jueves, 19 de mayo de 2016

¿Feminismo en la Iglesia de hoy?



¿Es acaso una intromisión del movimiento feminista en el evangelicalismo el hecho de que se nombren como oficiales de gobierno de la Iglesia a mujeres hoy en día?

Hay muchas preguntas que deben ser respondidas, mientras tanto hay verdades en las Escrituras que no deben ser pasadas por alto:
“La mujer aprenda con tranquilidad, con toda sujeción; pero no permito a la mujer enseñar ni dominar al varón, sino estar tranquila, Porque Adán fue formado primero, después Havah (Eva). Y no fue engañado Adán, sino que la mujer, siendo completamente engañada, ha incurrido en transgresión, pero será salvada mediante el Nacimiento, si permanecen en fe, amor y santificación, con sensatez.” -1 Timoteo 2.11-15 (BTX-4°)
¿Solo eran lineamientos a Timoteo y no a la iglesia universal?
Las cartas a Timoteo, aunque son cartas personales, eso no significa que sólo sean indicaciones para él, o para la iglesia de Éfeso, en todo caso, la directiva que la mujer “no enseñe ni ejerza autoridad sobre el varón” ¿Estaría restringida su aplicación sólo a Éfeso y no a las demás iglesias? Es increíble, pero hay muchos que están interpretando así, mire un ejemplo:
“… Pablo está aquí tratando con una única situación que existe en Éfeso. Si Pablo hubiera dado una regla universal para el orden de la iglesia en este pasaje, habría utilizado la palabra común del Nuevo Testamento que se significa “autoridad”… Este punto de vista se ve confirmado por el hecho de que hay un cambio del plural al singular, y luego de vuelta al plural en este pasaje. En los vers. 9-10 de cap. 2, Pablo se refiere a “las mujeres” en plural. Pero cuando se trata de la advertencia restrictiva de vers. 11-12, que cambia al singular y se refiere a “una mujer”. Después, en vers. 15, regresa de nuevo para el plural. Esto puede indicar que, al escribir este pasaje, Pablo tenía a una mujer en particular en mente, que era la principal responsable de la difusión de la falsa enseñanza en Éfeso. Sea como fuere, Pablo, en este pasaje, está, obviamente, abordando una situación única, que sucedía en la ciudad de Éfeso.”(1)
Así lo dice Eddie L. Hyatt, y otros autores más, que las cartas a Timoteo no aplican más que para la iglesia de Éfeso, por ello se pasan por alto esta ordenanza sobre el orden establecido por Dios y se apoyan en otros pasajes y argumentos como la diaconiza Febe, el liderazgo de Priscila y Junias. Es aquí cuando en el afán de sostener una práctica no bíblica, se relega la autoridad de las Escrituras a un simple manual de principios que los puedo usar a mi antojo. Es en las mismas cartas de Pablo a Timoteo donde se le dice:
“Fiel es la palabra: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar, no adicto al vino, ni pendenciero, sino amable, apacible, no avaro, que cuide bien su propia casa, que tenga a sus hijos en obediencia con toda dignidad (pues si alguno no tiene cuidado de su propia casa, ¿cómo acogerá a la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que, lleno de orgullo, caiga en acusación del diablo; debiendo tener también buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito o en trampa del diablo.” 1 Timoteo 3.1-7 (BTX)
Siguiendo la línea de interpretación de Eddie L. Hyatt, estos requisitos ¿eran solamente para los “obispos” de la iglesia que lideraba Timoteo? Se sabe que Timoteo fue obispo de todas las iglesias de Éfeso y no de una sola iglesia local, ¿Cómo se aplican las directrices entonces? ¿Hay requisitos para obispos aplicables solamente a las iglesias que dirigía Timoteo? Y cuando Pablo le escribe a Tito, ¿acaso no le da los mismos lineamientos sobre los obispos y ancianos, es decir sobre los pastores varones?
“Por esta razón te dejé en Creta: Para que pusieras en orden lo que faltaba y designaras ancianos (varones y en plural) en cada ciudad, como te ordené: El que sea irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, que no estén acusados de libertinaje o rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios: No arrogante, ni iracundo, ni adicto al vino, ni pendenciero, ni codicioso de ganancias deshonestas; sino hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo, dueño de sí mismo; que retenga firmemente la palabra fiel, conforme a la doctrina, a fin de que sea capaz de exhortar con sana enseñanza y de refutar a los que contradicen.” Tito 1.6-9 (BTX)
Esto es sólo un argumento, de ninguna manera no podemos decir que las cartas a Timoteo no son autoridad para nosotros y para todas las iglesias. Pablo va a decirle a Timoteo “esto encargan a hombres fieles que enseñen también a otros…”. Pablo mismo se está asegurando que estas directivas sean enseñadas a otros aparte de las iglesias de Éfeso. Además, le advierte que “vendrá un tiempo…” de apostasía, la pregunta sería que si seguimos la línea de interpretación de Hyatt, esa apostasía ¿es sólo para Éfeso, o es una advertencia para la iglesia universal?
“Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que sintiendo comezón de oídos, se acumularán para sí mismos maestros conforme a sus propias concupiscencias; y apartarán el oído de la verdad, y serán extraviados a las fábulas.” 2 Timoteo 4.3-4 (BTX)
¿Qué dice Pablo a Timoteo entonces?
Vean que Pablo recalca el principio bíblico de “quién es la autoridad en base al orden establecido por Dios: el hombre”, no hay otra manera. Por ello, la tarea de “enseñar a los varones y al mismo tiempo ejercer autoridad sobre ellos en la iglesia” es del varón no de la mujer, de un pastor y no de una "pastora". Por lo tanto, no se trata de que la mujer esté relegada en la iglesia de hoy, las mujeres pueden enseñar y servir en sus iglesias, pero “sin usurpar la autoridad y principio establecido por Dios.”

