El misionero rebelde Jonás, se
encuentra en las Escrituras como un ejemplo de hombre íntegro como portador de
la palabra profética del Antiguo Testamento pero también como un gran
prejuicioso de los designios de Dios. Jonás es enviado a Nínive a pregonar el
mensaje de Dios en contra de ella pero él rehúsa hacerlo pues tiene sus
“propias” razones, él era hebreo y más aun no soportaba que Dios pusiera
atención a un pueblo incircunciso. Jonás conocía a Dios y cada uno de sus
atributos que le caracterizan como el Amor y la Compasión por los pecadores.
Jonás muestra con su actitud que es un hombre muy natural al tratar de
esconderse de la presencia de Dios, sabiendo que Es Omnipresente.
Muestra a un Dios muy compasivo y amoroso que ama al arrepentido y le da
una oportunidad para salvarse. Jonás nos muestra a ese Dios capaz de perdonar
la maldad de más de ciento veinte mil personas que habitaban Nínive, una ciudad
entera. Solamente con el precedente de un genuino arrepentimiento.
Nuestro llamado es a pregonar el mismo mensaje de salvación que en estos
tiempos cada ciudad del mundo debe escuchar, debemos ir con la convicción de
Jonás, mas no con su prejuicio y rechazo a otras personas.
Jonás hijo
de Amitai
El texto en el 1.1 nos revela que Jonás era judío y que su padre
fue Amitai, vivieron entorno a Samaria y sirvió a Dios como vidente en tiempos
de Jeroboam II (2 Reyes 14.23-25). Esto evidencia a Jonás como un profeta
verdadero y que siempre tenía una palabra verdadera de Dios para el pueblo. Era
un hombre de Dios con una reputación de profecías acertadas y cumplidas en su
tiempo. A la vez cabe recalcar la característica que todos los hebreos tenían
en ser muy etnocéntricos y su principal juicio hacia otros pueblos es con
respecto a que estos no tienen como Dios al único Dios verdadero sino que
tienen una gama de ídolos como lo es en Nínive. Pero de forma particular Jonás
en esta aparente biografía (el libro de Jonás) se presenta como el profeta que
rechaza rotundamente a un pueblo gentil.
En el capítulo 4.2 Jonás mismo acepta conocer de antemano la voluntad de
Dios, si es que Nínive se arrepintiera, de perdonarla y por ello detesta ir. Esto nos da a entender que Jonás tenía un
genuino conocimiento de Dios y sabía verdaderamente cómo y quién era. Gran
ejemplo entonces el de Jonás de ser un hombre que conoce muy bien en quien
cree. Pero a la vez muestra a un verdadero hombre que pretendió ser exclusivo
de Dios y temeroso de la aprobación de la gente.
Sin ninguna duda era un hombre orgulloso, egoísta, obstinado, resentido,
celoso, sanguinario; un buen patriota y amante de Israel claro; pero sin el
debido respeto para Dios ni amor para sus enemigos.
Nínive
Una de las ciudades más antiguas del mundo, fundada por
Nimrod (Génesis 10.11,12), un bisnieto de Noé, y que permaneció hasta el año
612 a.C. Nínive estaba situada sobre las orillas del Tigris y fue la capital
del gran Imperio Asirio. Desde el tiempo de David hasta el de Ezequías y
Manasés, Nínive y sus reyes ocuparon un lugar preponderante. Dios envió a Jonás
a advertir a la gente de Nínive acerca del juicio inminente (Capitulo 3.4),
pero Dios le concedió a Nínive, si podríamos decirlo así, una suspensión temporal de su juicio de alrededor
de 200 años.
Del libro de Jonás deducimos que la gente de Nínive era
totalmente pagana e ignorante de las cosas de Dios. Dios mismo dice en el capítulo
1.2 que su maldad “en extremo había subido hasta Él”, de la misma forma cuando
los habitantes de Sodoma y Gomorra habían pecado (Génesis 18.20-21). Y en el capítulo
4.11 dice Dios, refiriéndose a los ciento veinte mil habitantes de Nínive, que “no
saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda”. Quizá ésta sea una frase proverbial para
referirse a las personas que están completamente desorientadas con respecto a
su futuro, más aún desconocen si su mal le afecta o no en la vida tanto natural
como espiritual. Hoy en día, de igual forma, hay gente que no sabe discernir
entre su mano derecha y su mano izquierda, completamente ignorante de la
salvación de Dios, y de su destino espiritual, quizá, como niños inocentes o
como gente que no tiene conciencia de lo que hace. Nínive representa el más alejado pueblo ignorante de Dios y de la
salvación en Jesucristo.
