que el camino para la remisión de los pecados y la liberación del ciclo de la vida y la muerte se allana con los homenajes a la diosa Ganga, la divinidad del rio Ganges.

Según las palabras de Mahoma en el Corán, los musulmanes deben realizar rezos necesarios para honrar a Alá, en horarios prescritos, con procedimientos prescritos y bajo condiciones prescritas.

Los budistas creen que deben seguir un camino de ocho partes que consiste en visión correcta, intención correcta, habla correcta, acción correcta, medio de vida correcto, esfuerzo correcto, atención correcta y meditación correcta, esto le llevará a la salvación y a experimentar el nirvana, que incluye la liberación de todo deseo y sufrimiento.

Los sijes de la India tienen prohibido cortarse el cabello, y los hombres visten turbantes de diferentes colores y las mujeres también se cubren la cabeza; venerar las escrituras sijes, compartir porciones de comida, entre otras prescripciones, son el camino a la verdad y la vida, según ellos.

Todas estas religiones tienen algo en común: uno o más maestros prescribiendo ciertos pasos para honrar a Dios, o a sus dioses; y con ello experimentar la salvación, sea cual sea su interpretación de salvación. El cristianismo es diferente, en absoluto.

Cuando Jesucristo apareció en escena en la historia humana y comenzó a llamar a sus seguidores, no dijo: “Sigan ciertas reglas, observen estas normas específicas, realicen determinados rituales, o sigan cierto camino”. En lugar de eso dijo: “Síganme”. Las religiones me ofrecen realización e iluminación. Pero Jesús es el descanso de mi alma, el gozo para mi corazón, el sentido para mi vida. Por eso soy cristiano.

16.  ¿Por qué soy cristiano?
Soy cristiano, no porque un día me decidí a buscar a Dios, a decir verdad yo era incapaz de hacerlo; pero Él si me buscó a mí. No me convertí en hijo de Dios por iniciativa propia, fue Él quien me dio su salvación gratuitamente, pues la invitación vino de Él. Antes de haber nacido, Dios estaba trabajando en adoptarme. Mientras yacía solo en la profundidad de mi pecado, Dios ya estaba planificando salvarme. Por ello comprendí que la única manera de ser parte de la familia de Dios es por medio de su amor, el cual supera completamente mi imaginación y que escapa enteramente a mi control.

Por eso soy cristiano, porque mi cristianismo no radica en que yo busqué a Cristo, sino en que Él me buscó a mí. Nunca comenzó con una invitación que yo le haya hecho a Él, sino con una invitación que Jesús me hizo a mí. Jesús no me llamó a ser su discípulo -por lo que soy-, sino -a pesar de lo que soy-, pues no tengo muchas cualidades a mi favor.

Por eso soy cristiano, porque Él trazo un plan desde la eternidad para salvarme por su gracia. Y en la Biblia lo puedo corroborar cuando leo que “Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.”

Leer esto en la Biblia me produce sobrecogimiento y asombro. Antes de que creara el sol, la luna, las estrellas y todo lo que hay al alcance de nuestros ojos Dios puso sus ojos sobre el alma de cada cristiano. Esta es una verdad impactante y sobrecogedora. Por eso soy cristiano.


17. ¿Por qué soy cristiano?
Llegué al cristianismo por una invitación, la que encontré en la misma Biblia, de palabras de Jesús el Mesías, quien dijo “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28). Una vez dentro de la iglesia, cuando fui madurando en la fe cristiana, leí en la Biblia, en palabras del mismo Jesús el Mesías, que dice “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.” (Juan 6:44). Y concluyo que, aunque yo decidí “venir a Él” aceptando esa invitación para “descansar de mi fatiga y mi carga”, Dios se había encargado de “traerme a Jesús el Mesías”. ¡Qué maravilla! Por eso soy cristiano.


18. ¿Por qué soy cristiano?
Jesús el Mesías es la llave de mi libertad, por eso soy cristiano. Mucha gente está preocupada buscando libertad financiera, libertad civil, derechos y libertades civiles, libertad de la pobreza, del hambre  y del desempleo. Me he cerciorado que muchos, aunque luchan por este tipo de libertades, en el fondo saben que ellos mismos no son libres, sintiéndose frustrados, insatisfechos y atrapados.

