sábado, 27 de diciembre de 2014

¡La Letra Mata!





Hay predicadores flojos, y entre los versículos que peor han interpretado no hay otro como 2 Corintios 3.6:
“pues él nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.” (RVC)
Los obreros perezosos dicen que no es necesario estudiar teología, cuestionan diciendo “para qué tantos libros escritos por hombres”. Supuestamente se apoyan en Pablo quien dijo que “la letra mata”. Afirman que estudiar mucho no es espiritual, creen firmemente que lo más seguro es la guía del Espíritu Santo.

Este es uno de esos textos usados asiduamente por pastores y líderes religiosos con poca o nada de formación teológica. Algunos de ellos no han tenido oportunidad de ir a un seminario teológico y otros simplemente no lo desean. Es usado para minimizar a los que sí saben de teología y a los que sí escudriñan las Escrituras con diligencia. Es usado para restar importancia a las Escrituras y por el contrario dan lugar a revelaciones “espurias”, adjudicándolas al Espíritu Santo.

En el contexto de 2 Corintios 3.6 encontramos que Pablo se refiere a los hermanos de Corinto como una “carta de Cristo expedida por nosotros (por Pablo y sus colaboradores), escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón". Y está haciendo comparación entre lo que Dios le dio al pueblo de Israel en el Sinaí, que son las tablas de la Ley y ellos: los corintios; que vienen a ser la Carta de Presentación del Apostolado de Pablo.

Los creyentes vienen a ser una “carta de Cristo” en quienes no se ha escrito con tinta, sino que se ha escrito en los corazones de los creyentes. La Ley traía consigo la muerte por el pecado, porque quien trasgredía la Ley se hacía merecedor de la muerte. En cambio el Nuevo Pacto, que fue escrito en los corazones de los creyentes, está basado en la gracia, que trae vida y no muerte. Pablo es constituido en un ministro de ese Nuevo Pacto que trae vida. De donde deducimos claramente que el antiguo Pacto traía la consigo la muerte, porque Pablo le llama “el ministerio de muerte grabado con letras en piedras” (v.7) en tanto que el Nuevo pacto traería vida, por ello Pablo les hace reflexionar en lo siguiente: “¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu?” (v. 8).

“La letra mata” se refiere a la época de la Ley, a vivir por la Ley, en contraste con el “Espíritu que vivifica” que se refiere a ese Nuevo Pacto en el que la salvación es solamente por gracia.

“La letra mata” se refiere al “ministerio de condenación”, en contraste con el “Espíritu que vivifica” que se refiere al “ministerio de justificación”.

“La letra mata” se refiere a “lo que perece”, en contraste con el “Espíritu que vivifica” que se refiere “lo que permanece”.

En el Contexto de 2 Corintios 3:6, Pablo no está diciendo, de ninguna manera, que dedicarse a estudiar las Escrituras, y ser entendido y conocedor de ella trae consigo la muerte, no lo dice ni en sentido figurado. Por ello tal afirmación es una completa mentira. Así mismo, Pablo tampoco está sustituyendo el estudio de las Escrituras, que es responsabilidad de todo ministro de Dios, por una sola y supuesta guía del Espíritu. Es labor del Espíritu Santo guiarnos a toda verdad bíblica, pero siempre y cuando la tengamos atesorada en nuestros corazones. Sugel Michelen dice:
“Los predicadores que realmente dependen del Espíritu saben que deben trabajar con ahínco para entender las Escrituras porque el Espíritu no bendice la irresponsabilidad. Es el predicador el que debe procurar con diligencia presentarse “a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” Si bien es cierto que Dios no necesita nuestra sabiduría, como bien nos recuerda el gran predicador del siglo XIX, Henry C. Fish, “mucho menos necesitará nuestra estupidez.” 1
Concluimos que quienes usan la frase "la letra mata" para apagar la pasión por escudriñar las Escrituras la tuercen sacando de contexto el versículo de 2 Corintios 3.6, son obreros perezosos, reprobados, que lamentablemente ofrecen muy poco o nada a sus púlpitos.

¡La letra mata, pero mata la ignorancia!

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Notas Bibliográficas
1. MICHELEN, S. 2016, Delante de Dios y de Parte de Dios, B&H Publishing Group - Nashville TN, Pág.150


HENRY C. FISH (1820-1877) fue un predicador bautista en Nueva York y un prolífico escritor de mediados de 1800. Su manuscrito inédito fue traducido por Salvador Gomez bajo el título de “Poder del Púlpito”.  Fish es autor de varias obras valiosas, incluyendo un Manual de Avivamientos. “Poder del Púlpito” es una reimpresión de un artículo que se publicó en la revista  British and Foreign Evangelical Review (1862).

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