Por otro lado, es importante recalcar la labor de muchas “pastoras” que han llevado sobre sus hombros la carga pastoral y han dirigido las iglesias que les han encomendado. No las estamos criticando de “usurpadoras”, digamos que han ejercido ese ministerio basadas en una mala interpretación de las Escrituras. Pero alabamos el hecho que ahora muchas se están retractando.

Intentando responder a las preguntas iniciales
Hay evidencias que la labor de las mujeres en las iglesias de los años 1900 (nacimiento del pentecostalismo) era genuino, era la respuesta a una necesidad, era un “servicio” a Dios; no había intención de alterar el orden bíblico establecido por Dios, ya lo dijimos, era una mala interpretación de las Escrituras.

Muchos grandes hombres de Dios no hubieran logrado ejercer su ministerio sin el apoyo ya sea de su madre o esposa, ese es el verdadero servicio bíblico de la mujer, no el de ser “pastoras de una iglesia”. Pero en estas últimas décadas, hay un real abuso, habiendo entre los evangélicos, no solamente “pastoras”, sino también “apóstolas” y “profetas”. Todas con el título y cargo otorgado por sus iglesias u organizaciones.

¿En qué concluimos?
Otro de los textos usados para afirmar que en Cristo hay “igualdad” entre el hombre y la mujer y por consiguiente, tanto hombres como mujeres puedes ser oficiales en la iglesia es Gálatas 3.28. Es decir, no solamente habría “ancianos”, sino también “ancianas” así como “obispos” y “obispas”.
“No hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni hembra: porque todos vosotros sois uno solo en Jesús el Mesías.” Gálatas 3.28 (BTX)
Pero el contexto de Gálatas 3.28 no está hablando de igualdad para efectos de los roles del hombre y de la mujer, tampoco es un sustento para el pastorado femenino. El contexto claramente está hablando sobre la salvación y la justificación por la fe, en contraposición de los judaizantes quienes pretendían introducir en la iglesia las practicas de la ley, como un extra para tener salvación.

Usted puede revisar un sinnúmero de literatura que señala que Jesús marcó con su ministerio la "igualdad de género" para los oficiales de la iglesia, y añaden que Pablo en este pasaje devuelve el valor replegado de la mujer, del esclavo y del no judío. Y quedándonos con el asunto de la mujer, muchos establecen que aquí en Gálatas hay un sustento para que las mujeres gobiernen en la iglesia.

Si esto es así, si Jesús vino a marcar un hito en la historia del ministerio de la mujer, pregunto ¿Por qué no nombró seis apóstoles varones y seis mujeres apóstolas? O ¿Por qué no nombró seis esposos con sus esposas como sus apóstoles? ¿Si este pasaje de Gálatas lo vamos a usar para devolverle la posición a un esclavo o aun no judío, por qué Jesús no nombró como apóstoles a seis judíos y a seis griegos? ¿Negar el pastorado femenino es discriminación de género contra la mujer?

Jesús no tuvo ningún temor de romper las costumbres sociales cuando estaba en juego un principio moral: criticó públicamente a los fariseos, sanó en el sabat, limpió el templo, habló con una samaritana, comió con cobradores de impuestos y pecadores, y comió con manos sin lavarse. Si Jesús hubiera querido establecer un principio de igual acceso al liderazgo de la iglesia tanto por hombres como por mujeres, ciertamente lo habría hecho así al nombrar a sus apóstoles, y podría haberlo hecho así, a pesar de la oposición cultural, si eso hubiera sido el patrón que quería establecer en su iglesia. Pero no lo hizo así.

Quizá no todos estén de acuerdo conmigo en esto, pero bien podríamos estar frente a una intromisión del feminismo en la Iglesia de hoy. Las Sagradas Escrituras son más que claras. Pasarlas por alto puede tener un alto costo. Para algunos autores esto es un tema secundario, que las organizaciones ordenen "pastoras" al ministerio, es decir es un tema que no debe separar a las iglesias evangélicas.(2) Pero nuestra preocupación debe ir más allá, de estar alertas y prevenidos de filosofías humanas que se adentran sutilmente a las iglesias.


¡Seamos sobrios!
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Nota Bibliográfica:

1. Esto lo dice Eddie L. Hyatt, (http://www.devocionalescristianos.org/2014/09/quien-dice-que-las-mujeres-no-pueden-ser-pastoras.html) recuperado el 20 de mayo de 2016.
2. Keller, T, 2015, Jueces para ti, Medellín-Colombia: Poiema Publicaciones. Pág. 62-65 (Aquí puede profundizar sobre algunas perspectivas del ministerio de la mujer)

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