domingo, 30 de abril de 2017

Profecías No Cumplidas de Elena G. de White

1. Profecías que habrían sido falsas

 
A. Profecías que habrían sido falsas. (Primeros Escritos, p. 75, edición en inglés.)

B. Profetizó que ella estaría viva cuando Jesús regrese. (Primeros Escritos, p. 15-16)

C. Profetizó que Inglaterra declararía la guerra a los Estados Unidos durante la guerra de secesión, lo que no sucedió. (Testimonios para la Iglesia, t.1, p. 259.)

D. Profetizó que la guerra de secesión americana (1861 – 1865) era una señal de la pronta venida de Cristo. (Testimonio para la iglesia, t. 1. 260).

E. Profetizó en los años 50 del siglo XIX, que Cristo regresaría en “unos pocos meses”. (Primeros Escritos, p. 58,64,67).

F. Profetizó que los adventistas que vivieran en 1856 estarían vivos para la segunda venida de Cristo. (1 Testimonio, p. 1331-132).

G. Profetizó que Cristo regresaría antes de que fuera abolida la esclavitud en Estados Unidos (Primeros Escritos, p. 35,276), lo que sucedió en 1863.

2. Conceptos científicos supuestamente disparatados e incluso gravemente inmorales.

A. Afirmó que algunas razas eran fruto de las relaciones sexuales entre animales y hombres (Spiritual Giftsvol. 3, p. 64, 75; The Visions of Mrs. E.G. White, p. 103).

B. Afirmó que el profeta Enoc habitó en Júpiter o Saturno, junto con otros seres (Early Writingpp. 39, 40).

C. Afirmó que tenemos órganos animales en el cerebro y que el utilizar peluca provocaba la pérdida de la salud mental. (The Heath Reformer, 1 de Octubre 1871; The Second Advent Review and Sabbath Herald, 17 de Octubre 1871).

3. Ellen White enseño como inspiradas por Dios afirmaciones que secontradicen con la escritura.

A. Afirmó que Satanás llevará los pecados de la humanidad (The GreatControversy, p. 422, 485; Testimonies for the Churchvol. 5, p. 475) en contra de la escritura, que señala que fue Cristo (1 Pedro 2:24; Juan 1:29)..

B. Afirmó que Dios había enviado un ángel para conservar con Caín (Spiritual Giftvol. 3, p. 48-49, edición 1864) en contra de Génesis 4:6-7.

C. Afirmó que el sello de Dios es el Sábado (Testimonies for the Churchvol. 8, p. 117; The Great Controversy, p. 640) en lugar del Espíritu Santo

(Efesios 1:13, 14; 4:30; 2 Corintios 1: 21-22).

D. Afirmó que la expiación realizada por Cristo no fue concluida en la cruz (The Great Controversy, p. 422, 623; Testimonies for the Churchvo. 1, p. 58) en contra de lo séñalado en la Biblia (Hebreos 9: 26; 10:12; Juan 19:30).

F. Afirmó que podemos lograr mediante nuestro esfuerzo la impecabilidad absoluta (Seventhday Adventis BibleCommentaryvol. 6, p. 1118) en contra de lo establecido en la Escritura (1 Juan 1: 8-10).

G. Afirmó que Cristo solo intercede ante Dios por los que son adventistas (Early Writings, p. 261) en contra de lo establecido en las Escrituras (Juan 17:20; 1 Juan 4:7; 5:1; etc).

H. Afirmó que en los últimos días la gente debe abandonar las iglesias y unirse al adventismo para ser salva (Early Writings, p. 261).

I. Afirmó que la salvación derivaba de las buenas obras y no de la gracia de Dios (The Great Controversy, p. 480-482; Selected Messages, v.1, p. 377: Idemvol. 3, p. 147)en contra de la Escritura (Romanos 3:24, 28; Efesios 2: 8,9; Tito 3: 5-7).

J. Afirmó que había escuchado el día y la hora de la Segunda Venida (EarlyWritings, p. 15; Selected Messagesvol. 1, p. 76; The Great Controversy, p. 640; Testimonies for the Churchvol. 1, p. 59) en contra de lo enseñado por Jesús en Hechos 1:7.

