Una religión centrada en el hombre en el contexto de la posmodernidad
Resumen
Este artículo analiza el fenómeno del neopentecostalismo a la luz de las transformaciones culturales y religiosas propias de la posmodernidad. Se argumenta que el neopentecostalismo funciona como una religión centrada en el individuo, en sintonía con valores como el subjetivismo, el hedonismo, el consumo y la inmediatez. El estudio ofrece una revisión crítica desde una perspectiva reformada, con énfasis en sus desviaciones doctrinales, especialmente en torno a la teología de la prosperidad.
1. Introducción
Desde fines del siglo XX, el neopentecostalismo ha experimentado un notable crecimiento global, particularmente en América Latina, África y partes de Asia. Aunque a menudo se lo presenta como una extensión del pentecostalismo clásico, diversos estudios lo caracterizan como una forma diferenciada de religiosidad cristiana, adaptada a los valores y demandas del mundo contemporáneo (Martin, 2002; Freston, 2001).
Este artículo sostiene que el neopentecostalismo constituye una religión centrada en el hombre, en sintonía con la cultura posmoderna, caracterizada por el relativismo, el emocionalismo y el pragmatismo. A diferencia del cristianismo histórico centrado en Dios y su gloria, el mensaje neopentecostal tiende a poner al individuo —su bienestar, sus deseos y su realización personal— en el centro del mensaje religioso.
2. Definiciones clave
2.1. Neopentecostalismo
El término "neopentecostalismo" refiere a una corriente dentro del protestantismo evangélico que surgió a mediados del siglo XX, caracterizada por su énfasis en la experiencia espiritual, la teología de la prosperidad, el uso intensivo de los medios de comunicación y una estructura eclesial carismática y empresarial (Alves, 2019; Gutiérrez, 1997). No debe confundirse con el pentecostalismo clásico, que aunque comparte algunos elementos, mantiene una teología más cercana al evangelicalismo tradicional.
2.2. Posmodernidad
La posmodernidad es un concepto complejo que describe un cambio cultural y epistemológico posterior a la modernidad. Se caracteriza por el escepticismo hacia las metanarrativas, el relativismo moral, la valorización de lo subjetivo y lo emocional, así como una fuerte orientación hacia el consumo, la imagen y el bienestar individual (Lyotard, 1984; Bauman, 2000).
3. Rasgos posmodernos del neopentecostalismo
3.1. Énfasis en la experiencia subjetiva
En consonancia con el espíritu posmoderno, el neopentecostalismo privilegia la experiencia sobre la doctrina. Las sanidades, visiones, lenguas y manifestaciones carismáticas son consideradas evidencias de la presencia de Dios, por encima del estudio bíblico o la enseñanza sistemática (Alves, 2019). Esto responde a una cultura que busca autenticidad emocional y rechaza estructuras teológicas rígidas (Taylor, 2007).
3.2. Teología de la prosperidad
Uno de los rasgos más distintivos del neopentecostalismo es la teología de la prosperidad, que afirma que Dios desea que sus hijos sean ricos, sanos y felices. Esta enseñanza sostiene que mediante la fe, las ofrendas y las declaraciones positivas, el creyente puede "activar" bendiciones materiales (Oro, 2005). Tal noción convierte la fe en una herramienta de éxito personal, desplazando la centralidad de la cruz y del sufrimiento cristiano.
3.3. Mediatización de la fe y cultura del espectáculo
El neopentecostalismo ha sabido utilizar con maestría los recursos de la comunicación masiva. Cultos transmitidos por televisión, redes sociales, espectáculos con luces y música, y la figura de pastores convertidos en celebridades, muestran una religión adaptada a los códigos del entretenimiento contemporáneo (Marshall, 2009). La liturgia deviene performance, y el pastor, una figura de autoridad carismática más que teológica.
3.4. Mensaje positivo y empoderador
Frente al desencanto posmoderno, el mensaje neopentecostal ofrece esperanza inmediata: “todo es posible si lo puedes creer”, “declara tu victoria”, “activa tu milagro”. Esto responde a la ansiedad contemporánea por soluciones rápidas, a la vez que fortalece una cosmovisión individualista (Cunha, 2007).
