El número de personas que asisten a iglesias evangélicas en nuestros días es absurdamente alto, sin embargo, creo que gran parte de los que se dicen cristianos no han nacido de nuevo. De hecho, me asusta saber que en nuestras iglesias hay un número considerable de personas que desconocen las verdades inequívocas del evangelio, viviendo por tanto un cristianismo carente de vida y santidad.
Dicho esto, me gustaría enumerar las principales características de un cristiano no regenerado:
1. Un cristiano no regenerado, a pesar de combinar el "evangelicalismo" con el decoro, de cantar canciones góspel de memoria, ama demasiado el pecado y por eso no está dispuesto a abandonarlo.
2. Un cristiano no regenerado no ama la Palabra de Dios ni está dispuesto a obedecerla. Para el falso creyente, las Escrituras no deben ser consideradas la Palabra infalible de Dios.
3. Un cristiano no regenerado no siente placer en la oración. Para él, el hábito de relacionarse con el Señor en oración es una carga pesada e innecesaria.
4. Un cristiano no regenerado no siente la falta de comunión con los santos. Para el falso creyente la relación entre hermanos en la iglesia es prescindible, desde esta perspectiva prefiere el fútbol, las fiestas, clubes y todo tipo de entretenimiento a la reunión de los santos de Dios. Canjea fácilmente el día domingo, día del Señor, por cualquier otra actividad.
5. Un cristiano no regenerado no manifiesta en su vida frutos de arrepentimiento ni cambio alguno de conducta. Para el falso creyente todo es válido siempre que redunde finalmente en satisfacción personal.
6. Un cristiano no regenerado no persevera en su fe, al contrario, al enfrentar las batallas de la vida, abandona al Señor, regresando así a una vida de pecados y transgresiones.
7. Un cristiano no regenerado no teme al Señor, al contrario, desarrolla una espiritualidad centrada en sí mismo, donde Dios en realidad no es más que proveedor de sus caprichos.
¡Piensa en esto cristiano!
Adaptado de Renato Vargens