K. Afirmó que hasta el 22 de octubre de 1844, Jesús no ascendió a la diestra de Dios (The Great, p. 480) en contra de lo establecido en la Biblia (Hebreos 1:3, 13; 10: 11,12; Apocalipsis 3:21; Hechos 7: 55,56).

¿Bautismo con fuego?




¿Qué es “bautismo con fuego”?



Primera interpretación:
“Bautismo con fuego es la obra purificadora del Espíritu Santo”

Segunda interpretación:
“El bautismo con fuego es el juicio final sobre los incrédulos”

La pregunta surge de leer Mateo 3.10-12, Así como Lucas 3.15-17

“Y ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles, de modo que todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Yo ciertamente os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, cuyas sandalias no soy digno de llevar. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Tiene su aventador en la mano y limpiará bien su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja con fuego inextinguible.”

Una revisión a las anotaciones de las Biblias de estudio, comentarios bíblicos, sermones y artículos sobre este pasaje concuerdan con la primera interpretación “Bautismo con fuego es la obra purificadora del Espíritu Santo”. Hay grandes exégetas que concuerdan con esta interpretación, como Henry Alford (1810-1871), George Campbell Morgan (1863-1945) y Philip Arthur Micklem (1876-1965). Mathew Henry por ejemplo, en su Comentario traducido por Francisco Lacueva dice lo siguiente al respecto:

“…quienes son bautizados en (o con) el Espíritu Santo, son bautizados con fuego ¿Es iluminador el fuego? Así es el Espíritu Santo un Espíritu de iluminación. ¿Calienta el fuego? ¿Y no arden sus corazones dentro de ellos? ¿Consume el fuego? ¿Y no consume el Espíritu de juicio la escoria de nuestras corrupciones? ¿No tiende el fuego a subir hacia arriba, y a hacer las cosas que alcanza semejantes a él? Así también el Espíritu hace al alma semejante a Él, y su tendencia es hacia el Cielo.”(1)

Pero, aunque la primera interpretación es sostenida por grandes exégetas, hay otros que le hacen justicia a este texto interpretándolo en su contexto, uno de ellos, muy representativo entre los hermanos pentecostales de Asambleas de Dios, es Stanley M. Horton, quien sostiene la segunda interpretación:

“El bautismo con fuego es el juicio final sobre los incrédulos”.

No se puede decir que el auditorio de Juan el Bautista se compone solamente de los creyentes (Mateo 3.7). El mensaje de juicio tenía sentido para una "raza de víboras". El contexto en su conjunto apunta a la idea del juicio de los fariseos y saduceos. El mensaje de Juan, y Jesús siempre fue muy duro para esta clase de religión.

“El bautismo con fuego es el juicio final sobre los incrédulos”.

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1.Comentario Bíblico de Mathew Henry, 1999, Editorial Clie: Barcelona-España, Pág. 1074

¿Profetas falibles o «Profecías Condicionales»?

¿"Profetas falibles" o "profecías condicionales"?

Una plataforma en internet, de origen adventista dice que las “profecías son condicionales”, y lo aseguran porque “está sujeta a la acción de las personas mencionadas en dicha profecía”.
Citan a Jonás 3.4 (entre otras citas) sobre el mensaje de la destrucción de Nínive, y pues, todos sabemos que esa ciudad no fue destruida porque Dios los perdonó.

¿Y qué pasó con la profecía de Jonás contra Nínive? La respuesta está en las mismas Escrituras. Cuando se escribe el libro, se detalla lo que sucedió en tiempo pasado. El escritor sabía de la profecía de Jonás, que fue el anuncio de un juicio contra Nínive, nunca se cumplió (o se postergó cerca de doscientos años su cumplimiento), es decir; no es una profecía que no se cumplió por causa de la intervención del hombre, de su arrepentimiento. Tal parece que Dios no buscaba la destrucción de Nínive sino su arrepentimiento.