Soy cristiano porque encuentro una verdad en la Biblia que dice: “Si el Hijo (Jesucristo) os libertare seréis verdaderamente libres”. Con toda seguridad puedo decir que “libertad” es una palabra cristiana. Es una actualización de la palabra “salvación”. Ser “salvado” por Jesús el Mesías significa “ser hecho libre”. Pero aunque hablar de “salvación” indefectiblemente nos lleva a hablar de “pecado”, es necesario hacerlo.

“Salvación” no es un término propio de un vocabulario religioso tradicional que ha quedado obsoleto y carente de sentido, aunque lo parezca para algunos, para todos los otros hablar de “salvación” es hablar de verdadera libertad. Soy cristiano porque he sido “liberado” del horrendo pago que me merecía por el pecado, por un Salvador crucificado hace dos mil años.

Soy cristiano porque estoy siendo “liberado” todos los días del poder del pecado, por un Salvador que está vivo. Y soy cristiano porque seré “liberado” del pecado en el futuro, por un Salvador que viene. Ese salvador es Jesús el Mesías. Soy cristiano porque he sido “liberado” de la culpa y del juicio de Dios; estoy siendo “liberado” de la atadura de mi propio egocentrismo y seré “liberado” de todo temor respecto del futuro. Por eso soy cristiano.   

19. ¿Por qué soy cristiano evangélico?
Soy cristiano evangélico por la misma razón que el reformador Martín Lutero se opuso a la iglesia Católica romana, principalmente por su enriquecimiento a cuestas de mentir a la gente, a la que mantenía analfabeta e ignorante, con la supuesta venta del “perdón anticipado”. Lutero se levantó contra Johann Tetzel, monje dominico cuyo nombre pasó a la historia indisociablemente ligada al llamado "venta de indulgencias", quien a su vez fue comisionado por el arzobispo Alberto de Brandeburgo para la venta de indulgencias en la provincia eclesiástica de Magdeburgo y en numerosas regiones de Alemania.

El dinero y el poder siempre fueron el problema, y en esta ocasión urgía conseguir dinero para construir la Basílica de San Pedro en Roma. La idea era que un hombre podía comprar con dinero el perdón de pecados “pasados, presentes y futuros”, prácticas vigentes que nada tienen que ver con el verdadero evangelio de Cristo, al contrario; manchan el sacrificio de Jesús el Mesías en la cruz del calvario.

Por el año 1450, Tomás Gascoigne, rector de la Universidad de Oxford, se quejó de que los vendedores de indulgencias de aquellos tiempos. Decía que “los  vendedores de indulgencias vagaban por la comarca y emitían una carta de perdón de pecados, por ella recibían como pago dos peniques; algunas veces un vaso de cerveza, otras el uso de una prostituta o cualquier otro placer carnal”. De manera que ser cristiano católico en aquella época oscura, no tenía diferencia alguna con lo mundano.
Soy cristiano evangélico porque todas y cada una de estas prácticas registradas en la historia, evidencia que la apostasía se había institucionalizado y era necesario “reformar” la iglesia de Cristo. Soy cristiano evangélico, y así como los reformadores se opusieron a la iglesia romana, así mismo ahora afirmo que la salvación del hombre no se basa en obras o en dinero ofrecido a una institución religiosa, sino que es solo por gracia, y solo por la fe en Jesús el Mesías.

Soy cristiano evangélico, y reconozco que la Biblia es la única autoridad para el creyente, no siendo necesaria ni la tradición humana, ni la interpretación particular de un magisterio. Ella nos enseña que no debemos adorar ni venerar a nadie sino solo a Jesús el Mesías, y a darle solo la gloria a Dios. Por eso soy cristiano.