El Mensaje
El mensaje que Dios encargó a Jonás era el más sencillo de todas las
profecías de la Biblia: “Ve y diles que de aquí a cuarenta días los destruiré”,
nada más y nada menos que eso. El
mensaje no contemplaba ninguna opción por lo que el rey de Nínive dice en el capítulo
3.9: “...Quizá Dios se detenga y se
arrepienta, se calme del ardor de su ira y no perezcamos”. Es más, Jonás no
tenía ni la menor intensión de exhortarlos a que se arrepintieran el dio el
mensaje en los tres días de camino y luego fue y se sentó en un lugar alto para
ver que la destrucción de Nínive.
La Misión de Jonás
Jonás representa al misionero que sale de su entorno para declarar el
evangelio en otra nación. Este misionero tenía una clara misión y no podía por
ningún motivo deshacerse de ella. El intento de irse a Tarsis no fue otra cosa
que simplemente dilatar el tiempo, ya que la voluntad de Dios se cumpliría en
él a como dé lugar. La misión de Jonás consistió en salir de su nación e ir a
otra en la que quizá corría el riesgo de morir, o ser tomado prisionero o
cualquier otra calamidad. Estos fueron los riesgos del misionero transcultural
de aquella época.
¿Cómo Habló Dios a Jonás?
Jonás
recibió el mensaje profético de Dios, claro era profeta, pero fue necesario
debido a su rebeldía, que Dios obrara milagrosamente para mostrarle su
voluntad. Cuando ya estaba en el barco rumbo a Tarsis, Dios manda un viento
fuerte, pero ni aun así,
solamente se limitó a aceptar la responsabilidad por el ventarrón pero no dijo
nada acerca de regresar e ir a Nínive a cumplir su misión. Una vez en el agua
es tragado por el gran pez, y entonces
toma conciencia de sus hechos y ora a Dios. Luego va a Nínive y continúa con su
rebeldía, sentado en una colina, se prepara a presenciar lo que le acontecería
a aquella gran ciudad. Fatigado por el sol que le hirió, Dios ve necesario mostrarle su error y
manda la calabacera. Encariñado
con la enramada más que con la gente, se enoja porque un gusano dañó la sombra que le protegía del sol.
Sin duda a
Jonás Dios le hablo tantas veces y de tantas formas que solamente el prejuicio
y el orgullo le cegaron los ojos. Así como muchas veces Dios tiene que usar
cada una de las cosas que usa para mostrarnos su voluntad pero nosotros podríamos
estar tan cegados que no miramos mas allá de nuestro orgullo y egoísmo.
La Oración
de Jonás
La típica oración del arrepentido que ofrece pagar sus votos, Jonás en
el capítulo 2.9 alaba a Dios de que milagrosamente esté dentro del estomago de
un animal y siguiera con vida, y comprende que Dios lo preservó con vida porque
tenía un propósito claro para él, para Nínive y aun para nosotros, esto es ver
la Soberanía de Dios, Su Amor para los gentiles que se arrepienten y los seres
humanos en general porque Dios no hace acepción de personas.
La usual oración de Jonás contestada, probablemente mientras éste era
tirado al mar como una ofrenda u objeto que aplacaría la ira de los dioses del
mar, abría invocado el nombre de Dios, y mientras era tragado por el gran pez
pensando que estaba siendo objeto del juicio de Dios por haber desobedecido a
sus mandatos es probable que haya pedido ayuda a Dios, y Dios contestó. Pues Dios
siempre tiene todo bajo control.
No debemos tener temor de invocar a Dios cualquiera fuera nuestra
circunstancia, Él siempre está presto a oír y acudir a nuestro llamado. Él
tiene todo bajo control.
El Arrepentimiento
de Nínive
Aunque no lo parezca, el arrepentimiento de Nínive constituye el más
grande despertar por Dios en un pueblo pagano en tiempos del Antiguo Testamento.
