jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Pueden las Mujeres ser Pastoras?




Por. Renato Vargens

En mi perspectiva la ordenación de mujeres al pastorado es una significativa distorsión teológica. Lamentablemente he visto en los últimos años innumerables iglesias consagrando a mujeres al ministerio pastoral. En este sentido, quisiera de forma práctica y objetiva alcanzar 07 motivos porque no creo en mujeres pastoras:

  1. Las Escrituras no refrendan la ordenación de las mujeres al ministerio pastoral. No veo en la Biblia ningún texto que apoye la ordenación femenina al presbiterato.
  2. Jesús no llamó “apóstolas” entre los doce. Todos los apóstoles escogidos por Jesús eran hombres.
  3. Las Escrituras no defienden el Igualitarismo y sí el Complementarismo. Igualitarismo. Esta corriente, afirma que Dios originalmente creó al hombre ya la mujer iguales; y que el dominio masculino sobre las mujeres fue parte del castigo divino a causa de la caída, con consecuentes reflejos socioculturales. Según los igualitaristas mediante el advenimiento de Cristo, ese castigo y reflejos fueron removidos; proporcionando consecuentemente la restauración al plan original de Dios en cuanto a la posición de la mujer en la iglesia. Por lo tanto, ahora, las mujeres tienen igual derecho a los hombres de ocupar “cargos de oficio” de la Iglesia. Además de los igualitaristas, encontramos a los Complementarismo, que a su vez entienden que desde la creación -y por lo tanto, antes de la caída- Dios estableció papeles distintos para el hombre y la mujer, ya que ambos son peculiarmente diferentes. La diferencia entre ellos es complementaria. Es decir, el hombre y la mujer, con sus características y funciones distintas se completan. La diferencia de funciones no implica una diferencia de valor o en inferioridad de uno en relación al otro, y las consecuentes diferencias socioculturales no siempre reflejan la visión bíblica de la funcionalidad distinta de cada uno. El hombre fue hecho cabeza de la mujer - ese principio implica en diferente rol funcional del hombre, que es el de liderar.
  4. Pablo no habla de “presbíteras”, “obispas”, mucho menos de “pastoras”. Las referencias a estas vocaciones en las Escrituras siempre están relacionadas con los hombres. No es necesario mucho esfuerzo para percibir que no existían pastoras en las iglesias del Nuevo Testamento.
  5. Los padres de la Iglesia y los reformadores no defendieron nunca el ministerio pastoral femenino.
  6. Los apóstoles determinaron que los pastores debían ser marido de una sola mujer y que debían gobernar bien su casa, obviamente ellos tenían en mente a hombres cristianos (1Tim 3.2,12; Tt 1.6).
  7. La mujer no tiene autoridad sobre el marido. (1 Tim. 2:12) Pues, si ella es pastora y su marido no, ella quebranta el principio de autoridad de la Biblia, haciéndose líder del marido.

Estimado lector, cuando afirmo que las mujeres no pueden ser pastoras lo hago en la perspectiva de gobierno. El gobierno de la iglesia junto con los oficiales que la rigen son eminentemente masculinos. En la Biblia no ve ni tampoco encuentra a mujeres que gobiernan la iglesia. Todas las recomendaciones Paulinas en cuanto a presbíteros son para hombres. Sin embargo, el hecho de que las mujeres no gobiernen la iglesia, no impide que predicen o enseñen la palabra de Dios ¿entendieron? El gobierno de la iglesia es masculino y no femenino. Las mujeres pueden servir a Dios, pero gobernar es una prerrogativa masculina.

¡Piense en eso!


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