20. ¿Por qué soy cristiano?
¿Soy acaso más inteligente que algún incrédulo? No. ¿Tenía un corazón que estaba inclinado a Dios? No. ¿Soy más sabio que otros por eso entiendo las cosas de la Biblia? No. ¿Soy de alguna casta especial en la sociedad que me hace merecedor de la fe cristiana? No. ¿Cuento con suficiente dinero como para comprar mi fe? No. ¿Soy un iluminado cabalístico que percibo las buenas vibras del cristianismo? No. ¿Qué mi padre me haya enseñado las Escrituras desde pequeño me hace más entendido y por ello abracé el cristianismo? No. ¿Entonces, por qué soy cristiano?

Soy cristiano, no por algún mérito personal; no podría ser por alguna buena cualidad humana, sabiduría o inclinación a Dios. La verdad, yo estaba muerto, como un cadáver que yace en el fondo del mar, y no puede ser rescatado sino que sólo se puede recoger sus restos y enterrarlos en otro sitio. Soy cristiano por pura gracia de Dios ¿Qué es eso? Es la manera en que Dios decidió salvarme. No se puede conocer a Dios a través de la sabiduría humana, es más ella aleja al hombre de Dios.

A Dios le plació salvarnos por el mensaje de un -Rey crucificado  que exige que nos hagamos sus esclavos-. Eso es “necedad”. La Biblia le llama “la necedad de la predicación”. Para los que Dios llama, ese Cristo crucificado es poder y sabiduría divina para salvarlos.

Pablo les dijo a los cristianos de Corinto: “Por cuanto en la sabiduría de Dios el mundo dejó de conocer a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por medio de la necedad de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos al Mesías crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles, necedad; mas para -los llamados, tanto judíos como griegos-, el Mesías es poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”.

Ya que no hay merito alguno en mi, solamente me queda ser agradecido. No lo merecía, pero su gracia me alcanzó, por eso soy cristiano. Dios me “hizo nacer de nuevo por su propia voluntad por medio de la predicación de la palabra de verdad”. Por eso soy cristiano.

21. ¿Por qué, a pesar de todo, sigo siendo cristiano?
Son días de gran turbulencia en el mundo entero, sin ninguna duda. Y recientemente alguien me dijo “¿Cómo puedes seguir creyendo en un Dios que no hace nada para frenar tanta maldad en este mundo?”, “¿Cómo puedes seguir siendo cristiano, a pesar de las evidencias de que la humanidad hace lo que quiera?”.

Sin duda son preguntas duras. Quién no se ha preguntado lo mismo últimamente. Pero esas cosas me hacen recordar las palabras de Jesús el Mesías que claramente dijo “En el mundo tenéis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo”. Sí, fue Jesús el que dijo esas palabras. Y él también dijo que entre su Primera y Segunda Venida, la tierra se llenaría de calamidad.

Más precisamente Jesús profetizó que habrán guerras, se pelearán nación contra nación, dijo que los cristianos serán entregados a tribulación y serán asesinados por causa de su fe; también predijo que los cristianos serán aborrecidos por todas las naciones… Exactamente como cuando masacraron ciento cuarenta y siete cristianos en Kenya el 02 de abril del 2015, y la prensa mundial sólo se limitó a informar la masacre, pero no cubrió en su totalidad la noticia, ni describió los detalles; pues matar cristianos ya no es primicia, nunca lo ha sido desde que Nerón los acusó de incendiar Roma.

A pesar de los momentos difíciles, de preguntas sin respuestas, de mirar sólo las espaldas de los tuyos, de tomar ese trago amargo de la soledad, del continuo fracaso, de las burlas y difamaciones. Aun sigo siendo cristiano, pues mi cristianismo no depende de los resultados actuales sino de una esperanza de redención futura, por eso sigo siendo cristiano. Porque fue Jesús quien dijo “Yo he vencido al mundo”. Porque leo en la Biblia una y otra vez, que no depende de mí que tengo esperanza, sino de Él, de Cristo, el objeto de nuestra esperanza.