3.5. Flexibilidad doctrinal y sincretismo
El neopentecostalismo muestra una marcada adaptabilidad. Integra sin dificultad elementos del coaching, la autoayuda, la psicología popular y, en algunos casos, prácticas cuasi-mágicas (Gutiérrez, 1997). Esto responde al mercado religioso postmoderno, donde las iglesias compiten por captar atención y satisfacer necesidades emocionales.
4. Evaluación crítica desde una perspectiva reformada
Desde una visión reformada, centrada en la soberanía de Dios, la suficiencia de las Escrituras y la centralidad de Cristo crucificado, el neopentecostalismo representa una desviación teológica preocupante. La tradición reformada insiste en que la fe cristiana no gira en torno al bienestar terrenal del creyente, sino en torno a la gloria de Dios y la redención del hombre del pecado (Packer, 1973).
La teología de la prosperidad, por ejemplo, contradice frontalmente pasajes clave de la Escritura:
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Jesús declaró: “Mi reino no es de este mundo” (Jn 18:36).
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Pablo escribió: “A ustedes se les ha concedido no sólo que crean en él, sino también que padezcan por él” (Fil 1:29).
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El autor de Hebreos elogió a hombres de fe que “no recibieron lo prometido” (Heb 11:39).
Calvino escribió en sus Instituciones: “La cruz de Cristo es la verdadera escuela de los hijos de Dios” (Institución III.8.1), en contraste con una espiritualidad triunfalista que desprecia el sufrimiento. Además, el uso de las Escrituras como instrumento para obtener riqueza contradice la doctrina de la sola Scriptura, reemplazándola por una “hermenéutica de consumo” donde los textos se manipulan para satisfacer los deseos del creyente.
5. Conclusión
El neopentecostalismo no es simplemente una variante del cristianismo evangélico contemporáneo, sino una forma de religión profundamente moldeada por las lógicas culturales de la posmodernidad. Su énfasis en la experiencia subjetiva, la prosperidad material, el espectáculo mediático y la flexibilidad doctrinal lo convierten en una expresión religiosa centrada en el individuo más que en Dios. Aunque satisface ciertas necesidades emocionales y sociales, su contenido teológico se aleja de los fundamentos bíblicos históricos. Frente a esto, la tradición reformada ofrece una alternativa centrada en la soberanía de Dios, la suficiencia de Cristo y la fidelidad a las Escrituras, como antídoto a las espiritualidades centradas en el yo.
Referencias
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Alves, R. (2019). Religião e repressão: A ideologia do corpo em nome de Deus. São Paulo: Paulus.
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Bauman, Z. (2000). Liquid modernity. Cambridge: Polity Press.
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Cunha, M. (2007). O fenômeno neopentecostal. São Paulo: Loyola.
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Freston, P. (2001). Evangelicals and Politics in Asia, Africa and Latin America. Cambridge University Press.
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Gutiérrez, G. (1997). Neopentecostalismo: una visión crítica. Buenos Aires: Kairós.
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Lyotard, J. F. (1984). The Postmodern Condition: A Report on Knowledge. University of Minnesota Press.
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Martin, D. (2002). Pentecostalism: The World Their Parish. Blackwell.
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Marshall, R. (2009). Political Spiritualities: The Pentecostal Revolution in Nigeria. University of Chicago Press.
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Packer, J. I. (1973). Knowing God. Downers Grove: IVP.
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Oro, A. (2005). Religião e mercado: Ensaios de sociologia da religião. Petrópolis: Vozes.
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Taylor, C. (2007). A Secular Age. Cambridge, MA: Belknap Press.
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Calvino, J. (1559). Institución de la religión cristiana. Trad. Juan G. Armesto, Edición digital.
https://textosfueradecontexto.blogspot.com/2025/04/neopentecostalismo-una-religion.html
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