miércoles, 30 de agosto de 2017

Jerusalén, el año 70 y la fidelidad de Cristo: una historia que aún nos habla

Cada 30 de agosto recordamos un día que marcó la historia bíblica y universal: la destrucción de Jerusalén y su Templo en el año 70 d.C.. Aquel suceso no fue un accidente militar, sino el cumplimiento exacto de lo que Jesús había anunciado décadas antes.

El historiador judío Flavio Josefo, testigo presencial de la guerra, nos dice algo sorprendente:

“El Templo fue destruido el mismo día en que el primer Templo cayó bajo Nabucodonosor.”
(Paul L. Maier, Josefo: Los escritos esenciales, p. 346)

La fecha no solo fue trágica; fue simbólica. El juicio de Dios se repetía exactamente sobre el mismo lugar.

Jesús lo había dicho con claridad

Cuando los discípulos, maravillados por las piedras del Templo, le mostraron su grandeza, Jesús les respondió:

“Vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra.”
(Lucas 21:6)

Y lo dijo con profundo dolor:

“¡Jerusalén, que matas a los profetas!... He aquí vuestra casa os es dejada desolada.”
(Mateo 23:37–38)

Para Jesús, la caída de Jerusalén no sería un simple evento político, sino un juicio pactual:
la consecuencia de siglos de rebelión, incredulidad y rechazo del Mesías prometido.

El sitio romano: un juicio que ambos bandos reconocieron

Durante el asedio, Tito —general romano— ordenó repetidas veces salvar la ciudad y el Templo. Josefo afirma que Tito incluso lloró al ver los barrancos llenos de cadáveres, diciendo:

“Pongo a Dios por testigo de que esto no es mi culpa.”
(Josefo, p. 335)

Y en otro registro antiguo, Apolonio de Tiana cuenta que Tito rechazó recibir honores militares diciendo:

“No hay mérito en vencer a una nación abandonada por su propio Dios.”
(Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana, 6.29)

Incluso los paganos entendieron que Jerusalén sufría un juicio divino.

Profanación antes de destrucción

Josefo deja claro que el Templo fue profanado primero por los mismos rebeldes judíos:

  • Usaron los patios sagrados como fortaleza militar.

  • Apilaron cadáveres dentro del Templo.

  • Dispararon desde sus techos.

  • Violaron todas las prohibiciones rituales.

Tito les dijo:

“Vosotros sois quienes contamináis vuestro propio santuario… ¡Yo quería preservarlo!”
(Josefo, p. 340)

El fuego romano vino después de una profanación previa y horrenda, una verdadera “abominación”.

Jesús también profetizó la señal previa

Jesús había advertido:

“Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que su destrucción está cerca.”
(Lucas 21:20)

Y añadió:

“Estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas escritas.”
(Lucas 21:22)

Esta profecía se cumplió literalmente cuando el ejército romano cerró la ciudad.
Los cristianos que obedecieron las palabras de Jesús huyeron a Pella y salvaron su vida (Eusebio, Historia Eclesiástica 3.5).

Incluso Apocalipsis refleja esta realidad histórica

El Apocalipsis señala:

“El atrio… ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa por cuarenta y dos meses.”
(Apocalipsis 11:1–2)

Un cuadro perfecto de un Templo aún en pie, pero a punto de ser profanado y destruido por manos gentiles.

¿Qué significa todo esto para nosotros hoy?

La caída de Jerusalén nos recuerda tres verdades centrales:

1. Cristo es un Profeta verdadero.

Cada palabra que pronunció se cumplió al detalle.
Su autoridad no es simbólica: es histórica, verificable, irrefutable.

2. Dios juzga la infidelidad religiosa.

Jerusalén no fue juzgada por su etnia, sino por su rebeldía espiritual.
Fue un juicio contra un sistema religioso que negó a su propio Mesías.

3. La Iglesia también puede caer en infidelidad.

El juicio del 70 es un espejo para nosotros:

¿Qué ocurre cuando el ritual reemplaza la fe?
¿Cuando la religión evita la obediencia?
¿Cuando Dios es usado, pero no amado?

Reflexión final

Cada 30 de agosto no solo recordamos una tragedia histórica.
Recordamos un mensaje solemne de Cristo:

“Vuestra casa os es dejada desolada.”

Cuando Jesús deja una casa, no queda nada en pie.

Pero también recordamos una esperanza:

Los cristianos que escucharon a Jesús fueron preservados.
Dios siempre guarda a su pueblo fiel, incluso en tiempos de juicio.

Que la historia de Jerusalén nos impulse no al temor, sino a la fidelidad. A vivir en obediencia, discernimiento y confianza en Cristo, Rey y Señor de la historia.


¡Piensa en esto cristiano!

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También puedes leer algo de esto en  https://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_de_Jerusal%C3%A9n_(70) 


domingo, 13 de agosto de 2017

¿Es el MicroChip la Marca de la Bestia?