Ese era el designio de Dios para Nínive y por eso envía a Jonás. ¿Acaso Dios no es omnisciente y sabía que ese pueblo se arrepentiría? Por eso Jonás le dice: “¡Oh YHVH! ¿No era esto lo que decía yo estando aún en mi tierra? Por eso huí a Tarsis, porque sabía que Tú eres clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en misericordia, que desistes de dar castigo.” (Jonás 4.2 BTX)

Jonás desde un principio tenía la certeza de que Dios lo enviaba a una misión de la cual sería visto como un profeta falible, pero en realidad él lo sabía desde ya y no le quedaba opción que aceptar el designio de Dios. Parece que quien en realidad quería la destrucción de esta ciudad pagana era Jonás, mientras que Dios estaba buscando su arrepentimiento, y lo logró.

Se sabe que Elena G. de White dio muchas profecías que no se cumplieron, la más sobresaliente, la venida de Jesucristo en 1850. Pero lo curioso es que, aunque todos sabemos, los apologistas adventistas alegan que las profecías de White eran condicionales.

¿Es la incredulidad en la profecía una condición para su cumplimiento? Muchos carismáticos también están afirmando lo mismo. Veamos un solo texto aplastante ante estas falsas enseñanzas.

“¿Quién dijo algo y ocurrió, sin que Adonay lo dispusiera?” Lamentaciones 3.37 (BTX)

Note que Dios mismo dice que si alguien habla algo, alguna profecía por ejemplo, no lo hace si Él no los dispone. Qué verdad para más devastadora. No se trata de que por ahí, alguien se puso a practicar el “profetizar, decretar y declarar” y luego cuando no se cumple, se le atribuye que no se cumplió por culpa del hombre. Qué horror!

Miren, el ángel Gabriel viene y le da la profecía del nacimiento de Juan el Bautista a Zacarías, y éste dudó, no creyó, pero el ángel le aseguró: "He aquí estarás mudo y sin poder hablar hasta el día que lleguen a suceder estas cosas, por cuanto no creíste a mis palabras, las cuales serán cumplidas a su debido tiempo." (Lucas 1.20 BTX) ¿Acaso la profecía dejó de cumplirse por la duda del hombre, de Zacarías? No.

Si Dios dispone algo, Él lo cumplirá. Por ello Isaías 46.9-10 dice: “...Yo soy Dios, y no hay otro, No hay otro Dios semejante a mí, que desde el principio anuncio el fin, y desde antiguo cosas que no estaban hechas, que digo: Mi designio se cumplirá y haré todo mi deseo;”

Se sabe que en una iglesia en California, un profeta llegó y profetizo al pastor de esa iglesia y le dijo que Dios lo levantaría como el "apóstol de la ciudad", no terminó de profetizar y ese pastor cayó muerto allí mismo, en la plataforma delante de toda la congregación, y la gente se espantó; y muchos le preguntaron al "profeta" qué había sucedido. Él dijo que la profecía era verdad, pero que el diablo interrumpió los planes de Dios. ¿El diablo puede anteponerse a los planes de Dios? No. Esas enseñanzas no son nada bíblicas.

No existe tal cosa de “profecía condicional”. “Dios está en los cielos y Él hace lo que le place” (Salmos 115.3) Dios es el soberano sobre su creación y Él hará conforme a cada uno de sus designios, y nada ni nadie se puede oponer, sino dejaría de ser Dios.

#ReflexionesObligadas

jueves, 27 de abril de 2017

¿Las Palabras Positivas tienen Poder?


Sí. Las palabras usadas correctamente tienen un gran poder motivacional, desafiante y retador. Por ello, sí creo que las palabras tienen poder: el motivacional.

Y esto lo saben los coaches, los entrenadores deportivos, los maestros de artes marciales, profesores de artes gráficas, maestros de música y, en general, todo mentor que espera buenos resultados de sus alumnos usa palabras positivas (adjetivos calificativos positivos).

¿Eso significa que la doctrina del “decláralo y recíbelo” es cierta?