Sigo siendo cristiano, porque la Biblia dice: “Ahora, por cuanto es necesario, estáis siendo un poco afligidos por diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, es probado por fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesús el Mesías; a quien amáis sin haberlo visto, en quien aun no viéndolo, pero creyendo, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe: la salvación de las almas.”* ¡Por eso sigo siendo cristiano!
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*1 Pedro 1.6-9 BTX

22. ¿Por qué soy cristiano?
Gusto mucho de la música, sobre todo si es instrumental, si tiene tonadas profundas, y más aun si esa música está relacionada a algún gran acontecimiento, por ello me deleito mucho con los himnos de Charles Wesley por ejemplo, o con los de Gloria y William J. Gaither. No llegó a gustarme sin antes escucharla, escucharla una y otra vez. Mi experiencia personal de haber crecido escuchando y cantando himnos me ha llevado a decidir que sin duda alguna esta música me gusta y la deseo escuchar.

Esto es “irresistiblemente hermoso”. Sí, esta música llegó a ser irresistiblemente hermosa para mí. Produjo algo en mi interior por ello no puedo dejar de escucharla y encontrar satisfacción en ella. Decidí que esta música me gusta después de haberla escuchado con agrado. Esto podría ser lo más cercano a mi experiencia con Dios, con el sacrificio por amor que Cristo hizo por mí. Luego de haber experimentado su amor en mí, no pude resistirme y decidí amarlo. Por eso soy cristiano.

Soy cristiano porque su gloria y su belleza me obligan a admirarlo y a deleitarme en Él. Los hombres ignoran que “el propósito principal de la existencia del hombre es glorificar a Dios y gozar de él para siempre”(1), por ello van por el mundo buscando identidad en todo menos en su creador. Soy cristiano porque al glorificar a Dios haciendo su voluntad revelada en las Escrituras, me gozo profundamente. Yo no decido todos los días ser cristiano, desde que Él cautivó mi corazón, simplemente, no he dejado de amarlo. Fue “Él quien me amó primero”(2), y yo respondí a ese amor irresistible. Por eso soy cristiano.   

No me despierto cada día, y me digo a mi mismo “hoy decido ser cristiano”. No, no hago eso en absoluto ningún día. Cuando despierto, mi corazón, mis pensamientos, mi voluntad, y todo  en mí ya es cristiano desde que fui cautivado por el amor de Dios. “El amor a Dios no es esencialmente pensamientos o comportamiento sino afecto; no se trata de ideas ni de obras, sino de deleite. Dios es nuestro placer supremo. Preferimos por sobre todo conocerlo, verlo, estar con Él y ser como Él. Hay sólidas razones para creer que el amor a Dios es más esencialmente una experiencia de los afectos y no simplemente pensamientos o comportamientos…”(3).

Por eso soy cristiano.

23. ¿Por qué soy cristiano?
Se nos acusa que el cristianismo se basa en una “fe ciega”. Es decir, en una fe que no necesita comprobarse, una fe irracional. Hasta podrían acusarnos que creemos “sin pensar”. Pero esto es solo una acusación de escépticos. Los cristianos sí pensamos.

Dos mil años después, con no poca frecuencia se usan las afirmaciones de Jesús dadas a uno de sus discípulos cuando le dijo “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Pero no, esta no es una invitación a una “fe ciega”. Jesús no le dijo que “creamos a ciegas” a sus discípulos. Jesús tuvo testigos oculares de su resurrección, no fue un invento. Entonces ¿Es racional creer cosas a partir del testimonio humano? Claro que sí. Creo en Jesús y que el cristianismo es verdad, no a ciegas, sino por el testimonio de cientos de personas que vieron a Jesús y muchos de ellos escribieron sobre él. Por eso soy cristiano, porque las evidencias de esos testimonios son la base racional de mi fe.

Nadie duda que existió Homero, y nadie cuestiona sus obras “La Ilíada” y “La Odisea”, y que de seguro los tuvo que haber escrito en ese siglo, pero curiosamente, las copias más antiguas de esas obras son del siglo V d.C., y la cantidad de copias no supera las 650 unidades. Tampoco nadie ha puesto en tela de juicio la existencia de Platón, pues tenemos evidencias históricas suficientes de su existencia y de su pensamiento. Pero aunque Platón vivió en el siglo V a.C., se tiene copias de sus escritos cuya antigüedad no van más allá del siglo X d.C., así como la cantidad de copias de sus obras no superan la decena.

