viernes, 10 de septiembre de 2021

¿POR QUÉ ABANDONAR LA FE EN DIOS?

 



LA CORRUPCIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS

La Biblia, desde el inicio en el libro del Génesis, presenta la tendencia del hombre de alejarse de Dios, quien a su vez es presentado como benevolente, como el que busca al hombre para beneficiarlo, para darle un lugar privilegiado en su creación, para bendecirlo con bienes y sobre todo para tener una relación con Él. Claramente vemos que después de la caída, la nueva naturaleza del hombre solo busca tomar distancia de Dios, y al alejarse lo más que pueda, abandona toda clase de valores morales y de sometimiento a sus leyes, solo con la finalidad de hacer su propia voluntad y no la de Dios. ¿Por qué abandonar la Fe en Dios?

El inicio del libro de Génesis narra la historia de dos líneas marcadas, una de ellas de gente que “empezó a invocar el nombre de Dios” y otra que se levanta a sí misma un monumento a su egolatría y autodependencia. La primera línea de personas hace un esfuerzo por mantener encendido aquellos viejos relatos de lo que alguna vez el padre Adán vivió en el Huerto de Edén, y sobre todo, mantiene viva la promesa de que vendría un redentor. Mientras que la otra línea de hombres hace caso omiso a todas las demandas de Dios. Curiosamente, ambas líneas de personas tienen la misma naturaleza caída de Adán, ambas líneas de personas tienen un corazón que necesita ser asistido para poder creer. Todos los esfuerzos humanos no pueden completar la obra divina de tener una relación con Dios, porque notoriamente lo que vemos por todos lados en la Biblia es que el hombre es culpable y su rebelión contra Dios es voluntaria. Pero, aquellos que decidieron invocar el nombre de Dios parecen que al final fueron vencidos por su propia naturaleza y dejaron de hacerlo; y poco a poco fueron amando más este mundo y sus placeres y olvidaron a Dios y su promesa de redención. Se volvieron violentos, se mezclaron con los hombres malvados y en palabras del mismo Dios: “estos hombres yerran una y otra vez… y desde sus primeros años de razón en sus pensamientos sólo hay una cosa: hacer el mal”.

Entonces ¿Está perdido el hombre? No, porque mientras haya gente mirando con fe hacia el cielo, Dios estará mirando con gracia hacia la tierra. Quizá Enoc y Noé podrían representar el remanente con el que cada generación deberá contar. Sabemos por lo que narra la Biblia que esas dos líneas de personas finalmente se unieron en pecado sin diferencia alguna entre la una y la otra, pero Dios decidió tener gracia en el justo Noé. Concluimos que, sin la intervención de Dios al mirar con gracia a Noé, de la misma manera que hoy mira buscando si alguien tiene fe, el hombre estaría perdido y muchos estarían abandonando la fe en Dios.


Jesús Paredes, 
07 de diciembre de 2020
Areópago Cristiano

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