¡No! Una cosa son palabras positivas que estimulan a las personas, otra es darle poder espiritual o divino a estas palabras, lo cual no es bíblico. Inclusive, todo padre debe hacer uso de un lenguaje positivo, agradable y amoroso para con su cónyuge y sus hijos, esto provoca un ambiente de confianza en el hogar, y trae buenos resultados.

Los autores inspirados de las Sagradas Escrituras lo sabían:

“Como naranjas de oro con incrustaciones de plata son las palabras dichas a tiempo.” Proverbios 25:11 (NVI)

En el Nuevo Testamento se nos exhorta a usar un lenguaje correcto y agradable, en otras palabras, un lenguaje positivo:

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal (-cordiales y agradables-), para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” Colosenses 4:6 (RV1960)

La frase inglesa “¡Well Done!”, en español “¡Bien hecho!”, tiene mucho poder motivacional. En mi experiencia personal, lo puse en práctica cuando estuve a cargo de más de ciento cincuenta operarios, y el resultado fue positivo. Yo simplemente apliqué el método recomendado por Ken Blanchard en su libro que lleva esta frase por título: “¡Bien hecho!”[1]

Si esto es así y da resultados, ¿por qué no es correcto “declarar y decretar”?

Nuevamente, decretar y declarar, ya sea salud, prosperidad económica o lo que fuere, no es una práctica bíblica, no lo practicaron los patriarcas, jueces, profetas, ni reyes, no lo enseñó Jesús, ni los apóstoles, no fue una práctica de los cristianos en ningún siglo de la historia. El auge que tiene en este siglo es por la supremacía que se la ha dado al hombre, ya que todo gira en base a su bienestar y confort. Pero esto es totalmente contrario al mensaje de las Escrituras:

“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Lucas 12:15 (RV1960)

Los predicadores que han introducido estos métodos de predicación con el uso de palabras positivas en la iglesia cristiana lo han hecho creyendo que van a lograr mejoras en los creyentes. Han querido facilitar su trabajo de discipular y entrenar con las Escrituras para que los creyentes crezcan en fe.

De la misma manera, estas personas, le han atribuido a las palabras positivas un poder espiritual. Lo cual tiene su origen en las religiones paganas que aseguran que las palabras tienen poder en sí mismas, extrasensorial y trascendental con la capacidad cambiar su realidad, su ambiente, su atmosfera inmediata, y lo han sustentado con la vieja práctica, usada por el mismo diablo, de manipular a los textos sacándolos de su contexto.

Lo digo con mucha seguridad. No hay nada de bíblico en afirmar como Joyce Meyer dice, que “uno de los grandes privilegios que tenemos como hijos de Dios es penetrar, tocar o alcanzar, ese ámbito o esfera en donde Dios …llama a las cosas que no son como si fueran”.[2]

Meyer dice que la boca, del que cree, tiene un poder dado por Dios para prosperar o para hacer la vida infructuosa. Dice que muchos cristianos desconocen este principio que Dios lo da en su Palabra, y al desconocerlo, se están privando de muchas bendiciones, e inclusive esta fórmula:
“...puede obrar en contra nuestra cuando llamamos las cosas que no son la voluntad de Dios, sino de nuestro adversario el diablo”.[3]
Es decir, si no usas tus labios para declarar y decretar bendición, salud y prosperidad para tu vida, por desconocimiento podrías estar declarando infortunio, pobreza y enfermedad.

Los creyentes, que creen y practican esta doctrina, a menudo son personas genuinas, quienes desean salir de una crisis económica o enfermedad, y en su ignorancia cometen estos errores doctrinales; pero por otro lado, puede tratarse de personas que codician bienes materiales y parece que han encontrado al genio de la lámpara.

Miguel Nuñez hace una reflexión sobre la Evangelización en Latinoamérica, en la cual dice que:
“...la mayor parte del evangelio que se oye hoy en nuestros púlpitos, en las estaciones de radio y televisión y en determinados círculos eclesiásticos es el evangelio de la prosperidad o la doctrina de Proclámalo y Recíbelo”.[4]
Es el mismo mensaje del tentador en el jardín del Edén: “Puedes ser como Dios”. Hoy Satanás ofrece prosperidad material a los hijos de Adán, diciendo: “Puedes ser más rico”. En ambos casos, la promesa del pecado resulta ser una amarga mentira.