Pero, tenemos los escritos de testigos oculares, que conocieron personalmente a Jesús, y escribieron sobre él, y todo antes del año 70 d.C., son ya dos mil años que han pasado, y tanto su vida como su ministerio está contenido en cerca de 5,600 copias en griego, sin contar otros idiomas como el siríaco, armenio, copto, etc. Entre las copias más antiguas se tiene el papiro P52 o también llamado "El fragmento de San Juan" fechado al año 125 d.C. Es el fragmento más antiguo conocido del Nuevo Testamento hasta el momento y está conservado en la biblioteca John Rylands, Mánchester, en el Reino Unido.

Por eso soy cristiano, porque es cierto que aunque no pedimos “ver para creer” como lo pidió Tomás; tenemos una cantidad abrumadora de evidencias. Nuestra fe, la fe del cristianismo, no es “una fe ciega”. Nuestra fe es tan racional como lo demanda la ciencia y la filosofía. Pero, no creemos por la evidencia solamente, ellas corroboran nuestra fe. Por eso soy cristiano.
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(1) Catecismo Menor/ Confesión de Fe de Westminster
(2) 1 Juan 4.19 “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.” BTX
(3) John Piper, “Piense”. Pág. 76


24. ¿Por qué soy cristiano?

Alguna vez pasó por mi mente la idea de que el misticismo no religioso podría haber sido un buen puente entre mi humanidad y lo espiritual, pero realmente ese misticismo no te conecta con Dios, de hecho, te aleja de Dios. No es una alternativa. El cristianismo sí lo es. El cristianismo es una religión que se basa en la fe en Dios y en la revelación de su voluntad a través de las Sagradas Escrituras. El misticismo, por el contrario, es una corriente espiritual que busca la unión directa con lo divino mediante experiencias subjetivas e inefables. El cristianismo ofrece una visión más clara y coherente de la realidad, basada en la revelación divina y la razón humana. El misticismo, en cambio, se basa en experiencias subjetivas y emocionales que pueden ser engañosas o ilusorias.

Soy cristiano porque el cristianismo promueve valores universales como el amor, la justicia, la paz y la solidaridad, que son necesarios para el desarrollo integral de una nación. Mientras que el misticismo, por el contrario, puede fomentar el individualismo, el relativismo, el fanatismo o la superstición, que son obstáculos para el progreso social. El cristianismo respeta la diversidad cultural y religiosa, siempre que no se oponga a la verdad y al bien común. El misticismo, en cambio, puede generar intolerancia, sectarismo o violencia, al pretender imponer una visión única o excluyente de lo sagrado.

Soy cristiano porque el cristianismo ofrece una visión racional y coherente de la realidad, que se apoya en la razón natural y en la fe sobrenatural. No así el misticismo que se basa en sentimientos e intuiciones que pueden ser engañosas o contradictorias. El cristianismo propone una moral objetiva y universal, que se fundamenta en el amor a Dios y al prójimo. Mientras que el misticismo, por el contrario, puede caer en el relativismo o el egoísmo, al seguir solo la propia conciencia o el propio interés.

Soy cristiano porque el cristianismo fomenta la unidad y la fraternidad entre los seres humanos, al reconocerlos como criaturas de Dios hechos a su imagen y semejanza y como potenciales hermanos en Cristo. El misticismo, en cambio, puede generar división y aislamiento, al privilegiar las experiencias individuales o los grupos exclusivos. El cristianismo promueve el desarrollo integral de las personas y de las sociedades, al valorar la dignidad humana y el bien común. El misticismo, por el contrario, puede despreciar lo material o lo social, al considerarlos obstáculos para la unión con lo divino.

Estas son algunas de las razones por las que soy cristiano y rechazo el misticismo anticristiano. Sin embargo, esto no significa que rechace toda forma de misticismo. Al contrario, el cristianismo reconoce y respeta la dimensión mística de la fe cristiana, que consiste en la relación personal y profunda con Dios. Me opongo a todo tipo de misticismo que se aparta de la verdad revelada y de la comunión eclesial. Por eso soy cristiano.
¿Y tú, por qué eres cristiano?