domingo, 28 de abril de 2019

¿Es bíblico el orar a la Virgen María?



El hecho de que los católicos oren a los santos es un punto lleno de confusión. La posición oficial de la Iglesia Católica Romana, es que los católicos no oran A los santos o a María, sino más bien los católicos piden a los santos y a María que oren POR ellos. La posición oficial de la Iglesia Católica es que el pedir a los santos por sus oraciones, no tiene ninguna diferencia a que le pidas a alguien aquí en la tierra que ore por ti. 

Sin embargo, la práctica de muchos católicos difiere mucho de la enseñanza oficial de la Iglesia Católica Romana. Muchos católicos, de hecho oran directamente a los santos y/o María, pidiéndoles ayuda – en vez de pedirles a los santos y/o María que intercedan ante Dios por ayuda. Cualquiera que sea el caso, ya sea que se ore a un santo o a María, o el pedirles que oren, ninguna de estas prácticas tiene una base bíblica.

La Biblia en ninguna parte instruye a los creyentes en Cristo a orar a nadie más que a Dios. La Biblia en ningún lugar anima, o aún menciona que los creyentes le pidan oraciones a individuos en el cielo. ¿Por qué entonces, muchos católicos oran a María y/o a los santos, o piden sus oraciones por ellos? 

Los católicos ven a María y a los santos como “intercesores” ante Dios. Por lo tanto, si un santo le lleva una oración a Dios, es más efectivo que el que oremos directamente a Dios. Este concepto es evidentemente anti-bíblico. Hebreos 4:16 nos dice que nosotros, los creyentes aquí en la tierra, podemos “... acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” 

1 Timoteo 2:5 declara, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” No hay nadie más que pueda ser mediador ante Dios por nosotros. Si Jesús es EL ÚNICO mediador, eso indica que María y los santos no pueden ser mediadores. Ellos no pueden ser mediadores de nuestras peticiones en oración a Dios. Más aún, la Biblia nos dice que Jesucristo Mismo está intercediendo por nosotros ante el Padre “por lo cual (Jesucristo) puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25). 

Con Jesús Mismo intercediendo por nosotros, ¿por qué necesitamos que María o los santos intercedan por nosotros? ¿A quién escuchará Dios que sea más cercano que Su Hijo? Romanos 8:26-27 describe al Espíritu Santo intercediendo por nosotros. Con el segundo y tercer miembro de la Trinidad ya intercediendo por nosotros ante el Padre en el Cielo, ¿qué posible necesidad habría de tener a María o a los santos intercediendo por nosotros?

Los Católicos argumentan que el orar a María y a los santos no es diferente a pedirle a alguien que ore por ti aquí en la tierra. Examinemos este punto. 

(1) El apóstol Pablo les pide a otros cristianos que oren por él en Efesios 6:19. Muchas Escritura describen a creyentes orando unos por otros (2 Corintios 1:11; Efesios 1:16; Filipenses 1:19; 2 Timoteo 1:3) La Biblia en ninguna parte menciona a alguien pidiéndole a alguien más en el Cielo que ore por ellos. La Biblia en ninguna parte describe a alguien en el Cielo orando por alguien en la tierra. 

(2) La Biblia no da absolutamente ninguna indicación de que María o los santos puedan escuchar nuestras oraciones. María y los santos no son omniscientes. Aún glorificados en el Cielo, ellos son seres finitos con limitaciones. ¿Cómo es posible que puedan escuchar las oraciones de millones de gente? Cada vez que la Biblia menciona el orar o hablar con los muertos, es dentro del contexto de magia, brujería, necromancia, y adivinación – actividades que la Biblia condena fuertemente (Levítico 20:27; Deuteronomio 18:10-13). 

En otra instancia, cuando es invocado un “santo” como en 1 Samuel 28:7-19, Samuel no estaba precisamente contento de ser perturbado. Es plenamente claro que el orar a María o a los santos es completamente diferente del pedirle a alguien aquí en la tierra que ore por ti. Esta opción tiene una fuerte base bíblica, la otra no tiene absolutamente ninguna base en la Biblia.

Dios no responde las oraciones basándose en quién es quien ora. Dios contesta las oraciones basándose en que lo que se pida vaya de acuerdo a Su voluntad (1 Juan 5:14-15). 

No hay absolutamente ninguna base o necesidad para orar a alguien más que solo a Dios. No hay bases para pedir a aquellos que están en el Cielo que oren por nosotros. Solo Dios puede escuchar nuestras oraciones. Solo Dios puede responder nuestras oraciones. Nadie en el Cielo tiene ningún mayor acceso al trono de Dios que el que tenemos como creyentes a través de la oración (Hebreos 4:16).

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¡La Biblia, y solo la Biblia!

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3 comentarios:

  1. Hola, estimado.
    Dice la publicación:
    "La Biblia en ninguna parte instruye a los creyentes en Cristo a orar a nadie más que a Dios".

    Que solo se instruya orar a Dios no implica que, por eso, prohiba orar a los ángeles y hombres. De una cosa no se sigue la otra.
    Se puede mandar una cosa y no manifestarse sobre la otra. Y no por eso esto último está prohibido.

