miércoles, 13 de marzo de 2024

ACCIDENTE AÉREO CHIN CHIN - CASCAS

El 13 de enero de 1970, el OB-R-776 se perdió durante un vuelo de Trujillo a Juanjuí, muriendo los 28 ocupantes.








No se tiene una foto del avión, pero era un Douglas OB-R-776

Salida del Aeropuerto de Huanchaco- Trujillo:

Hora de salida:


Sitio Web con información del avión: aquí. Aqui.


Status:
Date:Wednesday 14 January 1970
Type:Silhouette image of generic DC4 model; specific model in this crash may look slightly different
Douglas RC-54V (DC-4)
Operator:Faucett Perú
Registration:OB-R-776
MSN:10591
First flight:1945
Crew:Fatalities: 4 / Occupants: 4
Passengers:Fatalities: 24 / Occupants: 24
Total:Fatalities: 28 / Occupants: 28
Aircraft damage:Damaged beyond repair
Location:Pozo Chuño Mountain, Contumazá district (   Peru)
Phase:En route (ENR)
Nature:Domestic Scheduled Passenger
Departure airport:Trujillo Airport (TRU/SPRU), Peru
Destination airport:Juanjuí Airport (JJI/SPJI), Peru

Narrative:
Crashed into a mountain.

Probable Cause: Probable causes were: 
1) Mental state of pilot-in-command which adversely affected judgment and efficiency. 
2) Human error by PIC. 
3) Faulty control of air traffic. 
4) Inadequate meteorological conditions. 
5) Faulty navaids along the route.


Fotos de siniestros similares de Douglas: aquí.

Página de registro de accidentes: aquí.

GRAN TRIBULACIÓN "cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá"

Algunos señalan que la tribulación a la que Jesús se refiere NO pudo haber sido local ni todo lo relacionado a los acontecimientos del primer siglo en la destrucción de Jerusalen y su templo.

Los futuristas señalan que Jesús habló de una tribulación [(sin precedentes y sin comparación)]. Que no pudo haber sido la del primer siglo puesto que aquello facilmente es superado por el holocausto y otros eventos mundiales posterior al primer siglo.

El señalamiento y controversia viene a causa de la expresión de Jesús:
(“cual no la ha habido ni la habrá".)
La mayoría de los exégetas estan de acuerdo en que la biblia debe ser interpretada con la biblia misma como base de interpretación.

Veamos cual es el lenguaje BÍBLICO detrás de la expresión: (**No la ha habido ni la habrá**)
En Ezequiel 5:9, Dios mediante el profeta dice al profetizar la caída de Jerusalén en el 586 a.C.
“Y haré en ti: lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante a causa de todas tus abominaciones.”
Sin embargo en el 167 a.C. Jerusalén sufrió de una manera muy grande y semejante a mano de los griegos y nuevamente en el 70 d.C. pasaría algo similar e incluso mayor, ejecutado por los romanos.
Vemos que la expresión "ni jamás haré cosa semejante" señala un evento mayor e importante; ÚNICO en su clase, pero no necesariamente final o irrepetible de algún modo.

En Joel 2:2, para referirse al mismo acontecimiento que Jeremías y Ezequiel, usa un lenguaje también similar:
“Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones.”
Sin embargo sucede lo mismo, siendo que hubo pueblos posteriores a los caldeos que eran más fuertes, así como los romanos.
La expresión "no lo hubo jamás, ni lo habrá”.. juega la misma función que en Ezequiel. Señala un evento particular y único en su clase pero NO pretende indicar que no pueda repetirse algo semejante o mayor de alguna manera y forma.

En Jeremías 4:23, y en Isiaías 34:11 se usa la misma expresión hebrea “tohu vabohu” (niveles de asolamiento en la Reina Valera 1960) para referirse al juicio de aquella profecía, acompañándose además de un castigo (((‘perpetuo’,))) de generación en generación.
Sin embargo, acá se profetizaba simplemente la destrucción de Edom (Is. 34:5) y la profecía no se refería al fin de todo lo creado.

Fuera de la profecía apocalíptica, existen varios otros ejemplos de uso de expresiones absolutistas e hiperbólicas para referirse a situaciones de menor escala, como en;
Exódo 11:6 se dice que: “habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto; “cual nunca hubo, ni jamás habrá”, donde en lenguaje hiperbólico se refiere a la plaga de la matanza de los primogénitos. Esta fue ciertamente una tremenda desgracia para los egipcios, pero se debe reconocer que no se refiere a una expresión literal.

En Sofonías 2:9 hay referencias a Sodoma como si hubiera sido asolada de forma (perpetua y continuamente), sin embargo, se trata de una expresión proverbial poética para expresar el gran y memorable castigo que recibió por su pecado.

Con estos ejemplos es claro que el lenguaje que usa Jesús, según los registros de Mateo y Marcos, es el mismo que usaron de los profetas veterotestamentarios: uso de lenguaje profético apocalíptico que no buscaba necesariamente comunicar que se hablaba de algo irrepetible, sino más bien de algo muy grande, en este caso sobre el juicio final que tuvo la ciudad santa del antiguo pacto.