Muchos de los seguidores de este falso evangelio son, según estudios, personas de la clase media. Estas personas están siendo pseudo-evangelizadas con una deformación de la verdad que está más cerca de la condenación que de la salvación.

Entonces ¿Por qué hemos creído en estas falsas doctrinas?

La mayoría de cristianos, de esta generación, no están interesados en saber si lo que creen tiene fundamento bíblico. Esto es parte del engaño del enemigo de nuestras almas. Por ello, oramos para que caiga el velo de los ojos de muchos para que salir del error.

La Biblia no ordena hacer este tipo de oraciones declarando y decretando. Tener fe es confiar en Dios, que Él hará de acuerdo a su voluntad pues, aunque espera de nosotros que vayamos en oración, Él sabe qué es lo que verdaderamente necesitamos y nos lo dará.

La única razón por la que las personas creen en esta mentira se encuentra en un sistema montado por los predicadores del error, en el cual las Escrituras pasan a un segundo plano, siendo relegadas por el pastor o líder espiritual, quien toma el liderazgo y la función de intérprete autorizado de las Escrituras. El resultado final es que los miembros de las iglesias creen de las Escrituras sólo lo que su pastor les enseña.

Por ello, Edmundo Robb no tiene reparos en declararlo como un error doctrinal, cuando dijo:

“...una de las mayores herejías de la iglesia de hoy es el evangelio de la prosperidad”.[5]
(Robb es un pastor metodista que sinceró su opinión sobre este falso evangelio en uno de sus libros en el año 1997)

La única manera de salir de estos errores es escudriñar la Biblia. La solución es regresar a las Escrituras y darle verdadera autoridad sobre nuestras vidas.

¿En qué concluimos?

Volviendo a las palabras positivas, los cristianos podemos y debemos usar un lenguaje correcto y firme, de confianza y positivo. Pero en el sentido que no hablamos, ni proferimos “palabras deshonestas”, ni maldiciones, ni griterías. En lugar de eso, estamos constantemente estimulándonos a las buenas obras y al buen proceder como cristianos.

Si tenemos necesidades, Pablo nos dice “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7).

Nuestra confianza está, no en nuestras palabras positivas, confesiones positivas o declaraciones y decretos. La verdadera confianza del creyente está en Dios, cuya paz “sobrepasa todo entendimiento”, es decir, Él sabe mejor que nadie lo que necesitamos, lo que nos conviene, y su amor guarda nuestros corazones y pensamientos, velando por nuestra tranquilidad emocional y espiritual.

Qué maravilloso es saber que tenemos un Dios que nos llama a buscarlo en oración para tener una relación genuina con Él, quien también promete darnos más allá de nuestro propio entendimiento, trayendo verdadera paz y seguridad a nuestras vidas. Pero que nos deja claro que no necesitamos decretar y declarar para conseguir las cosas, puesto que no es bíblico.

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[1] BLANCHAR, K, 2002, ¡Bien hecho! Bogotá-Colombia: Editorial Norma, Pág. 15
[2] MEYER, J. 2002, Esta Boca Mía, Bogotá-Colombia: Editorial Buena Semilla, Pág 31
[3] Ibídem, Pág. 31
[4] NUÑEZ et al, 2015, Gracia Sobre Gracia, Medellín-Colombia: Poiema Publicaciones, Pág.32
[5] ROBB, E. 2001, El Espíritu que No Se Intimida, Lima-Perú: Misión Andina Evangélica, Pág. 135