Hank Hanegraaff nos dice en su libro El Código del Apocalipsis, que una correcta “escatología exegética” jamás nos llevará a especular mentiras sobre una supuesta implantación del microchip como “la marca de la bestia”.
“Y hace que a todos, a pequeños y grandes, a ricos y pobres, a libres y esclavos, les pongan una marca en su mano derecha o en su frente, y que ninguno pueda comprar o vender, sino el que tiene la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí está la sabiduría. El que tiene entendimiento, deduzca el número de la bestia, porque es número de hombre: su número es seiscientos sesenta y seis.” Apocalipsis 13.16-18 BTX

Los principios que Hanegraaff propone son los siguientes:

El Principio Literal
El principio literal exige que este texto sea interpretado en el sentido original mejor que en un sentido literal. Si yo le digo que está lloviendo a mares, eso no significa que el mar se fue al cielo para después caer de allí a la tierra. De la misma forma, el contexto del Apocalipsis nos lleva a la conclusión inevitable de que la marca de la Bestia es un lenguaje simbólico que intentaba representar la identificación con la Bestia.

El Principio de Iluminación
El principio de iluminación añade claridad mostrando que el Santo Espíritu ilumina lo que está en el texto; la iluminación no va más allá del texto. Por eso, la noción de que la marca de la Bestia se refiere a la adoración del domingo, a un número de seguro social o a un microchip de silicón es producto de una imaginación fértil más que de una iluminación fiel.

El Principio Gramatical
El principio gramatical descarta la interpretación de LaHaye de que la marca es un biochip incrustado físicamente en el cuerpo.1 Siguiendo el mismo parámetro de LaHaye, una interpretación correcta requeriría que la marca fuera colocada específicamente en la mano derecha y en la frente más que ser implantada científicamente en el cuerpo (Apocalipsis 13.16).


El Principio Histórico
El principio histórico de manera similar excluye la opinión de LaHaye de que la marca de la Bestia es la implantación física de un biochip. En contexto Juan les dice a los lectores del siglo I que con «sabiduría» y «entendimiento» ellos pueden «calcular el número de la Bestia». No habría sabiduría o visión que pudiera hacer que el auditorio del siglo 1 de Juan pudiera calcular el número de la Bestia del siglo XXI. Tampoco una Bestia del siglo I hubiera podido emplear la tecnología del biochip del siglo XXI.”

La predicación de que “la marca de la bestia es un microchip” que se implantará en contra de su voluntad a las personas bajo el gobierno del anticristo es producto de una interpretación “literalista” de lo escrito en el Apocalipsis.

Aquí, los maestros “expertos” de la profecía moderna, aquellos que tienen el libro de apocalipsis en una mano y en la otra mano un periódico o un control remoto de TV para ir de un noticiero a otro; le han arrebatado la capacidad de razonar a sus fieles creyentes y seguidores.

Por ejemplo, cada vez que se muestra un adelanto sobre el microchip, han salido a decir: “corran por su vida, el tiempo está cerca”, o frases como “señal de los últimos tiempos, ya está vigencia el uso del microchip”. Otros peor aún, creen que el chip de los celulares, las tarjetas de crédito, o del DNI ya es la marca de la bestia, y están preocupados pensando que, aunque son cristianos, ya están “marcados” por la bestia.

Esta doctrina enseña que el anticristo estará gobernando en los años de la gran tribulación. Ellos están alarmados y preocupados pero ¿acaso ellos mismos no creen que la Iglesia será arrebatada antes del gobierno del anticristo? Entonces, esto es incongruente.

Conclusión:
Los principios de la Escatología exegética de forma integral excluyen la posibilidad de que los seguidores de la Bestia sean personajes del siglo XXI con una tecnología biochip implantada en sus cuerpos.

¿Pudiera ser que el simbolismo de Juan se refiere a una realidad más gráfica?

¿Podría significar que nuestra mano derecha simboliza lo que hacemos y nuestra frente simboliza lo que pensamos?

¿Puede la marca identificarnos metafóricamente como individuos que pertenecen a la Bestia o individuos que pertenecen al Cordero; a Cristo o al Anticristo?2


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Esta literatura es altamente recomendada sobretodo para la Latinoamerica, una región donde el dispensacionalismo es fuertemente predicado desde los púlpitos.

También puede leer los siguientes libros sobre escatología bíblica en:

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Notas Bibliográficas:
  1. LaHaye y el novelista Jerry B. Jenkins, es una serie de ficción del futuro cercano que presenta un invisible rapto de los cristianos de la Tierra seguido por un período de siete años de tribulación dirigidos por el Anticristo, así como otros acontecimientos proféticos inferidos por la corriente popular dispensacionalista premilenial que se originó con John Nelson Darby. (https://es.scribd.com/doc/50603972/lahaye-tim-dejados-atras-1 )
  2. Hanegraaff, H.2008, El Código del Apocalipsis, Grupo Nelson: NT, Pág. 10-11

miércoles, 2 de agosto de 2017

El Microchip y la Marca de la Bestia

"..De modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre." (Apocalipsis 13:17)
Si existe un tema que a menudo causa furor en las conversaciones entre cristianos y recientemente en las redes sociales, es la marca de la bestia y los microchips. Son muchísimos creyentes los que afirman que la marca de la bestia será implantada a los seres humanos mediante estos dispositivos electrónicos.