La Gran Tribulación advertida por Jesús en Mateo 24 sucedió en el primer siglo.

sábado, 9 de marzo de 2024

¿ES NECESARIO ORAR EN UN MONTE?






Seis razones para repensarlo a la luz del Nuevo Testamento

En algunos contextos evangélicos, especialmente dentro del ámbito pentecostal y neopentecostal, se ha vuelto común la práctica de subir a cerros o montes con la finalidad de orar. Muchos consideran que estos lugares ofrecen una “conexión especial” con Dios. Sin embargo, desde una perspectiva bíblica del Nuevo Testamento, es importante evaluar esta práctica a la luz de la enseñanza de Jesús y los apóstoles. A continuación, presento seis razones por las cuales no debemos considerar la oración en un monte como un requisito espiritual o una experiencia más santa que otras.


1. No hay un mandamiento en el Nuevo Testamento que ordene orar en montes o cerros

Jesús nunca enseñó que la oración debía hacerse en lugares elevados. Tampoco encontramos en las epístolas de los apóstoles ninguna indicación de que la oración en montes sea más eficaz o necesaria. Por el contrario, la oración en el cristianismo está desligada de cualquier geografía específica, porque Dios es Espíritu y está presente en todo lugar (Juan 4:24).


2. La montaña no es un lugar más “sagrado” que otros

Desde la venida de Cristo, los lugares “santos” como templos, montes o ciudades específicas ya no poseen valor espiritual superior. En el Nuevo Pacto, no se trata de un lugar físico, sino de una relación viva con Dios por medio de Jesucristo. Pablo declaró claramente que “Dios no habita en templos hechos por manos humanas” (Hechos 17:24), y Jesús afirmó que el Padre busca adoradores en espíritu y en verdad, no en lugares físicos delimitados (Juan 4:20–24).


3. Sí, Jesús oró en los montes, pero por razones prácticas, no místicas

Es cierto que Jesús oraba en los montes (Lucas 6:12; Marcos 1:35), pero no lo hacía porque fueran lugares sagrados. Más bien, buscaba privacidad y silencio en medio de la multitud que constantemente lo rodeaba. Además, en la región montañosa de Galilea, era común que la gente se desplazara por sendas elevadas, y que incluso pernoctaran allí en sus recorridos. Jesús valoraba el retiro, no el lugar en sí. Lo importante era su comunión con el Padre, no la altitud del terreno.


4. La oración es un acto constante, no dependiente de un sitio especial

El apóstol Pablo enseñó: “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). Esto implica que la oración es una práctica continua, que puede realizarse en cualquier lugar: en casa, en la calle, en el trabajo, en la iglesia o en el campo. La presencia de Dios no está confinada a lugares altos ni ocultos. Él escucha a los suyos en todo momento y en cualquier lugar donde haya un corazón sincero.


5. En algunos casos, la oración en el monte puede alimentar el exhibicionismo espiritual

Sin ánimo de generalizar, es innegable que en algunos contextos se ha desarrollado una especie de “espiritualidad performativa” alrededor de la oración en cerros. Algunos creyentes, al publicar sus visitas a estos lugares o al enfatizar su sacrificio al subir, pueden proyectar una imagen de mayor consagración. Esta actitud, lejos de honrar a Dios, corre el riesgo de desviar la atención hacia el ego religioso. Jesús fue claro al advertir: “Cuando ores, entra en tu aposento... y ora a tu Padre que está en secreto” (Mateo 6:6).


6. Jesús enseñó que la adoración verdadera no está atada a un lugar geográfico

Cuando la mujer samaritana le preguntó a Jesús sobre el lugar correcto para adorar (si en el monte Gerizim o en Jerusalén), Él respondió con claridad: “Créeme, mujer, la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre... Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:21–24). El énfasis está en la actitud del corazón, no en la ubicación del cuerpo.


📌 Nota final

No creemos que orar en un monte sea pecado. Dios puede ser buscado en cualquier lugar de su creación. Y sin duda, hay creyentes sinceros que suben a un cerro con el propósito de retirarse del bullicio y buscar a Dios con reverencia. De hecho, admirar la creación y glorificar a Dios por ella es algo profundamente bíblico: “Los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmo 19:1).

Sin embargo, no debemos asociar erróneamente la altitud geográfica con una mayor cercanía espiritual. Nuestra comunión con Dios no depende del lugar, sino de Jesucristo, nuestro único mediador. Si decidimos visitar una montaña, que sea para disfrutar de la creación con gratitud, para orar con humildad, o simplemente para contemplar el poder de Dios en la naturaleza. Pero no pensemos que un monte es más eficaz que nuestro aposento, nuestra sala o nuestro corazón arrepentido.


🙏 ¡Piénsalo, cristiano!

El monte no es más santo que tu habitación. Dios no está más cerca en la cima de un cerro que en la humildad de tu corazón. La oración que agrada al Padre es la que brota de un espíritu contrito y una fe sincera, esté donde esté.