Nota: este artículo  fue publicado inicialmente en: http://esclavosdecristo.com/las-palabras-positivas-tienen-poder/

domingo, 23 de abril de 2017

Sin Expulsión de Demonios no hay Demostración de un Reino de Poder


“Usted sabe que la palabra Evangelio significa “buenas noticias”. Entonces, ¿qué debería pasar cuando predicamos el “evangelio del reino”? Las mismas cosas buenas que pasaban cuando Jesús predicaba. Él demostró el poder del reino con milagros, señales, sanidades y echando fuera demonios. ”1 -Guillermo Maldonado
Una pregunta a Guillermo Maldonado, o a quien piense cómo él. Si es así como él dice, que indefectiblemente la exclusiva manera de demostrar el Reino de Poder es con las señales y prodigios que indica, y exclusivamente hablando de “expulsión de demonios”, ¿por qué el evangelio según Juan no menciona NI UNA SOLA expulsión de demonios? y ¿Por qué las cartas de Pablo, de Pedro, Jacobo, Judas, Juan, la carta a los Hebreos; no mencionan casos de expulsión de demonios, o evidencian que era una señal y práctica de una iglesia que predicaba el evangelio del reino con “demostraciones de poder” como expulsión de demonios? y lo que es más ¿Por qué estas cartas mencionadas últimamente no dan indicaciones o formas de cómo expulsar demonios, como orar para una sanidad absoluta, o para declarar y decretar nuevas atmosferas? ¿Ha leído usted detenidamente el Nuevo Testamento? ¿Sabe de lo que estoy hablando?

¿Eran Juan el autor del cuarto evangelio, Pablo, Pedro, Jacobo, Judas, etc., cesacionistas? ¿O como dice Guillermo Maldonado, eran "teólogos y predicadores …que sólo tienen un conocimiento mental del reino y no un conocimiento práctico del mismo. No han visto el poder de Dios manifestarse de forma visible"?2

Los autores del Nuevo Testamento citados líneas arriba, que no describieron en sus escritos experiencias de expulsión de demonios u otras señales y prodigios, pero que sí dieron testimonio de gente transformada (y advirtieron que vendrían falsos maestros), como dice Maldonado, quizá no lo hicieron porque creían que "...el conocimiento no viene sólo por estudiar la Biblia. Si esto fuera cierto, los teólogos serían los instrumentos más efectivos para manifestar el reino. Sin embargo, una buena cantidad de ellos parece estar atrapada en estancamiento espiritual. Estudian la Biblia de tapa a tapa pero no llegan a tener un entendimiento preciso de Dios, porque rechazan la idea de que su poder opera en nuestro mundo hoy. Si convertimos a Dios en un concepto teológico –limitado por el razonamiento humano- nunca lo conoceremos íntimamente."3


Los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría
La Escritura nos declara:

“Porque la palabra de la cruz ciertamente es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos, es poder de Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé la inteligencia de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el disputador de esta época? ¿No aturdió Dios la sabiduría del mundo? Por cuanto en la sabiduría de Dios el mundo dejó de conocer a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por medio de la necedad de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos al Mesías crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles, necedad; mas para los llamados, tanto judíos como griegos, el Mesías es poder de Dios y sabiduría de Dios.” – 1Corintios 1.18.24

Noten que la solicitud de “señales”, como evidencia de un evangelio de poder no es nada nueva. Los judíos vivían pidiendo milagros y prodigios “como señal” de poder, pero el único poder que Pablo les presenta es la Cruz.

No hay argumento bíblico para decir que si no hay milagros, sanidades, expulsión de demonios, etc., no se está predicando fielmente el evangelio; quien pretende afirmar lo contrario no ha contemplado todos los detalles de las Escrituras, y deberá responder las preguntas hechas arriba.

“Creemos en un Dios de milagros, en lo que no creemos es en milagreros.”

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(1) Guillermo Maldonado, “El reino de poder: cómo demostrarlo aquí y ahora”, 2013, Whitaker House. PA-USA, Pág.20
(2) Ibid, Pág. 20
(3) Ibid, Pág. 254


miércoles, 19 de abril de 2017

"El Reino de Poder: cómo demostrarlo aquí y ahora"



Ya le di una ojeada al libro. Sorprendente, ¡no tiene citas bibliográficas!, no se sabe quién más piensa como él autor, quién más sostiene sus afirmaciones, propuestas e interpretaciones de la Biblia como él las tiene. Propone una visión del Reino de Dios que debe ser manifestado principalmente por "milagros", "sanidades", "resurrecciones", "prosperidad económica", etc. Las únicas citas bibliográficas que encontré fueron de algunas palabras griegas tomadas del diccionario Vine y del léxico Strong (quizá haya de palabras hebreas también, no leí todo el libro aún).