Los recientes proyectos de algunas empresas de implantar microchips a sus empleados, ha despertado nuevamente la polémica. Es sorprendente cómo este tipo de cosas alimenta el frenesí de la especulación del fin del tiempo, alimentado por los libros de ciencia ficción y los titulares de los periódicos.

De hecho, existe también especulación sobre la identidad del anticristo, el gobierno mundial y el momento de la venida de Cristo. Los libros sobre la profecía bíblica se publican ad nauseum, y a muchos les encanta. Pero es tiempo que consideremos que nos dicen las Escrituras, y en este caso, 
específicamente sobre la marca de la bestia.

Es importante que al acercarnos al libro de Apocalipsis, consideremos es que es un libro que contiene muchos símbolos. Además, es importante permitir que el libro interprete sus propios símbolos o arroje luz sobre ellos a través de paralelismos.

Contextualizando la palabra “marca”
Para comprender el uso de la palabra marca en el contexto de Apocalipsis, es necesario que consideremos su trasfondo. La palabra marca viene del término griego χάραγμα [charagma], puede ser traducida como sello o inscripción. Cuando es utilizada en Ap. 13:17, hace referencia al totalitarismo religioso de la adoración del emperador”[1]. 

El marcar era común en la Antigüedad. Algunos esclavos eran marcados con algún símbolo que representaba a sus amos, como también algunos devotos con las marcas de las deidades

A. T. Robertson, dice: Los animales y los esclavos eran frecuentemente marcados con el nombre del dueño, de la misma manera que Pablo (Gá 6:7) llevaba las stigmata de Cristo. Ptolomeo Filadelfo obligó a algunos judíos alejandrinos a recibir la marca de Dionisio como devotos de este dios (3 Mac. 3:29)"[2]

Como bien señala Mitchell G. Reddish, “el pueblo de Dios está sellado con una marca para indicar que pertenecen a Dios, por lo que los seguidores de la bestia también están marcados como una indicación a quien pertenecen sus lealtades. Para Juan no hay lugar para el compromiso.[3] Perteneces a Dios o perteneces a la bestia (en este sentido, al emperador)

Marcar a personas era una práctica común en el imperio Romano, que apuntaba únicamente a mostrar el dominio que éste poseía. Y para los cristianos de aquel entonces, esto era un asunto muy serio. Pero trayendo este asunto al plano espiritual, ¿cómo podríamos entender la marca de la bestia?

La marca de la bestia y el sello de Dios
G. K. Beale, dice que hay dos sellos por un lado los incrédulos tienen el sello del mundo, “pero los fieles tienen el sello de Dios el Padre a través de Jesucristo . Si la "marca" en Apocalipsis 13: 16-17 debe tomarse literalmente, lo que es improbable, significa que los cristianos están excluidos de las relaciones económicas porque se niegan a usar los medios comunes, aunque idólatras, de los tratos económicos. 

La "marca en la frente", que es "el nombre de la bestia" y "el número de su nombre" (así v. 17), es la parodia y opuesto del "sello" en 7: 3-8, que es el "nombre divino escrito en la frente" de los verdaderos creyentes (14: 1, así también 22: 4, 3:12). Puesto que el sello del verdadero creyente es invisible, también lo es la "marca" del incrédulo […] Aquellos que han creído en Jesús se han identificado con él y están protegidos por el poder de su nombre contra el engaño final. Su nombre no es otro que su propia presencia con ellos (como 22: 4 lo hace explícito) […]La marca también puede significar que los seguidores de Cristo y la bestia están marcados con la imagen (es decir, carácter) de sus respectivos líderes. (La palabra griega significa no sólo "marca" o "sello", sino también "imagen")” [4]

Con todas estas cosas en mente respecto a Apocalipsis 13:17, es absurdo identificar la "marca en la frente y la mano" con algún tipo de microchip físico.

Kenson Josue Gonzalez
(Publicado inicialmente en: http://kensongonzalez.blogspot.pe/2017/07/el-microchip-y-la-marca-de-la-bestia.html)
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Bibliografía
1 - Kittel, Gerhard, Bromiley, Geoffrey William,Friedrich, Gerhard (1964). Theological Dictionary of the New Testament (TDNT) (10 vols.) Eerdmans
2- Robertson Thomas Archibald, (2003). Comentario al texto griego del Nuevo Testamento. Editorial Clie.
3- Reddish G. Mitchell, (2000). Revelation (Smyth & Helwys Bible Commentary)
4- Beale G. K, (2013). The book of Revelation (NIGTC). Eerdmans.