    Se pregunta también por qué si la Biblia no menciona la petición de los creyentes a santos o ángeles en el cielo entonces nosotros lo hacemos.
    La respuesta es simple: Porque podemos y queremos.
    "Podemos" entendido no como solo posibilidad para realizarlo, sino como licitud para realizarlo. Y es lícito porque no es herético sino que está en concordancia con la doctrina cristiana.
    Y no es herético por dos razones:
    1) Los santos y ángeles en el cielo efectivamente pueden oir nuestras oraciones y pueden orar.
    2) Efectivamente podemos pedir intercesión a los hombres aquí en la tierra (como se reconoce en este artículo); pero esto en nada se diferencia al acto de petición a la criatura intelectual en el cielo.

    Luego, en la publicación se dice que es erróneo el argumento católico de que es más efectiva la oración de los Santos en el cielo, y para ello se alega Hebreos 4:16.
    Pues aunque así fuera eso no invalida la intercesión, porque entonces entonces tampoco podría ser lícita aquí la petición de intercesión entre los hombres en la tierra. Si Hebreos 4:16 no invalida la intercesión entre nosotros, tampoco lo hace con los Santos del cielo.
    Pero a pesar de eso, también uno podría aventurarse a decir de que de todos modos ese argumento tampoco es convincente, porque la misma Escritura dice que "la oración del justo tiene mucho poder" (Santiago 5:16). Y eso está constantemente reforzado en la Escritura, oyendo Dios las oraciones de los que eran justos (Génesis 20:17, 1 Reyes 13:6, 2 Crónicas 30:20, Job 42:8).
    Como los santos están unidos a Dios, su oración es más eficaz.

    Luego se alega 1 Timoteo 2:5 en contra de la intercesión, diciendo que solo Cristo es mediador entre Dios y los hombres.
    Pero este argumento carece de peso, puesto que en esta misma publicación se reconoce que nosotros podemos pedir intercesión a los vivos citando Efesios 6:19. Y el acto de pedir a un vivo aquí en la tierra o alguien en el cielo es esencialmente el mismo.
    Por lo que no tiene sentido alegar 1 Timoteo 2:5 porque eso anularía toda intercesión de por sí, cosa que no es posible.
    Entonces hay que entender el versículo en lo que verdaderamente quiere decir: Cristo es único mediador porque solo Él se entregó para propiciación de nuestros pecados como Sumo Sacerdote que es. Eso lo aclara el versículo 6 siguiente.
    Por lo que nada tiene que ver aquí la oración de petición.

    Lo mismo pasa con el argumento de que si Jesús intercede entonces para qué pedir intercesión a los demás.
    Hermano, tú mismo pones a continuación versículos en donde los cristianos interceden entre sí y piden intercesión entre sí. ¿De qué manera, entonces, quieres usar la intercesión de Jesús para anular la intercesión de la criatura racional?
    Con la misma lógica: ¿Con qué necesidad pide San Pablo en Efesios 6:19 que oren por él si ya tiene a Jesús intercediendo?

    Por tanto, hasta aquí ninguno de los argumentos ataca verdaderamente la posibilidad o licitud de que los Santos y Ángeles intercedan o que nosotros les pidamos intercesión.

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  3. El único argumento que se da es en el punto "(2)", que simplemente dice que para poder escuchar nuestras oraciones en el cielo deberían ser omniscientes, cosa que evidentemente no son. Y, por tanto, parece que no se les puede pedir lo que no van a escuchar.

    Pero tal argumento es erróneo.
    Pueden escuchar nuestras oraciones sin necesidad de ser omniscientes y siendo finitos y limitados, porque el alma separada sí puede conocer lo que aquí acontece por participación de la ciencia divina. Ese, de hecho, es el modo de conocer lo singular de los ángeles, por especies infundadas.

    Luego, la idea de que "cada vez que la Biblia menciona el orar o hablar con los muertos, es dentro del contexto de magia, brujería, necromancia, y adivinación", es una falacia de falsa equivalencia el equiparar eso con la intercesión de los santos.
    Porque ni la magia, ni la brujería, ni la necromancia ni la adivinación implican orar a los Santos. Y eso tampoco implica "hablar" a los santos.

    La adivinación implica el querer averiguar lo futuro mediante medios ilícitos. En la intercesión no hay adivinación.
    La necromancia es adivinación por invocación de demonios. Los Santos no son invocados para que se manifiesten o respondan por adivinación, y menos son demonios.

    Por lo que 1 Samuel 28:7-19 no es precisamente un ejemplo de lo que se hace en la petición de los Santos.

    Además de que en luego se vuelve a repetir la inconsistencia ya señalada. Se dice:
    "Es plenamente claro que el orar a María o a los santos es completamente diferente del pedirle a alguien aquí en la tierra que ore por ti. Esta opción tiene una fuerte base bíblica, la otra no tiene..."

    Para luego afirmar:
    "No hay absolutamente ninguna base o necesidad para orar a alguien más que solo a Dios".

    Hermano, acababas de decir que "pedirle a alguien aquí en la tierra que ore por ti (...) tiene una fuerte base bíblica", para luego decir "no hay absolutamente ninguna base o necesidad".

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