Aquí les copio un párrafo del capítulo "Demostraciones del poder del reino, aquí y ahora."

“-Según- la MENTALIDAD HEBREA, el conocimiento verdadero viene por experiencia. Por lo tanto, no podremos entender muchas cosas de las verdades de Dios hasta que tengamos una experiencia con ellas. El conocimiento no viene sólo por estudiar la Biblia. Si esto fuera cierto, los teólogos serían los instrumentos más efectivos para manifestar el reino. Sin embargo, una buena cantidad de ellos parece estar atrapada en estancamiento espiritual. Estudian la Biblia de tapa a tapa pero no llegan a tener un entendimiento preciso de Dios, porque rechazan la idea de que su poder opera en nuestro mundo hoy. Si convertimos a Dios en un concepto teológico –limitado por el razonamiento humano- nunca lo conoceremos íntimamente.”(1)

¿Cuál es el problema que me surge aquí en este párrafo? El autor parte de una premisa: "-Según- la MENTALIDAD HEBREA, el conocimiento verdadero viene por experiencia".

Ahora, usted compra un libro porque desea -informarse-, entonces, deseo saber (1) ¿Dice la Biblia esta -premisa- "que el conocimiento verdadero viene por experiencia"? Si la Biblia lo dice o lo da a entender, ¿cuál es la cita bíblica? (2) Si hay algún texto fuera de la Biblia, que afirme esta -premisa- que "el conocimiento verdadero viene por experiencia", qué texto es y si es válido tener como base de nuestra Fe un texto extra-bíblico.

Entonces, como el autor no pone la base bíblica para esta premisa, su afirmación siguiente en el párrafo citado ¿Debería tener validez? Él afirma: "no podremos entender muchas cosas de las verdades de Dios hasta que tengamos una experiencia con ellas". Esta afirmación parece una media verdad, la Biblia dice que "...un hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad, y no puede entenderlas porque se han de discernir espiritualmente." (1 Corintios 2.14 BTX)

Digo que "parece una media verdad" puesto que la Biblia afirma que para entender las cosas espirituales "hay que nacer de nuevo", "nacer de lo alto", "nacer del agua y del Espíritu"... Pero el autor, refiere ciertas "experiencias". Él no está haciendo alusión a la "experiencia de la regeneración en el nuevo nacimiento", ¿por qué digo esto? porque en el párrafo él dice contundentemente que "El conocimiento no viene sólo por estudiar la Biblia. Si esto fuera cierto, los teólogos serían los instrumentos más efectivos para manifestar el reino. Sin embargo, una buena cantidad de ellos parece estar atrapada en estancamiento espiritual".

Es decir, según la premisa de que "-Según- la MENTALIDAD HEBREA, el conocimiento verdadero viene por experiencia", muchos teólogos no conocen verdaderamente a Dios, y aunque esto podría ser cierto, el autor no está definiendo en ningún momento qué es "conocimiento verdadero". Ahora procurando entenderlo, concluyo que el autor sostiene que "hay muchos creyentes que nunca han CONOCIDO o que nunca CONOCERÁN el reino de poder, porque no tienen una experiencia con las manifestaciones que él refiere de poder: milagros, sanidades y prosperidad económica".

CONCLUSIÓN:
La premisa "-Según- la MENTALIDAD HEBREA, el conocimiento verdadero viene por experiencia" no la encontramos por NINGÚN LADO. Pero según el autor, los creyentes que no tienen una experiencia con "señales y prodigios" NUNCA HAN CONOCIDO VERDADERAMENTE A DIOS. ¿?

Yo leo en la Biblia: "...respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." (Juan 3.3 BTX)

¿Hay alguna otra fórmula para "VER EL REINO DE DIOS"?

Juzgue usted!

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(1) Guillermo Maldonado, “El reino de poder: cómo demostrarlo aquí y ahora”, 2013, Whitaker House. PA-USA, Pág.254