El mensaje de Jonás cayó en los corazones de los ninivitas quienes no demoraron
en creerle a Dios y se convirtieron de sus males al camino verdadero. La Biblia
no lo dice pero luego de muchos años Nínive volvió a pecar y casi en 200 años más
adelante Dios mandó un juicio y esta vez sí destruyó por completo a la ciudad.
La conversión de los ninivitas consiste en aspectos característicos de
los que se deciden responder al llamado de Dios. Primero vemos que desde el rey
hasta los animales ayunaron. Hicieron penitencia o algo similar que tenía
que ver con el silicio y toda clase de ropas ásperas que usaron tanto personas
como animales. La oración a Dios, que es un clamor rogando que fuera posible
detener la ira de Su juicio. Y el cambio de conducta por parte de los
convertidos.
¿Quiénes se Salvaron?
No solamente se salvaron los ninivitas del juicio que Dios
había decretado sino que también encontramos que los marineros se salvaron y no perecieron aunque
Jonás si recibió su disciplina. Y como caso muy particular los animales de Nínive
también se salvaron de morir. Los animales representaban antiguamente el
capital de un pueblo, su garante o respaldo económico. Perdonar la vida de los
animales en una batalla era para ser tomado como botín de guerra. Pero en esta
ocasión los animales son mencionados como aquellos que también disfrutaron de
la misericordia de Dios.
El Enojo de Jonás
Las razones que Jonás presenta para enojarse son extremadamente
ridículas. Se muestra como caprichoso, pero Dios lo contrarresta mostrándose
muy amoroso. Pareciera que Dios estuvo muy lleno de amor para con Jonás, y es
que no parece sino que así es Dios cuando de seres humanos se trata. El ama a
las personas incluyendo a Jonás. Pero Jonás no lo entiende así. Él está más ocupado en comprobar su profecía. Se
molesta porque Dios es consecuente con sus atributos de Amor e Inmutabilidad,
aunque parezca que Dios se arrepiente aquí y se contradice con otro texto
bíblico que dice que “Dios no se arrepiente”. Pero Dios no cambia, Él se ha
propuesto salvar a la gente porque la Biblia dice que “la voluntad de Dios es
que todos procedan al arrepentimiento”. Así sean budistas, hinduistas o
musulmanes, Dios quiere salvar a todos. Ninivitas o israelitas, si alguien se
arrepentía de corazón era candidato para ser salvo.
Pero Jonás no entiende esto él está pensando en su reputación como
profeta, está pensando en el “qué dirán”. Obviamente temía ser tomado como falso profeta por ello
le dice a Dios:
“Para que ya necesito vivir, si mas te
importa ciento veinte mil arrepentidos que mi reputación como ministro y
profeta tuyo (parafraseando un
poco)”
Aunque Jonás reconoce a Dios como misericordioso, amoroso y perdonador,
no lo hace para alabarle o agradecerle, sino para reprocharle, pues es un
caprichoso y arrogante.
Conclusión
El libro nos muestra, esencialmente, que los bondadosos
planes de Dios no se limitan sólo a Israel, o a su iglesia, sino que se extienden al mundo gentil. La
inspiración del autor está orientada en
ampliar las simpatías de Israel para que, cual misioneros de Dios,
puedan guiar a los gentiles al arrepentimiento y hacia Dios. La respuesta
positiva de la gente de Nínive muestra que los paganos son capaces de un
arrepentimiento genuino. El libro de Jonás bien puede considerarse como una
obra maestra en cuanto a MISIONES TRANSCULTURALES. El mismo anticipa lo
universal del evangelio de Jesús, y es la contraparte del Antiguo Testamento en
relación con Juan 3.16:
Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su hijo unigénito,
para
que todo aquel que en Él cree no se pierda,
Sino
que tenga vida eterna.
Ni seamos
rebeldes ni desobedientes, sino que atendamos a todos aquellos a quienes Dios
nos envíe y transmitámosle ese amor de Dios. Ese amor que transforma y que les
da la oportunidad de ser salvos. No esperemos que Dios tenga que mostrarnos su
voluntad a través de grandes milagros y señales, baste su Espíritu Santo
hablándonos en este precioso libro de Jonás.